Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sunflower por rkivexxxv

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Autocontrol

Llevaba las manos escondidas entre los bolsillos de su pantalón, fingiendo indiferencia hacia los nervios que se acumulaban dentro de él. Sasuke y Naruto caminaban uno al lado del otro en una increíble comodidad, los grillos hacían su trabajo en ambientar su pequeña caminata, las estrellas se miraban un poco más que en noches anteriores y la luna brillaba en cuarto menguante.

—¿Adónde quieres ir?—Naruto no podía disimular su curiosidad—. No me dejes con la duda—hizo un pequeño puchero.

Sasuke sonrió ligeramente y se encogió de hombros—. Ya llegaremos.

Él llevó a Naruto hasta la pequeña zona de comercio, la que estaba cerca del puerto pesquero y la razón por la que casi siempre había mucha aglomeración de personas. La avenida estaba iluminada por los locales e incluso podía escucharse los gritos de las señoras atrayendo a sus posibles clientes; la gente paseaba de un lado otro, era como un mini festival nocturno.

—Mira todas esas luces...—exclamó el rubio con asombro—, nunca había venido aquí por la noche.

Sasuke miró atento su rostro iluminado y asintió satisfecho. Esta noche era crucial, era su oportunidad para decidir qué camino tomar; cómo actuar y lo más importante, descubrir si había una mínima cosa que le hiciera saber que tanto él como Naruto, sentían lo mismo uno por el otro.

Naruto inhaló con placer el aroma de la carne asándose frente a ellos. Los infinitos platos pequeños con distintos vegetales y menjurjes decoraban la mesa. Sus ojos brillaban del hambre, Sasuke podía jurar ver que casi babeaba por la deliciosa combinación de olores entre lo frito y el alcohol.

—Este lugar es espectacular—dijo con las mejillas rellenas cual ardilla—. Me disculpo por dudar de tu buen gusto, eres genial.

Arrugó la frente, incluso un halago viniendo de él con una pizca de burla podía hacerle sentir bien, tanto como para inflar el pecho de orgullo; era ridículo que pensara de esa forma, Dios. Más que de disfrutar de engullir su cena, Sasuke parecía más entretenido en observar a Naruto comer.

Es tierno.

Un pensamiento pasajero como ese pudo haberlo escandalizado en el pasado; no sabía en qué momento eso había cambiado o el cómo había pasado. Descansó el codo en la mesa y su mejilla izquierda sobre su mano mientras metía un trozo de carne a la boca, sin dejar de mirar a su vecino, Sasuke entrecerró los ojos con curiosidad.

—¿Qué sucede?—Naruto se dio cuenta y dejó los palillos a un lado.

Esta vez pensó la forma correcta de abordarlo con sus preguntas, estaba sumamente curioso ahora que recordaba el pasado y en cómo se conocieron. Sus antiguos pensamientos sobre Uzumaki Naruto evolucionaron lo suficientemente como para llegar al punto en donde se atreviera a invitarlo a comer.

—¿Qué era lo que buscabas bajo mi puerta ese día?—se enderezó y le miró fijamente.

Naruto abultó los labios recordando—. Ah, eso...—rascó su mejilla.

Bajo su playera blanca sacó un pequeño cristal similar al color del jade, lo sostuvo con delicadeza y le sonrió como siempre hacía—. Lo rompí mientras llevaba las cajas y tardé mucho buscándolo, luego me di cuenta que el colgante había pasado por debajo de tu puerta.

Se rió de sí mismo—. Intenté alcanzarlo a pesar de que sabía que había caído muy lejos.

Naruto notó nuevamente la mirada interesada de Sasuke, aguardando silenciosamente a que continuara con la historia. Se acomodó en su lugar, miró con nostalgia el pequeño dije y suspiró mientras recordaba la historia detrás de ello.

—Tsunade me lo dio...—se encogió de hombros—, estaba entre las pertenencias de mi madre.

