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Caminos Separados por DarkLady4755

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-¡¡Yuuri, amor, estoy en casa!!

El azabache se sobresaltó al escucharlo y se incorporó lentamente de la cama sin ánimo de querer bajar y recibir a Viktor. Le pareció irónico, pues antes le encantaba bajar las escaleras corriendo para recibirlo y llenarlo de besos. Pero ahora con pesadez se levantó, apagó la luz y bajo lentamente las gradas que conducían al nipón a su esposo, quién se encontraba todavía en el recibidor lo cual le pareció muy extraño.

-Buenas noches, Viktor.- Lo saludó secamente, estirando sus manos hacia él para agarrar su abrigo y guardarlo como se le había hecho costumbre. Pero al contrario de lo que esperaba, Viktor lo agarró por los hombros y lo llevo arrastras hacia la cocina.

-¿Q-que te sucede Viktor?- preguntó extrañado.

-Yuuri, mi Yuuri. ¿Me amas, cierto?- Preguntó el peliplateado abrazándolo apoyando su cabeza en el hombro de su amado, esperando la respuesta que quería escuchar.

-...- Yuuri bajó la cabeza quedándose callado, hacía tiempo que dejo de decirle que lo amaba de corazón y se cuestionaba seriamente si todavía lo hacía. Solo le decía "Yo también"  y" si, Viktor, te amo" cuando lo forzaba.

El  mayor al no recibir ninguna respuesta, frunció el ceño. Apoyó una mano en su cintura apegándolo a él y con la otra le levantó la cabeza para que lo mirara directo a los ojos.

-¡Yuuri! ¿Me amas, no es así? 

-haa haaa Víktor... es-espera... me... d-duele- Susurró el japonés encontrándose desnudo boca abajo con el trasero levantado siendo sujetado de las muñecas con una de las manos de Viktor y con la otra le sujetaba la cadera profundizando las embestidas. Poseyendolo por completo.

- Yuuri, eres tan hermoso, solo mío.- Le dijo el peliplateado inclinándose sobre Yuuri depositando un beso en su hombro para luego darle una mordida sin dejar de moverse dentro del japonés. -Te amo, mi pequeño cerdito, te amo tanto... haa joder, estás tan apretado, tan delicioso.- Le susurró en su oído mientras le daba un azote en su nalga izquierda dejándole la piel de color rosa y marcas de sus dedos en la carne suave y blanca del japonés.

No aguantando más, Viktor soltó sus muñecas y alzó a Yuuri pasando un brazo por debajo del de su preciado cerdito sosteniendolo por su hombro haciendo que su espalda desnuda y sudorosa se pegara a su firme pecho y comenzó a moverse mas profundo mientras que con su otra mano bombeaba el erecto pene de Yuuri.

Sin saber cómo sentirse, cerró los ojos y se dejó llevar por el placer ocasionado por la estimulación en su próstata y en su pene y terminó corriendose en la mano de Viktor. Agotado, se dejó caer nuevamente sobre el sofá en el que estaban y sintió las últimas estocadas antes de sentir como Víktor se clavaba hasta el fondo y llenaba su interior de su esencia. Inhalando profundamente, lo sintió salir de él e inclinarse depositando suaves besos en sus hombros y nuca.

-¿Me amas?    

-!!Yuuri!! ¿¿Me amas??-

-¡¡Sí Víktor, te amo!!- Le gritó asustado al sentir como lo zarandeaba sacándolo de aquel recuerdo de hace pocos días y lo hacía volver al presente.

-Lo sé, lo sé, se que me amas tanto como yo a ti.- Le dijo mirándolo a los ojos y sonriéndole ladinamente. -Escucha, pronto llegarán Yurio y Otabek a visitarte, quieren saber por que no has salido de casa.- Acercándose a él agregó. -Todo esta bien aquí, ¿Verdad? Has estado enfermo y por eso no has salido ¿De acuerdo? Sé bueno.

-S-sí Viktor.- Respondió asustado el cerdito. Con la llegada de sus amigos finalmente tenía una esperanza para poder salir, les pediría ayuda cuando Viktor no se diera cuenta y saldría de aquel lugar, se escondería por un tiempo, pedirá el divorció a Viktor y se iría de regreso a Japón. Jamás pensó que quisiera regresar a su país natal.

-Bien ¿Preparaste algo de cenar? o ¿Pido comida?- Preguntó sacando su celular del bolsillo para marcar a un restaurante.

-No, no pidas, preparé Kotleta po-kievski y ensalada, si va a alcanzar para todos. Sólo tengo que calentarlo.- Dijo apresurándose en sacar los platos y cubiertos para colocarlos sobre la mesa en el comedor.

