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Tú + Yo = Allegro (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Temas del capítulo: Coqueteo / Celos / Burlas.

CAPÍTULO 6:

(LA)

LAZOS INVISIBLES QUE UNEN

 

En la vida es importante tener un amigo que sea a la vez espejo y sombra. El espejo nunca te miente y la sombra nunca se aleja.

 (Anónimo).

 

 

 

—Bien familia, ya hemos llegado —anunció Eren una vez aparcaron el coche a las afueras del teatro, siendo todo radiante sonrisa y pletórica felicidad, mientras que Levi solo podía pensar en una forma rápida e indolora de morir que lo librase de aquel sufrimiento.

Aquel día, debido a que la cena de celebración por su aniversario resultó tranquila y pacífica como nunca antes, él había comenzado a albergar la ingenua esperanza de que aquella jornada fuera del todo aburrida y normal, sin nada memorable en ella. Llevaba seis años aguantando a Eren como un valiente, por lo que, en su opinión, se merecía un respiro después de todo; pero, por supuesto, aquello no fue así. La vida, cabrona como ella sola, había llegado a recordarle de golpe lo malditos que estaban gracias al espejo roto. Un recordatorio que llegó en forma de una fantasmal mocosa caprichosa que estaba a punto de convertirlos en unos viles delincuentes.

Joder con su suerte.

Buscando en el bolsillo de su negro abrigo las llaves de emergencia del teatro que Erwin le había dejado tiempo atrás, Levi miró de reojo a Ymir y sonrió disimuladamente. Esta, sentada en el asiento trasero junto a Nox, parecía no poder más debido a la emoción nerviosa que la embargaba, y él no podía culparla. La primera vez que tocó en un escenario de verdad frente a un público, también fue víctima de aquella misma clase de nervios.

—¿Creen que luzco bonita? —les preguntó la niña en cuanto salieron del coche, dando una vuelta sobre sí misma para hacer revolotear el blanco ruedo de su vestido.

—Preciosa —la alabó Eren con toda sinceridad.

—Nada mal, mocosa —le dijo él, agarrando a Nox para ponerle su correa de paseo, teniendo cuidado de no arruinarle el rojo corbatín de su traje—. Creo que ninguna allanadora de moradas podría lucir más linda que tú. En la cárcel de seguro causarás una estupenda impresión.

—¡No iremos a la cárcel por algo así, Levi! Y esto no es una morada, ¡es un teatro! —fue la respuesta de Ymir, quien rompió a reír cantarinamente, quitándole al gato de los brazos y echando a correr hacia la puerta trasera del edificio, como si este le perteneciese.

—Vamos, cariño, no pongas esa cara de preocupación. Todo saldrá bien, te lo prometo —dijo repentinamente Eren, inclinándose lo justo para dejar un beso sobre sus labios cuando él se volvió a verlo—. ¿No son acaso siempre especiales nuestros aniversarios?

—Demasiado, y por eso mismo me preocupo tanto, joder —replicó él con un suspiro—. No me siento especialmente ansioso por pasar una noche entre rejas, Jaeger.

—¡Y no la pasaremos allí! Erwin ha dicho que a estas horas ya nadie está en el teatro, aparte de Reiner haciendo sus rondas, claro. Una vez le expliquemos que necesitamos corroborar unas cuantas cosas para las presentaciones de la semana próxima, podremos ocupar sin problemas el escenario durante unas horas, ¿ves?

—Erwin se encuentra idiotizado por su matrimonio con Hange, mocoso. ¡Está de luna de miel, joder, claro que va a ver todo color de rosa! —corrigió a su marido, ansioso por hacerlo entrar en razón—. Y te recuerdo que todo fue gracias a esa mocosa que nos manipula a su antojo. Ymir podría haberle pedido ayuda para atracar un banco y el muy bastardo se la habría brindado. De seguro hasta le conseguía los planos del edificio. ¡Se siente en deuda, por supuesto que le habría dado lo que ella le pidiese!

