Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero estar contigo por Macarena-chan

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 3


Instinto.


Las horas iban avanzando lentamente, mientras todos estaban sumidos en el mundo de los sueños aprovechando estar entre las nubes para hacer su viaje una experiencia única, no era lo mismo para Ruruka y Takahiro, la pierna del mayor ya se había acalambrado por tanto que la había movido, la manicure perfecta de Ruruka se había arruinado, tanto que incluso ya le ardían los dedos por el mordisqueo constante. Ambos notaban que las azafatas se murmuraban entre ellas mientras los veían, una de ellas les ofreció algunas bebidas para que pudieran descansar un poco en su inesperado viaje, pero habían declinado las ofertas, querían estar en sus cinco sentidos para lo que sea que les esperaba.


Si lograron dormir una hora fue mucho, no sabían cuántas horas habían pasado, pero se dieron mas o menos una idea pues el sol salía por su derecha, pudieron ver que las nubes estaban pintadas de un ligero gris, señal de que pronto llovería.


Se ajustaron los cinturones cuando las azafatas se los indicaron, en los últimos minutos sus corazones habían latido más rápido de lo normal, se les miraba tan distraídos que ni cuenta se habían dado que el avión había aterrizado, la gente comenzó a levantarse de sus asientos para después descender del avión, ellos iban a hacer lo mismo pero una azafata se puso en frente de ellos impidiéndoles que salieran de sus lugares.


—Les sugiero que se queden aquí hasta que alguien venga por ustedes. —Hablo la azafata con voz neutra pero amenazante.


—Ok. —Takahiro trago saliva, pero no dejo de verla.


—Ok, ok nos quedamos aquí, pero por favor no nos saquen los órganos. —Ruruka trataba de disimular su voz temblorosa, se sentó al mismo tiempo que Takahiro.


Pasaron por lo mínimo 20 minutos para que el avión se quedara completamente vacío, solo estaban ellos tres, se veía sobre la ropa la rápida respiración de Takahiro y Ruruka, saltaron de susto cuando se escucho que tocaban la puerta del avión, voltearon de inmediato hacia donde se dirigía la azafata que abrió sin ninguna dificultad la puerta.


Entraron cuatro hombres que a simple vista se veían que eran guardaespaldas de alguien sumamente importante, Ruruka tomo con fuerza la mano de Takahiro, ambos se trataban de brindar ese valor que en ese momento necesitaban.


—Por favor, acepten nuestras disculpas, entiendo que este viaje fue muy repentino para ustedes. —Hizo una reverencia uno de los guardias para después enderezarse. —Por favor acompáñenos. —Señalo las escaleras.


Respirando bastante hondo Takahiro y Ruruka salieron de sus lugares para caminar hacia la salida, antes de que bajaran la azafata les ofreció unas bebidas que traía en una charola de plata.


—Les sugiero que lo tomen, necesitaran algo fuerte para lo que viene. —Con las manos temblorosas ambos tomaron lo que les ofrecían y de un solo trago se lo tomaron, Takahiro carraspeo un poco pues hace mucho que no probaba un alcohol así de fuerte.


—Tengan cuidado al bajar. —El guardaespaldas dejo que ellos bajaran primero


Al salir voltearon hacia todos lados tratando de reconocer el lugar, pero no les era posible, había una camioneta y un auto esperándolos, al parecer sus maletas ya se encontraban adentro del vehículo mas grande, con una simple seña les hicieron saber que ellos tendrían que ir en el auto, no podían hacer otra cosa mas que obedecer, así que se subieron esperando que el lugar donde los llevarían no estuviera tan lejos, el automóvil arranco de inmediato junto con la camioneta que estaba en frente, solo estaba el sonido de la suave música en el radio pero el silencio entre ellos era tenso.


.


.


En la mansión se podían escuchar los desgarradores gritos de alguien que trataba de luchar para que lo soltaran.