-Entonces iré a cambiarme.- Dicho esto Viktor subió las escaleras rumbo a la habitación matrimonial. Donde al llegar sacó de su maletín los pasaportes y los boletos de avión de ambos que adquirió ese mismo día y los guardó dentro de la caja fuerte en el fondo del armario, con una sonrisa de satisfacción procedió a cambiarse. En pocos días tendrá a su cerdito solo para él.

Al ver que Viktor no estaba cerca, Yuuri corrió sigilosamente hacia la sala y sacó un papel en el que escribió: "Ayúdenme a salir de aquí". Al escuchar pasos en el piso superior, dobló la hoja y la guardo en el bolsillo trasero de su pantalón. Ocultando sus nervios de ser descubierto encendió la cocina y colocó un sartén para calentar la comida. Sacó lo que había preparado en la tarde de la refrigeradora junto con la ensalada y colocó las pechugas en el sartén ya caliente.

Un momento después cuando estaba ya casi listo todo, fue cuando escuchó el timbre.

Escuchó a Viktor bajar corriendo. 

-Yo abro- Seguido escuchó a Viktor saludar y dejarlos pasar. Terminó en la cocina de preparar todo, puso los cubiertos sobre la mesa y salió a la sala a saludarlos. Al verlos sonrió genuinamente y río cuando Yurio se abalanzó a sus brazos. Lo había extrañado un montón.

-Oye cerdo ¿Estás bien?- Preguntó preocupado, Yuuri se había convertido en alguien muy importante en la vida del rubio y lo apreciaba mucho.  

-Si Yurio, estoy bien, no te preocupes.- Le dijo sintiendo la mirada su esposo sobre él. -¿Cómo has estado?

-Estoy bien, más importante ¿Cómo estas tú?¿Cuándo vendrás a entrenar? Pronto comenzará la nueva temporada, me prometiste competir y yo te ganaría. Tienes que cumplirlo. 

-Por el momento Yuuri no entrenará, ya te dije que a estado mal de salud y por eso no a podido salir.- Respondió Viktor, le molestaba la cercanía que el rubio tenía con su Yuuri. No tenía que estar tan cerca de él.

-No te pregunté a ti anciano. Además, yo lo veo muy bien y en aquella entrevista se lo veía igual de bien.- Le contestó el menor entrecerrando sus ojos. 

-Si Viktor, yo también lo veo bien, demasiado bien para haber estado enfermo tanto tiempo. No está pasando nada malo entre ustedes ¿O sÍ?.- Replicó Otabek, que había comenzado a creer que algo estaba mal con Viktor, últimamente lo había observado actuar muy extraño. Le parecía muy extraño que Yuuri siendo tan sano se haya enfermado de la nada y cuando le pidió al peliplata su dirección para ir a visitarlo con Yurio, puso un sin fin de escusas. Y ahora que Yurio le había dicho que iría porque iría, y el accedió así nada mas, le pareció muy raro. Y aún más, viendo ahí parado frente a él al japonés tan sano y enérgico como siempre.

-No esta pasando nada, de verdad. Si, estuve enfermo, pero ahora estoy mejor.- Respondió el azabache con una pequeña sonrisa, al sentir la mirada de su esposo sobre él, no quería lidiar con sus celos más tarde. -Mejor pasemos a la mesa, se va a enfriar la cena. Sigan por favor, voy a servir ya.

-Yo te ayudo.- Ofreció Viktor.

-E-esta bien.- Ambos fueron a la cocina, mientras sus invitados pasaban al comedor.

-Oye, Beka, esto es muy extraño, el cerdo se ve bien, ¿Porqué el viejo no nos dejó visitarlo?- 

-A mi también me parece muy raro, Yurio. A ver que dice Viktor sobre esto.- Le respondió sentándose a la mesa ya puesta junto al menor.

En la cocina Viktor agarró dos platos que Yuuri ya había servido y los colocó enfrente de sus invitados, volvió a la cocina con una jarra de té. Seguido de él salió Yuuri con los platos para Viktor y para el. Los puso en la mesa y se sentó junto a su esposo.

-Por favor, sírvanse, espero que les guste.- Dijo Yuuri. Todos comenzaron a comer. 

-Vaya, Yuuri, esto está delicioso. Tienes que enseñarme a prepararlo.- Lo alabó el rubio. Definitivamente estaba exquisito.

-Gracias.- Respondió sonrojándose ante el cumplido dado por quien consideraba su hermano menor.    

-Sí, mi amado esposo cocina delicioso. Pero no creo que pueda enseñarte en estos días a preparar este platillo, ya que saldremos de viaje pasado mañana.

El azabache, que había agarrado la jarra para servir el té, sólo pudo exclamar:

-¿Qué?

 

Notas finales:

Agradezco a quienes leen la historia, no olviden comentar si les gusta. 

Se aceptan críticas :3


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