Capítulo 8
Lazos
-Puedes relajarte hombrecito-dijo Rebeca a Blake provocándole disgusto.
Él no era un hombre bajo, pero la mujer debía medir entre 1.85 o 1.9 metros, aun así, era sigilosa como un gato y astuta como una serpiente.
-Estoy en desventaja numérica, no pienso intentar nada-dijo la mujer de ojos verdes.
-No creo que eso sea un impedimento para ti-respondió Blake recordando como lo inmovilizó cuando la conoció.
-Nunca lo ha sido, podría tomar un rehén-Rebeca miró a Aaron- y salirme con la mía, sino hubiese dos basuras andantes capaces de atravesarme con el niño- suspiró y se sentó.
Todos sabían a quiénes se refería cuando dijo “Dos” uno seguramente era Dante, el joven no trató de ocultar su sed de sangre con una sonrisa fanfarrona; el otro debía ser Alonso, su amable anfitrión, aunque éste tenía una expresión seria, ya todos sabían que no se preocupaba más que por él mismo y, tal vez, su hermano… tal vez.
-Ya saben que fue uno de mis hermanos-infirió-probablemente ya saben cuál es el veneno, así que vienen a matarlo, pero no lo puedo permitir-
-Y ¿Desde cuándo te preocupa el amor fraternal? - Cuestionó Alonso quien al parecer la conoce de años atrás.
-Dame el nombre- las palabras de Ezra sonaron como un rugido.
-Cuando tenga la información que necesito, yo me encargaré de él-
Todos se sorprendieron, pero nadie habló por un tiempo. Alonso se levantó de su silla y se dirigió a la salida.
Blake trató de interceptarlo
- ¿Te vas así?, no hemos resuelto nada-
-Ella dijo que se encargaría, en el tiempo que la conozco, nunca ha faltado a su palabra, caballeros, ha sido un placer que espero no se repita- siguió su recorrido.
- ¿Crees que será capaz de matar a su propio hermano? – preguntó Aaron
- La primera vez que se “encargó de alguien” fue de Inmanuel Smaragd- siguió su recorrido.
Los demás compartieron una mirada de asombro, pero luego empezaron a salir también. Al parecer más de uno la conocía mejor que Blake. Al final Isaac le envió un mensaje a Blake en el que afirmaba que habían identificado el veneno y los niños estaban en tratamiento, Blake se apresuró a la salida, pero unos dedos se entrelazaron con los de su mano derecha y torcieron su brazo.
- ¡Pero ¿Qué...? - Dijo cuando vio a Rebeca sobre él sujetándolo.
- ¿Recuerdas lo que te dije que pasaría si entrabas en mi territorio sin autorización? - le susurró
Rebeca lo lanzó al piso y lo inmovilizó, tomando una especie de corta uñas le arrancó la uña del dedo anular.
Basil regresó al escuchar los gritos y se lanzó sobre la mujer. Rebeca en un solo movimiento, esquivó los golpes de Basil y con la mano medio cerrada lo golpeó en el rostro rompiendo su nariz.
-Basil, no, por favor no intervengas- Blake sabía que el gran hombre no era rival para ella.
Rebeca volvió a tomar los dedos de Blake, pero Basil de nuevo interfirió y la arrojó al otro lado de la sala provocando que se cortara con la punta de una mesa, ella se levantó, se limpió el polvo y la sangre que salía de su brazo y le dio una sonrisa escalofriante.
La Smaragd mayor trepó sobre el hombre como si fuera una montaña, tomó la sangre que salía de la nariz de Basil y se la embarró en los ojos, luego lo estrelló contra la pared dejándolo inconsciente.
-Siempre terminas jugando sucio- Dijo Alonso desde la entrada como si fuera un espectáculo divertido- ¿Necesitas ayuda? -Dirigió la pregunta a Blake que se encontraba nuevamente bajo Rebeca.
-No gracia ¡AAAAAAH! - Rebeca arrancó la uña del dedo meñique.
