Capítulo 4.- Primera cita
Shura caminaba por el campus universitario siguiendo las indicaciones de Seiya, y al llegar al lugar destinado no lo podía creer, drama… Seiya estudiaba drama, wow… nada que ver con lo que hubiera pensado
- Veo que no te perdiste – Shura saltó asustado pero sonrió al ver a Seiya de pie atrás suyo, tenía su mochila en la espalda y su casco en la mano
- No, y no puedo creer que esta sea tu carrera – Shura abrazó a Seiya y lo besó en los labios al decir esto, pero el castaño se soltó frunciendo el ceño al preguntar:
- ¿No crees que podría ser actor?
- No es eso lo que dije, dije que no podía creer que esta sea tu carrera, eres muy eficiente en tu trabajo y por eso pensé que estarías en alguna rama técnica o de ciencias o algo así
- Ohhhh ya veo, soy muy eficiente como para ser actor, ¿eso es lo que me estás diciendo? – Seiya empezó a caminar por el caminito iluminado de piedras, Shura se golpeó la frente con el dorso de la mano y apresuró el paso hasta alcanzar a Seiya y detenerlo al decir:
- Lo siento, soy un estúpido, es solo que me sorprendió eso es todo, y luego no me expresé bien
- Para ser un abogado en demanda no pensaste antes de hablar, ¿o es esa la razón de tu éxito? – Seiya sonrió de medio lado y siguió caminando por el caminito empedrado
- Uno no sabe, pero no te enojes conmigo, soy completamente ignorante de todo lo relacionado con las artes, pero siempre podrías enseñarme, ¿verdad? – Shura tomó la mano de Seiya para detenerlo y al hacerlo llevó su mano y la puso en su pecho
- Wow… tengo algo que enseñarte, eso siempre es bueno – Seiya sonrió y jaló a Shura de la mano y juntos caminaron en el frío de la noche
- Yo también quiero enseñarte muchas cosas, quiero hacerte muchas cosas, quiero hacer otras tantas contigo, mis planes son de avanzada, pero primero vamos a cenar, me muero de hambre – el pelinegro señaló el camino al parqueadero pero Seiya meneó la cabeza señalando el otro lado
- Tus planes tendrán que esperar porque no soy ese tipo de hombre, una cena es lo que ofrecí y es todo lo que tendrás de mi
- Ohh vamos Seiya, sé que te parezco sexy
- No estoy diciendo que no, solo estoy diciendo que no me voy a acostar contigo en la primera cita, eso no va conmigo y desde ahora te lo estoy diciendo Shura
- Ok., ok., yo sabré esperar, lo que no espera es mi estómago, comí solo un sándwich de almuerzo y eso no es de dios, quiero un stake y sé cuáles son los mejores de la ciudad, ¿no eres vegetariano o sí?
- No… aunque si me gustan las cosas de tofu, ¿a dónde crees que me llevas?, mi bicicleta está en el parqueadero de allá – Seiya se detuvo y ya no avanzó más
- Mi auto está por acá – Shura señaló el parqueadero al que ya estaban llegando
- ¿Tiene tu auto el riel para llevar bicicletas? – preguntó el castaño sabiendo de antemano la respuesta
- No… pero siempre podemos ir en mi auto y luego te llevo a tu casa, ¿se roban tu bicicleta si la dejas aquí?
- No, pero no tengo como llegar a la oficina mañana, diablos… no lo pensamos bien – Seiya tomó de mejor manera el casco de su bicicleta, la verdad no quería dejarla botada la noche entera en el campus, él le tenía apego sentimental a esa bicicleta
- Ok., hagamos una cosa, ¿qué tan lejos está tu casa?
- Unos diez minutos más o menos
- Podrías ir en tu bicicleta a casa, yo te sigo y luego nos vamos a cenar, ¿qué te parece? – propuso Shura todo serio
- Esa no es una mala idea – asintió Seiya poniéndose el casco en su cabeza
- Muy bien, guía el camino y yo te sigo
- Mejor te texteo la dirección, yo usualmente atravieso el campus para salir por la puerta norte, luego atravieso el parque y la pista de patinaje que quedan camino a casa, yo creo que llegamos al mismo tiempo porque tú tienes que tomar la ruta larga
- No lo creo, tú vas en bicicleta y yo en auto, yo llegaré primero de seguro
- ¿Ah sí?, ¿quieres hacerlo interesante? – Seiya aseguró su casco y sacó de su mochila unas rodilleras y unas coderas, asentó la mochila en el piso y se puso sus accesorios de seguridad
- Tú lo haces todo interesante, ¿qué propones?