Eren carraspeó para ahogar una risa, una que murió en cuanto él le pisó el pie con saña, haciéndole soltar un gritito de dolor.

—Bueno, puede que tengas razón, cariño; al menos un poquito —reconoció su marido una vez acabó de sobarse, abrazándolo luego para confortarlo—. Pero eso no quita que será seguro. ¿Cuándo nos ha fallado Erwin?

Alzando el rostro para verle, Levi arqueó una de sus oscuras cejas.

—¿De verdad quieres que responda a eso, Jaeger? —inquirió con acidez—. Ni te imaginas la de veces que le pedí, exigí y hasta supliqué que te echara. Y joder, acabé casándome contigo.

—No puedes culpar a Erwin de eso, Levi.

—No lo hago, solo señalo sus fallos. Aunque no ha sido un tiempo tan malo después de todo —admitió él a regañadientes, dando una palmadita en la mejilla del chico y agarrándolo de la solapa de su oscuro abrigo marrón para obligarlo a inclinarse y besarlo en los labios—. Feliz sexto aniversario, mocoso.

La emoción reflejada en los verdeazulados ojos de su esposo hizo que él también se emocionase, después de todo, su corazón era un completo idiota cuando de Eren se trataba. Sin embargo, mientras Levi se preguntaba que pieza estaría rondando ahora por la cabeza de este, el nada disimulado carraspeo de Ymir interrumpió su romántico momento.

—¿Vamos a entrar o no, chicos? ¡Dios, deberían esperar a estar en casa para hacer estas cosas! —los regañó esta como toda una seria madre, rubiamente ceñuda y con su gato sentado al lado—. Necesitan aprender a priorizar. ¿Por qué no siguen el ejemplo de Noxie? Él siempre se porta bien.

Levi, por supuesto, tenía una idea muy clara de las cosas que le gustaría priorizar, como el que aquel par de tontos ingenuos dejara de meterlo en problemas de una puta vez; aun así, decidió callarse. Una desgracia más, una desgracia menos, ¿qué más daba a esas alturas de su vida?

Una vez se disculparon con Ymir y la siguieron en su nueva marcha al teatro, un pensamiento llegó a su cabeza y le preguntó a Eren:

—Oi, mocoso, ¿cómo lo llevaste en tu primer concierto?

—Horrible —admitió este con algo de vergüenza—. Me puse tan nervioso que olvidé todo en cuanto salí al escenario. Al ver a tanta gente me entraron náuseas, así que me escapé y acabé llorando.

Levi abrió los ojos, horrorizado.

—Joder, Eren, dime que no le has dicho eso a la niña.

—¡Claro que no! ¿Qué clase de padre piensas que soy? Por supuesto que mentí para fingir ser genial y conservar algo de dignidad.

—Bien hecho —lo felicitó él, dándole unos golpecitos cariñosos en el antebrazo, ante lo que el chico sonrió como un cachorro bien portado—. Hubiera sido realmente trágico que Ymir se asustara y acabara arruinándolo todo hoy. No es como que tengamos muchas oportunidades para poder allanar el teatro.

—Que no lo estamos allanando, Levi. Te recuerdo que Erwin nos dio su permiso. ¡E Ymir tendrá su primer concierto! ¿No estás emocionado? —le preguntó Eren, observándolo con ojos brillantes y enormes a causa de la euforia.

—Bastante —reconoció él, sabiendo que buena parte de la ansiedad que sentía en ese momento era a causa de la emoción que lo embargaba por ver a la niña cumpliendo su deseo.

Durante los últimos dos años, Ymir había avanzado muchísimo tocando el piano, siendo tan constante y aplicada en su aprendizaje, que Levi solo podía sentirse orgulloso de ella y su talento. Por ese motivo, cuando esta les platicó ilusionada sobre su deseo de poder tocar en un escenario de verdad como lo hacían ellos casi a diario por el trabajo, ambos acabaron hablándolo con Erwin para plantearle aquella posibilidad, la cual acabó llegando justamente el día de su sexto aniversario de matrimonio con Eren, mientras cenaban y celebraban tranquilamente.

