Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sunflower por rkivexxxv

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Condiciones

Sasuke ofreció su casa como estancia para cenar, y aunque la experiencia de comer con los padres de Naruto ya era algo que tenía, las circunstancias eran muy diferentes a esa vez en casa del rubio. Una charla animada sonaba estrepitosamente entre Naruto y su padre Iruka. Y eso dejaba a los callados, Sasuke y Kakashi, disfrutar de la comida y contribuir con monosílabos siempre y cuando fuera necesario.

Y aunque todo parecía ir en buen camino, el pelinegro no pudo evitar sentirse un poco observado por Kakashi, una mirada llena de perspicacia digna de un policía o un detective, lo que no tenía absolutamente nada de sentido porque era maestro de universidad. Así que eso lo llevó a pensar que quizás estaba enseñando en la facultad de derecho o incluso en la escuela de criminología, lo más parecido a esas.

—¿Sasuke?—la voz de Iruka lo llamó.

—¿Sí?

De pronto, la voz en su cabeza se calló y sus pensamientos a toda máquina se detuvieron.

—Escuché que tu hermano se casó—mencionó mientras bebía un sorbo de agua—. Felicidades por eso.

—Gracias... ¿pero dónde lo escuchó?—estaba realmente curioso.

—Bueno, no lo escuché realmente—sonrió por el malentendido—. Lo leí en una revista.

Incluso los medios estaban cubriendo la boda de su hermano, pero lo entendía, se trataba del representante actual del concesionario más establecido del país. Por lo que no sería extraño ver a Itachi ser noticia en revistas económicas y de chismes. Esas que Naruto solía leer mientras lavaba la ropa o cuando se distraía para no seguir estudiando.

—¿Fue por eso que salieron todo el fin de semana?

Ahora sí parecía querer tocar el tema sobre ellos.

Kakashi los miró con atención, bastante interesado en la respuesta.

—Sí, sí—Naruto soltó una risa nerviosa, a este punto ya no sabía cuántas veces lo había hecho—. Fue por eso... ¿no te dije?

Iruka se cruzó de brazos y negó un par de veces—. No, sólo me llamaste diciendo que saldrías el fin de semana con tu vecino y luego cortaste la llamada.

—Probablemente estaba algo apurado...

—Sí, probablemente.

Un silencio extraño se quedó merodeando entre ellos. Sasuke había sentido claramente la forma tan curiosa con la que Iruka había dicho la palabra vecino. Supuso, nuevamente, que el padre del rubio estaba llegando a sus propias conjeturas, en las cuales él parecía ser algún tipo de mala influencia para Naruto.

Kakashi carraspeó llamando la atención de todos. Tratando de disipar el momento incómodo que se había formado.

—¿Sabes a quién nos encontramos, tu padre y yo?—preguntó directamente a su hijo.

—¿Quién?—estaba curioso, aunque lamentaba el cambio de tema.

Otra vez.

—Hinata, ¿te recuerdas de ella?—Iruka parecía emocionado—. Me dijo que ha querido contactarte.

—Está preocupada por ti—Kakashi secundó.

Sasuke percibió inmediatamente el tono de la conversación, su frente se arrugó levemente y dejó de prestarle atención a su plato casi vacío.

—¿Hinata?—preguntó, intentó no hacer tan obvio su interés—. ¿Quién es Hinata?

Aunque no estaba muy seguro de haber logrado eso. Porque cuando se trataba de Naruto, lo que menos podía hacer, era fingir que no le interesaba cualquier cosa que tuviera que ver con él, por muy mínimo que fuera.

—Era su novia—respondió Iruka rápidamente.

Y entonces el rubio casi se ahogaba con el bocado de comida que había metido a su boca.

—¿Ah sí?

Estaba muy claro que no iba a poder fingir un interés normal sobre el tema.

—¡No es verdad!—se apresuró a decir—. Nunca fuimos nada en realidad. 

Él se miraba tan nervioso.

—¿Estás bien?—Iruka le pasó un vaso con agua mientras su rostro mostraba una mueca preocupada.