—Señor no podemos sedarlo de nuevo, acaba de despertar después de bastantes semanas hacer algo como dormirlo puede iniciar un daño neurológico, además de que puede perjudicar al único feto que pudimos salvar, es de suma importancia que trate de tranquilizarlo ya no podemos seguir alimentándolo por la sonda nasogástrica, madre y feto están al borde de una desnutrición severa. —Pronuncio con preocupación el doctor que había atendido todo este tiempo a Misaki.


El hombre se froto con fuerza su cara, no era conocido precisamente por su paciencia, abrió la puerta del dormitorio haciendo que los gritos se escucharan con mas fuerza, cerro la puerta con potencia haciendo que Misaki se calmara por un segundo, oportunidad que tomaron sus enfermeros para amarrarle sus extremidades, era por su seguridad ya que hace unas horas había tratado de arrancarse de nuevo el suero junto con la sonda.


—¡PUEDES CALLARTE DE UNA JODIDA VEZ! —Misaki lo quedo viendo con firmeza.


—¿¡Donde estoy!? ¿¡Que es lo que quieres!? ¡NO CONFIO EN TÍ! — Trato de mover sus brazos y sus piernas, pero los amarres se lo impidieron. — ¡AAAHHH! —Grito con desesperación al sentirse encerrado.


—Me vale un carajo si no confías en mí, pero si no te tranquilizas voy a dar la orden de que te seden por varios días, no me va importar si el único feto que traes se va a la mierda.


Misaki se quedo estático al escuchar esa noticia, una de las razones por las que se había puesto tan neurótico fue porque había pensado que había perdido a sus bebés, al caer en cuenta que había perdido a uno, pero tenía al otro comenzó a llorar, hubiera dado lo que fuera porque se salvaran sus dos bebés, tenía una mezcla extraña de felicidad y tristeza, se sentía miserable por pensar con alegría que al menos uno de sus bebés se salvó, al estar inmovilizado solo agacho su cabeza, comenzó a sollozar, sus cabellos ahora un poco más largos se encargaban de ocultar su rostro.


—Bien. —Se sentó en uno de los sillones de la habitación. —Puedes seguir llorando, pero es importante que me pongas atención. —Noto que la respiración de Misaki se tranquilizaba un poco pero no había enderezado su cabeza, por lo que prosiguió. — Mi nombre es Raoul Am, Iason era uno de mis medios hermanos, el mayor para ser exactos, por eso me confundiste con él, nos parecemos bastante…—Se quedaron varios minutos en silencio, Misaki un poco mas consiente de su situación dejo de forzar sus extremidades, por lo que los enfermeros lo desataron, de inmediato llevo sus manos a su vientre, acariciándolo con lentitud, ahora sabia porque tenia una venda en ese lugar, Raoul reviso el reloj que traía en su muñeca, las 11: 30 am, no parecía ser medio día pues el cielo se veía nublado. —Ya vienen para acá. —No le importo que Misaki escuchara.


—¿Q-Quien…quienes vienen para acá? —Uno de los enfermeros empezó a hacer los preparativos para quitarle la sonda de la nariz que permitía alimentarlo.


—Unas personas…cuando estemos reunidos prometo explicarte todo lo ocurrido en estos meses, ahora trata de comer algo sólido.


—No tengo hambre. —Dijo Misaki tajante, no tenia que ser amable con alguien que apenas conocía en esa clase de circunstancias.


—¿Estas consiente de tu estado? —Misaki se mordió el labio, lo había olvidado por unos segundos, tenia que alimentarse por dos. — Los cuidados que te di al parecer no son suficientes, estas a nada de una desnutrición, pero si quieres que tu embarazo no se logre no comas, dime para pedir que no se desperdicie comida en ti.


—Lo haré, por favor… necesito alimentarme. —Trago saliva, estar todo el tiempo con la sonda había ocasionado que en ese momento sintiera unas nauseas horribles, solo escucho como la puerta era cerrada de un portazo. —Gracias. —Le dedico una leve sonrisa al enfermero que le había quitado la sonda.