Joder, entre tantos días, ¿por qué justamente tenía que ser aquel?, se preguntó con pesar. Solo esperaba que al menos la maldición del espejo se mantuviese a raya hasta que el concierto de Ymir acabara y los cuatro pudiesen regresar sanos y salvos a casa.

—Habría sido lindo que Hange y Erwin también hubiesen podido asistir para ver a Giselle, ¿no crees? Será un concierto muy solitario solo con nosotros dos —señaló Eren, tironeando de un corto mechón de su cabello castaño, el cual había decidido cortar semanas atrás y aun lo hacía sentir algo incómodo—. Te dije que invitáramos a mi familia, Levi. Quizás incluso Isabel y Farlan se habrían animado también.

—¿Y cómo demonios nos hubiésemos excusado ante Reiner, mocoso tonto? Una cosa es que nosotros podamos argumentar nuestra presencia aquí con un ensayo de última hora, ¿pero tus padres? ¡Si Grisha ni siquiera sabe silbar sin desafinar, joder! Y de tu hermano ni hablar. Además, si podemos utilizar hoy las instalaciones, es solo porque a Erwin se le ha fundido el cerebro a causa del amor.

—Mmm, supongo que tienes razón, pero… no sé. Tal vez deberíamos hacer un concierto en casa más adelante, ¿qué te parece? Como una soirée donde puedan venir todos quienes conocen a Ymir —le dijo su marido, sus ojos verdes llenos de entusiasmo—. Creo que a ella le gustaría.

—No es mala idea —reconoció—. Ya le preguntaremos qué opina al respecto; pero desde ahora te advierto que el idiota de tu hermano queda excluido. No lo quiero allí. Ese simio barbudo ni siquiera es capaz de distinguir una negra de una blanca, mucho menos va a apreciar la buena música.

No obstante, antes de que Eren pudiese decir nada en defensa de su hermano, oyeron a la niña regañándolos nuevamente:

—No me hago más joven esperándolos aquí, chicos. Tener doscientos quince años no es nada fácil.

Su marido rompió a reír al oírla, momento en que Nox —de seguro ya harto de ellos— decidió que no quería esperar más, saltando a una de las ventanas abiertas del teatro y desapareciendo dentro.

De inmediato ellos comenzaron a perseguirlo, llamándolo desesperados, con tan mala suerte que Reiner justamente los vio, un segundo antes de que echaran a correr asustados dentro del teatro y se produjese el desastre.

 

——o——

 

—Podrían rescindirme la licencia por esto, ¿saben? ¡Me han vuelto cómplice de sus fechorías! —repitió el cobarde de Zeke por veintésima vez, dejando al inconsciente Reiner cómodamente tumbado en una hilera de butacas—. Insisto en que debemos llevarlo a urgencias para una revisión. Podría tener un traumatismo mucho más severo por la caída.

—Tch, que llorón eres —masculló Levi, cruzándose de brazos—. ¿Para qué has venido entonces si no es para ayudar?

—Vine porque Eren me dijo que era una emergencia. ¡Y mira que emergencia! Este pobre hombre casi se muere.

—Tranquilo, tío Zeke. Estar muerto no es tan malo, te lo prometo —lo tranquilizó Ymir—. Además, yo podría haberle enseñado a ser un buen fantasma para el teatro.

—Nada de muertes ni fantasmas por aquí —sentenció Eren. Volviéndose hacia su hermano, le dijo a este—: Reiner se pondrá bien, Zeke, siempre ha sido un hombre sano.

—¡Pero si no está enfermo! ¡Lo lanzaron por las escaleras!

—Técnicamente, se resbaló solo y no fue por las escaleras, sino en el foso —acotó Levi, ansioso por aclarar las cosas y aliviar su maltrecha conciencia.

—¡Mientras los perseguía! —saltó Zeke.

