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¡¡¡CUENTA HASTA 10!!! por Orseth

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            El día anterior se la había pasado acostado, durmiendo todo el día, solo se había levantado a picotear algo de comer y había vuelto a la cama; un nuevo día había amanecido y seguía sin ganas de hacer nada, pensando en cómo enfrentaría a su padre y preguntándose por qué su padre no le había enviado un vociferador aun como si fuera un niño.

            Ya era medio día y seguía en pijama y pantuflas,  cabello alborotado y sin bañarse desde el lunes, picoteaba un plato de cereal en la barra de la cocina viendo solamente como éste se convertía en una pasta grumosa, entonces llamaron a la puerta, algo que le extrañó mucho puesto que nunca había interactuado con sus vecinos en el tiempo que llevaba viendo ahí, por lo que hizo caso omiso… hasta que volvieron a llamar dándole a entender que no se irían de ahí y puesto que Iggy había ido a hacer las compras, solo estaba él.

            Malhumorado se levantó dispuesto a morder a aquel que estaba perturbando su auto lamentación, pero quedó sin poder decir una palabra al ver quién era el que llamaba.

            -¿Potter?... Digo, Harry…

            -Hola Draco ¿puedo pasar?

            -Eee… claro, adelante –respondio pasándose una mano por el alborotado cabello en un intento inútil de aplacarlo.

            Cuando Harry entró, se sentó en el sofá viendo las fachas del rubio.

            -Perdón por no avisarte antes de mi llegada.

            -No, está bien… siento las fachas –respondio sentándose en el sofá de enfrente.

            -¿Cómo te has sentido, ya mejor?

            Draco exhaló un suspiro antes de contestar.

            -Sí, ya mejor, gracias.

            -Pues no se ve.

            -Sí, es verdad –respondio sonriendo cansinamente- me siento una mierda y estoy tomándome unos días para pensar en lo que haré… creo que mi padre no se ha enterado del asunto o ya lo tendría aquí gritándome en la oreja.

            -¿Y has pensado que vas a hacer?

            -Sí… buscaré otro empleo, ahora que estoy fuera de casa no puedo permitirme regresar derrotado… Quiero demostrarles a mis padres que…

            -Tal vez deberías dejar de intentar demostrar algo y hacerlo por el simple gusto –interrumpió- bueno, solo es un comentario, no estoy en la misma posición que tú, solo puedo imaginar el nivel de presión de parte de tu familia.

            -Es cierto –respondio con una pequeña sonrisa- debería hacer eso pero no puedo, soy el único hijo de una familia que se ha encargado de educarme toda la vida para hacerme cargo del patrimonio familiar llegado el momento… y no hablamos de un simple taller, son cientos de empleos que estarán bajo mi responsabilidad… curioso, hasta ahora me doy cuenta de la importancia de eso… creo que mi padre tenía razón –concluyó volviendo a sonreír-  Por cierto Potter… -dijo rascándose la nuca y sintiéndose incomodo de repente al recordar la noche del sábado- yo… bueno, te agradezco el haberme traído a mi casa el sábado.

            -Ah no hay nada que agradecer… Satín.

            -¡Oh mierda! –exclamó cubriéndose el rostro con la manos mientras Harry reía.

            -¿Qué? es un bonito sobre nombre.

            -Ese no es el punto –dijo mirándolo y recargándose en el sofá- no  me avergüenza lo que soy, ni mi nombre de reina… es la actitud que tomé contigo después de haber bebido tanto… lo siento.

            -¿Qué es lo que sientes?

            -Pues… pues… el que hayas cargado a un ebrio  -respondio sintiendo sus orejas enrojecer al recordar el beso.

            -¿Solo eso? –preguntó sonriendo.

            -¿Por qué me torturas? Sabes que no es así –dijo molesto y avergonzado- Lamento lo del… bueno, tu sabes.

            -¿Lo del beso?

            -Sí Harry, lo del beso –respondio rodando los ojos.

            -Pues yo no.

            -¿Cómo?