- Bueno… si yo gano, me compras una torta de chocolate de postre luego de la cena, si tú ganas, yo te doy tu postre – Seiya sonrió todo pícaro al decir esto
- ¿En verdad? – Shura no lo podía creer, Seiya era lo más sexy que había visto, así estuviera usando casco y rodilleras, bueno a decir verdad si le podrían dar otros usos a esas rodilleras, uyyyyyyyyyy
- Claro que sí, mi edificio está en la calle Baker a la altura de la pista de patinaje, hay una panadería esquinera en un edificio de 7 pisos, yo vivo en el cuarto, ¿te ubicas?
- Claro que si
- Entonces… nos vemos en la meta – Seiya cargó su mochila y salió disparado perdiéndose en la oscuridad, Shura corrió a su auto, lo encendió y salió lo más rápido que pudo de la universidad
Seiya desencadenó su bicicleta, se puso sus gafas al subirse y arrancó a toda velocidad, atravesó el campus y en tiempo récord salió a la avenida, al mirar el tráfico sonrió…
Shura salió del campus relativamente rápido y giró a la derecha, el camino más rápido era bordear el parque y la pista de patinaje, la noche estaba clara, el tráfico no estaba pesado pero habían algunos semáforos en su camino, así que tomó algunos atajos y en menos de 10 minutos llegó al edificio de siete pisos que tenía la panadería en la planta baja, al llegar no vio a Seiya por ninguna parte así que sonrió victorioso, se estacionó, se bajó del auto y tomó su teléfono celular para marcar al castaño que le contestó al segundo timbrazo
- Al parecer gané la apuesta, así que… podrías dejarme entrar en tu departamento ahora que llegues y nos vamos después a cenar – dijo Shura sonriendo muy confiado
- Está bien, eres un hombre de palabra y hay que respetar las apuestas, yo cumplo si tú también lo haces
- Claro que si – Shura aseguró el auto y se abotonó la leva
- Muy bien, hazme un favor y mira hacia arriba… más arriba… eso es… hola – Seiya estaba asomado en su balcón y sonreía muy divertido, la decepción podía verse en el rostro del pelinegro que puso una mano en la cintura al decir:
- ¿Cómo diablos llegaste antes que yo?
- Voy en bicicleta todos los días a la oficina, salgo a trotar los fines de semana, juego básquet los sábados con mis amigos de la universidad, cariño… estoy en el mejor estado físico de mi vida, ¿en serio creíste que podrías ganarme?, que dulce de tu parte
- Ok., soy un hombre de palabra, baja y vamos a comprar tu pastel de chocolate
- Dame un minuto – Seiya le hizo una seña a Shura y entró a su departamento, a los pocos momentos las luces se apagaron y casi inmediatamente el castaño abrió la puerta de su edificio y salió, se había cambiado de ropa, Shura se sintió aplastado
- Wow… ¿te di tiempo para un cambio de vestuario?
- Los beneficios de salir con un actor de teatro, o bueno… aspirante a actor de teatro, además dijiste que tenías reservaciones en un restaurante fino entonces… ¿estoy bien? – Seiya vestía pantalones de tela, zapatos casuales, camisa y una leva, no corbata pero se veía espectacular
- Claro que sí, vamos – Shura abrió la puerta del auto a su acompañante y luego de asegurarse su cinturón de seguridad, arrancaron
EL restaurante si era muy fino, y Shura se complació mucho al ver los perfectos modales del muchacho castaño, se notaba su educación porque eso no es algo que se puede aprender, o por lo menos no para un muchacho universitario, así que la conversación se centró primero en los estudios, luego en la familia. Shura había estudiado en Harvard hasta recibirse de abogado, había sido el primero de su clase y luego había trabajado cinco años en la fiscalía, eso Seiya ya lo sabía pero Shura tenía la impresión de que algo quería preguntarle el castaño pero finalmente no se había animado. La familia de Shura era de España originalmente, tenía muchos primos que vivían allá, en el país vivían su mamá y su hermana, a las que le hubiera gustado ver más seguido pero ellas vivían en Los Ángeles, así que sus visitas eran algo espaciadas
- Pero no me has contado nada de ti, solo yo he hablado la noche entera – dijo Shura bebiendo su vino
- Ohhh… es que no hay mucho que contar la verdad – dijo Seiya bebiendo su vino también, la cena había estado deliciosa y ahora iban a compartir el pastel de chocolate ofrecido
- Sé que vas a NYU, ¿la actuación está en tu familia? – preguntó Shura verdaderamente interesado pero Seiya sonrió con tristeza al responder
- No… claro que no, la oveja negra soy yo
- ¿Oveja negra?, ¿por qué?, a mí me parece algo muy hermoso, todas las ramas artísticas hablan de la sensibilidad del alma, o por lo menos eso es lo que decía mi abuela, ella era bailarina de flamenco en sus días – fue muy claro para Shura que ese no era un tema que Seiya disfrutara hablar
- No soy lo suficientemente hábil para la danza, si me gusta, no doy tanta pena como parezco, pero el ballet es sumamente complejo, no tienes idea de cómo te sangran los pies – contestó Seiya mirando con anticipación el pastel de chocolate
- ¿Practicas danza también?