Aunque lo odiase, Levi tuvo que reconocer que en ese punto el muy bastardo tenía razón. Aun así, ninguno de ellos había tenido realmente culpa de que el joven guardia los confundiese con unos delincuentes, persiguiéndolos. Que Reiner luego tropezara y cayera al foso de orquesta fue solo un desafortunado accidente; además, tener que trasladar y subir al robusto y rubio hombre como un peso muerto hasta la primera planta, sí que había sido una tarea descomunal para su esposo y él.

—Entonces, ¿eso significa que ya no podré dar mi concierto? —preguntó la niña con voz lastimera.

Nada más oírla, los azules ojos del idiota de su cuñado —que al mirarlo a él habían sido ascuas incandescentes de rabia y reproche— se aguaron, de seguro dividido entre su «preciosísima» ética médica y su deber con la familia.

—Creo… creo que podríamos esperar una media hora —aceptó por fin Zeke con tono mesurado, declinándose por la segunda opción y volviendo a tomar el pulso del guardia, quien roncó sonoramente—. No luce tan mal después de todo.

El gritito de alegría de Ymir resonó por el teatro gracias a la excelente acústica de este, momento que Eren aprovechó para sonreír en su dirección y dejar un ligero beso sobre su pálida mejilla, provocando que los labios de su hermano se apretaran con disgusto y Levi se regocijara por dentro.

Decididos a que aquel extraño concierto resultara lo mejor posible, todos se dispusieron a trabajar con la precisión de un metrónomo, con Eren y él preparando el escenario para la presentación de Ymir, y con Zeke dejando a Reiner lo más cómodo posible para que, bueno, también disfrutara del concierto en su sueño profundo.

Una vez estuvieron los cuatro sentados junto a Nox en sus butacas de la primera fila, Levi sintió como Eren buscaba su mano para entrelazarla con la suya.

—¿No te parece esto emocionante, cariño? —le preguntó en un semisusurro, sin apartar su verde mirada de Ymir, quien acababa de entrar al escenario, haciendo una educada reverencia para saludarlos.

—¿Porque la mocosa va a tocar en un escenario como deseaba?

—Bueno, también, pero sobre todo por tener la oportunidad de verla. Nunca pensé que estaríamos alguna vez en este lugar —admitió Eren, sonriendo algo abochornado—. Ya sabes, del modo en que nuestros padres lo estuvieron para nosotros.

Las palabras de su esposo lo dejaron momentáneamente desconcertado, porque a pesar de todo el tiempo que llevaban juntos y conociéndose, aquella era la primera vez que hablaban de aquel tema.

Conocerse, ennoviarse, casarse, fueron casi pasos naturales para ellos. Eren y él amaban lo mismo, porque habían convertido la música en su vida, así que tener a alguien más que compartiera y respetara las necesidades del otro, les había bastado por mucho tiempo.

Nunca hubo hijos ni mucho menos mascotas en sus planes, ya que, egoístamente, no tenían tiempo para nada más. Aun así, la vida, cabrona como siempre, decidió jugárselas dándoles una extrañísima familia por obsequio. Una familia que había cambiado de la noche a la mañana sus prioridades, haciéndoles darse cuenta de lo que en verdad importaba.

Los primeros acordes del Nocturno Op. 9 num. 2 de Chopin se elevaron en el aire cuando Ymir comenzó su preciosa presentación, y pese a que él había tocado aquella pieza innumerables veces y a que había corregido a la niña hasta lo imposible durante sus lecciones esos últimos meses, sintió que jamás en su vida aquellas conocidas notas lo habían emocionado tanto.

 

——o——

 

Casi media hora después —y alegrándose de ser tan malditamente previsor como siempre era—, Levi pasó un nuevo pañuelo desechable a Eren y luego otro al imbécil de su barbudo cuñado, y no porque quisiera ser amable con este, sino porque la visión de Zeke llorando y moqueando como un crío lo repugnaba y no deseaba que eso fuera a desconcentrar a la niña.