Todos se retiraron dejándolo solo con el mayordomo que le había traído su almuerzo, tenia una mesita de madera donde estaban sus alimentos y un té, suspiro, al tomar con algo de temblor el tenedor se dio cuenta de la delgadez de sus dedos y muñecas, suponía que estaba muchos kilos debajo de lo normal, así que aguantándose las náuseas mastico varias veces la fruta blanda que había llevado a su boca, sentía que en cualquier momento iba a vomitar, pero debía aguantarse, necesitaba tener el peso adecuado para nutrir a su pequeño.


Varias veces se causo dolor en la palma de su mano derecha con sus propias uñas, necesitaba saber que eso era real, a pesar de las circunstancias en las que estaba daba las gracias por esa segunda oportunidad que se le había brindado, no sabía como pero aquí estaba, el dolor que sentía en su cuerpo le confirmaba que todo eso no era un sueño, toco con suavidad su vientre, apenas y podía sentir una protuberancia, suponía que si se veía en el espejo iba a ser mas notoria por su delgadez.


Ante tal pensamiento respiro hondo y empezó a comer mas bocados pequeños, claro que pasaban varios segundos para que repitiera la acción, tenia como meta acabarse todo lo que se le había servido.


A la mitad tuvo que parar, apretó con fuerza la sabana y sus ojos, su estomago al no haber recibido alimento solido por semanas estaba a nada de desecharlo, respiro con rapidez, apretó los dientes mientras pasaba saliva rápidamente, se negaba a vomitar, el mayordomo se acercó rápido para acercarle un recipiente para que vomitara.


—No. —Alejo con amabilidad la mano del mayor. —No debo vomitar…no. —Empezó a respirar profundamente y exhalaba con lentitud. —Debo…debo protegerlo, tengo que…que alimentar a mi hijo. —Puso la mano en su vientre, sentía que si abría los ojos las náuseas iban a ganarle


—Es mejor que pare de comer ahora. —El mayordomo lo empujo un poco para que se recostara, le quito la mesita de madera de la cama. —A comido más de lo suficiente, incluso mas de lo que debería, no debe forzar a su cuerpo, puede hacerse más daño.


—Mi bebé necesita nutrientes para desarrollarse adentro de mí. —Lo ultimo lo dijo en un sollozo, el mayordomo frunció las cejas, había sentido la tristeza del menor. —No puedo perderlo, a este no, perdí a su gemelo, por favor ayúdeme. —Empezó a gimotear.


—Mañana, mañana puede intentarlo con un poco mas de alimento, por lo mientras en la comida y cena trate de comer un poco menos que hace un momento, así le dará tiempo a su estómago de acostumbrarse ¿Esta bien? —Misaki asintió un poco mas animado. —Además el suero vitamínico que tiene conectado también es de ayuda, así que no se preocupe. —Cargo la mesita. —Duérmase un poco, le ayudara con las náuseas. —Misaki asintió. —Con permiso.


Ya encontrándose solo, exhalo temblorosamente, su mano derecha no había dejado su vientre, quería brindarle más calor, consiente que en su estado no le estaba cumpliendo al 100 a su pequeño, se volteo a ver en el espejo de la cómoda, era un desastre, tenia las ojeras marcadas, varios vendajes, estaba pálido, sus labios antes rosados eran pálidos, los huesos se marcaban en sus mejillas, se volvió a acomodar.


—No te preocupes mi vida. —Masajeo su vientre en círculos. —Te prometo que estaremos bien, nadie nos hará daño ahora, estaremos bien mi amor. —Le hablo a su vientre con suavidad.


.


.


El automóvil y la camioneta estaban en una carretera rodeada de árboles, no se veía algo que señalara que había civilización cerca, si fuera otro momento Ruruka estuviera emocionado para ver hacia donde iban y Takahiro estuviera admirando los grandes y altos árboles que los rodeaban, pero la verdad apenas y le ponían atención al camino, a ese grado ya estaban resignados a la muerte que seguramente les esperaba.


