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Vivir y Amar por JennVilla

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El partido había sido alucinante. Por una parte.

El triunfo de Bulgaria sobre Irlanda había dado mucho de qué hablar, y muchos magos y brujas estaban extasiados con los resultados, derivando en una gran fogata al aire libre para que todo el que quisiera, se acercara a celebrar.

—Dicen que la cena será deliciosa. —canturreó Ron mientras caminaban hacia la fogata.

Los Potter, los Weasley y los Zabini iban juntos hacia allí, con las caras y ropas haciendo alusión al equipo de Bulgaria, a excepción de los gemelos, Hermione y Blaise.

—No tienes por qué emocionarte tanto por eso, Ron —regañó Hermione—. Lo que dicen es que han sacrificado a unos pobres caballo y estoy segura de que no probaré nada de eso.

—Oh, Hermione, ¡eso no es cierto! —dijo Blaise mientras Ginny se colgaba de su brazo— Mamá dice que vio unas ovejas cuando estaba curioseando por ahí, ¿no es cierto, mamá? —Adrianne asintió y siguió su conversación con Lily— Y, de todas maneras, sea la carne que sea, la recibiré con gusto.

— ¡Ugh, Blaise! —Ginny se quejó y se separó del chico para reunirse con Hermione— No comeré carne de caballo.

—No es de caballo, tonta —dijo Ron.

—No me llames tonta, Ronald.

Los hermanos siguieron discutiendo mientras Hermione argumentaba algo sobre lo dañino que era comer carne a esa hora de la noche.

Harry siguió caminando, sin prestar verdadera atención a los demás. Aunque moría de hambre y deseaba celebrar junto a los demás cerca al fuego, sus pensamientos estaban con Draco, quien recién terminó el partido, se fue con su familia a saludar a los jugadores ganadores.

Draco, obviamente, le había invitado, pero Harry tuvo que negarse al comprobar que, a pesar de que estaba feliz por la victoria de Bulgaria, no le gustaba mucho su jugador estrella, Viktor Krum.

El buscador había salvado definitivamente el partido, pero eso no le quitaba su fanfarronería al volar cerca de las gradas y guiñar un ojo a Draco cada que lo veía. Cuando la Snitch pasaba por allí, Krum la perseguía velozmente sin que eso impidiera que dedicara una encantadora sonrisa al rubio. Y Draco, sólo le veía a él, perdiéndose de muchas anotaciones por parte de los demás jugadores. Harry sentía una bestia rugir en su estómago por la frustración.

Y la gota que colmó el vaso, fue que al atrapar la Snitch, el búlgaro no dudó en volar hacia Draco para dedicarle el triunfo con una brillante sonrisa.

Pfft por poco y le regala la Snitch, si es que el resto del equipo no se le hubiera abalanzado para celebrar.

Harry sabía que estaba siendo un tonto, pero no podía evitar estar un poco receloso por el comportamiento del chico hacia Draco. Y ahora, mientras se acercaba al espacio abierto en el campo, estaba seguro de que era el tonto más grande del mundo al no haber aceptado irse con Draco.

— ¿Harry? —la tranquila voz de Remus le sacó de sus pensamientos— ¿Estás bien, cachorro?

Harry levantó la mirada y sonrió al hombre, comprendiendo que se había alejado de los demás a zancadas molestas.

—Lo estoy, Remus. Es sólo que… bueno, Draco fue a saludar a los jugadores y tengo un poco de… envidia. Ya sabes, yo quería ir también.

Los ojos caramelo de Remus le miraron con simpatía.

—Ahora podrás verlos más de cerca, Harry —sonrió—. Ellos vendrán también a celebrar. Los de Irlanda han sido invitados también.

—Y las veelas vendrán también —dijo Sirius uniéndose a ellos y abrazando a Remus por los hombros—. Me muero por verlas.

—Ah, ¿sí? —Remus alzó una ceja— ¿Ya no soy suficiente para ti?