Por su parte Nox —que había decidido que estar sentado no era lo suyo—, se hallaba ahora echado junto a su dueña sobre el escenario, observándola tocar como hacía siempre que estaban en casa cuando esta practicaba.

En un principio él había tenido la tentación de ir a sacarlo de allí, pero al final acabó desistiendo; después de todo, solo eran ellos tres y un guardia inconsciente como público, ¿así que quién iba a decir que un gato allí era incorrecto? Además, Ymir parecía contenta con su compañía.

Fascinado por el perfecto y hermoso ritmo que la niña acababa de dar a su interpretación del Vals de las Flores de Tchaikovsky, Levi no prestó atención a su alrededor y al desastre que se avecinaba. No por lo menos hasta que oyeron un grito y un golpe sordo, el cual los alertó de que algo ocurría e hizo detenerse el piano en medio de la interpretación.

Nada más volverse, se encontraron con que tanto Armin Arlert —el rubio y mejor amigo de Eren, y quien era chelista de la orquesta— como su prima Mikasa —violinista de la misma y con quien Levi apenas se hablaba sin discutir desde que esta descubrió que era él quien se había quedado finalmente con el mocoso— observaban hacia el escenario, boquiabiertos. Sin embargo, fue el gemido entrecortado de Jean Kirstein —el otro chelista que yacía sentado de culo en el suelo— el que lo alertó del verdadero problema; el gran, gran problema, porque no todos los días se veía un piano interpretando solo, y menos tan perfectamente.

—Ay, Dios… ¿te-tenemos un fantasma en el teatro? —masculló Kirstein.

Ymir rompió a reír al oírlo. Una risa que se amplificó debido a la acústica y se expandió como un eco, acabando con dos hombres inconscientes en vez de uno.

 

——o——

 

—No puedo creer que durante cinco años nos ocultases esto, Eren —regañó Armin a su amigo mientras abanicaba con una partitura el rostro de Jean, quien tumbado sobre el regazo de Mikasa, contemplaba a Ymir con sus castaños ojos muy abiertos—. ¿Y por qué Reiner está inconsciente?

—Un accidente… desafortunado —intervino solícitamente Zeke, mostrándose tan culpable que a Levi le entraron ganas de patearlo—. Pero se encuentra bien. Ya lo he atendido.

La azul mirada de incredulidad que Armin les lanzó, le dejó muy claro a Levi que este no se creía para nada esa mentira.

—¿De verdad llevan tantos años viviendo con esta niña fantasma? —les preguntó Jean.

—Soy una niña espíritu —lo corrigió Ymir, también echándole más aire—. No es lo mismo.

—¿No? —inquirió Armin, todo curiosidad—. ¿Y en que te diferencias?

—En que… bueno, tengo todavía algo que hacer aquí. Cuando lo consiga, me marcharé.

—¿Y qué es lo que debes hacer? —le preguntó Mikasa, apartando el cabello de la frente del otro chico.

—No lo sé —explicó la niña, encogiéndose de hombros—. Muchas cosas supongo, como tener un concierto sin que me interrumpa todo el mundo.

—Ya entendimos la indirecta, Giselle. No seas mala —la regañó Eren sin sentimiento alguno, abrazándola y logrando así que cambiara su tormentoso ceño por uno más dulce—. ¿Pero no estás contenta ahora? ¡Mira la cantidad de público que tendrás!

Aquello sí pareció convencer a la niña, ya que de inmediato su frustración se tornó en alegría, diciéndoles llena de entusiasmo y emoción:

—¿Por qué mejor no tocamos todos juntos? ¡Entonces sí seríamos como una orquesta de verdad!

Durante un instante, Levi pensó en decirle que aquello no era buena idea, no solo porque sus compañeros solo estaban allí de paso para recoger algunas cosas, sino porque jamás habían practicado juntos y todo se volvería un desastre. Sin embargo, al ver las miradas que todos ellos intercambiaron —una mezcla de nerviosa incredulidad con indecisión—, prefirió quedarse callado.