            -Besas muy rico ¿Por qué habría de lamentar haber recibido un buen beso? -Draco quedó con la boca abierta sin saber que decir y sintiendo las orejas zumbar- Así que no te preocupes, no tienes porqué disculparte por eso… ahora que haber cargado a un ebrio pues… no hubo tanto problema, parecía que cargaba a la bella durmiente pero con el cabello rosa, por cierto me equivoqué de puerta y abrí primero la puerta del amor.

            -¿¡Qué?!

            -Que abrí primero la puerta del…

            -¡Te oí idiota! –Exclamó dejándose caer en el sofá al tiempo que enterraba la cara en un cojín- ¡Oh mierda!...

            -Por cierto…

            -¡Cállate, no digas nada!

            -Pero…

            -Un Obliviate… -dijo entonces enderezándose de repente, como si la idea más genial se le hubiese ocurrido.

            -¿Cómo dices?

            -¡Un  Obliviate! ¡Puedo aplicarte uno!

            -Tú no me vas a aplicar nada.

            -¡Pero Harry…!

            -¿Cuál es el problema? No vi nada monstruoso en ese cuarto… bueno si, el tamaño de algunas cosas es…

            -¡Cállate!

            -Vamos Draco –dijo riendo entonces- Sí no te avergüenzas de lo que eres ¿Por qué te avergüenza tu cuarto del amor?

            -Pues no, no me avergüenza, incluso Blaise sabe de ese cuarto, es solo que…

            -¿Te avergüenza que yo lo haya visto?

            Draco suspiró exasperado mientras se cruzaba de brazos frunciendo el ceño.

            -Pues si, así es.

            -Vamos, este no eres tú, en otras circunstancias me lo mostrarías orgulloso.

            Draco se  quedó pensando por unos minutos… el cretino de Potter tenía razón, así que…

            -Sí,  es verdad –dijo poniéndose de pie- ven, te daré un tour por ese cuarto -Harry se levantó sonriendo mientras lo seguía- Una de las ventajas de haber salido de Malfoy Manor es que ya no tengo que entrar a hurtadillas en el, hay muchas habitaciones en la mansión pero aun así mamá la recorría cada día para su mantenimiento -Cuando llegaron a la puerta, Draco sonrió sin poder evitar sentirse avergonzado y entonces la abrió- Adelante.

            La habitación se ilumino sola al momento de abrir la puerta dejando ver en un extremo un largo tubo con al menos dos docenas de vestidos, tanto largos y vistosos, como cortos y llamativos; en el otro lado había estantes con docenas de zapatillas, las había de todos colores, parecía una costosa colección, mas al fondo habían estantes con muchas pelucas, tanto de fantasía como naturales, las había de todos colores y formas, también había un tocador al fondo con un gran espejo con luces en la luna, como si fuera el tocador de un artista, con los cajones llenos de maquillaje; realmente todo eso era motivo de orgullo para Draco, incluso había tomado varios cursos de maquillaje profesional y costura para crear sus propios vestuarios… era lo que estaba a un lado del tocador lo que le estaba subiendo el color a la cara.

            -Vaya… -dijo caminando Harry ante la gran colección de dildos y juguetes sexuales que había ahí… los había de todos colores y tamaños, también anillos para el pene, esposas forradas de peluche, había uno que especialmente llamaba la atención, era uno enorme y grueso de color marrón, como si fuese el pene de un negro.

            -Oye Draco, ese dildo de ahí…

            -Está nuevo –interrumpió con la cara roja- nunca lo he usado.

            -No, no te juzgo el que lo hayas usado, es solo que…

            -Esta muy grande ¿ok? –Volvió a interrumpir- solo pensé que debía tenerlo en mi colección… realmente no los uso mucho.

            -¿Y eso porqué?

            -Pues porque… porque… No es asunto tuyo Potter –concluyó tomándolo del brazo para quitarlo de ahí y mostrarle una vitrina con joyería- Mira, esto es más interesante.

            -No, eso de allá es más interesante –respondio regresándose.

            -¡No! ¿Por qué insistes en avergonzarme?

            -Porque es divertido –respondio riendo dejándose guiar lejos de los vibradores- me extraña que te muestres avergonzado de esto, te imaginaba distinto.