A pesar de todo, Sasuke acarició la espalda de Naruto en un intento de detener aquella repentina tos a causa de los nervios, pero aun así estaba curioso con lo que había dicho Iruka. Naruto jamás le había contado sobre Hinata o sus relaciones anteriores, aunque tampoco es como si él hubiera dicho algo sobre su vida amorosa y lo catastrófica que había sido antes de conocerlo.

Pero tenía mucha curiosidad, y, sobre todo, le molestaba la forma tan cariñosa con la que los padres de Naruto hablaban sobre esa chica. Otra vez, en medio de suposiciones que su alocada mente formaba, pensó que era alguien verdaderamente importante en la vida del rubio.

—Estoy bien—dijo apenas audible—. Sólo que...

Iruka alzó las cejas esperando por las palabras de su hijo, quien suspiró tratando de disipar los nervios que se aferraban con fuerza a su cuerpo.

—Dile que lo lamento, trataré de contactarla luego.

Naruto se giró buscando a Sasuke, cuyo rostro mostraba el mismo semblante imperturbable y serio de siempre, pero era demasiado obvia la curiosidad y el desasosiego que centellaban de forma tenue en sus ojos.

—Y hay otra que debo decirles—rascó su cuello que lentamente se volvía rojo como su rostro.

Sasuke tragó en seco, sintiendo el miedo recorrer por su torrente sanguíneo. Esto se sentía mucho peor que cuando su madre conoció a Naruto, o cuando lo llevó a la boda de Itachi en medio de su ponzoñosa familia.

Ahora no sabía qué esperar realmente. 

—¿Sobre qué?—instó Iruka, extrañado por el súbito cambio de ambiente.

Aunque su rostro denotaba más preocupación que extrañeza.

—Bueno, esto ya lleva algunas semanas de haber comenzado, y no es que no hayamos querido decirles... en realidad, yo era el del problema—eso último lo susurró para sí mismo.

Oh no.

Naruto empezaba a vacilar sin saber cómo decirlo realmente, por mucho que quisiera aún seguía nervioso por ello.

—¿De qué estás hablando?—Iruka parecía incluso más confundido y preocupado que antes.

Kakashi sostuvo la mano del hombre por encima de la mesa, parecía que su momento de intervenir había llegado; porque sabía que ni Naruto ni Iruka, iban a llegar a un lado con esa horrible conversación que estaban teniendo.

—Cariño—lo llamó, apretando levemente su mano—, creo que lo que nos trata de decir nuestro hijo es que está saliendo con Sasuke.

Y la alarma sísmica en la cabeza de Uchiha empezó a resonar por todas partes, sintiendo que en cualquier momento iba a desmayarse sin escuchar antes el terrible rechazo de los padres del rubio. 

—¿Qué?

Iruka paseaba su ceñuda mirada de un lado a otro, primero Naruto y luego Sasuke; repetidamente hasta encontrar el por qué. No es como que le cayera mal el hombre frente a él, pero no estaba seguro de que fuera el correcto para su pequeño y torpe hijo, que de pequeño no tenía nada.

Naruto exhaló rendido ante la mirada severa de su padre—. Sasuke y yo estamos juntos.

Iruka pestañeó varias veces hasta procesar lo que escuchó.

—¿Desde cuándo?

Naruto se giró a ver a Sasuke, quien un poco perdido y sin saber qué decir, negó un par de veces mientras se encogía de hombros. La verdad es que ninguno sabía con exactitud cuándo había empezado todo eso.

El rubio rascó su frente—. Eso... la verdad es que no lo recuerdo.

¿Pero qué clase de pareja eran? ¿Cómo era posible que ni siquiera supieran la fecha en que inició todo? Preguntas como esas rondaban en la cabeza de los padres de Naruto, incluso Sasuke se quedó pensativo ante a ese hecho. Iruka le dio un par de palmaditas a la mano de Kakashi, como si hubiera tomado una decisión en aquella mente de padre sobreprotector que tenía. 

