Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El clan por FiorelaN

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 Capítulo XXV: “Marchito”. Parte II


 


Narración en tercera persona


Ambos jóvenes salieron de la habitación y Naruto vio a Sai sentado en el pasillo medio dormido.


—¿Sai? —preguntó sin entender lo que ocurría.


—¿Por qué estás ahí sentado? —preguntó Gaara con indiferencia.


—Al fin, abren la puerta… ¿Ya puedo entrar a buscar mis cosas para ir a clase? —preguntó algo molesto y ofendido mientras se ponía de pie para luego entrar en la habitación.


—Lo siento. No sabía que tú no habías podido entrar. ¿Por qué no le abriste, Gaara? —le preguntó sintiéndose culpable por el pelinegro.


—No estábamos en condiciones—respondió el pelirrojo.


—La próxima vez, vayan a otro lado a hacer sus perversidades. Son un verdadero arco… —dijo y tomó su mochila para luego salir—No dormí en toda la noche por culpa de ustedes. ¿No estabas saliendo con Sasuke? —miró a Naruto y este bajó la cabeza—. Qué fácil arreglas las cosas tú, ¿no?


—Cierra la boca y lárgate—le dijo Gaara con molestia.


—¿Y por qué debería callarme? Debería contárselo a Tsunade. Apuesto a que no le gustará saber lo que ustedes dos hicieron anoche. Yo no tenía por qué haber estado fuera de la habitación tirado en el suelo—se acercó mucho a Gaara y lo miró a los ojos con enfado.


—No sucederá otra vez, si es sólo eso lo que te molesta—le respondió muy serio.


—Sabes que no es lo único… Me debes más de una explicación—le dijo para luego darse la vuelta y comenzar a caminar hacia la salida.


—Tú no eres nada mío como para que te esté explicando lo que hago o dejo de hacer—al oír eso, Sai se detuvo.


Se giró y le sonrió.


—Es bueno saber eso. Ahora sé que podré hacer lo que yo quiera sin que pongas mala cara—le dijo antes de salir del orfanato.


—¿Sai y tú…? —preguntó Naruto cabizbajo.


—Nunca. Jamás ocurrió nada. Él sólo dice tonterías, porque jamás le hice caso. Tú recuerdas lo que sucedió la última vez, ¿no? —le preguntó con seriedad.


—¿Eso de que él te estaba acosando cuando yo llegué? Sí… Me acuerdo. De todas formas, no fue justo que él pasara una mala noche por mi culpa…—dijo para luego dirigirse al baño.


—Sí…


 


Sasuke (en tiempo presente)


Tengo un fuerte dolor de cabeza… El despertador suena y aumenta el dolor, la irritación y el malhumor que llevo desde hace unos días. Lo apago. Es terriblemente molesto tener que escuchar ese horrible sonido. Lo peor de todo es que no pude dormir bien en toda la noche por estar rebobinando en mi mente la expresión de Naruto al decirle que no lo quería… La odié y la odio con todas mis fuerzas. ¿Por qué demonios hice eso…? Estoy arrepentido, pero no puedo volver atrás. No tengo que ser débil y retractarme, además… ya se lo dije. No voy a estar jugando con sus sentimientos de esa manera. Él tiene que alejarse de mí lo más rápido posible.


Me levanto de la cama. Me duelen los ojos, porque lloré como un idiota luego de llegar a casa. Me dolía y me sigue doliendo el recuerdo del llanto de ese rubio escandaloso. No quiero recordarlo más. Quiero olvidar y que él también olvide.


Voy directo a la ducha. Ni siquiera tengo ganas de quitarme la ropa y, como un tonto deprimido, me meto bajo el agua fría con mi ropa puesta y todo. Sólo quiero sentir el agua fría en mi cabeza para que el dolor disminuya. También estuve esperando durante toda la noche alguna noticia de ese idiota de Tobi. No puedo creer que se tarde tanto.


Demonios… Debo quitarme la ropa y ducharme bien. Itachi no puede verme en este estado tan patético o empezará a hacer preguntas que no tengo ganas de responderle y tampoco puedo.


