Entro a las duchas lentamente. Hacía días que su cabeza no podía dejar de trabajar. Según la información que George había recolectado era desde Azkaban que se manejaba la red de prostitución más grande del país, con nexo en todo el mundo y con las altas esferas de poder. Según la investigación, varios internos habían desaparecido misteriosamente de la penitenciaria sin dejar rastro, lo realmente sorprendente de todo eso era el hecho de solían ser hombres poco seguros de sí mismos, y entraban en un perfil psicológico que entraba en el rango de sumiso
Estaba tan concentrado en ordenar sus pensamientos bajo el agua que no se percató cuando absolutamente todo quedo en silencio. Se jabonaba con prisa, mientras más rápido terminara, más rápido podría vestirse y salir del lugar. Enjabonaba su hombro izquierdo cuando el jabón voló de sus manos y fue a aterrizar detrás de él
- Maldición – dijo girándose para agacharse a alzar el artículo de limpieza, fue entonces que lo vio, desnudo, sentado en el suelo y con las piernas cruzadas al estilo indio. En su rostro solo se retrataba una sola cosa: lujuria desenfrenada – yo… – susurro Fred tragando. Era absurdo que un desconocido lo descolocara de esa manera – ya termine – dijo abriendo la regadera para quitarse el jabón de manera presurosa. Necesitaba cubrirse cuanto antes
- ¿No alzaras tu jabón? – dijo el hombre desde el suelo con voz sedosa y sin pensarlo Fred doblo la rodillas para bajar hasta el suelo, pero al instante se pateó mentalmente por esa acción – que lindo. Tenemos una señorita de sociedad entre nosotros – dijo el hombre mientras una cruel sonrisa surcaba su rostro
- Me tengo que ir – dijo Fred intentando tomar su toalla pero alguien la tomo antes y la arrojo lejos de él
- Creo que necesitas esto – dijo el hombre sentado en el suelo con la toalla en sus maños
- Por favor – dijo Fred intentando mantener su voz imperturbable
- Claro – dijo extendiéndosela – aquí tienes… Cachorrita – dijo con voz sedosa
- Yo no so… – dijo Fred extendiendo su mano para tomarla pero el hombre dio un paso hacia atrás mientras sobria maliciosamente – no vue… – pero con un movimiento rápido envolvió la toalla en el cuello del chico ahorcándolo de a poco mientras por instinto Fred se arrodillaba frente a él – ayu… ayu… – pero alguien se acostó sobre su espalda y cabeza al mismo tiempo le levantaban mientras le levantaban las caderas – ¡suéltenme!, ¡auxilio! ¡guardia! – empezó a gritar cuando la toalla abandono su cuello
- Me gusta tu voz – dijo el hombre moviéndose a su alrededor mientras el hombre que estaba sentado sobre su espalda de deslizo como si de un tobogán se tratara hasta sentarse sobre su cuello – ladras delicioso
- ¡Suéltenme! – gritaba desesperado – ¡Suéltenme!
- Fenrir – le susurró al oído el hombre de atrás mientras apoyaba todo su cuerpo en la espalda del detective – no lo olvides gritarlo alto cuando te hagas tocar el cielo. Fenrir
Y en ese momento, Fred recordó:
***FLASBACK***
- Te voy a dar un consejo que jamás deberás olvidar – dijo Remus – gemir te puede salvar la vida
- ¿Cómo? – dijo Fred intrigado – no entiendo
- Llegado el momento lo entenderás – dijo Remus sonriendo tristemente
***FIN DEL FLASBACK***
Algo pequeño empezó a entrar lentamente en su trasero mientras sus lágrimas caían mientras él se removía con más fuerza intentando zafarse
- ¡Auxilio! – gritaba Fred a voz en cuello – ¡ayúdenme por favor!
- No cachorrita – le susurró al oído con una sonrisa en los labios sin de mover el dedo dentro suyo – Fenrir. Ese es mi nombre. Fenrir
- ¡Alguien que me ayude! – gritaba Fred desesperadamente – ¡auxilio! ¡Por piedad!
- Vamos cachorrita dilo – decía el hombre sin dejar de jugar con su ano – Fenrir
- Suéltenme – suplicaba Fred
- Denle la vuelta y prepárenlo – dejando su ano – muy bien ¿A quién le toca comer? – dijo abriéndose los pantalones y girándose hacia los demás los reclusos – vamos cachorritas. No sean tímidas. Han pasado varios días, más les vale tener hambre
- Suéltenme – gritaba Fred llorando
- Mi Tomito – dijo Fenrir sonriendo –, de rodillas –, y el pelinegro miro hacia otro lado tratando de controlar su respiración – no querrás volver a enojarme – y este dio un paso al frente y se hincó frente al castaño
- Mi Lord – susurro James sin que nadie lo escuchara
- Procura esforzarte – dijo Fenrir mientras Tom abría su pantalón y bajaba un poco la ropa íntima de este para deja su miembro al aire – mira que si lastimo a mi nueva cachorra lo pagaras el triple el día que me visites en la celda
- Si Alfa – dijo Tom el miembro sema flácido del otro hombre
- ¿O prefieres que lo pague tu… muñequita? – dijo Fenrir tomando los sedosos cabellos del moreno para profundizar el contacto – eso…– gimió Fenrir echando la cabezas hacia atrás – sigue así – aumentando el ritmo
Desde el suelo Fred veía todo completamente horrorizado. Tenía que escapar. No permitiría que lo usaron como… Forcejeo, forcejeo y forcejeo hasta que logró escapar una pierna con la que golpeo a dos de los que lo sujetaban
- ¡Rata – grito Severus – sujétalo bien! – y Peter lo sujeto más aun
- ¡No! – gritaba Fred – ¡suéltenme!