—¡Bien, hagámoslo! —soltó Jean de pronto, sentándose en la butaca y mirando a la niña con una sonrisa—. ¿Qué es lo que deseas que interpretemos, Giselle?

Ymir, que hasta minutos atrás parecía algo cohibida ante tantas caras nuevas, para sorpresa de todos se lanzó sobre el atolondrado Jean, abrazándolo por el cuello y besándolo en la mejilla. Y Levi, que se sentía ingenuamente tan tranquilo, tardó solo un par de segundos en descubrir que no sería un exorcismo el que cometería, sino que un asesinato en toda regla.

 

——o——

 

—Joder, me niego a lidiar con una mocosa enamorada —protestó él, poniéndose la camiseta del pijama mientras que Eren, que ya estaba acostado, escribía en el móvil.

—A mí tampoco me hace ninguna ilusión que justamente haya tenido un flechazo con el idiota de Jean —gruñó—. ¿De dónde ha sacado tan mal gusto?

—De ti seguro —añadió Levi por inercia, metiéndose a la cama; no obstante, al ver como su marido alzaba una de sus castañas cejas y sonreía burlón, comprendió que acababa de insultarse a sí mismo—. Bueno, lo que sea. En lo que debemos concentrarnos ahora es en lo que haremos. ¡Si lo invitó a cenar mañana!

—Podríamos tirarlo al foso durante el ensayo de la tarde, como a Reiner —añadió Eren—. Total, ya tenemos práctica. Por cierto, mi hermano dice que este se encuentra bien.

—Me alegro. No deseaba cargar con su muerte en mi conciencia.

—¿Debo comenzar a ponerme celoso, cariño? No eras así de considerado y bueno conmigo cuando nos conocimos —le dijo su esposo, abrazándolo por la cintura y besando sus labios—. ¿O tal vez solo me molestabas para ocultar lo mucho que yo te gustaba?

Decidido a no caer en su jueguito, Levi le pellizcó la cintura para borrar su maldita sonrisa petulante, pero justo cuando Eren acababa de tumbarlo sobre la cama para comenzar a besarlo, oyeron un conocido y pesado suspiro que los hizo soltar otro de completa resignación a su vez.

—¿Todavía siguen coqueteando? —los regañó Ymir, quien se subió a la cama con Nox en brazos. Esta, ataviaba con su blanco y vaporoso camisón, parecía más fantasmal que nunca, efecto que se rompió por completo debido al móvil rosa que llevaba entre las manos—. Necesito que me ayuden a elegir la cena para mañana.

La mirada de conspiración que su marido y él intercambiaron fue idéntica, una que la niña también reconoció mientras se tumbaba con su gato entre ellos.

—¡Ni se les ocurra decirme que Jean no va a poder venir! Ya me ha prometido que sí lo hará, y tengo su número —les informó, triunfante.

—¿Es que no hay por allí ningún fantasma bueno, guapo y listo que te guste, Giselle? —le preguntó Eren—. Jean no solo es muy idiota, sino también tiene cara de caballo. No pega contigo, cariño.

—El amor no se elige. Mira a Levi, al final se casó contigo.

—La mocosa tiene toda la razón —dijo él, riéndose—. ¡Insisto en que fue demencia temporal!

—¡Nada de eso, no te quites culpa! —protestó su marido, aunque sonrió también a su vez.

—Quizá mañana podrían irse a cenar a casa de la abuela Carla. Ella siempre está feliz de verlos —les dijo la niña de pronto—. Puedo arreglármelas sola con la cena. Tengo doscientos quince años después de todo.

—¡Nada de eso! —protestaron los dos al mismo tiempo, apoyados por Nox, quien también maulló.

—No intentes pasarte de lista con nosotros, Giselle —la regañó Eren.

—Yo solo intentaba facilitarles las cosas. Además, quiero borrar un punto más de mi lista de cosas pendientes.

Al oírla, un nuevo intercambio de miradas se produjo entre ellos dos.