No puedo dejar de pensar que él tiene parte de culpa en todo esto. Si hubiese puesto a la policía a investigar cómo era debido, yo no habría tenido la necesidad de estar haciendo todo esto. Me duelen demasiado mis propias acciones y todas las heridas que había cerrado junto a Naruto, de nuevo, están abiertas y sangran sin control.


¿Qué haré después de que atrape al culpable? ¿De verdad voy a hacerle algo horrible o solamente es el odio y la ira hablando por mí? Jamás le he hecho nada malo a nadie. ¿Cómo se sentirá hacerlo? ¿Me dará paz o me atormentarán mis propias acciones como lo hacen ahora? Tal vez sólo me perturbe un tiempo y luego me vuelva más frío, como debí haber sido siempre, y no haberme acercado a Naruto. Me arrepiento más por haberle hecho creer que podríamos ser felices, cuando yo estaba destinado a perecer junto al asesino de mis padres. Si le hago algo a ese bastardo, la policía me perseguirá por el resto de mis días. Tal vez mi tío me ayude y no lo hagan, pero no creo que Naruto quiera estar al lado de aquello en lo que me convertiré.


Estoy muy confundido… Sólo quiero que todo esto termine para tener un poco de paz, aunque no sea cerca de él. ¿Cómo estará ahora?


Salgo de la ducha y me visto con el uniforme de la escuela. Me voy hacia el comedor a desayunar, pero no tengo ganas ni siquiera de beber agua. Debo aparentar frente a mi hermano. Aunque, si le digo que terminé con Naruto, se explicaría mi expresión de desgana.


—¿Qué te pasa? —me pregunta de inmediato apenas entro al comedor.


¿Era adivino o qué carajos?


—Nada. Es martes y no me gustan los martes—le respondo sin ganas de vivir y me siento a la mesa.


No tengo ganas de desayunar. ¿Por qué no sólo me voy a la escuela y ya? Encima de todo, debo verlo y estar cerca de él. Cambiaré mi lugar en el salón de clase y me pondré lo más lejos posible para no torturarlo tanto con mi presencia.


—Come bien antes de ir a clase. Últimamente, no has querido desayunar bien. ¿Todo está en orden? —me pregunta mientras lee el periódico frente a una taza de café.


—Como si tú desayunases bien. Sólo bebes tu asqueroso café en las mañanas—le respondo y sonrío un poco para disimular que todo va bien.


—En mi oficina suelo comer algo más. Mi secretaria me lleva el desayuno—me dice.


—¿Te desayunas a la secretaria? —le hago un chiste estúpido para que se trague el cuento de que estoy bien.


Baja las hojas del periódico y me mira con una ceja levantada. Me río levemente ante eso.


—No digas tonterías y apúrate a comer para ir a la escuela—me dice y vuelve a la lectura.


Termino a duras penas de desayunar y me pongo la mochila en el hombro para luego irme de la casa. El camino es más largo de lo habitual. Me cuesta cien veces más llegar a la escuela hoy. Tengo miedo… Lo confieso. Temo ver su rostro triste una vez más por mi culpa. ¿Acaso va a venir? Tal vez falte. No suele ir a la escuela cuando está triste.


¿Qué demonios…? ¿Qué… hace…? Mis ojos no están bien. ¿Él vino? Está caminando hacia la entrada, pero…


—Bastardo hijo de perra…—digo al mirar lo que está ocurriendo.


Gaara está abrazándolo por encima de los hombros y él le está hablando como si nada. ¿Como si nada? ¿Qué mierda…? ¿Por qué? Deberías estarte retorciéndote de dolor en tu cama. ¿Por qué vienes a la escuela abrazado a él? Gaara me mira. Sabe que lo estoy mirando. Siento una punzada en el pecho y un arranque de ira al mirar lo siguiente… Él acerca su boca al oído de Naruto y le dice algo. ¿Qué mierda le estás diciendo? ¿Por qué mierda sonríes, Naruto? ¿Acaso te volviste loco? No… Gaara besa su cabello y se pega más a él.


Quiero acercarme… Debo acercarse. Quiero ir y arrancarle los brazos. Camino apresurado hacia ellos. Gaara está mirándome y me sonríe arrogantemente.