Después de media hora llegaron a un lugar un poco mas despejado, todo el verde de la naturaleza era un poco opacado por la niebla que empezaba a bajar, Takahiro supuso que se encontraban en una especie de montaña ya que eran las doce del día y ya había bajado la niebla desde temprano, lo único que iluminaba eran los focos de las pintorescas casas que se encontraban por ahí.


Pensaron que ya habían llegado, pero no fue así, tuvieron que subir un poco más para encontrarse unos muros de piedra que limitaban el terreno, parecía que no tenían fin, llegaron a un gran portón que fue abierto al instante que vieron llegar los automóviles.


Pudieron divisar una gran mansión, las luces cálidas que la iluminaban traspasaban la niebla, el miedo había vuelto con mas fuerza pues al parecer su “viaje” había llegado a su fin, Takahiro rogaba a todo lo divino que si a el le pasaba algo su familia estuviera segura, los automóviles se habían estacionado en frente de la puerta de la mansión, los guardaespaldas les abrieron las puertas a Ruruka y Takahiro respectivamente, ambos se pusieron a lado del otro cuando escucharon la puerta abrirse, Ruruka al alzar la vista se sorprendió.


—I-Iason Mink—Dio un paso hacia atrás, asustado, el rubio frunció el ceño mientras baja las escaleras.


—Ya estoy arto que me confundan con él. —Ruruka lo vio con mas detenimiento, era cierto, de lejos tenía bastante parecido, pero de cerca era bastante diferente. —Bienvenidos soy Raoul Am. —Takahiro iba a hablar, pero Raoul lo interrumpió con una mano. —No hace falta que se presenten, conozco sus nombres. —Volteo a ver a los guardias que se venían bajando de la camioneta. —Su equipaje va a ser subido a sus habitaciones. —Los guardias pasaron a su lado. —Por favor acompáñenme. —Les ofreció ir primero hacia adentro con un elegante ademan.


—¿C-Cuanto tiempo estaremos aquí? —Ruruka se armo de valor y pregunto.


—Eso depende de ustedes. —Les sonrió, Takahiro suspiro con resignación y comenzó a subir las escaleras, le secundo Ruruka y por último Raoul.


Al estar adentro se impresionaron de lo gran y hermoso que era a dentro, les desconcertó que la servidumbre que al parecer trabaja ahí estaban quitado una gran pintura donde estaban pintados Iason, su esposo y sus hijos.


—No se detengan, entre menos tarden en subir será mejor para ustedes, créanme. —Sin decir alguna palabra lo siguieron, Takahiro se sostenía del barandal mientras subía, Ruruka no perdía detalles de todos los adornos de la casa.


Caminaron por un largo pasillo, había puertas que suponían que eran habitaciones, algún salón o estudio, se detuvieron unos pasos atrás de Raoul pues se había quedado en frente de la ultima puerta que quedaba a lo largo del pasillo.


—Lamento lo que causo mi hermano, su corazón se lleno de odio, fue en parte culpa de mi familia, pues cuando empezó todo su “juego” le dimos la espalda y no nos dimos el tiempo de comprenderlo y ayudarlo a que dejara todo atrás. —Takahiro y Ruruka no entendían muy bien a lo que se refería Raoul. —Lo que tienen que entender es que mi familia ya no les dará más problemas, por eso hice que vinieran hasta acá y también que ya tendré tiempo de hablar con los tres, cuando estén mas calmados y platiquen entre ustedes.


—¿Cómo que los tres…? —Raoul abrió la puerta interrumpiendo a Takahiro.


Misaki al escuchar la puerta abrirse volteo hacia ella con los ojos un poco entrecerrados, no se había podido dormir.


—¡OH POR DIOS! —Takahiro sin importarle nada camino rápido hacia donde se encontraba acostado Misaki.


—H-Hermano. —Misaki extendió sus brazos para abrazar al mayor, su semblate se había iluminado, todos sus malestares se habían ido de repente al ver a su hermano mayor, Takahiro empezó a sollozar bastante audible mientras apretaba al menor contra él.


