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SNS Week por shiki1221

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Notas del capitulo:

Holis :3 Sé que ando un poco angst, pero sólo el que sigue es también algo sad, los últimos 3 días son felices y fluffys. Cuestión de equilibrio XD

Día 3: Primera luz (amanecer)

 

La noche era fría y completamente oscura. A Naruto le causaba algo de gracia el parecido que tenía con Sasuke. Su cabello y sus ojos no eran lo único similar a la negrura del cielo nocturno. Su personalidad también lo solía ser. Incluso había quienes bromeaban acerca de que se trataba de alguna especie de vampiro o criatura sobrenatural. Era el estereotipo de cualquier película de terror vuelto carne y hueso. Esos pensamientos rondaban por su cabeza a pesar de la situación en la que se encontraba metido en esos momentos. Lo cual era increíble, pero no por nada la persona número uno en sorprender a la gente.

—¿En qué tanto estás pensando, Usuratonkachi? —preguntó Uchiha en un susurro bajo.

Estaban encerrados en una habitación de la casa que ambos compartían. Se mantenían totalmente a oscuras uno cerca del otro. Sus corazones latían con rapidez mientras el rubio sujetaba la mano de su pareja y entrelazaba sus dedos con los suyos. Con su brazo libre rodeó el cuerpo del moreno y lo atrajo hacia sí mismo buscando darle algo de seguridad. Quería hacerlo sentirse protegido. Los temblores en el cuerpo del Uchiha hacían evidente que tenía miedo. Uzumaki también lo tenía. No podía negarlo. Intentaron fingir que todo estaba bien, ocultar sus propias inseguridades por el bienestar del otro. Sin embargo, podían disimular sus expresiones faciales ocultando sus sentimientos tras una fachada de indiferencia y el otro con una tonta sonrisa, mas no así el resto de sus reacciones fisiológicas.

—Pensaba en ti —respondió Naruto susurrando al oído de su amante—. Y en lo mucho que…

—Silencio —ordenó el azabache cubriendo la boca del otro con su mano.

Los ojos azules se dirigieron de inmediato hacia la puerta notando, gracias a la luz que filtraba por la ranura de abajo, unas sombras sospechosas moviéndose. Gruñidos guturales llegaban hasta los oídos de ambos hombres que se mantenían acurrucados temiendo que esa puerta cayera. Si esa última defensa caía no tendrían donde escapar. Desde la calle se oyeron los sonidos de sirenas de alguna ambulancia que pasaba frente a la casa. Los aullidos agudos provenientes de aquellos invasores casi les dejan sordos, pero apretando los dientes contuvieron cualquier queja. Tras el sonido de pasos alejándose esperaron un tiempo prudente antes de abrir la puerta.

—Debemos cerrar la puerta principal y asegurar las ventanas antes de que regresen —dijo Sasuke mientras sujetaba una pistola que había comprado en caso de ladrones.

—Sólo debemos resistir una hora más —afirmó Uzumaki yendo detrás suyo con el palo de una escoba que rompió adrede para que la punta fuera filosa—. Lo último que oí en las noticias es que son sensibles o algo así.

—¿Qué? —interrogó Uchiha cerrando la puerta con seguro para evitar más intrusos antes de proceder a revisar el resto de la casa—. No les veo nada de sensibles —comentó al ver a varias de esas cosas corriendo por la calle.

Sasuke se alejó de la ventana evitando ser visto, pero como podía espiaba el exterior. A simple vista parecían personas. Unas salidas de quimioterapia o algo similar, pues carecían de cabello alguno en sus cabezas y estaban increíblemente pálidos luciendo extremadamente enfermos. No obstante, pese a esa apariencia de estar con un pie en la tumba, eran muy fuertes y veloces. Perseguían a las personas por la calle y cuando les daban alcance procedían a morderlos brutalmente y arrancar pedazos de su carne para alimentarse. Por eso mismo, Sasuke se aseguró de dejar lo mejor tapada la entrada principal temiendo el ingreso de esos seres desconocidos.