—Ven y ayúdame a servir el postre, Naruto—pidió amablemente y se levantó de la silla. El rubio lo siguió, dejando a Kakashi y a Sasuke solos en la mesa.

El azabache observó a su novio y al padre de este dirigirse a la cocina, hablando entre susurros y preparando los platos para el pequeño pastel que llevaron para después del almuerzo. 

—¿Él estará bien?—preguntó Sasuke, aunque la pregunta iba más para el que vivía dentro de su cabeza. 

Kakashi sonrió confiado, haciendo un gesto con la mano para restarle importancia—. No te preocupes, todo está bien.

Ah, es eso.

Sasuke arrugó levemente la frente, se cruzó de brazos y miró con seriedad al otro que se sentaba frente a él. Ahora sí parecía que Kakashi se había convertido en un policía a punto de interrogarlo. Iruka se había llevado a Naruto para hacer su propio interrogatorio en la cocina, y mientras tanto, Kakashi hacía lo mismo con él.

—No voy a hacerle daño a Naruto.

Su declaración sonó clara y fuerte.

—¿Y debería creerte porque...?

Aunque Kakashi, a pesar de mantener esa sonrisa amable, aún parecía receloso ante la idea de Naruto y Sasuke siendo una pareja.

—Porque Naruto es lo único bueno en mi vida—admitió—, todo es más... cálido desde que llegó aquí—no había rastro de duda en su voz o en su mirada.

—Entonces...

—Entonces—repitió Sasuke rápidamente—. Si es Naruto quien decide ya no querer estar a mi lado, respetaré su decisión y me alejaré.

Mientras tanto, nadie tiene el derecho de decidir sobre ninguno de los dos.

El hombre sonrió al escuchar la seguridad en la voz de Sasuke, no sentía que debía preocuparse por algo. De cualquier forma, no planeaban de ninguna manera obligar a Naruto y a Sasuke separarse, o prohibirles siquiera mirarse. Eran cuestiones puramente del corazón, y ellos claramente no tenían por qué interferir en los sentimientos de su hijo y de la persona que amaba.

Sin embargo, si por alguna razón Sasuke osa romperle el corazón a Naruto, tendrá que asumir la responsabilidad, ya que no hay forma de que salga impune de sus actos si llegara a pasar.

Luego de semejante cena incómoda y que las cosas por fin se aclararan con los padres del rubio, decidieron levantar la mesa e irse a la cama. Después de todo, acababan de llegar de un viaje largo y de soportar a la familia Uchiha. Merecían un buen descanso, aunque el rostro perturbado de Sasuke mirando hacia el techo no podía decir lo mismo, porque tenía que ir a trabajar al día siguiente y aún seguía pensando en todo lo que había ocurrido desde el fin de semana.

Naruto reposaba su cabeza sobre su hombro mientras lo abrazaba, el pelinegro podía sentir el ligero agarre sobre su abdomen y la respiración tranquila chocar contra su cuello.

—¿Sigues despierto?—lo escuchó susurrar.

El silencio duró unos cuantos segundos antes que Sasuke dijera algo.

—¿Por qué no recordamos el día en que empezamos a salir?

Sí, debía admitirlo. Él también estaba curioso, era imposible olvidar algo como eso, ¿cierto?

—Esa noche ni siquiera me lo pediste—murmuró con cierta indignación.

El silencio atravesó nuevamente la habitación a oscuras.

—Me gustas. Por favor, sal conmigo.

Una corta y dulce risa se escuchó a través de la penumbra.

—Eres un tonto... pero, me encantaría salir contigo.

Sasuke sonrió manteniendo la mirada hacia el techo, la luz de la luna apenas si entraba en la habitación; la calidez que el cuerpo a su lado le brindaba lo hacía sentir cómodo y seguro, con el deseo de quedarse así para siempre.

—Naruto.

—¿Mmh?—su voz se escuchó adormilada.

—Te amo.

Pero él ya se había entregado al sueño.

Amo todo de ti.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).