—Misaki. —Ruruka fue hacia el otro lado de la cama para abrazarlo, se limpió las lágrimas mientras también extendía sus brazos al castaño. —Estas vivo. —Lloriqueo mientras apretaba la cabeza de Misaki contra su hombro.


Misaki acaricio como pudo a los dos mientras frotaba su cabeza entre ambos, no sabia como demostrar que estaba eufórico por volverlos a ver, los contrarios sentían lo mismo, todo parecía tan irreal que necesitaban sostener el cuerpo del menor con fuerza como si fuera una especia de salvavidas en ese momento tan lleno de emociones.


.


.


La niñera puso su laptop en la pequeña mesa donde se encontraba Yong sentado, había muchos lápices de colores, plumines, pinceles, plumones, hojas, todo lo que un niño necesitaba para dibujar algo muy colorido, el pequeño le había pedido con su aun corto vocabulario que buscara algún tutorial en You Tube para hacer dibujos, la chica enternecida por supuesto que hizo lo que le había pedido, estaban en la habitación del menor lejos de cualquier perturbación como la que se estaba dando en la cocina.


—¡Entiéndelo de una vez Feilong! Tu solo quieres retenerme a tu lado por que tu ego no te deja ver que ya no siento nada por ti, tu te encargaste de matar de todo el amor que alguna vez te tuve.


—E-Eso puede arreglarse, solo necesitamos mas tiempo juntos, los dos solos. —Lo abrazo con afán de seducirlo.


—No, no, suéltame. —Le quito los brazos que estaban enredados en su cuello. —No te me acerques.


—¿Acaso me tienes asco Mikhail? — Dio dos pasos hacia atrás.


—Ese es el problema, no siento nada, absolutamente nada por ti, no produces nada en mí, hice de todo para que los tres volviéramos a estar unidos, pero parece que huyes cada vez que mi hijo esta cerca de ti.


—…E-Es que ese niño ya no me quiere, pero eso tiene solución. —Tomo los brazos de Mikhail para acercarlo hacia él. —Podemos mandarlo con su abuela a Rusia y…—Sintió como era empujado por Mikhail.


—Estas completamente loco si piensas que me voy a separar de mi hijo para darte gusto—Feilong se hizo hacia atrás pues Mikhail se acercaba a él con tono amenazante. — ¿No recuerdas que me repetías hasta el cansancio que las madres son las que más quieren a sus hijos por llevarlos en su vientre y que los padres solo estamos de adorno? Demuéstralo, anda, haz que me trague mis palabras, Yong te ama, pero tu te has encargado de alejarlo con tu impaciencia, regaños, gritos y reproches, es un bebé, no un adulto como quieres tratarlo, está aprendiendo todavía.


—¡Es que ya estoy harto! Lo prefieres a el en vez de a mí, no lo quiero cer…


—Por supuesto que sí. —Lo interrumpió con voz fúrica. —¡Prefiero a mi hijo! Se que nadie nace siendo padre o madre, pero tu no te has dado la oportunidad de serlo.


—¡EL ME ODIA!


—¡No seas ridículo por favor! Él no sabe de esos sentimientos tan oscuros como los que tienes tu, es un ser inocente, ¡TU ERES EL ADULTO AQUI! —Toda la gente que trabajaba en la casa se mantenía distante pues los gritos de Mikhail se escuchaban hasta a fuera de la casa.


—El hace berrinches para que creas que le hice algo…—Feilong tenia los ojos rojos, pero de coraje, ya no sabia que hacer para que Mikhail fuera suyo de nuevo.


—¡NO SEAS DRAMATICO POR FAVOR! Lo único que es cierto es que prefieres tu vida de antes que ser madre, hubieras pensado en eso antes de decidir tenerlo, incluso te di la oportunidad de elegir, te dije que en ese asunto no iba a decidir porque es tu cuerpo y aun así dijiste que sí, ya es tarde para arrepentirse ¿No crees? Conozco muy bien a mi hijo porque me he dado tiempo para convivir con él, algo que tu no haces desde hace mucho tiempo, escúchame bien. —Siseo lo ultimo con bastante enojo, Feilong lo miraba fijamente, retándolo. —¡Jamás voy a permitir que le hagas algo a mi hijo! —Dicho esto ultimo se fue de la cocina, dejando a Feilong solo.