—Sirius lo estaba diciendo por mí, ¿no, Canuto? —defendió Harry riendo, olvidando todo lo de Draco por un momento— Él quiere que yo las vea más de cerca.

—Pues eso no se podrá, caballerito —dijo el castaño—. Eres muy pequeño y esas criaturas son peligrosas. Mantente a mi lado, si es que me quieres ver contento.

— ¡Remus! —se quejó Harry— De verdad que no me les acercaré.

—Lo haré yo por ti, cachorro —dijo Sirius y Remus se zafó de su abrazo—. Hey, Rem, estaba bromeando…

Remus bufó y devolvió sus pasos hacia los demás, dejando a Harry y su padrino apartados.

—Había una vez, un cachorro de león muy celoso… —empezó Sirius después de un rato de silencio.

— ¿Qué?

—Ese cachorro de león se había encariñado mucho con una serpiente, y su padrino, un perro casi celestial, no podía entender sus gustos, pero no intervino, hasta que vio que esa serpiente se estaba acercando mucho a un… —Sirius se llevó un dedo a la boca y Harry rio, esperando el apelativo y la continuación del cuento— Haz de cuenta una especie de toro. Ya sabes, los toros pueden ser más impresionantes que un cachorro.

— ¡Oye! —Harry exclamó— ¡Ya no soy un cachorro tan pequeño!

— ¿Quién estaba hablando de ti? Bueno, como iba diciendo, la serpiente se fue con el toro por un tiempo. El cachorro, sin su escamoso amigo, se sintió solo… y se alejó de la manada y los bigotes se le retorcían por el malhumor. Un día, se fijó en un tejón que pasaba por allí…

— ¡Jaj! ¡Eso es mentira!

—El tejón, aunque pequeño en apariencia, era bastante mono. Y el plus de eso, era que le hacía ojitos al cachorro.

—No…

—El padrino del cachorro, el perro, no sabía qué hacer. Porque la serpiente quería al cachorro, sí, pero… bueno, tenía también otras amistades, y el cachorro creía que lo había traicionado, y por eso se alejó también.

—El cachorro también tiene otras amistades.

—Sí, pero ese felino no las ve, y cuando la serpiente se fue, el cachorro olvidó al resto. A sus padres leones, a su perro favorito y al apuesto lobo pardo —Sirius miró hacia a Remus con embelesamiento—. Tampoco es que le haya prestado al siempre fiel tejón. Oh, sí, y olvidó también a los amiguitos… mm los cuales tienen una especie sin identificar.

Harry rio, intentado clasificar mentalmente a sus amigos en animales.

—Estás exagerando.

—De todas maneras, el perro no quería que el cachorro sólo pensara en la serpiente y no disfrutara del… ocaso de la sabana —Sirius parecía muy orgulloso de su inventiva—. Así que un día, o una noche, como tu prefieras, se acercó al leoncito y le dijo-

— ¡Woof! —Harry se burló en voz baja y Sirius le fulminó con la mirada para continuar:

—Le dijo: Cachorro, fíjate a tu alrededor y date cuenta que la vida está llena de más personas que te quieren y-

— ¿Personas?

—…y que quieren pasar tiempo contigo. La serpiente te quiere, pero necesita su propio espacio por un momento, y si se fijó en un toro… bueno, ¡tú tienes a un tejón!

—Sirius… ¿a qué viene todo esto? —dijo Harry después de un momento.

—A que pareces uno de esos zombies que Lily nos muestra en la televisión, Harry. Vi que… bueno, vi lo de Krum y Draco, y tú definitivamente no estabas muy contento con ello —Sirius hizo una pausa al momento en que se sentaba junto a Harry en la manta hechizada que Lily había llevado—. Y ganó nuestro equipo favorito y tú ni siquiera pestañeaste.

—Eso no es cierto. ¡Fue asombroso!

—Bueno, pues has estado muy alejado, Harry. Y Lily me ha obligado a hablar contigo así que aprécialo, por favor.

Harry rio y negó con la cabeza.