            -¿Sí? pues no todo es lo que parece –refunfuñó sacándolo del cuarto del amor y ya afuera se acomodó el alborotado cabello rubio en un intento de recuperar algo de dignidad- No me avergüenza mi sexualidad ni mi orientación, es solo que no es mi costumbre mostrarle mis juguetes sexuales a desconocidos.

            -Ok una última pregunta.

            -Bien pero después de eso promete que no volverás a mencionar esa parte de mi colección del cuarto del amor ¿ok?

            -Ok –prometió sonriendo.

            -Bueno… -dijo regresando a la sala y sentándose subiendo un pie al sofá y abrazando su pierna con una brazo mientras que con su mano libre tomaba un sorbo de agua de un vaso que tenía a un lado- dispara entonces.

            -¿Cuál te gusta sentir más?... ¿los de plástico o los de verdad?

            El agua fue escupida mientras comenzaba a toser… Draco no era virgen, en cuanto entró a la facultad buscó perder la virginidad a la primera oportunidad y lo había logrado, solo que al ser él quien era fue tomado como un trofeo y una muesca de orgullo para la cama de aquel tipo de tercero que se había encargado de desvirgarlo ocasionando con ello que fuese la comidilla de toda la escuela, la había pasado muy duro y su orgullo había sido herido… no amaba al tipo, todo había sido cosa de una fiesta y una noche loca, lo que le había afectado tanto era que el tipo habló y habló a más no poder de lo sucedido en esa cama… de cómo gimió y jadeó, de lo que dijo y de cómo se lo montó, incluso en que posiciones lo había puesto… nunca quiso reconocerlo pero había sido un trauma muy duro difícil de superar, no confiaba en nadie y desde entonces comenzó a comprarse juguetes sexuales… esos no hablaban con nadie ni eran indiscretos.

            -Draco…

            -¿Qué preguntas son esas Potter? –Preguntó limpiándose la boca- ¡no es de tu incumbencia!

            -No tiene nada de malo preguntar –respondió alzándose de hombros con una sonrisa cínica.

            -Claro que si porque no es asunto tuyo.

            Harry se levantó y se sentó junto a él pasando su brazo por el respaldo del sillón, justo atrás de él; Draco lo miró extrañado, viendo como la pierna de Harry prácticamente estaba pegada a la suya.

            -Vamos Satín, no seas tan remilgada en estos asuntos –susurró tomándolo de la barbilla y girando su rostro para besarlo suavemente.

            A pesar de permanecer inmóvil, Draco tenía los ojos muy abiertos, sintiendo en su boca la suavidad de los labios de Harry, quien con su lengua comenzó  a delinearlos delicadamente hasta que sin más la abrió dejándole explorar.

            De un momento a otro se encontró acostado en el sofá, con sus brazos rodeando el cuello de Harry mientras se besaban con ganas, movían la cabeza de un lado a otro en besos hambrientos y llenos de deseo, con el auror encima de él en medio de sus piernas abiertas, fue solo cuando sintió el duro bulto  que la cordura pareció cobrar sentido.

            -Es… espera Harry…

            -¿Mmm? –respondio Harry chupándole el lóbulo de la oreja haciéndolo sentir escalofríos.

            -¿Qué significa esto?...  es decir… -continuó haciendo un gran esfuerzo personal para detenerlo y hacerlo mirarlo a la cara- levántate –concluyó empujándolo hasta lograr que Harry se pusiera de pie.

            -¿Qué pasa?

            -¿Estás demente? ¿Cómo es que preguntas “que pasa”?... ¡estas encima mío manoseándome!

            -No te vi resistirte –respondio acomodándose el alborotado cabello negro.

            -Escucha, no soy tonto… recuerdo lo que dije estando borracho, pero eso no significa que puedas venir a jugar conmigo.

            -¿A jugar contigo?

            -Sí –respondo levantándose y acomodándose la de por sí arrugada pijama- No soy un acostón casual ¿me escuchas?... ¿Qué me gustas? Si, prácticamente lo grité cuando estuve ebrio, pero no soy un culo dispuesto con solo chasquear los dedos ¿entiendes?