—Oi, mocosa, ¿desde cuando tienes una lista de cosas pendientes?

Tras pensárselo un poco, Ymir acarició la negra cabecita de su gato y los miró muy seria.

—Desde que las desapariciones se hicieron más frecuentes y encontramos ese dibujo mío —admitió—. Si tengo que irme de aquí, quiero que al menos sea contenta.

Levi, a sus cuarenta años, tenía muy claro el gran poder que poseían las palabras una vez dichas. Estas no solo podían ser la felicidad o la ilusión de alguien, sino que también causar un dolor terrible, y aquella vez ese era el caso, porque, por más que supieran que Ymir no podría quedarse para siempre junto a ellos, que fuese esta misma quien se los estuviera diciendo con toda la madurez de la aceptación, era un golpe duro. Uno que dolía mucho más de lo que él deseaba admitir.

—Pues que quede claro que las citas quedan prohibidas hasta que cumplas al menos doscientos treinta años, Giselle. Y no cambiaremos de opinión al respecto —le dijo su esposo a la niña con toda seriedad.

—¡Pero eso es mucho tiempo! —protestó Ymir, frunciendo el ceño—. ¡Es injusto!

—Que sepas desde ya que la vida es injusta, mocosa. Es bueno que comiences a aprenderlo —añadió Levi, abrazándola y sonriendo cuando esta comenzó a reclamar sobre cómo ellos no la querían ayudar a conseguirse un novio cuando ella soportaba sus cursilerías.

Y claro que la vida era injusta, pensó mientras contemplaba a su familia; pero a veces, si se tenía suerte, esta se volvía generosa en las cosas menos esperadas, como lo eran ellos juntos. Ellos unidos por lazos invisibles que nada podría cortar, ni siquiera el paso del tiempo o la muerte, y esa certeza, de alguna forma, llenó su corazón.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes han llegado hasta aquí. Espero de corazón que el capítulo resultase de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en él.

Por lo demás, igualmente espero que hayan pasado una muy linda Navidad, dentro de lo que se pudiese en este año tan extraño.

Me hubiese gustado poder traer este capítulo mucho antes, ya que para estas alturas la historia ya debería estar terminada, pero debido a muchas cosas (falta de tiempo libre, principalmente) recién puedo retomar. Pero lo bueno es que ya solo restan dos capítulos más, así que estaré poniendo fin a este fanfiction tan cortito durante las primeras semanas de enero del próximo año.

También, me siento muy contenta de avisar que Tú + Yo = Allegro ya tiene su propia portada. Como siempre, el precioso trabajo de esta corresponde a la talentosa Akira Kousei, quien echa a volar la imaginación y convierte mis locas ideas en preciosas imágenes. Lamentablemente, debido a lo muy pequeñitas que las imágenes se ven en las plataformas, muchos detalles de la portada se pierden, así que me disculpo por ello. Espero en enero poder estar buscando un método para que quienes gusten puedan apreciarlas mejor.

Por otro lado, esta vez el capítulo se ha centrado en dos cosas importantes: Ymir cumpliendo sus deseos y Eren y Levi viviendo la situación un poquito desde la otra acera.

Muchas veces quienes nos dedicamos a la música, y bueno, no solo a la música, nos enfocamos tanto en mejorar, en hacer las cosas bien, que nos olvidamos un poquito de todos aquellos que están detrás de nosotros, y que casi siempre es nuestra familia. Para nuestra familia nunca hacemos las cosas mal, jamás hay errores a pesar de que sí sea así y se emocionan como nadie. Son los admiradores más fieles con los que contamos y solo porque nos quieren y se sienten orgullosos de todo el trabajo que siempre esto lleva detrás, manteniéndose allí en los días malos, los horribles y cada uno de los tropiezos que nos toca enfrentar, así que podría decirse que este ha sido casi un capítulo de agradecimiento para todos ellos.

Y como ya es costumbre, aquí apuntaré algunos de los datos musicales que ha tenido este capítulo.