—Hijo de puta…


No. Detente… No puedes ir. Detengo mis pasos y miro hacia el suelo. Eso es… Deja de mirar. No puedes hacer nada. Esto es tu culpa. Tú provocaste esto…, pero… ¿por qué? Naruto… ¿Por qué? ¿No me dijiste miles de veces que me amabas y que no podías vivir sin mí? ¿Acaso no eras tú el que siempre me susurraba en el oído mientras estabas rojo que jamás te fijarías en nadie más y que nunca podrías estar con nadie más que no fuese yo? ¿Era todo una mentira? ¿Me mentiste todo este tiempo?


Gaara… Me dijiste que te habías rendido y que no querías meterte en mi relación con él. Dijiste que respetarías este amor y dejarías a Naruto en paz, pero… ¿acaso… ustedes dos me estaban engañando hace tiempo? Naruto… ¿Cómo es que tú puedes ir abrazado a él cuando fue ayer que terminamos?


Los miro. No puedo apartar los ojos… Me duele… Quiero llorar, pero no debo. No tengo fuerzas. Podría caer al suelo en cualquier momento.


—¿No se ven bien juntos? —la voz de Sai me saca de la agonía.


—¿Qué? —mi voz suena indiferente.


—Naruto y Gaara. Se ven bien juntos—me dice y lo miro con seriedad.


En realidad, quiero arrancarle la cabeza para que se calle, pero debo disimular.


—¿Y? —pregunto fingiendo que no me importa—. Ni siquiera sé de qué me hablas.


—Claro… Me parece que no le afectó a tu ex mucho su rompimiento. Anoche no me dejaron entrar a mi habitación esos dos—me dice y algo se me clava en el pecho.


Me cuesta respirar a este punto. ¿Qué acaba de decir este idiota?


—Sí. Ellos estuvieron juntos anoche y tuve que dormir en el suelo del pasillo. Gaara tuvo mucho trabajo intentando que el orfanato no se enterase de lo que ellos estaban haciendo. Supongo que no tuvo mucho efecto. Los escuché durante toda la maldita noche—me cuenta y, de repente, mi mundo comienza a dar vueltas.


Mierda… Me duele mucho la cabeza y me siento mareado. Tengo ganas de vomitar.


—¿Estás bien? Te pusiste muy pálido—me dice y lo miro con enfado.


Realmente estoy furioso. No puedo creer lo que me está diciendo. ¿Es verdad? Naruto… ¿Te acostaste con este pedazo de mierda? ¿Tan fácil se te hizo ir a sus brazos después de que te dejé? ¿O es que acaso tú me estuviste engañando todo este tiempo? ¿Quién se acuesta con su mejor amigo después de romper con su novio? Esto debe de haberse estado cocinando desde hace tiempo. No puedo creerlo. Me duele el pecho…


—No me importa donde dormiste. Déjame en paz—le digo con indiferencia.


—¿Entonces, no te importa que Naruto se haya acostado con otro? —me pregunta y sonrío para disimular.


—Bien por él—me pongo serio de repente—. Métete en tus asuntos.


Lo dejo allí solo y me meto al edificio. Me voy directo al salón de clase y me siento lo más lejos posible de donde se sienta habitualmente Naruto.


Tengo la sangre hervida… No puedo creer todo lo que vi en una mañana. Esto es increíble… Me tiembla todo el cuerpo y estoy sudando frío. ¿Por qué demonios me siento tan mal? Quiero ir donde está Gaara y reventarle los órganos uno por uno. Maldito traidor hijo de perra.


Todos los estudiantes y el profesor no se hacen esperar. Entraron al salón de clases y Naruto también. Se sentó donde siempre lo hace y no podía dejar de observarlo desde lejos.


No te ves como siempre… Estás desganado. Sacas tus cosas como si no te importase nada y tu expresión está desanimada. ¿Qué te ocurre? Se supone que pasaste una noche fantástica con esa mierda a la que llamas mejor amigo.