—No es cierto —Sirius meditó—. Tengo miedo por ti, ¿sabes? Creo que estás muy apegado a Draco, y que, de alguna manera, siempre tienes un estado de ánimo de acuerdo a lo que vives con él.

—También disfruto el tiempo con mis amigos, Sirius.

—Tienes que aceptar que tienes cierta dependencia a Draco, cachorro. Tienes que disfrutar tu juventud, para que cuando estés enojado con Draco… bueno, te enojes con él, sí, pero que eso no sea motivo para que te alejes del resto y te amargues el día.

—No estamos enojados, Sirius.

—Entonces —Sirius sonrió— tienes celos, porque Draco tiene otros amigos que no son de tu mismo círculo.

—No… no es eso.

—Y si no es eso, entonces es que estás enamorado de él o algo por el estilo, y-

—Por favor, Canuto. No hablemos más de eso, ¿sí? —Harry pidió— Me da vergüenza.

—El amor no debe dar vergüenza, Harry —Sirius le alborotó el cabello—. Pero si no quieres hablarlo, al menos reflexiona lo que te dije. Sin importar tu situación con Draco, no dejes que eso se imponga sobre lo demás o que te arruine el día. Como te dije, tienes montones de cosas por disfrutar, ¡así que hazlo!

Harry asintió y suspiró melancólicamente al ver que los Malfoy llegaban con varios desconocidos a su alrededor. Por supuesto, Krum y Draco venían juntos. Mucho.

—No puedo evitarlo, pero… —Sirius prosiguió, mirando el mismo punto de Harry— Si dices que lo tuyo con él es de otro nivel, entonces háblalo, con él, claramente, para… esclarecer ciertas cosas.

—No, de verdad, Sirius. No pasa nada, es una tontería —dijo Harry negando fervientemente—. Krum es sólo su amigo, lo sé.

—Un toro muy meloso, diría yo. —reflexionó Sirius distraídamente al ver la confianza del búlgaro con el rubio. Los Malfoy se sentaron en un sitio apartado, junto a Bellatrix y Regulus, con Krum entre ellos. El jugador estaba abrazando a Draco como, anteriormente, lo había hecho Sirius con Remus.

—Bah, déjalos —Harry bufó, olvidando el tema de los amigos—. Mejor háblame de otra cosa.

Sirius le sonrió

—Si el cachorro no puede con la serpiente, ¡Mierda, pues podrá con el tejón!

— ¡Sirius!

—Sirius no te expreses así con Harry. —dijo James desde su sitio.

—Oh, habló la virginal princesa —se mofó el pelinegro. James le fulminó con la mirada—. Mira hacia allá, Harry.

Sirius movió la cabeza de Harry hacia la izquierda, donde los Diggory hablaban entretenidamente con el ministro.

— ¿No estarás hablando de Cedric? —Harry casi tartamudeó.

— ¿Y que otro tejón hay aquí? —Sirius dijo lo obvio— Habla con él.

—No te quiero de casamentera.

— ¡Me ofendes! Lo digo para que le des celos al Malfoy menor —terminó susurrando. Harry le miró con interés y Sirius continuó: —. Lily no tiene que darse cuenta de esto, ¿eh? —Harry asintió— Y mucho menos Remus. No querrás que tu pobre padrino moleste todas las noches en tu casa, buscando donde dormir.

Harry asintió enfáticamente y los dientes relucientes de Sirius se dejaron ver.

—Entonces, mi querido merodeador. ¿Estás listo para la próxima travesura?

Harry lo pensó.

—Sí.

—Entonces acércate a Cedric, habla con él, interésate por lo que tenga que decir, y háblale de tus gustos y otras cosas. Hazlo sentir parte de tu vida y… —Sirius se llevó de nuevo el dedo a la boca— Y sí, acércate a él.

—Espera… pensé que me habías aconsejado sobre estar más tiempo con mi familia y amigos, sin importar mi relación con Draco.

—Sí…

—Si hablo con Cedric, me volveré a alejar.