-Vamos señora Smaragd, técnicamente estamos en la entrada- Insistió Alonso
-Lo sé señor Carbone, pero el novio de tu novio me atacó y eso merece por lo menos un brazo roto- Respondió la chica de ojos verdes mientras doblaba los brazos de Blake.
Rebeca hizo presión con su cuerpo sobre los brazos de Blake, todo se volvió oscuro. Blake miró el rostro del Carbone menor antes de desvanecerse en el cuarto, solo vio enojo y desaprobación caminando hacia él. Pensó que ese hombre nunca cambiaría.
****
Blake se despertó en una cama que reconocía, su cabeza se llenó de recuerdos de las noches que pasaron juntos, luego la vergüenza y finalmente, la culpa al ver a Basil sentado a su lado, preocupado.
-Veo que estás mejor- le sonrió.
- ¿Cómo estás? Tu cabeza…- trató de acercar su mano, pero Basil la alejó.
-Estoy bien- respondió secamente y dirigió su mirada hacia el baño.
Alonso salió tranquilamente y caminó hacia Blake, su brazo estaba inmovilizado.
-Salgo con los Vita a la ciudad Rubí-dijo Basil rompiendo el silencio-si un día llegas a necesitar mi ayuda, para lo que sea o para deshacerme de quien sea-miró a Alonso-no dudes en llamar, el señor Carbone puso mi número en tu teléfono mientras dormías-
-Basil…-Blake lo tomó del brazo- ¿Por qué? -
-No pude protegerte, aún no soy digno de confianza- Basil tomó su mano, le dio un beso en la mejilla.
El gemelo no podía disimular su cara de desagrado, Basil de dio una sonrisa burlona.
-Cuídalo, o vendré por él-
-Desde ahora, voy a tratarlo como una princesa-le sonrió el hombre de ojos grises- pero deberías tener cuidado, es un mundo peligroso y podrías morir en cualquier momento, digo, con tantos peligros allá afuera-
-Buena suerte con eso- respondió a Basil quién salió presuroso de la habitación.
- ¿Quieres decirme qué está pasando? ¿Por qué Basil salió de ese modo? ¿Por qué estoy en tu cama? Y más importante ¿qué te pasó en el brazo? – Blake se levantó de la cama y Alonso lo regresó con la mano intacta.
-Tu solo preocúpate por descansar- le dio un beso en la frente-princesa-
-Eso suena demasiado perturbador, especialmente si lo dice una persona tan sádica como tú- Blake respiró-sabes que igual me voy a enterar-
Alonso dio unas cuantas vueltas por el cuarto pensativo, luego regresó y se sentó a su lado.
- ¿Qué es lo último que recuerdas? - preguntó Alonso tranquilamente.
-Rebeca sobre mí doblando mi brazo, pensé que lo partiría- respondió Blake escaneando su cuerpo en busca de más lesiones y luego centró su atención al gemelo menor.
-Alonso ofreció a Rebeca que rompiera su brazo en lugar del tuyo- Giovanni Carbone respondió desde la puerta, a su lado Isaac y Declan con Asher en brazos.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó Isaac acercándose.
-Bien, al parecer no soy el que debería estar en cama- Blake miró a Alonso- ¿cómo está el pequeño… Declan? – levantó su cabeza para ver al adolescente que ahora era mucho más grande que él
-Hola Blake, me alegra verte- dijo el joven.
Discutieron un rato sobre lo ocurrido, acordaron que Declan los visitaría más seguido con los Orozlan; al parecer lo leones lo estaban cuidando bien, se veía muy bien, le estaban brindando una excelente educación y parecía que lo alimentaban con hormonas porque estaba gigantesco, aunque no imaginaba con qué propósito, supuso que lo apreciaban por ser el novio del menor de los hermanos, pero los rubios eran muy reservados con todos sus movimientos.