—Lo sé, a su lado tú eres un terrón de azúcar ttebayo —dijo Naruto mientras movía los muebles más grandes como estantería para cubrir la entrada y posteriormente las ventanas—. Pero no soportan el sol al parecer.

—Entonces deben ser fotosensibles —razonó Sasuke meditando eso antes de revisar la hora en su reloj de pulsera—. Si eso es verdad, debemos resistir una hora más y podremos estar a salvo —dijo respirando algo agitado.

Una hora podía sonar como algo sencillo, pero no lo era. No cuando esas cosas estaban allí afuera. Ese día había ido de lo más normal. Cada uno de ellos fue a sus respectivos trabajos y luego retornaron a su hogar. Cenaron y charlaron acerca de su día como era lo típico en ellos y estando de buen humor hicieron el amor antes de quedar profundamente dormidos. Fueron despertados por el sonido de sirenas y gritos en su calle. Ambos se colocaron sus respectivos pijamas y se asomaron curiosos a la ventana para saber qué estaba sucediendo. ¿Algún crimen por violencia doméstica? ¿Un incendio? Vieron a la vecina de enfrente salir con el camisón manchado de sangre y supusieron que ocurrió un asesinato.

El oficial de policía que atendió a su llamada de emergencia se le acercó preguntándole si estaba bien. Intentó tranquilizar a la víctima como indicaba el protocolo. Todo para ser mordido ferozmente por la fémina. Poco después de eso, el oficial la apartó con fuerza de su propio cuerpo, sólo para ser atacado por otros más. Esas extrañas personas lanzaron una especie de aullido grupal antes de dispersarse y comenzar a entrar en las casas aledañas. Fue en ese momento que el matrimonio vio cómo se dirigían a su casa. Por fortuna, su habitación estaba en el segundo piso. Por lo mismo decidieron no dejarse ver de momento. Cerraron con llave la puerta del dormitorio y se mantuvieron escondidos rogando porque creyeran que la casa estaba vacía.

—No sé qué tan fiable sea esa información —admitió Uzumaki con nerviosismo—. Leí sobre casos como este en el blog que tanto odias ttebayo —dijo mientras se apresuraba a tener todo asegurado para que, cuando menos, fuera difícil ingresar.

—¿Ese del loco conspiranoico? —interrogó Sasuke poniendo mala cara sin dejar su tarea de revisar cuarto por cuarto que no hubiera ninguna sorpresa desagradable.

—Aunque no lo creas, Sai había posteado sobre esto hace una semana. Dice que el gobierno nos estuvo ocultando que el nuevo tratamiento para el cáncer salió mal —explicó recordando el largo texto con fotos que adjuntó—. Su hermano era un paciente y se sometió a un tratamiento experimental “seguro”, pero salió mal y asesinaron a los testigos ttebayo.

A Naruto le gustaba leer todo tipo de historias en línea sin importarle mucho que tan “científicas” fueran. Pese a las protestas de su esposo por leer cosas tan inverosímiles, el rubio había seguido de cerca de un bloguero de nombre Sai. Era un artista en línea que hacía diversas comisiones y tenía una buena cantidad de seguidores de su trabajo. La fama que tenía era bien merecida porque nunca hubo un cliente insatisfecho ni con el trabajo ni con el precio. Y un plus era su velocidad para terminarlas. Solía tardar poco en completar sus trabajos. Su ritmo sólo se desestabilizó a causa de la enfermedad de su hermano.

Cuando Shin fue diagnosticado con cáncer, Sai comenzó a tomar más comisiones buscando conseguir más dinero para tratamientos. Mas, al estarlo acompañando a las quimioterapias, sus tiempos de entrega se fueron atrasando y las comisiones acumulando. Llegó a suplicar a sus seguidores hacer donaciones para el tratamiento de su hermano. Según una de sus publicaciones, alguna entidad del gobierno se enteró de su caso y ofreció darle un tratamiento experimental totalmente gratuito si aceptaban firmar un contrato que ni siquiera leyeron. Hubo un hiatus en todas sus cuentas bastante prolongado y las personas que habían pagado por adelantado sus comisiones se empezaron a quejar atrayendo la atención nuevamente sobre el artista.