—Lo lamento, no quise incomodarte—Sasuke se preocupó por un momento, pero Naruto negó rápidamente.

—No, está bien. Me hubiera vuelto loco de no haberlo encontrado—él bebió rápidamente un poco de sake—. Me gusta recordar a mis padres... Son la razón principal por la que regresé y decidí acabar acá la universidad.

—¿A eso te referías cuando dijiste que debiste terminarla antes?

Él asintió—. Por mucho tiempo estuve ignorando lo que sucedió, como si nunca hubiera pasado—Naruto miraba atentamente la carne asándose frente a él—. Pero llegó un momento en que no pude seguir fingiendo y todo se vino abajo.

Él calló unos segundos, recordando.

—Me sentía culpable por querer empezar de nuevo.

Él no insistió más en saber, esperaba que Naruto tomara la decisión sobre continuar o no. En realidad, por más que quisiera saber sobre él, no quería hacerlo sentir mal por obligarlo a contarle algo que ya había dejado atrás.

—No quería hablar con nadie, no salía de casa y poco después dejé la universidad—él se encogió de hombros—. Era un desastre, pero Iruka y Kakashi siempre estuvieron a mi lado. Me ayudaron a recuperarme y prometí que sería más fuerte—sonrió honesto, seguro de lo que decía.

Naruto entendió que olvidar a Kushina y a Minato no era la forma, ni mucho menos la solución, para sentirse menos culpable por querer empezar una nueva vida junto a sus padres adoptivos. En ese momento, no había pensado con claridad y decidió las cosas sin prever los resultados.

Aun así, Kakashi e Iruka lo apoyaron en el tiempo en que tardó sanarse a sí mismo. Quería hacerle saber a sus padres, en donde sea que estuvieran, que él estaría bien de ahora en adelante, que trataría de ser feliz; especialmente porque tenía a un par de excelentes padres adoptivos que lo guiaron en todo ese momento.

Antes de que el pelinegro dijese algo, Naruto pronunció su nombre con lentitud.

—Sasuke—con algo de timidez le miró.

El nombrado asintió atento a su dirección—. ¿Puedo ahora yo preguntar algo?

—Adelante.

Calló por unos segundos, tratando de formular su pregunta.

—Esa vez en la terraza, dijiste que no te llevas con tu familia...—él bajó la mirada hacia el humeante tazón de arroz—. ¿Puedo saber por qué? No es necesario que respondas.

Uchiha apretó los labios, pensativo. Mientras veía a su vecino cargando con un rostro preocupado.

¿Preocupación?

No era lástima ni interés falso lo que teñían sus palabras, y en ningún momento se acercó a él para buscar algún tipo de beneficio propio. A estas alturas, era más que estúpido seguir dudando de Naruto. Sobre todo, cuando él se había abierto, dejándole ver una parte de su pasado que era importante, que dolía y que superó con el tiempo.

—Mi padre siempre buscó que mi hermano y yo administráramos la empresa después de su retiro, pero yo me negué.

—Así que él no acepta tu decisión—era más una afirmación, que una pregunta.

Sasuke sonrió ligeramente—. Las personas suelen obsesionarse con la ambición. Cuando tienes algo de valor, otros intentarán acercarse a ti con la intención de usarte.

Naruto podía escuchar un leve tono de resentimiento, un poco de enojo y la evidente decepción.

—No me gusta la forma en que algunas personas me ven después de saber que soy un Uchiha—confesó—. Siempre están buscando beneficiarse de alguna forma.

Sasuke bebió de un sólo trago su bebida y exhaló por el fuerte sabor.

—Decidí renunciar al negocio familiar. Me fui de casa y seguí con mi vida, mi padre sigue sin querer hablarme y mi madre hace lo posible para que todo regrese a como antes.

—¿Y tu hermano? ¿Él estuvo de acuerdo con tu decisión?

