Despertó más temprano de lo normal, miró el despertador que estaba en la cómoda al lado de su cama, definitivamente era muy temprano, tanto que estaba seguro que su madre aún no se levantaba para hacer sus deliciosos pan cakes.
Quería volver a dormir pero sabía que ya no podría, el sueño se había ido, se levantó para darse una ducha.
Se desvistió con toda la lentitud del mundo, su piel se erizó levemente por el contacto del aire frío con su desnudo cuerpo, sin pensarlo más niveló la temperatura y se metió bajo el chorro de agua caliente, se estremeció.
El agua escurría por sobre su cuerpo, sentía que de alguna manera el agua cayendo sobre su rostro y el sonido de las gotas chocando contra el suelo era relajante, no obstante sus pensamientos se desviaron a los que había sucedido hace un par de meses.
Habían logrado acabar con Zarc, o eso pensaban los demás, si bien las dimensiones no se fusionaron y el proyecto Arc no se dio, una parte de Zarc sobrevivió con él, no sabe cómo pasó pero después de que Akaba Reiji pudiera separar a sus homólogos dimensionales de su cuerpo comenzó a percibir un fragmento del alma de Zarc, pero éste fragmento no se notaba oscuro o inundado de ira.
Al contrario, era cálido, llegó a la conclusión de que una parte del alma pura de Zarc antes que que la furia de sus dragones lo convirtieran en un demonio se quedó con él, después de todo él era la personificación de la pureza del corazón del hombre, entonces poco a poco ésta parte fue fingiendo cómo su conciencia, si lo pensaba un poco era aterrador.
Siguió divagando, entonces a su mente llegaron recuerdos de cuando Reiji logró separar a Yuto, Yugo y Yuri de él, no podía ser egoísta ellos también tenían derecho a tener una vida, Yuri debía aprender a controlar su carácter además de que la Academia lo necesitaba, Yugo debía convertirse en el mejor turbo duelista y superar al rey Jack y Yuto debía regresar a Heartland junto con Shun y Ruri.
Sinceramente extrañaría all hombre de cabello negro con mechones púrpura y hermosa mirada cromática, especialmente porque fue con él con quién más compartió tiempo. Aún recordaba cuando el hombre le pidió seguir alegrando a las personas con sus duelos antes de desaparecer.
Esa sonrisa le aceleró el corazón, todos los momentos que compartieron solo le hizo darse cuenta que Yuto era muy tranquilo y amable pero muy en el fondo guardaba mucho rencor. Le dolía ver sufrir al hombre por todos sus camaradas convertidos en carta, por su dimensión destruida, sabía que no podía hacer mucho pero le bastaba con hacerle saber a Yuto que podía contar con él.
"Podrás contar siempre conmigo Yuto, estaré para ti cuando lo necesites"
Fueron las palabras que le dijo cuando lograron separarlos, de alguna manera sintió que debía decirle algo o todo se acabaría.
Abrió los ojos ¿Qué se acabaría?
En primer lugar Yuto y él apenas eran amigos, además de homólogos dimensionales.
En segundo lugar, la única razón por la que estuvieron juntos era porque Yuto se había fusionado consigo para el renacimiento de Zarc, lo cuál era razón suficiente para unirse y acabar con el Rey Supremo Zarc y evitar la fusión de las 4 dimensiones.
Y en tercer lugar, nada se acabaría si nunca empezó.
Recordaba que Yuto llegó a la dimensión estándar buscando a Ruri la hermana de Shun Kurosaki, pero después de convivir y pasar tanto tiempo con él se dio cuenta que el hombre tenía un afecto más grande por la chica que un simple sentimiento de amistad.
Al principio lo ignoró pero después un sentimiento de opresión en el pecho, irritación e inquietud se hicieron presentes con más frecuencia y eso solo pasaba cuando su homólogo de exxced hablaba de su compañera.
-Se le llaman celos mi querido Yuya-
¿Celos? Eso era imposible, se repetía muchas veces mientras escuchaba las risas de Zarc en el fondo de su cerebro.
-Engañate si eso te hace sentir mejor- dijo tranquilamente su "subconsciente" así es como le había llamado a la voz que pertenecía a Zarc.
Sólo se quedó callado, para sentir celos debía estar enamorado del hombre ¿Cierto?
-Dime mi querido homólogo, ¿qué sentiste cuando Yuto fue separado de ti?- preguntó
Meditó momentáneamente su respuesta.