Repentinamente había subido un nuevo post acusando al gobierno de mentirles. Asegurando que Shin se encontraba peor. En una foto se le veía sin cabello, blanco como una hoja de papel y con una expresión de enojo que hacía pensar que tenía rabia. Sai escribió junto a la foto que el tratamiento lo dejó peor, pues se había vuelto fotosensible y agresivo al punto de que lo había mordido sin razón alguna. Agregó que había oído rumores de parte de familiares de otros pacientes acerca de que si algo salía mal el gobierno tenía libertad de asesinarlos a causa del contrato donde se especificaba que aceptaban las medidas que creyeran necesarias en caso de haber efectos secundarios. 

Desde entonces no se supo nada más de Sai.

—Esas fotos se veían falsas —le recordó Uchiha a su pareja. Recuerda haber bufado con burla por su patético intento de llamar la atención.

—Dime si no se ven los sujetos de afuera como el hermano de Sai —señaló el de ojos azules con obviedad.

Sasuke no dijo nada. Ciertamente coincidían con esa descripción y rogaban que ese demente tuviera razón. Si lo que dijo era cierto sólo debían durar una hora antes de que el sol los ahuyentara. Justo como en las películas que tanto les gustaban. Tomaron aire dándose valor para soportar el tiempo que les faltaba. Trataron de asegurar todo lo máximo posible. Con todo cerrado, la pareja se alejó de la entrada principal y retornó a su dormitorio llevándose comida y el botiquín de emergencias que tenían en el baño. No sabían si podrían necesitarlos después.

—¿Cuánto falta para el amanecer? —preguntó Uzumaki entre susurros.

—Faltan unos quince minutos más o menos —respondió Uchiha luego de revisarlo como podía por la poca visibilidad.

—Teme —llamó bajito Naruto con un timbre de voz cargado de miedo—. Si esas cosas llegaran a infectarme…

—No lo harán, Dobe —negó su esposo de manera enojada—. Falta poco para que salga el sol. Lo vamos a lograr.

—Es sólo por si acaso —replicó el de ojos azules—. Si me convierto en esas cosas, mátame sin dudarlo.

—¿Qué estás diciendo? —interrogó alarmado Uchiha—. Hablas como si supieras que sucederá.

—El tratamiento para curar el cáncer incluía fortalecimiento del cuerpo, por eso son más fuertes y rápidos que una persona normal —explicó lo que recordaba del blog de Sai—. Por eso no creo que podamos enfrentarlos cara a cara y menos si nos superan en número, pero quiero dejar claro que yo moriría antes de herirte. Por eso te ruego que no me dejes hacerte daño de ninguna manera —suplicó antes de robarle un beso que temía pudiera ser el último.

—No sucederá nada —dijo Sasuke con convicción—. Nos quedaremos aquí hasta el amanecer y todo saldrá bien —aseguró.

Sentados en la oscuridad podían escuchar los gritos fuera de la casa, así como también el sonido de los disparos de personas que consiguieron o tenían armas. También varias veces la puerta principal fue azotada con fuerza. Tanto por supervivientes buscando refugio como por esas cosas. Hubo diversas maldiciones, amenazas y súplicas. Algunos lamentablemente eran sus vecinos y conocían el noble y caritativo corazón del blondo. Rogaban entre llantos desesperados que pronto se volvían gritos de terror seguidos de gruñidos. Quizás era culpa de la insistencia de algunos queriendo entrar a su casa creyéndola un lugar “seguro” que esas cosas ingresaron por la puerta principal pese a todas sus barricadas.

Aquellos infectados comenzaron a correr sin control por toda la casa entrando a todas las habitaciones sin excepción. No sabían la razón de su urgencia, pero cuando llegaron hasta la puerta de su dormitorio dejó de importarles. Faltaba poco para el amanecer. Por lo mismo, aun sabiendo lo arriesgado que era decidieron salir por la ventana para ir al techo. El cielo se veía anaranjado y esos caníbales estaban buscando donde esconderse. Se les veía meterse a casas y negocios como buscando ocultarse del inminente amanecer. Por lo mismo era su mejor opción salir. De quedarse allí terminarían atrapados en una habitación llena de ellos.