Sirius gimió por la frustración.

—Es muy diferente, Harry. Sólo has lo que yo digo, eso sí, partiendo desde tu propia comodidad y confianza con el chico, y ya veremos.

— ¿Ya veremos qué?

—Si a Draco le gusta tu nueva amistad con Cedric —Sirius señaló sin disimulo hacia la derecha—. ¿Ves?

Krum ahora estaba mucho más cerca de Draco, y le susurraba al oído mientras Draco reía y parecía olvidarse de la existencia de Harry.

—Muy bien. —Harry apretó los labios.

—Ten en cuenta esto, Harry —Sirius adoptó una expresión más seria—. Si no te sientes cómodo con esto, entonces olvídalo. Si por casualidad sientes que Cedric te hace sentir de alguna manera mejor, entonces piensa muy bien las posibilidades. Y si de verdad no quieres alejarte así de Draco, yo mismo me encargaré de patear el trasero de Lucius, pensando que es el de Draco, para que reflexione y te tenga consideración.

—Está bien.

—Y, como dije antes, disfruta tu juventud, cachorro —Sirius alborotó de nuevo su pelo—. Vive, ríe, llora, pero hazlo con pasión y… mesura, también —la carcajada perruna de Sirius hizo que Harry sonriera enternecido—. Pasa tiempo con tu familia y amigos y cuando necesites estar solo, aléjate, sí. Pero no olvides que siempre estaremos para ti.

Los ojos grises de Sirius le miraban con profundo afecto y Harry se abalanzó sobre él en un abrazo.

—Ahora, lo importante —dijo Sirius después—, ¿estás en el juego?

—Sí.

— ¡Hecho!


Más tarde, Lily entró a la tienda arrastrando a un quejumbroso Sirius Black.

—Harry James Potter, hazme el favor de confirmarme si este alborotador dijo todo lo que dijo.

— ¿De qué hablas mamá? —Harry le miró asustado y James frunció el ceño.

—Nos descubrieron, cachorro —Sirius por fin se liberó de Lily y le miró con un gesto de disculpa—. Tenemos que abortar la misión.

—No vas a hacer eso Cedric. No vas a hacerle eso a Draco —Lily se cruzó de brazos—. Tienes suficiente edad como para enfrentar las cosas de una manera más razonable

— ¡Pero no es nada malo, mamá! —exclamó Harry.

— ¿De qué están hablando? —James preguntó.

—Ya lo verás, James. Y claro que es malo, Harry —Lily le miró con censura—. Si de verdad quieres empezar una amistad con Cedric, entonces hazlo, y no porque quieras darle celos a Draco.

—No quiero hacerle daño a nadie, mamá —Harry vio de reojo a Sirius hablando con James—. De verdad que quiero conocer más a Cedric y… lo que dice Sirius es cierto; aunque tenga a más amigos, soy consciente de que siempre quiero pasar el tiempo con Draco —Harry miró fijamente a su madre—. Quiero conocer a más gente, mamá, y quiero también… sólo quiero que cuando Draco no esté para mí, yo pueda pasar el tiempo con los demás, sin estar poniéndome de morros porque Draco esté hablando con otros.

—Puedo entender eso, mi amor —Lily se inclinó y le besó la sien—, y me parece muy sabio. Pero si estamos hablando de eso, de darle celos a Draco, me parece muy de mal gusto, Harry. No puedes, por ejemplo, querer iniciar algo con Cedric sólo por ver qué cara hace Draco. Son tres los perjudicados ahí, ¿me entiendes?

—Es que… —Harry susurró— me sentí muy mal cuando lo vi con Krum y… pensé que él quería algo más conmigo.

Lily suspiró.

—Aunque aún me pareces muy pequeño para esto, tengo que entender que te sientas atraído por Draco. Y puedo ver que Draco siente lo mismo, Harry —sonrió—. Entonces, si quieres tener clara tu posición con él, tienes que hablarlo con él mismo, cariño. No valiéndote de intrigas y cosas así para que no sólo se dañe tu relación, sino una amistad que empezó desde que estabas en pañales.