- Artes escénicas, esa es mi carrera, pero según mis profesores soy natural para la actuación, y según mi profesor de teatro, allá debería poner mis ojos, así que en eso estoy, pero para ser actor de teatro siempre es bueno saber cantar, bailar, tú sabes… es un espectáculo completo el teatro – al hablar de su carrera a Seiya le brillaron los ojos, eso cambió completamente su expresión, Shura pudo ver ansia y emoción, pasión…
- Me gustaría verte alguna vez
- Lo puedes hacer en algunas semanas, voy a participar en una obra que uno de mis profesores está haciendo, aún no sabe la obra o el papel, pero ya lo está armando todo
- Eso es genial, y dime… ¿cómo fue que llegaste a trabajar en la firma?, tu mundo no puede ser más distinto que el mío – Shura tomó su tenedor y probó el pastel que Seiya comía con entusiasmo
- Azares del destino, un anuncio de periódico, a Hades no le duraban los asistentes así que, nadie estaba aplicando para el puesto hasta que llegué yo, ahora me ama y no puede vivir sin mi – Seiya sonrió divertido al decir esto, Shura sabía que eso era cierto
- ¿Cuántos años trabajas para él?
- Dos, a raíz de que terminé mi primer año de universidad entré a trabajar en la firma – Seiya se encogió de hombros al decir esto
- ¿Trabajas desde que tenías 19?, ¿y con Hades?, ¿cómo?
- Es sencillo, Hades es complicado, pero no tan complicado, además yo soy adivino y eso a él le agrada, sé cómo toma su café, sé cómo le gusta que estén archivados sus papeles, sé cómo le gusta redactar sus documentos, solo tengo que anticiparme a lo que sea que se le ocurra pedirme
- Sabes cuándo tiene migraña – esa no era pregunta, era afirmación
- También, Hades es bastante sutil en sus tonos de voz, en sus gestos y yo soy un buen observador
- Lo tienes medido entonces – dijo Shura sin poder creerlo, a él Hades le parecía completamente serio, infranqueable, directo al punto de la crueldad, extremadamente práctico, pero un enigma a la vez, el mayor nunca decía lo que Shura pensaba que diría, eso le resultaba difícil de manejar, Hades le recordaba a su antiguo jefe pero no… mejor no pensar en Aioros porque no quería amargarse la noche
- No… nadie lo puede medir, es solo que… lo conozco, supongo yo, no sé… - Seiya se encogió de hombros y sonrió al comer la última cucharada de su pastel
- Ok., tampoco hablemos del súper jefe, ¿te falta un año para graduarte entonces?
- Acabo este año y me gradúo, estoy a meses la verdad
- Bueno… brindemos por eso, por el hecho de que la culminación está cerca y por los nuevos inicios en tu vida
- ¿Por nuevos inicios te refieres a ti?
- Claro que si – Shura alzó su copa, Seiya lo imitó, ambos las chocaron suavemente y bebieron, luego el pelinegro se acercó y lo besó suavemente en los labios, Seiya no se mostró muy cómodo que digamos y no necesariamente se dejó besar, Shura se extrañó y preguntó: - ¿Qué pasa?
- Nada… es solo que todos nos pueden ver y eso… no… mejor no… - el joven castaño bajó la mirada avergonzado, o por lo menos eso es lo que Shura pensó que Seiya estaba, por lo que preguntó:
- ¿Te importa que la gente nos vea?