-Me sentí triste- respondió
-¿Y porqué? Si tú mismo dijiste que ellos tenían el derecho de vivir sus vidas, de tener otra oportunidad-
-Porque si nos separaban Yuto podría elegir irse para siempre a Heartland- ahora que lo pensaba, le aterraba la idea de que Yuto se fuera y nunca lo volviera a ver, por el momento sus homólogos dimensionales estaban viviendo en Estándar pues las dimensiones Synchro, Exxced y Fusión aún estaban en reconstrucción pero eso no le aseguraba que ellos se quedarían, que él se quedaría.
Se sintió triste de pensar que ya no volvería a ver al hombre, ni su gentil sonrisa o escuchar la profunda pero suave voz animarlo o charlar por horas sobre cosas triviales, de no estar más tiempo con él y decirle cuánto apreciaba su ayuda, los divertidos y hasta incómodos momentos.
-porque te enamoraste ¿No es así?- dijo su subconsciente.
Entonces lo supo, se había enamorado de su homólogo dimensional.
Era una gran revelación, pero de alguna manera se sentía feliz, feliz porque el hombre era muy importante para él, porque disfrutaba pasar el tiempo con él, porque ahora entendía el porqué de su latir frenético y los grandes sonrojos que no lo abandonaban cuando estaban juntos, de la necesidad de estar siempre a su lado y ser la persona que lo hiciera sonreír.
Estaba feliz de descubrir que estaba enamorado de su homólogo Exxced tanto que quería salir y gritarlo a los cuatro vientos, que el mundo lo escuchara, que su enamoramiento se escuchara en todas las dimensiones... pero entonces cayó en cuenta de algo, Yuto quería a alguien más, si bien nunca dijo que tenía una relación con Ruri si le contó cómo la conoció y las pocas citas que tuvo.
Eso abrió paso al dolor, Yuto tenía a alguien y a él solo lo veía como un buen amigo… nada más.
Sintió un cosquilleo en su garganta y las ganas de toser se hicieron presentes.
El sentimiento de felicidad había pasado al olvido cuando recordó la triste realidad, Yuto no correspondía sus sentimientos porque él quería a alguien más, su recién descubierto amor se quedaría como empezó… secreto y entre más lo pensaba la picazón en su garganta se hacía más fuerte, tosió cerrando los ojos.
Cuando el malestar pasó cerró la llave pensando que ya había estado mucho tiempo debajo del agua, bajó la mirada encontrando pequeños pétalos amarillos y blancos, los reconoció eran pétalos de gardenia y acacia.
Su madre además de adoptar mascotas que vivían en la calle también era una amante de las flores, no le sorprendía reconocer cada una de ellas pues su mamá se había encargado de repetir tanto sus nombres, formas, tamaños y usos que hasta él se lo aprendió, pero la incógnita era qué hacían pétalos en el piso de la ducha.
Lo pensó un poco pero al no obtener una respuesta lógica decidió que tal vez dejó la ventana abierta y en algún momento volaron hasta caer ahí.
Salió de la ducha para luego vestirse e ir a desayunar, hizo su entrada triunfal bajando por el típico tubo, al parecer había pasado mucho tiempo en el baño pues su madre se encontraba ya con el desayuno listo.
Comió rápidamente al ver la hora, demonios! ya casi eran las 9 de la mañana, debía apresurarse pues había quedado en ir a visitar a Yuri y sus otros homólogos.
…
-¿Y cómo va la reconstrucción de sus dimensiones?- preguntó mientras bebía té, se había hecho costumbre que Yuri le diera té cuando iba a visitarlos, viejas costumbres de Academia.
-Va bien, Fusión y Synchro no sufrieron daños tan graves, pero ahora están enfocados en Exxced, Heartland quedó en ruinas pero gracias a la ayuda de la gente todo está yendo bien- finalizó Yuri con una sonrisa, si bien a veces actuaba como un desgraciado sarcástico la oscuridad de Zarc se había ido de él.
Siguieron hablando de muchas cosas, pasearon por la casa, Yuri lo llevó al pequeño invernadero que tenía, si algo había aprendido es que su homólogo de fusión era un apasionado de las flores igual que su madre, todo estaba tranquilo hasta que varios gritos irrumpieron en la casa.
Yugo entraba gritando y quejándose de Yuto, habían salido al centro de Miami para relajarse y tener un duelo amistoso, según Yuri, aquel par iba a compartirse conocimientos sobre cómo invocar Synchro y Exxced, al parecer Yuto terminó siendo un usuario excelente de Syncro pues Yugo venía haciendo berrinche por la victoria del pelinegro.
