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El Misterio de los Vampiros de Aqueos por Shuni_Chan

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Notas del capitulo:

    Hola, saludos, muchas gracias por seguir leyendo mi fics, les traigo la continuación y espero que les guste lo que viene.

ALIADO


 


   Un nuevo día comenzaba y todos los ciudadanos de Aqueos estaban enterados de lo ocurrido en la madrugada,  con el homicidio del mejor abogado de la ciudad a manos de su propio hijo. Murmullos y murmullos se escuchaban y prácticamente la fructífera ciudad se fue convirtiendo en pueblo pequeño. No había nadie que no supiera de ella, desde los barrios bajos a los más altos, el chisme corrió rápidamente como una plaga.


   En casa de Shiryu, el pelinegro siente extrañeza que sus amigos no habían llegado para continuar con el entrenamiento, se estaba preparando cuando su abuelo entra a la casa lo más rápido que su pierna mala le permitía.


   -Shiryu, hay problemas – Le tira el diario que él toma rápidamente leyendo la portada – Ve rápidamente a buscarlos, esto es obra de ellos.


   El pelinegro asiente, aun no daba crédito a lo que había leído, ¿Hyoga había asesinado a su padre? ¡Nunca! Conocía bien al rubio, a pesar que su padre no era un buen ejemplo, nunca le haría eso. Caminó rápidamente analizando la situación. Ni modo de llegar a la casa del rubio, estaría llena de curiosos y Hyoga por supuesto no estaría allí.


   Corrió las pocas manzanas que le quedaban llegando al hogar del peliverde. Extrañado vio que la puerta se encontraba entre abierta.


   -¿Shun? – Llamó y tocó la puerta sin recibir respuesta. La empujó suavemente, rechinó a través de sus bisagras, dejando observar el interior de la casa. La otrora casa que siempre estaba pulcra y sin desorden se encontraba literalmente patas arriba, parecía que un huracán hubiera pasado. Entro sigilosamente viendo todo – ¿Shun?, ¿Ikki? – Llamó de nuevo recibiendo  la misma respuesta, silencio. Caminó cauteloso por todo el lugar revolviendo algunos trastos y recogiendo otro para liberar el camino. Recoge una pequeña mesa que se encontraba estorbándole el paso cuando ve algo que le llamó la atención. Se agacha y toma en sus manos las dos dagas que le había dado su abuelo a los chicos – “Algo muy malo ocurrió aquí” – Observó las dagas viendo una que estaba manchada de sangre, ya estaba seca pero la sangre era muy oscura. Tomó un trapo que encontró y envolvió las dagas en este. Siguió revisando todo el lugar, abrió las puertas de las habitaciones encontrándolas de la misma forma que la casa, sin encontrar indicios de alguien decidió salir.


   Vio a los vecinos que cuchicheaban,  se acercó preguntando si habían visto al peliverde o a su hermano o si habían escuchado algo, pero negaron con la cabeza diciendo que todo la noche estuvo tranquila y no hubo problemas. Agradeció, y emprendió de nuevo el camino, tenía que llegar rápidamente a su casa, sus amigos tal vez se encontraban en peligro y buscar cómo ayudarlos era lo que la atañía la cabeza.


 


   – “Él los tiene” –  Escucha un susurro a su espalda que hace voltearse enseguida buscando a la persona que le había dicho eso. Nada, no había nadie. ¿Estaría loco ya? Pensó. De nuevo se gira para seguir el camino y frente a él estaba un pequeño pelirrojo que con las manos sobre la cabeza lo miraba con una sonrisa, Shiryu ve con espantó los pequeños y puntiagudos colmillos que tiene, rápidamente desenvuelve una de las dagas apresto para atacar.


 


   - Detente, no te va a hacer daño - Una voz apacible le hablaba.


 


   - ¿Qué? ¿Dónde estás? ¡Muéstrate! – Desafió el pelinegro.


 


   Frente a él cual espectro apareció un hombre de cabellos lilas largos agarrados con una cinta azul, piel blanca como el papel y estaba vestido casual, un pantalón sencillo gris claro con una camisa blanca pulcra, y en la comisura de su boca se mostraba los colmillos.