—Saldré primero para asegurarme de que no haya ninguno en el techo —avisó Sasuke antes de salir.

Se colgó del alfeizar de la ventana para salir al balcón y luego proceder a treparse en un árbol cercano que planeaba usar para subir al techo. Sin embargo, había uno en el techo. Por ello, el azabache procedió a dispararle. El sonido llamó la atención de sus atacantes y más aún cuando Naruto preocupado al oír el disparo, gritó su nombre preguntándole si estaba bien. Su voz atrajo a los invasores que se centraron con más ahínco en ingresar al dormitorio. Uchiha respondió que sí y cuando vio cómo comenzaba a salir el sol le ordenó a su esposo darse prisa en subir. La puerta del dormitorio fue tumbada y Naruto tuvo que apuñalar a algunos con el palo de escoba. Logró llegar al balcón y en la persecución varios cayeron del segundo piso mientras Uchiha jalaba a su pareja por la mano evitando que se precipitara como ellos al suelo.

Sasuke soltó un suspiro aliviado al ver que tenía a su esposo ya con él. Pues aquellos que tenían intención de seguirlos a través de la ventana desistían al sentir los primeros rayos del sol. Era como si supieran, al menos por instinto que si salían, los aguardaría la muerte. Ambos hombres lograron llegar hasta el techo justo a tiempo para ver como los invasores retrocedían asustados por la primera luz del nuevo día. Sasuke sonrió victorioso al percatarse de que realmente eran fotosensibles y se giró hacia su pareja con intención de besarlo. No obstante, para su sorpresa, fue rechazado. La mano trigueña le impidió llegar a los labios que tantas veces había probado antes.

—Usuratonkachi, ¿qué te sucede? —exigió saber Uchiha mirándolo con el ceño fruncido.

—No tengo idea de si el cáncer es contagioso —respondió riendo nerviosamente.

—¿Qué? —preguntó Sasuke confundido.

Como única respuesta, el rubio le mostró su pierna luego de levantarse un poco el pantalón. Revelando así la marca de dientes. Tenía una enorme mordida que aun sangraba.

—No, no, no —negó el moreno con miedo.

—Mientras salía por la ventana me mordieron —avisó sabiendo lo que eso quería decir.

—¡La vida no es como una película de terror! —gritó Sasuke desesperado y asustado—. Y si lo fuera quizás serías inmune. Ya sabes, como los protagonistas que siempre consiguen salirse con la suya.

—Entonces esperemos, Sasuke —pidió Uzumaki antes de abrazarlo con cariño—. Si soy inmune el sol no me hará daño ttebayo —le sonrió de manera optimista, pero su pareja la sintió como si fuera de lástima.

Se quedaron allí abrazados viendo como el sol iba subiendo lentamente en el firmamento ahuyentando a todas esas criaturas. Los infectados o lo que fueran se metían en las casas y ocupaban cualquier sitio con sombra como refugio. El corazón de Sasuke latía con más adrenalina que en toda la noche. Del sol dependía si su esposo comprobaba ser inmune o no. Honestamente no soportaría vivir si tenía que matarlo él mismo. Tampoco sabía si podría mantenerlo con vida. Quizás si lo encerraba donde no fuera un peligro serían capaces de permanecer juntos a pesar de que se transformara.

No obstante, Uzumaki no pensaba así en absoluto. Él quería quedarse allí y comprobar con el sol si era o no una de esas cosas, pues en caso de serlo moriría al instante. Cuando el sol llegó a su apogeo, comenzó a quemar su piel y el dolor le hizo abrir la boca soltando aullidos bestiales. Entonces lo supo. En ese momento tuvo la certeza de que tomó la decisión correcta de inmolarse así mismo antes de volverse un monstruo capaz de herir a otros. Sobre todo: capaz de herir a Sasuke.

 

“Te lo dije, Teme. Yo moriría antes de hacerte daño. Así de grande es mi amor por ti”

 

Notas finales:

El origen del virus es una referencia al libro en el que se inspiró la película "soy leyenda" ahí se menciona que el problema inició con un tratamiento para el cáncer que salió mal


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