- Es solo que… he tenido algunas experiencias desagradables, no… no me hagas caso – Seiya meneó la cabeza y trató de sonreír, Shura puso su mano sobre la mano del castaño y le dijo:
- No te preocupes, no creo que tengamos problemas aquí, aunque ya es tarde
- Ohhh dioses… es mejor irnos, el tiempo vuela cuando la compañía es la correcta – Seiya viró suavemente la mano de Shura para ver la hora, ahí se fijó el mayor que su cita no tenía reloj
- En eso tienes razón – Shura le hizo una seña al camarero y pidió la cuenta, luego de pagar se subieron al auto y fueron tranquilamente hasta el departamento del castaño que se bajó del auto, Shura hizo lo propio y lo acompañó hasta la puerta, allí le acarició la mejilla y se acercó hasta besarlo en los labios suavemente, en esta ocasión Seiya no se hizo el quite sino que abrazó a Shura y profundizó el beso, el sentimiento fue mágico para ambos
Shura había tenido algunas parejas con el pasar de los años, dos habían sido compromisos serios pero no había funcionado, sus horarios no ayudan a construir una relación y sus novios no aguantaron la presión, Seiya por el contrario había tenido algunos novios pero ninguno fue relevante en su vida, salvo el primero, aunque ese técnicamente no fue su novio, fue pero no fue… esa es otra historia…
Los labios de Shura estaban explorando esa boca que había ansiado besar desde que miró a Seiya por primera vez, y encontró más de lo que había pensado, los labios del castaño eran suaves y carnosos, se movían suavemente, disfrutando el momento porque ninguno de los dos quería que acabara, las manos de Shura fueron de la cintura de Seiya a sus hombros recorriendo toda su espalda, el castaño no era musculoso pero si compacto, definido, Shura hubiera deseado llevarlo arriba, desnudarlo y hacerlo suyo esa misma noche, pero ese no era el trato, demonios…, cuando el beso se rompió, la pareja se miró a los ojos y sonrieron
- ¿No podrías hacer una excepción en lo de que no tienes sexo en la primera cita? – preguntó Shura bajando disimuladamente su mano por el costado de Seiya hasta su cadera, el castaño tomó la mano del mayor y la volvió a subir a su cintura al menear su cabeza y responder:
- No… sin excepciones, ni siquiera has hecho méritos para que te lleve un café en las mañanas, ¿crees que te dejaría subir a mi departamento hoy?, no no no
- ¿Una excepcioncita chiquitita?
- No… ya ve a dormir que mañana tienes que estar temprano en el juzgado
- Eso si… hey… eso no te lo dije
- Soy Seiya, yo lo sé todo, bueno… sé lo que quiero saber – aclaró el castaño dando un paso hacia atrás en claro indicativo de que era hora de decir adiós
- Muy bien, si todo lo sabes, ¿cómo me va a ir mañana en mi audiencia? – Shura tomó ambas manos de Seiya y las apretó suavemente
- Te va a ir fantástico, Pandora se va a lucir con los argumentos de apertura, van a pasar todas sus mociones, y van a llegar a un acuerdo en la tarde porque el abogado del otro lado se va a dar cuenta que no va a poder con ustedes – Seiya le guiñó un ojo a Shura que sonrió, lo jaló para besarlo en los labios una última vez y susurrarle en el oído:
- Esperemos que su cumplan tus vaticinios, duerme bien, sueña conmigo – Shura besó a Seiya en la mejilla y lo dejó ir
- Haré todo lo posible, hasta mañana y suerte en la audiencia, cuando regreses a la oficina me cuentas como te fue, tengo que saber si sigo siendo efectivo o no – Seiya abrió la puerta de su edificio y miró a Shura subirse a su auto y perderse calle abajo, Seiya suspiró y cerró la puerta al entrar, subió las escaleras y al llegar a su departamento se mordió los labios, solo esperaba ser buen juez de carácter y que Hades estuviera equivocado en sus apreciaciones porque a él le gustaba mucho Shura y lo quería en su futuro, no se estaba casando con él, solo quería ver si las cosas funcionaban o no. El castaño caminó por su estancia y llegó a su cocina, se sirvió un vaso con agua y abrió uno de sus gabinetes, sacó un analgésico y se lo tomó, tenía que ir pronto a la farmacia, este mes le había dolido la cabeza un poco más de lo usual, necesitaba dormir más, eso es lo que necesitaba y al pensar en ello sonrió, Shura le dijo que soñara con él y lo intentaría, claro que lo haría…
Casi al medio día Seiya tuvo una visita bastante común a su escritorio, Sorrento había llegado y tenía una pila de folders en sus manos, el castaño lo miró y arqueó una ceja al decir:
- Te amo Sorrento pero si crees que le voy a pasar todo eso a mi jefe, estás ebrio
- ¿Está ocupadísimo? – preguntó el muchacho de cabellos magentas y ojos verdes, él era el asistente legal más joven de la firma, aún estaba en la escuela de Leyes en Columbia y trabajaba igual que Seiya, a medio tiempo en la firma
- Si, me dijo que no lo interrumpiera, ¿qué es esto?