            -Oye tranquilo.

            -Estoy tranquilo, pero no me gusta que uses lo que te dije esa noche para aprovecharte de la situación, ahora si no tienes nada más que decirme pues… -dijo haciendo una seña a la puerta.

            -Tranquilo, no estoy intentando abusar de lo que me contaste –respondio volviéndose a sentar ante el azoro del rubio- es solo que reencontrarte no fue como yo lo imaginaba… has cambiado Draco, ya no eres el típico niño bravucón que conocí en Hogwarts, de hecho te has esforzado mucho en la facultad y en tu trabajo.

            -Pues por si no recuerdas Potter, yo era aplicado en Hogwarts, sacaba muy buenas notas, por eso fui prefecto.

            -Cómo sea, eres distinto… es un cambio agradable, mucho en realidad.

            -Bueno pues como sea, no voy a ser plato de segunda mesa, no voy a besuquearme con alguien que tiene novia.

            -¿Novia?

            -Sí… de hecho ¿no que eres heterosexual? –exclamó incrédulo.

            -Yo nunca dije eso.

            -Le dijiste a la mosca que tenías novia.

            -Fue para que me dejara en paz.

            -¿Entonces eres gay?

            -Más bien bisexual.

            -Oh… -exclamó asombrado- bueno, como sea… no soy un juguete.

            -Ya lo sé…

            -Pues pareciera que no.

            -Bueno, entonces salgamos.

            -¿Salir?

            -Sí, tengamos una cita.

            Draco se le quedó mirando por unos segundos.

            -¿Estás invitándome a salir?

            -Sí.

            -¿A mí?

            -Ni modo que a tu elfo.

            Draco no supo que responder… las palabras con las que fantaseo tanto tiempo por fin las había escuchado… una invitación del chico que fue su sueño en sus años escolares.

            -Sí quieres piénsalo y luego me dices –añadió levantándose.

            -¡Sí!

            -Ok, entonces me avisas si…

            -¡No, que si acepto salir!

            -Ah… bueno –dijo sonriendo- pero antes te bañarás ¿no? –añadió riendo.

            -¡Oye, solo no me he bañado en…! Oh…

            Harry volvió a sonreír mientras se sentaba de nuevo.

            -Creo… que me gusta este nuevo Draco.

            Draco sonrió nerviosamente mientras el rubor cubría sus mejillas.

            -¡Mierda, parezco un colegial!

            -Me agrada que hayas decidido a superar este embrollo a pesar de un panorama nada agradable.

            -¿Y qué más puedo hacer? –respondio encogiéndose de hombros mientras se desplomaba de nuevo en el sofá- Pero no es nada fácil, estoy deprimido y solo quiero dormir… necesito unos días más de autocompasión y luego ya veré que hacer.

            -¿Qué tantos días?

            -Esta semana, la siguiente debo empezar a buscar empleo… por cierto Potter… bueno, Harry –añadió sonriendo- Creo que tu estúpido curso si me sirvió al final.

            -¿Por qué?

            -Porque cuando enfrenté a esos tres por lo que me hicieron, se burlaron de mi… especialmente esa mujer y yo… bueno, yo quise sacer mi varita y cometer una estupidez –añadió con un suspiro- pero tus palabras hicieron eco en mi cabeza, que las consecuencias son peores -Harry sonrió y se le quedó viendo por unos momentos- ¿Qué?

            -Qué no eres tan obtuso como parecías serlo cuando llegaste al curso.

            -No lo soy en absoluto Potter –comentó indignado.

            -¿Potter?

            -Sí, Potter.

            Harry sonrió de nuevo.

            -En realidad vine a verte por tres cosas, dos ya las hice.

            -¿Dos?

            -Sí, vine a ver si aun no te habías aventado de la azotea y a invitarte a salir.

            -Oh… ¿Y la tercera?

            -A darte un mensaje de parte del señor Wayne.

            -¿Del señor Wayne? –Preguntó extrañado- ¿Hablamos del mismo idiota señor Wayne?

            -Tú ex jefe.