Seguramente, él no te hizo sentir tan bien como esperabas. No exploró tu cuerpo como yo lo hago y no encontró los lugares que a ti te gustan. ¿Qué fue lo que hiciste con él? ¿Qué clase de cosas le hiciste a ese idiota? ¿Le hiciste lo mismo que me hacías a mí? Quiero matarlo y… quiero decirte mil cosas a ti. Quiero lastimarte, porque tú me acabas de hacer mucho daño a mí, pero… no. Yo te lastimé primero. Tienes derecho a hacerme sufrir como te dé la gana.


El saber que ese maldito te tocó y tú a él me llena de cólera, pero no puedo dejar de justificarte y de mirarte. Te ves tan hermoso esta mañana a pesar de todo. Quiero abrazarte y besarte. Quiero llenar de mí todos tus lugares para quitar las marcas de ese idiota de tu cuerpo.


Las horas pasan tan lento, pero, a la vez, no me doy cuenta de que ya es hora de regresar a casa. Quiero saber la verdad. No puedo creer lo que Sai me contó. Quiero oírlo de tu boca… Dímelo tú.


—Naruto—digo tu nombre.


Te estaba esperando a la salida. Estás solo. ¿Dónde dejaste a ese idiota? Te detienes y me miras con ganas de llorar. Me acerco. Ya todos se han ido y solamente estamos tú y yo.


—¿Qué pasa, Sasuke…? —me preguntas y bajas la mirada.


¿Por qué no me miras? ¿Tienes vergüenza de lo que hiciste? ¿No eres capaz de mirarme a los ojos?


Demonios… ¿Por qué no puedo preguntártelo? Te di a entender que ya no eras mi asunto y ahora quiero preguntarte si te acostaste con otro. ¿Soy idiota? Pero quiero saberlo… No podré conmigo mismo si no me lo dices…


—¿Estuviste con Gaara anoche? —solté sin más con ninguna expresión en mi rostro.


Te sorprendes. No esperabas esa pregunta, ¿verdad? Te acabas de poner nervioso. Mírame a los ojos y dime la puta verdad…


—Naruto… Mírame—me acerco más a ti y te elevo el rostro.


Me hipnotizan tus ojos. Toco tu barbilla y no puedo evitar ni me resisto a tocar tu labio inferior con mi pulgar.


—¿Qué hiciste anoche? —se te llenan los ojos de lágrimas.


—¿Por qué… me preguntas eso cuando tú… me abandonaste? ¿Por qué… te acercas…? ¿Quién te dijo eso? —me preguntas.


—No importa quién me lo dijo. Responde lo que te pregunto—me torné serio e impaciente.


Me miras enojado. Frunciste tu ceño.


—¿Por qué quieres saber? Tú ya no me quieres, ¿recuerdas? Ni siquiera me contestaste correctamente cuando te pregunté si habías jugado conmigo. ¿Por qué te interesa saber con quién estuve? Y, si así lo hice…, ¿qué te importa? —me desafías con la mirada y mueves la cara para apartar mi mano.


—¿Desde hace cuánto tiempo estás con Gaara? —fui directo al grano y miro tu expresión de ofendido.


—¿Qué…?


—¿Cuánto tiempo hace que te acuestas con él a mis espaldas? Se me hace muy extraño que, apenas te dejo libre, tú te metas en su cama—en ese instante, me das una fuerte bofetada.


Te miro al instante mientras toco mi mejilla que arde por tu golpe. Estás llorando…


—¡¿Cómo te atreves a insinuar eso?! ¡Maldito! Sasuke…, jamás en mi vida te engañé y no lo haría. ¡Ni siquiera sabes lo que sucedió y me acusas de esa manera! ¡Realmente, no puedo entenderte! ¡Sólo te preocupa si yo te estuve engañando! ¡¿Qué es lo que quieres de mí?! ¡De todas formas, tú ya no me querías hace tiempo! —me reclamas con ira.


—¿Qué es lo que sucede? —la voz de Gaara me hace hervir la sangre nuevamente—Naruto. ¿Qué pasa? ¿Te está molestando?


—Quiero irme…—le pides a él.