Alonso dispersó a todos los presentes para que Blake descansara un rato, solo quedaban ellos dos en la habitación, el gemelo menor lo cubrió nuevamente con las cobijas.
- ¿Podrías dejar de hacer eso? No me has respondido y me siento muy confundido con todo esto, tu brazo…- insistió el castaño mientras lo forzaba a recostarse con él en la cama- ¿Por qué...? pensé que no te importaba…yo-
Alonso silenció la conversación con un beso, acarició suavemente su mejilla, subió a la cama y recostó su cabeza en su hombro.
- Tú ganas, seré bueno- le susurró
- ¿Y qué pasa con Basil? ¿Por qué se fue así? ¿Por qué…- fue interrumpido
- ¿Por qué te dejó? - mofó el peli blanco sabiendo que molestó a Blake- tampoco lo entiendo, pero deberías respetar su última voluntad y no buscar su cadáver-
- No intentes lastimarlo- Blake se agitó- nuestra relación no era como lo piensas-
- Y ¿Cómo sería eso? – Alonso deshizo los botones de la camisa de Blake y pasó su mano por el pecho desnudo del más pequeño- ¿me vas a decir que no hubo sexo? – levantó una ceja mientras rozaba sus labios en los pezones del castaño.
- No- dijo conteniendo un gemido- él solo- Alonso metió su mano libre de vendajes en el pantalón pijama mientras Blake se retorcía- él solo quería protegerme- sus ojos se aguaron.
Alonso masajeó su miembro suavemente con la mano y luego lo llevó a su boca robando el aliento de Blake quien se tensó un momento, pero luego se dejó llevar.
- ¡Alonso! - exclamó mientras el Carbone reclamaba la liberación con su boca.
Blake se limpió y cubrió su rostro con la manta, se sentía muy avergonzado, era como si no hubiese pasado el tiempo, aún anhelaba el contacto con el gemelo, por malvado que fuese, su corazón se aceleraba en cada oportunidad que lo tenía cerca, luego la culpa hizo estragos, se suponía que iba a darle la oportunidad a Basil.
- No deberías preocuparte por un muerto- dijo el hombre a su lado.
- Tu…- Blake empezó a recordar las palabras de amenaza de Alonso.
- Yo no haré nada mi astuto zorrito- lo besó en la frente- lo matará el mismo tonto rumor que puso en peligro a todos los jóvenes-
- Alonso eso es muy serio, dime-
- Repítelo- dijo el gemelo menor complacido-
- ¿Qué cosa? - El castaño estaba confundido
- Mi nombre, quiero escucharlo de tus labios nuevamente, no pensé que llegaría el día y se siente de maravilla-
- ¡Estoy hablando en serio! - Blake levantó la voz exasperado.
- También yo, no te diré nada si no lo dices, también podrías intentar con “amor mío”-
Blake se había acostumbrado a la actitud infantil del mayor, parecía que nada en el mundo valía la pena para él, simplemente un hedonista, sádico y egoísta; luego dirigió su mirada hasta el brazo roto del Carbone menor y entendió que estaba equivocado.
Blake se abalanzó sobre el hombre de ojos grises y lo besó apasionadamente rozó la mejilla con sus labios hasta llegar a la oreja y le susurró:
- Alonso-
-Creo que podríamos tener esta conversación después de uno o dos rounds en la cama- Alonso se acercó de nuevo, pero Blake lo tomó del yeso.
-Aaah, te estás volviendo muy agresivo zorrito- fingió llorar
- Si quieres tener una relación, debes estar en las mismas condiciones, ahora se hará lo que yo diga y vas a soltar la sopa- Dijo con firmeza.
-Me gusta esta dinámica, claro que haré lo que desees, después de todo eres mi amante, tú lo has dicho- Alonso lo besó- cuando Rebeca me rompió el brazo me dio dos regalos, tu integridad y la razón por la que algún imbécil atacó a un montón de niños. Al parecer uno de los herederos de las ciudades gema puede abrir la caja fuerte de Atticus Robijn.