            -¡Ah! Entonces si es el mismo idiota… pero bueno ¿tú que tienes que ver con él?

            -Draco –continuó Harry poniéndose serio- fui a verlo.

            -¿Y para qué?

            -Para hablar de lo que sucedió.

            Draco torció la boca y abrazó sus rodillas.

            -¿Y para qué? seguro volvió a darle el lado a sus empleados psicópatas.   

            -Pues eso intentó, pero lo convencí de ponerlos a prueba aunque debo decir que fue difícil convencerlo… creo que ser quien soy ayudó.

            -¡Oh si! El niño que vivió –exclamó rodando los ojos.

            -Pues si –dijo sonriendo- El puto niño que mató a Voldemort le pidió que confiara un poco e hiciera lo que pedí.

            -¿Y qué le pediste? -Harry le contó lo que hicieron esa mañana y Draco literalmente quedó con la boca abierta- ¿¡Es en serio Harry?!

            -Sí, muy en serio… no sé que habrá sucedido con ellos pero pienso que el señor Wayne se comunicará muy pronto contigo.

            Draco lo observó unos minutos en silencio, hasta que fue el turno de Harry de preguntar:

            -¿Qué?

            -Gracias… gracias por hacer eso por mí, no tenias porqué hacerlo y aun así lo hiciste.

            -Bueno, no era justo lo que hicieron, además alcancé a vislumbrar un poco de lo que te habías esforzado.

            Draco volvió a quedarse callado aun sin terminar de asimilar lo que Harry le había dicho.

            -¿Crees que me contrate de nuevo?

            -Estoy seguro que sí.

            -Bueno, aunque no lo haga… -dijo sonriendo mientras miraba sus propias manos- al menos sabe que no soy un holgazán neurótico.

            -Bueno, de lo último… -Draco le arrojó un cojín riendo- Por cierto, puedes levantar cargos de agresión por el Desmaius que recibiste.

            -Pero no supe quien fue.

            -Contra quien resulte responsable, se abrirá una investigación.

            -¿Pero no podrá eso volverse en mi contra?

            -¿Por qué?

            -Por lo del bate de beisbol.

            -Ah no, ese asunto ya fue tratado, por eso recibiste el curso como sanción, hubiese sido una multa… créeme, muchos prefieren pagar la multa.

            -Obvio, yo también –Harry sonrió en respuesta- ¿pero ellos irán a prisión por la agresión?

            -No, no es como un intento de homicidio, pagarán una multa y servicio comunitario, pero solo quien resulte responsable.

            -Bueno, pues ojalá los pongan a recoger mapaches muertos en la carretera sin usar magia.

-Me voy –dijo levantándose mientras reía- aun tengo que trabajar ¿te parece bien esta noche?

            -¿Esta noche?

            -Sí, quiero invitarte a cenar.

            -¡Oh! claro.

            -Bueno –dijo dirigiéndose a la puerta- pero te bañas ¿eh?

            -¡Largo de aquí!

 

 

______________

 

 

            Cuando quedó solo, se llevó las manos a la boca aun sin terminar de creer lo que había pasado… ¿Todo se había aclarado?... y no solo eso ¿Una cita con Harry Potter?

            -¡Blaise! –gritó mientras corría a su habitación a buscar su teléfono.

 

 

_____________

 

 

            Cuando llegó a la empresa al día siguiente de haber recibido una llamada del señor Wayne, Draco miró todo con atención, observando cada detalle ahora que no había cosas estresantes que le angustiaran… miró como una secretaria sonreía coqueta al guardia de seguridad, como dos empleados charlaban mientras salían a almorzar, a otros tantos ir de un departamento a otro llevando documentos… era una sensación un tanto curiosa; hasta que llegó al piso destinado y entró; no podía negarlo, tenía mucha curiosidad por ver quienes estaban ahí.

            -Buenos días –saludó al ver a tres mujeres jóvenes en los respectivos lugares del trió infernal.    

            -Buenos días –saludaron todas, pero una de ellas le sonrió solícita- ¿puedo ayudarlo en algo?

            -Tengo una cita con el señor Wayne, soy Draco Malfoy.