- Los folders del caso del hacha, créeme Seiya, mientras más veo los casos de tu jefe, Hypnos y Thanatos, te juro que prefiero la rama corporativa
- Yo creo que prefieres la rama corporativa por otras causas, pero eso está bien, si tú estás feliz, yo estoy feliz por ti – Seiya le guiñó un ojo a Sorrento que se puso pálido, él había sido tan discreto… por lo que en pánico preguntó:
- ¿Lo sabes?, ¿todos lo saben?
- No, solo yo lo sé, realmente no sé si Hades lo sepa o no, pero no me ha comentado nada, tranquilo que tu secreto está a salvo conmigo, lo que si te puedo decir es que no había visto así de feliz a Julián, eso tiene tranquilo a mi jefe porque es más fácil llegar a acuerdos con él, así que gracias por ahorrarle dolores de cabeza a Hades, hasta él está de mejor humor últimamente – Seiya miró a Hades que estaba caminando de un lado a otro en su oficina mientras leía, esa era una manía muy suya y demostraba que estaba completamente perdido en concentración porque usualmente no se daba cuenta que estaba caminando, eso a Seiya le parecía gracioso
- Eso siempre es bueno, lo que me lleva a otro favor que quiero pedirte
- ¿Además de esto? – preguntó Seiya que estaba clasificando los folders que Sorrento había traído
- Si… vamos a hacer un repaso de un juicio para todos los asistentes legales, Julián va a ser juez, yo voy a ser el abogado de la defensa, Pandora va a ser la fiscal, pero para poder armar mi caso necesito un testigo que sea irrefutable que los mate a todos, ¿te puedo apuntar?, eres el mejor testigo falso que esta firma ha visto y lo sabes, Saori es la parte acusatoria y testigo de la fiscalía pero la verdad ella no me agrada, a Pandora si y ella ya está apuntada pero me gustaría tener un az bajo la manga presentando yo también un testigo
- Eso sí, claro, apúntame, ¿cuándo es?
- El viernes en la tarde, ¿no tienes clases verdad?
- No, claro que no, ¿qué tengo que decir o cómo hacemos?
- En la tardecita te traigo el expediente del caso y podemos repasar las preguntas en la noche si quieres, Hypnos me está ayudando entonces tenemos ya armada una estrategia matadora, ¿tienes clases hoy?
- No, estás de suerte, hoy tengo noche libre
- Gracias Seiya, te debo una cerveza
- Mejor un café, ahora si explícame de esto – Seiya señaló los folder y Sorrento empezó a explicarle los contenidos de cada uno de ellos, Seiya los estaba etiquetando para que Hades pudiera encontrar rápidamente la información y en eso estaban que no se dieron cuenta que alguien los miraba con una sonrisa, Shura había regresado de su audiencia y como Seiya le había dicho, le fue bien, y se lo quería contar, pero no quería orejas curiosas así que no se acercó, eso no impidió que Hypnos le palmoteara la espalda y le dijera:
- Mirando la fruta que aún no cae del árbol, eso no es bueno para el alma amigo
- ¿Fruta? – respondió Shura algo confundido
- ¿No crees que ese muchachito es algo joven para ti? – preguntó Hypnos mirando al fondo del pasillo en donde Seiya y Sorrento estaban hablando sobre unos folders
- ¿De qué estás hablando?
- Te lo dije antes y te lo vuelvo a decir ahora, no te metas con el niño, nada bueno saldrá si lo haces
- Yo no me estoy metiendo con nadie
- Ok., es solo un consejo amigable, eso es todo, mejor acompáñame y cuéntame de tu audiencia, algo me adelantó Pandora pero no puedo creer todo lo que me dice, ¿en verdad el juez hizo caso omiso a todas sus mociones? – Hypnos tomó a Shura del brazo y lo llevó por el pasillo, Seiya levantó la mirada y vio al pelinegro alejarse, hubiera deseado que se acercara pero mejor no, Hades estaba en la oficina y la prudencia era siempre mejor