—¡AAAHH! —Aventó un vaso que tenía cerca, rompiéndolo, era cierto lo que decía Mikhail, no tenia la paciencia para entender y atender a un niño, ni siquiera estaba haciendo el esfuerzo, pero por favor, para eso se había contratado la niñera para que se encargara de todo eso.


Mikhail subió con bastante coraje a su oficina, empezó a guardar sus documentos importantes junto con los de su hijo en un maletín, lo demás no importaba, quería estar preparado por si en algún momento tuviera que salirse de ahí, pero, así como estaba Feilong tal vez sería más temprano que tarde.


Feilong entro a la habitación de Yong, tanto como la niñera como el menor voltearon a verlo con sorpresa.


—¿Qué estás haciendo? —Dijo con un tono bastante tranquilo que hizo sospechar a la niñera.


—Un perrito. —Yong al enseñárselo vio como su madre hizo una mueca de desagrado por lo que volvió a ponerlo en la mesa con semblante triste.


—Ah…por favor ya acuéstate a dormir.


—No tengo sueño mamá, es que hoy estaba jugando y…—Quería contarle su día a su mamá pues había visto en un video que eso hacen niños como el con sus mamás.


—No me interesa niño, dije que te fueras a dormir. —Alzo un poco mas la voz haciendo que Yong se comenzara a asustar, la niñera no sabía qué hacer.


—¿Estas enojado, mami? —Feilong se comenzaba a irritar al escuchar la fina voz de Yong.


—¡Por qué no me obedeces, por eso ¡


—Pero mami…—La angelical voz del menor comenzaba a quebrarse, Feilong al ver el puchero del menor hizo que su límite se rompiera


—¡Estoy harto del todo mundo! ¡DE TI!


—Mami…


—¡CALLATE! —Estuvo a nada de darle una cachetada al menor, el pequeño solo se encogió en su lugar esperando el golpe, pero la niñera lo detuvo a tiempo.


—¡SEÑOR MIKHAIL! POR FAVOR ¡AYUDA! —Feilong la aventó, Yong al ver todo comenzó a llorar a gritos.


—¡PAPI! —Feilong iba hacia el con aire amenazante, pero Mikhail lo empujo.


—Te lo advertí Feilong. —Cargo a Yong que hipaba del llanto, ayudo también a levantarse a la niñera. —Te advertí que no te atrevieras hacerle daño a mi hijo. —Apretó la mandíbula, tenia ganas de matarlo ahí mismo con sus propias manos.


—¿Qué? —Se burlo con un aire arrogante. —¿Me vas a golpear? Adelante, hazlo.


—Por respeto a mi hijo no lo voy a hacer, pero créeme que ganas no me faltan.


—Hazlo, nada te está deteniendo.


—Vámonos. —Le dijo a la niñera, protegió la cabeza de su hijo con una mano mientras le daba su maletín al guardaespaldas que venía corriendo, salieron rápido de la mansión con Feilong pisándoles sus talones.


—¡TE JURO QUE TE VAS A ARREPENTIR!


—El único que se va a arrepentir vas a hacer tú, te lo prometo. —Hablo con voz calma para no asustar mas a Yong que no dejaba de hipar. El junto con su gente de seguridad se subieron a las camionetas y abandonaron la mansión, se arrepentía por no haberse salido antes de ese lugar pues pensó ilusamente que Feilong tendría de nuevo su instinto maternal, pero al parecer la fiesta y libertinaje le había ganado. Abrazo con fuerza a su hijo, no reprimió las lagrimas que corrieron por sus mejillas, casi había fallado en su papel de padre, se sentía como un león, rabioso de enojo, pues Feilong estuvo a nada de golpear a Yong, si lo hubiera echo capaz y lo mataba en la habitación de su hijo.


.


.


.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).