            -En seguida le aviso, tome asiento por favor -La  chica entró a la oficina del señor Wayne y salió enseguida- Adelante.       

            -Gracias.        

            Cuando Draco entró, el señor Wayne se levantó señalándole la silla y tendiéndole la mano, después del saludo Draco se sentó sin decir nada.

            -Me alegra mucho que hayas aceptado venir.

            -No fue fácil.

            -Lo imagino… mira Draco, te pedí que vinieras para pedirte una disculpa, sé que el principal daño te lo hicieron estas personas pero yo no fui capaz de mirar más allá… de verdad lo siento mucho.

            -Está bien, al menos todo se aclaró y como podrá ver, no soy ningún desobligado que bota su trabajo sin la menor responsabilidad.

            -Sí, ahora lo sé… respecto a tu trabajo, convoqué una junta urgente, incluido el señor Hanson en donde expuse esta terrible y vergonzosa situación… cabe decir que todos estaban muy impresionados, pero tu reputación quedó limpia y los créditos del proyecto son tuyos ante la mesa directiva.

            -Gracias.

            -No sé que pienses pero me gustaría que aceptaras laborar de nuevo en esta empresa, eres responsable y talentoso y no supe apreciar tu trabajo… creí confiar en personas que llevaban años laborando aquí y no  me tomé el tiempo de investigar.

            -Laborar de nuevo aquí –repitió pensativo- este lugar no me trae gratos recuerdos.

            -Lo imagino… pero no pienses que todo sería igual, para empezar habrás notado el nuevo  personal y segundo, tu sueldo no sería el mismo, habría un incremento por el proyecto que elaboraste, déjame decirte que se implementará en las otras plantas que tenemos, es un cambio muy importante que traerá beneficios a la empresa y es gracias a tu capacidad de observación y análisis… ¿quieres pensarlo algunos días? –añadió al verlo tan callado.

            -No, la verdad es que no necesito pensarlo señor Wayne, acepto –respondio sonriente.

            -Gracias muchacho, eres una buena adquisición.

            -Señor Wayne ¿puedo saber que ocurrió con esos tres?

            -Sí, bueno fueron despedido sin liquidación alguna y están en el boletín negro empresarial, así que nadie los contratará, al menos en este país… obviamente si quieren dedicarse a otra cosa pueden hacerlo, pero ya no en el ámbito administrativo de ninguna empresa, además están bajo investigación por su agresión a tu persona.

            -Ya veo.

            -Sí tienes tiempo, pasa de una vez al departamento de recursos humanos para elaborar tu contrato… bueno, creo que lo demás ya lo sabes.

            -Sí, lo sé.

            -¿Puedes comenzar a laborar desde este lunes?

            -Sí señor.

            -Bien –dijo poniéndose de pie y dándole la mano- entonces bienvenido.

            -Gracias.

 

 

_____________

 

Un mes después…

 

 

            Harry permanecía sentado en un banco mientras Draco estaba sentado frente a su tocador de luces en su cuarto del amor terminando de maquillarse en tanto el auror lo observaba.

            -Oye, maquillarte es todo un arte.

            -Así es –respondio colocándose una pestaña postiza- tomé varios cursos, soy muy bueno en esto.

            Harry miró su larga peluca de cabello lacio y largo hasta la cintura de color blanco, tenía un flequillo y una diadema de cristales.

            -Esa peluca es muy bonita, se parece a tu cabello.

            -Sí, es una de mis favoritas… y con un pequeño hechizo de adherencia es perfecta.

            -¿Hechizo de adherencia?

            -Sí –respondio ahora colocándose la otra pestaña- hay pociones que te hacen crecer el cabello, incluso del color que tú quieras pero la verdad no me gusta tomar nada, lo mío es talento puro –Harry sonrió viéndolo elegir un labial rojo oscuro.

            -¿Y funciona?

            -¡Claro! Una vez me desgreñé con Dolly, fue hace un par de años, no nos conocíamos y ahora somos grandes amigas.

            -¿Y quién ganó? –preguntó sonriente.

            -Mmm pues ella… pero el punto del hechizo de adherencia quedó más que comprobado… a ninguna se nos cayó la peluca… ¡listo!