-¡Yuya!- saludó el homólogo Exxced al ver al chico de cabello carmesí con mechones verdes.
-Yuya hola ¿qué tal!?- saludó el chico fusión al ver a su homólogo de estándar en su casa junto a Yuri.
-¡Hola chicos! ¿Cómo les fue?- preguntó con una sonrisa y un leve sonrojo pues frente a él estaba su recién descubierto y secreto amor. Desvío su mirada cuando sintió unos penetrantes ojos grises sobre su persona, tembló levemente, no podía ponerse nervioso como chiquilla enamorada ahí.
Dioses si en verdad lo aprecian hagan algo.
La enérgica voz de Yugo contando las hazañas del día cortaron el escaneo que el pelinegro le estaba haciendo, que alivio pensó.
Siguieron escuchando el parloteo de Yugo, éste se quejaba de que la victoria de Yuto fue solo porque había tenido suerte, mientras el otro solo se mantenía callado con el ceño fruncido y un tanto indignado, pues estaban poniendo en duda su orgullo como duelista hasta que el pelinegro comenzó a debatir también sobre la poca habilidad del chico fusión y que tal vez no era tan bueno como él creía.
Una divertida e infantil pelea se daba entre los homólogos Synchro y Exxced hasta que Yuya y Yuri no pudieron más y terminaron con unas carcajadas de lo tonta que era la situación.
-A propósito Yuto… cuándo se lo vas a dar?- dijo Yugo con una sonrisa picara en el rostro- Estoy seguro que a Yuya le encantará- terminó diciendo con una expresión divertida.
-¿Qué me encantará?- preguntó Yuya curioso.
Yuto solo le dedicó una fría mirada a Yugo, habían estado vagando por Miami todo el día y fueron a parar a una tienda de antigüedades, no tenía intenciones de comprar algo pero hubo un objeto que llamó su atención, el objeto no era grande de hecho era algo muy pequeño pero de cierta manera le recordó inmediatamente a Yuya, por lo que solo lo compró.
Yugo al ver lo que había comprado tuvo una corazonada de la razón por la que lo hizo aún así decidió preguntar, obteniendo la respuesta que ya sabía.
Yuto solo saco de su bolsillo un caja de terciopelo negro para después entregárselo a Yuya.
-Eso es para ti- dijo con una sonrisa extendiendo el objeto.
Yuya lo tomó entre sus dedos sintiendo el suave tacto de la caja contra su piel, estaba emocionado de recibir un regalo de Yuto. Abrió la caja para encontrar dentro un bello collar de péndulo, justo como el que él tenía antes de que se destruyera.
El collar era hermoso, un collar con un péndulo como colgante, era de un bello color violeta y la unión del péndulo con el collar tenía grabado lo que parecía hojas de una planta, era un maravilloso obsequio.
-Es un collar Amatista- dijo Yuto para seguir mirando la linda sonrisa de Yuya mientras admiraba el obsequio entre sus dedos.
-E-es hermoso… gracias Yuto- agradeció mientras le hacía señas al hombre para que se lo pusiera, se dio la vuelta sosteniendo un poco su cabello y dejar que se lo colocara.
Yuri y Yugo veían con una sonrisa la linda escena frente a sus ojos.
-No tienes que agradecer Yuya- Musitó viendo el brillo en los ojos carmesí del chico.
-Yuto…- no sabes cuánto te quiero, pero temo decírtelo, dijo una voz en su cabeza para después sentir un cosquilleo en su garganta y toser, sentía un poco de molestia pues raspaba un poco, llevo ambas manos a su boca para cubrirla, le pasó lo mismo en la mañana, pensó que tal vez pescó un resfriado.
Pero al mirar al frente solo pudo ver las expresiones atónitas y aterradas de sus homologos, siguió tosiendo, entonces pensó qué diablos podría estar haciendo para recibir esas caras, su respuesta llegó cuando sintió un peso ligero sobre sus manos y la sensación de estar escupiendo algo, volteó su mirada a sus manos y entonces lo vió.
Tenía entre sus manos una pequeña flor rosada con algunos pétalos cayendo al suelo, su mente se quedó en blanco unos segundos para después observar la flor que sostenía, recordó las pláticas de su madre y la reconoció.
Iba a hablar cuando Yuri gritó
-¿!Porqué diablos escupiste una peonía!?