Me llamo Trafalgar Law y con veintisiete años, pasaré los mejores años de mi vida, encerrado en prisión, ni siquiera pedí nada de esto, hace diez años atrás nunca imagine que esta sería mi vida, es cierto que nací en un barrio algo malo de la cuidad, mi madre era una mujer de compañía y siempre había hombres desagradables en mi casa pero ella aun así era buena madre, todo ese sacrificio era por mi así que deje muy pronto la escuela para trabajar de lo que fuera posible, mi padre debía ser otro de esos hombres, no tenía interés en él, ni pregunte nunca a mama, cumplía quince años cuando ella enfermo gravemente y murió enseguida entre mis brazos, nunca pude pagar médicos para ella, después de varios días en la calle la policía me llevo a un orfanato, no quería estar ahí, pero aproveche la comida y la cama, no tenía nada por lo que vivir hasta que conocí a mi mejor amigo allí, si no fuera por Shachi no sé qué sería de mí, me ayudo a terminar mis estudios junto a él y me devolvió las ganas de vivir, en agradecimiento nos hicimos el mismo tatuaje en el brazo derecho, salimos del orfanato y trabajamos, nos hicimos compañeros de piso e incluso hice un curso para aprender a ser tatuador, las cosas volvían a estar en orden en mi vida y de nuevo era feliz, justo cuando la última persona, la peor que podía entrar a mi vida en ese momento, Donxiquote Doflamingo, vino a mí, mi padre biológico al que no me parecía nada, se estaba muriendo, no sentía sino asco hacia él, no había tenido más hijos así que me obligo a ir con él y hacerme cargo de su asquerosa empresa, solo tuvo tres meses para enseñarme antes de morir, me quede su casa y Shachi estaba muy ocupado siendo un policía genial así que nos veíamos menos, odiaba ser un hombre de traje y tener que cubrir mis tatuajes, este no era yo y estaba lleno de odio hacia mi difunto padre.
Shachi me ayudo a encubrir que traficaba con droga, la traía junto a los productos congelados de la empresa de mi padre y la vendía a una mafia, con el tiempo me hice amigo del jefe de esa mafia y estaba feliz trabajando de tatuador para ellos, era muy talentoso y amaba dibujar sus pieles, con veinticinco años además, era asquerosamente rico y había tomado gusto a viajar y consentir a Shachi, también donaba mucho dinero a los orfanatos, además dentro de la empresa me había hecho muy amigo de mi secretario Basil, tanto que sin querer le desvele de donde provenía todo mi dinero, lo que pronto descubriría fue el mayor error de mi vida, que afectaría a todos.
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Estábamos cenando en una sala privada de mi restaurante preferido, Penguin me había contado que uno de sus chicos ,Zoro, una relación con el jefe de cocina del lugar, un rubio con mucho carácter y unas cejas curiosas, venía a menudo desde entonces porque la comida era una verdadera delicia, esa noche había invitado también a Shachi y Basil para celebrar mi dinero y nuestro negocio, así fue como Basil se enteró de todo, Penguin se retiró pronto y empezamos a pasarnos de copas, Basil pregunto algo del marisco, yo llevaba el marisco congelado a ese restaurante, así también traía droga, sin pensar apropiadamente Shachi y yo nos metimos en el congelador entre risas y le enseñamos a Basil las cajas, no nos dimos cuenta en qué momento nos habíamos quedado solos dentro de ese congelador, cuando nos dimos cuenta tratamos de salir pero la puerta solo se habría desde fuera, gritamos hasta que no pudimos más, al final Shachi me obligo a pegarme a él y nos tapó con los abrigos, la sensación de ese frio era desoladora, justo antes de desmayarme mire a Shachi, sus labios estaban azules y estaba muy pálido, acepte que moriríamos sin remedio.
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Desperté sobresaltado y lleno de sudor frio, tarde un poco en darme cuenta de que estaba a salvo en mi celda, solo me había destapado un poco, suspire y me arrope en la cama, ¿cómo había olvidado esa noche?,¿Basil nos traiciono? si es verdad que no se rio mucho esa noche, me sentía estúpido, no existía la confianza en este tipo de asuntos, maldición.