Harry asintió mansamente.

—Puedo… puedo hablar con él.

—Perfecto. Y también puedes dejar de ver cosas donde no las hay, Harry. El chico parece ser sólo su amigo, y estoy segura de que Draco… te quiere. Aunque están muy pequeños para eso, óyeme bien. De todas maneras, habla con él; dile que no te gustó que lo ignoraras en la celebración, o lo que tú creas necesario.

— ¿Cómo sabes…?

—No soy ciega, cariño —Lily sonrió—. Y también, además de hablar con Draco, regálate un momento para pensar si de verdad te sientes como dices que te sientes, respecto a todo.

—Está bien.

Lily sonrió y le besó de nuevo. Harry suspiró.

—Pero, de todas maneras, Cedric me parece genial, así que quiero que sea mi amigo —Lily le miró con orgullo. Harry continuó: —. Y también quiero… quiero que hagamos más cosas juntos, papá tú y yo. Y quiero jugar más tiempo al ajedrez con Ron en Hogwarts, también prestarle más atención a Hermione sobre lo interesante que es tal libro, o charlar sobre Quidditch con Blaise y viajes con Pansy. ¿Me entiendes?

Lily asintió.

—Y…

—Y no quiero dejar de pasar tiempo con Draco, claro. Pero quiero aclarar todo con él… —Harry se sintió enrojecer— Lo que más quiero es ser su novio.

—Oh…

—Así que hablaré con él, mamá. Si él quiere ser mi novio, genial.

—Has crecido tanto… —los ojos verdes de Lily brillaban con lágrimas.

—No es para tanto —Harry rio con azoro—. Y también… le preguntaré si le parezco asfixiante o-

—No digas eso, mi niño —Lily le consoló—. Mira, si… si quieren ser pareja, entonces intenten organizar sus actividades juntos-

—Pareces Hermione.

—Déjame hablar, muchachito —ella le reprendió juguetonamente—. Como iba diciendo, habla de lo que tú creas necesario y asegúrate de que ambos estén a gusto. Cuando quieres a alguien, Harry, siempre tienes que velar por su bienestar, sin olvidarte del tuyo propio.

—Lo sé.

—Hablen de cómo quieren llevar sus cosas, de que cada uno tiene una vida y lo más sano es vivirla sin afectar al otro, ¿sí? —Harry asintió— Y bueno, entonces sin demora, cuando llegues a casa, comunícate con Draco. Y haz todo lo que dijiste antes.

—Está bien —Harry hizo una pausa—. Y no te enojes con Sirius, mamá —pidió, para darse cuenta de que los dos adultos ya no estaba allí. De todas maneras, continuó: —. Él me dijo cosas muy buenas también, y sobre lo del plan para… bueno, tú sabes, él no me obligó a nada. Dijo que lo hiciera si me sentía cómodo.

— ¿Y lo ibas a hacer? —Lily preguntó con una mirada seria.

—No lo sé. Pero lo hubiera pensado mucho, lo juro.

—No te preocupes por tu padrino —dijo Lily después de un rato—. Yo sé que él no quiere nada malo para ti…. Pero por favor, Harry, piensa muy bien cada que él te proponga cualquier payasada.

—Está bien. —Harry rio.

—Y los Diggory están por venir. Así que charla un poco con Cedric sobre el partido o cualquier cosa. El pobre parece muy solo, sin nadie de su edad. Y lo guapo que es.

—Merlín… Pero no hagas comentarios cuando esté hablando con él. —Harry le advirtió como si fuera una niña pequeña.

—No, tranquilo —ella rio—. Ya sé que mi yerno será Draco hasta el fin de los tiempos.

— ¡Mamá! Tampoco hables de eso con la señora Malfoy.

—Oh —Lily se puso de pie e hizo caso omiso—. Tenemos que preparar tantas cosas para la boda… —bromeó.

— ¡Mamá!


...


 


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