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Distrust por candy11

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El vaivén de sus cuerpos, quizá en otro momento, quizá en otro lugar, habría sido medianamente placentero para él, pero ese no era el caso. Su novio fruncía el ceño, y él veía cada una de sus facciones con las manos al rededor de su cuello. Dejándose llevar por el balanceo del otro. Hizo una mueca de incomodidad, dando un respingo en tanto el cálido líquido ocupaba su interior.

 

—¿Ya? — No era su intención sonar como aquello se había escuchado, pero inconscientemente, era el reproche que llevaba aguantando desde que empezaron con la ronda. Su novio le miró con fastidio, Allen se quejó en tanto de un empujón hizo que se apartaran, saliendo de él con la misma Brusquedad.

 

—Si quieres hacer algo al respecto vas a tener que hacerlo tú — Allen frunció el ceño, estaba consciente de lo que se vendría, así como sabía que Hunter estaba frustrado porque no había conseguido no sólo que él no se viniera. Su pene ni siquiera se había erecto.

Pero estaba enojado. —¿cuál es tu problema? —Se quejó, levantándose cómo pudo. 

 

—¿Mi problema? ¿Cuál es tu maldito problema? Si no te gusta lo que hago vas a tener que hacertelo tú, ¿qué otra cosa esperas? — Su voz estaba tensa, y no era para menos, llevaban discutiendo ya varios días.

 

¿Qué otra cosa esperaba? No lo sabía, pero eso no. Estaba cansado ya de las peleas, ya ni siquiera se soportaban en el desayuno. Cuando el más bajo salió echando humos y azotando la puerta, Allen ni siquiera sentía fuerzas para ir detrás de él.

 

Ya en otra ocasión lo había hecho, y habían estado gritándose por todo el edificio. Le había lanzado su zapato al sentirse ignorado por el otro, y por un momento sintió miedo cuando Hunter se volteó colérico yendo en su dirección con el zapato en la mano. Allen era más alto, pero en cuánto a musculatura no tenía ninguna ventaja.

Se habían gritado hasta llegar a la casa, sólo para que le entregara el zapato y le empujara fuera de la habitación principal, donde no le dejó entrar en un par de días.

 

Estaba cansado y sucio. Ya no tenía más ganas de nada de eso.

Cuando era más joven, solía fantasear con la idea de vivir con su novio. De anunciarle a sus padres de su evidente homosexualidad y vivir la magia del amor con el amor de su vida. Fantaseaba con sexo desenfrenado, con risas y besos. Ahora se burlaba de todo eso amargamente. Se limpiaba los rastros de semen del recto y echaba lo que quedaba de shampoo sobre su cabeza.

No podía pensar en su novio sin que una mezcla de repudio y frustración apareciera en su pecho.

 

"Eso pasa cuando sales con alguien inmaduro" Le había dicho Evan en alguna ocasión, luego de escuchar sus penas. Su mejor amigo frunció el ceño "¿Han llegado a golpearse?"

 

"No" Tuvo que desviar la vista, porque ya le había lanzado cosas antes, porque Hunter ya le había empujado en otras ocasiones, porque llegó a tirar por la ventana el teléfono de Hunter en un arranque de ira y por un momento pensó que este le haría lo mismo a él. No contó ninguna de esas cosas, pero su amigo negó con la cabeza. "Sal de ahí, no puede ser posible que eso escale a más, hay más penes que estrellas, Lenny, te puedo ayudar con eso si quieres".

 

Y él se había reído.

De vuelta a la realidad, pensaba en ello mientras se vestía y se seguía riendo con amargura. "Hay más penes que estrellas", pero ya había sacrificado mucho para estar con Hunter.

 

Dejó su vida para irse a vivir con él, aún cuando sus padres no aprobaban nada de su estilo de vida, aún cuando tuvo que dejar la escuela porque no se podía dignar a mantener una casa y pagar los semestres de la universidad a la vez. No podía pensar en ello sin sentir la misma repulsión que sentía por Hunter y por si mismo.

 

Dejó escapar un suspiro, desde el balcón de su departamento la vista era aún más deprimente que su propia miseria. Buscó un cigarrillo que encendió sin ninguna prisa, dándole una larga calada.

 

Tampoco lo admitiría, pero en algún momento también había entrado a su bandeja de mensajes. No necesitaba hacerlo de nuevo para saber que muy probablemente en estos momentos estaría con alguien más.

 

El sólo pensamiento le hacía mella en su cabeza. Tomó su celular, aun con el cigarrillo entre los labios, buscando el número de Evan.

 

—¿Bueno? — La voz cansada de su amigo le respondió desde el otro lado de la línea.

 

—¿Dijiste...— trató saliva, de pronto se sentía nervioso por lo que estaba a punto de hacer. —... que me ayudarías a buscar a alguien para reemplazar a H unter, no?... ¿puede ser un pasivo?


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