Hizo una mueca, sin saber cómo responder exactamente a eso. Es verdad que en ningún momento se metió en medio de esa guerra que tuvo con su padre, y tampoco le dijo nada por la forma en que eligió seguir con su vida fuera del círculo de los Uchiha.

Y definitivamente, nunca se acercó para hablar como hermanos.

—Itachi sólo hace lo que mi padre quiere—le restó importancia, bebe de nuevo y suspira—. Estoy buscando una forma de llevarme bien con él, así mi madre no se preocupará.

Uzumaki asintió mientras le servía un poco más de carne al pelinegro, lo que hizo sorprenderlo un poco.

—No importa lo que digan, eres un buen hijo, Sasuke.

—Tú también lo eres—aseguró rápidamente—. Ellos están orgullosos de ti.

Naruto le sonrió cálidamente y él sólo podía pensar en lo lindo que era mientras llenaba sus mejillas con comida de nuevo, dando por terminado el tema de la familia y del pasado. Para ser honesto, él nunca tuvo ese tipo de pensamientos tan cursis y buenos sobre otros. De hecho, siempre había estado decepcionado de sus antiguas relaciones interpersonales y evitaba todo el tiempo repetir las experiencias; así que se apartaba de todos aquellos que se acercaban por muy mínima que fuera la razón, Sasuke sólo tenía miedo de ser lastimado y usado de nuevo. Era un hombre que servía sólo por y para su trabajo, alguien que dejó de interesarse en los asuntos que involucraran el amor, el ocio e incluso los temas familiares se quedaron en el olvido.

Pero ahora...

Había estado observando de más a un universitario despeinado que usaba ropa de colores extravagantes; fanático del ramen y que, además, poseía un increíble espíritu inquebrantable que claramente se reflejaba en sus ojos azules.

Se sentía tan bien hablar con alguien sobre cómo se sentía, lo que le preocupaba y por lo que estaba pasando. Y al ser Naruto a quien le confiaba sus problemas, hacía que todo fuera incluso más liberador; porque ambos estaban dejando ver esa parte que ocultaban para sí mismos todo el tiempo.

Sasuke pensaba en una mejor forma de acercarse a él mientras subían por el ascensor del edificio residencial. Había estado embelesado por Naruto durante lo que quedó de la cena, que no tuvo tiempo siquiera de planear de forma estratégica un camino para llegar a su corazón. Debía lidiar con su yo más romántico que no sabía que tenía y con aquellos pensamientos color rosa que lo atacaban en cualquier momento las veinticuatro horas del día, pese a sus malas experiencias, Sasuke estaba tratando de hacer las cosas bien.

Pero su personalidad y la de Naruto eran completamente opuestas una de la otra.

¡Ding!

El elevador se detuvo en su piso y caminaron por el pasillo estrecho. El rubio se giró hacia él algo indeciso, pero al final sólo exhaló.

—Buenas noches—el lindo vecino se despidió, pero rápidamente frunció el ceño—. Oh, espera, tienes algo ahí...

Él se acercó con tanta lentitud, que parecía que por un sólo segundo todo estaba en cámara lenta. Sasuke tragó duro y por un momento aguantó la respiración; podía jurar que sentía una extraña emoción recorriendo todo su cuerpo, pero él sólo se quedó quieto por el miedo a cometer un error. Inhaló cuidadosamente el aroma a cítricos que venía de esos cabellos rubios, conteniéndose con todas sus fuerzas para no tomarlo entre sus brazos y apretujarlo contra su cuerpo; queriéndose embriagar más por esa sensación que lo emocionaba vilmente.

Fueron segundos, los segundos más largos, tentativos y cruelmente satisfactorios que había vivido.

Se alejó y le mostró lo que sus dedos habían capturado del cuello de su camisa—. Un grano de arroz—dijo con una sonrisa que parecía avergonzada.

Iba a volverlo loco.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).