- ¡Dios! – grito Fenrir viniéndose en la boca de Voldemort – más te vale tragarlo hasta la última gota – siseo y el pelinegro obedeció sin recitar – que te quede bien claro quién manda aquí – dijo antes de darle una bofetada que lo hizo caer hacia atrás
- Si señor – dijo Voldemort mirándolo con desprecio
- Y ahora… – dijo Fenrir acercándose como un lobo al acecho – vamos a probar este manjar – relamiéndose los labios mientras tenía la mirada fija en el trasero del chico
- Suéltenme – gritaba Fred
- Tranquila cachorrita – dijo Fenrir acariciándole el trasero como si fuese lo más preciado
- Suéltenme – gritaba Fred
- ¿te han hecho hembra antes? – pregunto Fenrir introduciéndole un pedazo de jabón en su ano
- No por favor – lloraba Fred
- ¿te han hecho hembra antes? – pregunto Fenrir moviendo el jabón dentro suyo
- Princesita, te hicieron una pregunta – dijo Draco
- No – grito Fred desesperado –, no por favor. Por favor
- Al parecer tienes el honor de ser el primero mi Alfa – dijo Bella sonriendo maliciosamente
- No lo olvides cachorrita – dijo Fenrir alineando su miembro al trasero del chico – Fenrir – le susurró al oído
El grito desgarrador se escuchó en varios de los pasillos más cercanos. Se estaba introduciendo en él sin ningún tipo de piedad y absolutamente nadie hacia algo para detenerlo. Fred no veía debido a las lágrimas y el dolor, mientras Fenrir se hundía en él hasta rozar los glúteos del chico con sus bellos púbicos
- ¡Auxilio! – gritaba el pelirrojo – ¡Auxilio!
- Dilo – le susurro Fenrir al oído mientras tomaba su miembro con una mano para masturbarlo lentamente – Fenrir. Vamos cachorrita, ladra para tu alfa
- ¡Me duele! – gritaba tratando de zafarse mientras todos a sus alrededor alentaban a su violador
- Por Dios – decía Fenrir con sorna – más que una cachorra pareces una potranca salvaje – y todos se rieron a su alrededor
- Y tú eres todo un jinete – dijo alguien
- ¡Suéltame! – gritaba Fred – ¡Auxilio! – sin dejar de tratar de zafarse
- Sigue moviéndote así – decía Fenrir entrando y saliendo de él – ¡eres genial!
- Por favor ya no – suplicaba Fred llorando
- Dilo y me detendré – Fenrir le susurró al oído sin dejar de masturbarlo ni un instante
- Detente – sollozaba Fred
- Fenrir – le repitió al oído en medio de jadeos
- ¡Fenrir! – grito Fred buscando que se detenga – ¡Fenrir!
- ¡Eso! – decía Fenrir sin dejar de moverse – ¡más alto!
- ¡Fenrir! – gritaba el pelirrojo llorando mientras sentía como era bañado por dentro
- Muy bien cachorrita – decía Fenrir aun moviéndose dentro suyo empezando a morderle suavemente la espalda – dime cuanto te gusto
- Mucho – sollozo Fred – me gustó mucho
- Alfa – dijo Fenrir – me gustó mucho alfa
- Me gustó mucho alfa – lloraba Fred – me gustó mucho alfa
- Eres muy buena cachorrita – dijo Fenrir saliendo de él y poniéndose de pie –. Llévenla a la enfermería – ordeno caminando hacia las regaderas – lo quiero muy complaciente esta noche en mi celda – abriendo la llave y jabonándose
- Esta noche era el turno de Theo – dijo Albus
- Dije que quiero a… – siseo Fenrir – quiero a mi nueva cachorra. Por cierto ¿que se llama?
- Fred, mi señor – dijo Arthur
- Quiero a Fred amarrado a mi cama esta noche – dijo Fenrir
- Veré que así se haga, Alfa – dijo Albus
- Siempre tan complaciente – dijo Fenrir cerrando la llave y girándose para caminar hacia el anciano – mi dulce Albus
- Lo que haga feliz a mi Alfa – dijo el anciano bajando el rostro cuando el hombre lo abrazo por la cintura – me hace feliz a mí – dijo sonrojado bajando el rostro
- ¿Hace cuánto tiempo que nadie te hace el favor? – dijo mirándolo detenidamente
- Cinco meses mi señor – dijo este sin levantar el rostro – desde el cumpleaños de mi Alfa
- ¿Cinco meses sin diversión, bebe? – dijo Fenrir sonriendo con malicia
- Mi Alfa no ha ordenado lo contrario – dijo el hombre nervioso
- Hoy habrá un banquete a la hora del almuerzo – ordeno Fenrir – y nuestro querido Albus será el plato principal – y todos gritaron felices mientras él le mordisqueaba el cuello al anciano que sonreía feliz por las atenciones recibidas