   Sorprendido por esa aparición miro alrededor rápidamente, veía a las personas transitar normalmente como si no existiera ni él ni el sujeto que acababa de aparecer  


 


   – ¡Eres uno de ellos! – Exclamó sorprendido.


 


   - No tengas miedo, no todos somos iguales.


 


   - De que estás hablando, todos son iguales, son despiadados y sus sentimientos hace mucho se perdieron en su conciencia.


 


   - Puede que tengas razón, pero no todos somos iguales, te lo repito -Su tono seguía siendo apacible y no buscaba confrontación- Tus amigos están en problemas Hades se los llevó.


 


   - ¿Hades? ¿Quién es? – Preguntó curioso.


 


   - Es el Vampiro jefe del clan, es muy poderoso, tiene más de 500 años. Es el ser más antiguo de la orden.


 


   - ¿500 años? – Sorprendido - ¿Por qué se los llevó?


 


   - Al parecer lastimaron a una persona importante para él y es antiguo amigo suyo, Hades se obsesionó con ese humano.


 


   - ¿Antiguo amigo?


 


   - Si un castaño.


 


   - ¿Seiya?¿Por qué me estás diciendo todo eso, acaso no perteneces a esa orden? 


 


   - No pertenezco a ella, solo soy un ser errante que trata de detenerlos, pero con tu ayuda y la de tu abuelo podemos rescatarlos.


 


   - ¿Cómo? ¡Nuestra ayuda! –Dijo con duda no se creía lo que a sus oídos escuchaba.


 


   - Los he estado viendo, ellos también; ustedes son diferentes a todos los humanos que viven en esta ciudad, tienen un séptimo sentido que les permite discernir (comprender) lo que sucede. Tu amigo Seiya cayó en las garras de ellos por encerrase mentalmente y no querer ver que estaba en problemas, y el rubio fue manipulado, no controló su duelo por la muerte de su madre y se aprovecharon de ello.


 


   - Entonces es cierto – Dijo entre dientes el pelinegro.


 


   - Tenemos mucho de qué hablar joven.


 


.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,


 


   Un reacio Shiryu llevó a aquel sujeto a su casa deteniéndose a la entrada de esta y volteando a verlo, caminaba de la mano junto con el pequeño. Le explicó que tenía que hablar primeramente con su abuelo para evitar cualquier inconveniente y este asintió estando de acuerdo en lo que le decía.


 


   - ¿De qué estás hablando Shiryu? ¿Trajiste un vampiro a la casa?


 


   - Abuelo él ya sabe lo que hacemos y donde vivimos, no solo nos vigila, los otros también lo hacen, me explicó lo de Seiya y tenías razón, es tarde, se ha convertido en uno de ellos. – Explicaba con apremio el pelinegro.


 


   - Shiryu ¿te estás escuchando? No estas razonando, ese tipo te convenció o te está manipulando ¿por qué necesita nuestra ayuda? Esto es muy raro.


 


   - No lo sé abuelo pero ¿qué podemos hacer? – Levantaba los hombros y se cruzaba de brazos - Según él, Hades tiene a Shun y a los demás, de verdad lo que me dijo fue muy convincente.


 


   - ¿Hades? – Volteó rápidamente Dohko mirando con una mirada de furia a Shiryu.


 


   El pelinegro asintió, quedó sorprendido con la mirada que le había lanzado su abuelo, acaso conocía a ese tal “Hades”. Dohko se había tensado cuando escuchó ese nombre, nunca pensó que lo escucharía de nuevo, tomo aire expulsándolo sonoramente, miró a Shiryu y caminó con él a la puerta de entrada abriéndola.


   Vieron al sujeto de espalda que aún sujetaba al pequeño de la mano paternalmente mientras el niño le señalaba un lugar.


 


   - Y allá vive el señor Henderson, él siempre me daba algo para comer y compraba el diario todos los días, también lo ayudaba con alguno quehaceres.


 


   - Oh ya veo, eres un buen chico pequeño – Mirando al niño dulcemente y este asentía rápidamente con una pequeña sonrisa de satisfacción.


 


   Dohko se aclara la garganta llamando la atención del pelilila.