            Draco se puso de pie colocándose las manos en la cintura en una actitud coqueta; estaba vestido con un vestido muy corto de brillante satín negro, era realmente el disfraz de una sirvienta francesa muy sexy, con la estrecha cintura sujeta por un lazo blanco que formaba un moño detrás, la corta falda tenía mucho vuelo y sus mangas cortas eran abombadas, sus largas piernas vestían medias de red con zapatos de charol con un tacón tan alto y estilizado que hacían a Harry admirarse de eso cada que lo veía con zapatos así.

            -¿Cómo es que no te has roto una pierna con esos zapatos?          

            -Ya te lo dije, soy talento puro… y mucha práctica también.

            -Oye, incluso parece que tienes pechos.

            -Sí, solo es un sostén con relleno y lo demás es maquillaje, bueno ¿nos vamos? –dijo caminando con naturalidad hacia la puerta como modelo en pasarela.

            -¿Tenemos que ir?

            Draco se giró con la boca abierta.     

            -¡Es la inauguración de un antro gay de súper lujo! ¿Cómo no vamos a ir?

            -Es que creo que prefiero quedarme a hacer otras cosas –respondio sonriendo al tiempo que se acercaba y lo tomaba de la cintura. 

            -¿Ah sí? –Dijo rodeándole el cuello con los brazos- ¿y como que cosas?

            -¿No te imaginas?

            -No, dame una pista.

            Harry le besó la mejilla y luego el cuello respirando el fresco aroma a perfume.

            -Esas piernas… -dijo chupándole el cuello- son perfectas…

            -Pues claro, soy un Malfoy…

            -Vamos Draco, quedémonos esta noche… quiero hacerte el amor… -Draco se separó y lo miró a la cara- me has contado tu mala experiencia, sé que ese hijo de puta fue un canalla contigo pero yo no soy así.

            -Yo… sí, creo que sé que no eres así –respondio al tiempo que le tomaba el rostro entre las manos- apenas llevamos un mes de relación pero creo que debo añadir los años del colegio… y si, sé que no defraudarás mi confianza.

            Harry sonrió, entonces se inclinó un poco y lo tomó en brazos haciendo reír a Draco.

            -¡Oye!

            -Silencio señorita, soy auror y se me hace sospechosa, deberé hacerle una exhaustiva revisión.

            Y entre risas se dirigieron al dormitorio de Draco.

 

 

_______________

           

 

            Lo único que le quedaba a Draco del disfraz era la peluca, mientras se besaban, ambos desnudos en la cama, con la mano de Harry entre sus piernas abiertas y flexionadas.

            -Mmm…

            Harry disfrutaba aquella dulce boca mientras sus dedos preparaban el camino y después de un buen rato de juego previo, deshizo el beso y se aplicó un poco mas de lubricante, luego se colocó en medio de las piernas de Draco, quien poniendo sus manos en sus hombros sintió como Harry de a poco comenzó a entrar.

            -¡Ah…! -Cerró los ojos y arrugó la nariz.

            H

arry no se detuvo hasta entrar por completo, luego se quedó quieto mientras lo llenaba de besos y caricias; luego de un par de minutos así, movió su cadera y salió para luego volver a entrar iniciando así un suave ritmo.

            Draco jadeaba y gemía en tanto su cuerpo se acostumbraba a tal intromisión, mientras tanto Harry disfrutaba aquella cálida estrechez, tanto así que comenzó a embestirlo más fuerte.

            -¡Ay!... oye… mis juguetes no se mueven así de fuerte…

            -Es la ventaja de usar uno de verdad –respondio hablando sobre sus labios, con el rostro húmedo y su negro cabello pegado en la frente- pronto te acostumbrarás…

            Draco asintió y le rodeó el cuello de nuevo mientras sentía que prácticamente le partían el culo, aun así estaba feliz… feliz de que su fantasía por fin estaba cumpliéndose… Harry Potter estaba haciéndole el amor.