-Soirée, es una fiesta de pocas personas y de índole artística (musical, teatral, etc) que se celebra al atardecer o por la noche. En ellas, por lo general la música suele ser la protagonista.

-Metrónomo es el aparato que suele utilizarse para marcar el tiempo de una composición musical. Es el que lleva el pulso que guía al músico para no perder el ritmo en la ejecución, por lo que suele utilizarse principalmente durante las prácticas y hasta que las piezas son aprendidas. Tienden a ser muy exactos y con ellos se detectan todos los errores de tempo que un músico comete, de allí que Levi lo asocie con la precisión de ellos trabajando en equipo.

-Foso de orquesta, es una zona del teatro que suele estar frente al escenario y se encuentra hundida. Tienen una capacidad para más o menos unos cien músicos, y se utiliza en presentaciones que requieren música como obras teatrales, ballets u óperas. Así que ahí fue donde cayó el pobre Reiner, accidentándose durante su persecución de los delincuentes, jaja.

-Negras y blancas, hace referencia directa a dos de las principales figuras musicales simples, Estas señalan la duración del sonido en una pieza. Las negras, por ejemplo, duran 1/4 de tiempo, mientras que la blanca la dobla, durando 2/4. Todos quienes tengan un conocimiento básico de música podrán reconocer estas figuras, por lo que el hecho de que Levi diga que Zeke no puede, es básicamente un insulto a sus capacidades musicales. Como siempre, con amor, jaja.

-Nocturno en Mi bemol mayor, Op. 9, num. 2 de Frédéric Chopin, es el segundo de su colección de Nocturnos Op, 9 y el más conocido de todos; me atrevo a suponer que al menos la mayoría lo ha oído al menos una vez en la vida, aunque no conozca su nombre. De hecho, hay una canción bastante antigua, Sin ti, de Manolo Otero, cuya base musical es precisamente este nocturno de Chopin.Es una pieza muy dulce, ya que tiene una base repetitiva de rondo pero al mismo tiempo un acompañamiento tipo vals, por eso mismo me pareció perfecta para que Ymir la interpretara. No hay pianista que no la haya tocado al menos una vez.

-Vals de las Flores, de Piotr Ilich Tchaikovsky, pertenece al balletEl Cascanueces, por lo que igualmente supongo la mayoría o bien conoce esta pieza o la ha oído, ya sea en el ballet, las muchas películas que han salido basadas en la historia o incluso Barbie en el Cascanueces. Personalmente es un vals que me resulta hermosísimo por lo muy magníficamente que está escrito y por el hecho de que, a pesar de ser pensado para una orquesta, incluso sus arreglos para un solo instrumento resultan impresionantes. El Cascanueces es una historia navideña de magia y sueños, por lo que me pareció una linda elección para Ymir, sobre todo en estas fechas cercanas a Navidad.

Y bien, para quienes siguen el resto de mis historias, aviso que para mañana debería estar ya el capítulo 15 de Cantarella (al fin) y para el jueves el 10 de Zodiaco, y con eso ya acabaría este año. Para comienzos del 2021 regresaría con el capítulo 2 de Love in Four Seasons, el 7 de esta historia y el 40 de In Focus entre mis historias largas.

Igualmente me disculpo por el enorme atraso que llevo respondiendo mensajes. Intento irme poniendo al día con todo poco a poco, y saben que jamás me olvido de que tengo contestaciones pendientes, pero debido a mi escaso tiempo he preferido priorizar la salida de capítulos. Ya llegando enero, seré libre y podre regularizarme.

Una vez más muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp´s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Siempre son la llamita que mantiene encendida la hoguera que es la imaginación de esta escritora. Hasta el siguiente año entonces, con los siguientes temas del evento: Universo Real / Universo del Olimpo / Universo Nórdico.

Un enorme abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes y los suyos en este fin de año y comienzo del siguiente. Un muy feliz 2021. Ojalá y sea mucho, mucho mejor que este 2020 que vamos dejando atrás.

 

Tessa.


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