 


   - Pueden pasar adelante – Masculla el mayor mirando fijamente a aquel a los ojos. De verdad no pudo ver maldad en ellos, pero no podía bajar la guardia. Los detuvo diciéndole que se quitaran el calzado, e hicieron lo que les pidió. Pensó que iba a encontrar resistencia pero hicieron caso a la demanda del mayor.


 


   - Tiene una casa muy hermosa – Miraba alrededor el pelilila,  mientras era guiado por el dueño, mientras que el pequeño miraba emocionado todo lo que veía.


 


   Dohko se sentó en una silla y le mostraba al sujeto convidándolo a hacer lo mismo, el cual se sentó cruzando una pierna sobre la otra.


 


   - ¿Cuál es tu nombre? – Preguntó sin formalidades el mayor sin apartarle un segundo la vista, Shiryu permanecía de pie al lado de su abuelo con los brazos cruzados.


 


   - Mi nombre es Mu y él es Kiki  - Presentándose formalmente.


 


   - Soy Dohko, Shiryu me ha explicado brevemente lo que ha pasado pero lo que me atañe en estos momentos eres tú y ese pequeño.


 


   El pelilila asintió brevemente entendiendo la situación – Entiendo, sé que puede tener sus dudas y no me molesta en explicarlas – dijo suavemente- Como dije anteriormente, mi nombre es Mu, tengo 115 años, morí a los 20 años debido a calamidades de la época y desperté siendo esto, no sé cómo pasó y la verdad no quiero saberlo pero he estado todo este tiempo siendo un errante en este mundo. – Hizo una pausa corta y prosiguió – No he consumido sangre en mucho tiempo, y no es porque no pueda si no porque no quiero, si lo hago me convierto en un monstruo, no tengo control sobre mí mismo. Prácticamente la sangre humana es lo que nos da la fuerza sobrenatural y al no consumirla todo mi cuerpo se ve mermado de esa fuerza.


 


   - ¿Aún sin sangre puedes vivir?


 


   - Así es, estamos muertos, no podemos morir por falta de la misma, simplemente nos convertimos en espectros. Pertenecí algún tiempo a un Clan, pero no era lo mío, solo creaban muertes sin sentido, tomaban y mataban por satisfacción y me retire junto con alguien a quien conocí, pero esa persona volvió a caer en la tentación de la misma.


 


   - Entiendo – dijo Dohko.


 


   - El día que se extraviaron con sus amigos estuve pendiente de ustedes –Mirando al pelinegro - Cayeron en la ilusión del laberinto que uno de ellos creó, no pude hacer mucho, trate de ayudarlos, pero eran muy fuertes, pude huir a tiempo viendo con impotencia como se los llevaban.


 


   - ¿Y él? – Señaló el mayor.


 


   - Es Kiki, es un recién transformado.


 


   - ¿Recién transformado? – Preguntan al unísono.


 


   - Así es, cuando de alguna forma uno de nosotros ataca a un humano y no bebe completa su sangre queda algo de residuo en el cuerpo de la persona, se produce la muerte del alma renaciendo como un vampiro, a este pequeño lo encontré vagando en las calles sin saber qué hacer. – Le dijo mientras colocaba una mano en su cabeza.


 


   - Cierto, Shun nos contó que su hermano vio como uno de esos seres atacó a un niño, pero también tuvo un sueño donde el niño lo amenazaba – dijo Shiryu.


 


   - Puede ser que haya sido una ilusión de ellos o solo fue el estrés por lo que aconteció. – Expuso Mu.


 


   - Si lo recuerdo- Interviniendo el pequeño a la conversación -Él me ayudó todo lo que pudo, le agradezco que se haya preocupado por mí.


 


   - La verdad lo hizo pequeño  - Dijo Shiryu mirando la cara de tristeza de este.


 


   - Y exactamente, ¿por qué necesitas nuestra ayuda? Sabemos que no tienes fuerzas, pero que podemos hacer nosotros ante ellos.


 



   - Pueden hacer mucho más de lo que creen.


 

Notas finales:

   Bueno, hasta aquí este capítulo, espero les haya gustado y muchas gracias por seguir leyendo.


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