            -¡Ah!... ¡ah!... ¡oh!... –gemía y jadeaba sin temor de que su intimidad volviera  a ser vulnerada, confiaba en Harry y estar ahí, en esa cama con él, era la mejor muestra.

            Entonces Harry se detuvo, salió de él y se acostó de espaldas haciendo a Draco levantarse.

            -Siéntate encima…

            Draco asintió y se montó encima de Harry tanteando su entrada con el firme pene, solo que al intentar bajar se dolió un poco, sin embargó comenzó a empujar su cadera hacia abajo sintiendo como era abierto poco a poco hasta sentir el pubis de Harry.

            Se inclinó un poco intentando acoplar aquello en su interior, entonces sus largos cabellos albinos tocaron el rostro de Harry, quien sonriendo le acarició una mejilla… miró su rostro maquillado pensando en lo hermoso que se veía con o sin pintura, tocó sus labios con un dedo mientras su otra mano estaba en la cadera de Draco.

            Cuando se sintió lo suficientemente cómodo, Draco se levantó y comenzó a cabalgar a Harry un tanto torpe, dejando la punta del pene dentro para volverse a sentar, se movió un rato disfrutando ver el rostro de Harry, viéndolo cerrar los ojos disfrutando el movimiento, sus labios húmedos que se abrían murmurando su nombre.

            Después de un rato así se detuvo y se quitó de encima, se levantó y se acostó en tanto Harry se jalaba el pene para darse placer dejándolo descansar, luego de unos minutos el mismo Draco se levantó y gateando sobre la cama se puso en cuatro y con una mano acariciándose el trasero comenzó a decir:

            -Anda Harry… móntame ya… quiero sentirte dentro de mi…

            No se lo dijo dos veces… Harry se hincó entre sus piernas y comenzó a acariciar ese par de nalgas, pasando su dedo medio entre ellas tocando la lastimada entrada, luego apuntó su pene y lo penetró.

            -¡Ah!...

            Lo tomó de las caderas y comenzó a embestirlo con ganas, viendo como su pene entraba en aquel rosado y sensible ano, estirándolo para dejarlo entrar.

            -¡Ah!... ¡Mgh!... ¡Oh Harry!...

            Vaya que dolía, pero también era placentero sentirlo dentro de su cuerpo, sentir sus manos en sus caderas apretándolo con fuerza, que seguramente dejaría moretones en su blanca piel… pero entonces una de las manos le tomó el pene comenzando a masturbarlo.

            -¡Oh Harry no! –jadeó sintiéndose incapaz de resistir más- Qui-quiero que sigas… montándome… pero si haces eso… me voy  a venir ya…

            -No importa… voy a hacértelo toda la noche…

            Ante eso Draco ya no aguantó y el orgasmo hizo vibrar cada parte de su ser mojando la mano de Harry y apretando su interior haciendo que el auror se corriera también.

            Harry se quedó quieto dentro de Draco sintiendo el orgasmo recorrer su bajo vientre y sus muslos, luego comenzó a embestirlo de nuevo, haciendo que  su semen escapara del interior de Draco escurriendo por entre sus tersos muslos; luego salió y se recostaron juntos, hombro con hombro.

            Se quedaron quietos, con los ojos cerrados y calmando su respiración, luego Harry le tomó de la mano y entrelazando sus dedos se la llevó a los labios; Draco sonrió ante ese gesto, así que jaló una manta y acurrucándose en sus brazos los cubrió a ambos.

            -Durmamos un poco Harry.

            -De acuerdo… descansa mi hermosa Satín.

            Sonriendo Draco le dio un beso en los labios y cerró los ojos… estaba feliz y a pesar de todo tenía que reconocer que su padre había tenido razón, salir de la mansión había sido lo mejor que pudo haber hecho, estaba madurando como persona y se había conseguido un novio… ¡y no cualquier novio!... obviamente aun le faltaban muchas cosas por aprender y afrontar, pero de que haría brillar el apellido Malfoy de nuevo, lo haría… ya fuese en  el mundo empresarial o en un concurso de Drag Queen.

 

 

 

 

 

FIN

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Notas finales:

Espero que les haya gustado ^^ ¡¡¡Hasta la próxima!!!


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