—Si quieres hacer algo bueno por ti mismo ahora, será mejor que te alejes y no vuelvas a molestar a Naruto. Él ya no es tu asunto. Mantente alejado de él, Sasu…—no dejo que termines de hablar y te doy un fuerte puñetazo en la cara.


—¡Gaara!


¿Por qué te asustas, Naruto? ¿Realmente, ese pedazo de mierda te importa? No me importa cuánto miedo tengas. Yo estoy demasiado enojado.


Lo agarro de la camisa y lo arrojo al suelo para comenzar a golpear su estúpida cara, pero no se quedas quieto y también me da un fuerte golpe.


—¡Sasuke! ¡Esperen! ¡BASTA! —gritas desesperado e intentas meterte, pero no puedes hacer nada.


Los golpes que ese imbécil me da no pueden hacerme absolutamente nada. Siento la sangre caliente salir de mi nariz y de mi labio, pero él está igual. Lo agarro de la ropa y lo azoto contra la pared. Ya no te vas a mover de ahí, maldito hijo de puta.


—¡Sasuke! ¡Suéltalo! —me gritas y me agarras del brazo para intentar ayudarlo.


—¿Por qué quieres que lo suelte? ¿Acaso esta mierda te gusta ahora? ¡DIME! —le exijo enojado y Gaara se ríe—¡¿De qué mierda te ríes?!


—¡¿Por qué te importa?! ¡No lo entiendo! ¡No es asunto tuyo! —me gritas mientras lloras.


—¡SÍ ES ASUNTO MÍO! —grito lleno de ira y me doy cuenta de que me delato frente a ti, pero ya no importa.


Solamente quiero Gaara lejos de ti y a todos lejos de ti. Quiero ser el único que exista para ti.


—¿Por qué…? ¿Por qué… haces esto, Sasuke? —me preguntas entre lágrimas.


—¿No lo ves? No dejará que tú seas feliz. Es un egoísta que solamente piensa él. No te quiere, pero tampoco quiere que otro te tenga—le pongo una mano en el cuello para ahorcarlo por decir eso.


—¿Eso es… cierto? ¿Sasuke? ¿Tan egoísta eres…? —te miro a los ojos.


¿Realmente, crees la basura que este maldito bastardo dice? ¿Qué pasa contigo? Todo lo que él suelta tú te lo tragas.


—Pensé que eras más inteligente. Veo que debo hacerte un dibujo, Naruto—le quito la mano del cuello al imbécil y la pongo en su boca para que no hable—. Este pedazo de mierda…, ¿qué fue lo que te hizo? ¿Por qué crees en todo lo que sale de su boca? Te vi durante todo el día seguirlo como un maldito perro con hambre al que le tiraron un pedazo de pan. ¿Qué ocurre contigo? —le pregunto muy consternado.


Bajas la mirada.


—Es verdad… Gaara y yo estuvimos juntos, pero… no fue porque yo quise—me confiesa y me quedo petrificado.


Miro al idiota con llamas en mis ojos.


—¿Qué mierda le hiciste? —lo aprieto aún más contra la pared y se queja de dolor—Te arrancaré los ojos, hijo de puta.


—¡No! ¡Espera! No es como crees—me agarras del brazo otra vez para que lo suelte.


—¡Entonces, dime qué mierda pasó! ¡¿Él te obligó o no?! —me siento demasiado enojado y dolido.


Dime que tú no querías realmente… Dímelo…


—Yo no me acuerdo de mucho…, pero pensé que eras tú el que estaba tocándome y por eso… lo dejé hacerme eso…—me dices entre lágrimas—Yo sólo… podía pensar en ti, porque te extrañaba y decía tu nombre sin parar… Yo confundí a Gaara y lo obligué a estar conmigo pensando que eras tú…, pero no lo eras, porque tú ya no sientes nada por mí…


No es verdad… Yo te amo…, pero no puedo decirlo. Ni siquiera sé por qué estoy armando tanto escándalo. No soy capaz ni de sostener mis palabras cuando estás frente a mí, porque quiero que seas mío.


—Si no querías, ¿por qué demonios estuviste abrazado a él todo el día? —pregunto aún muy enojado.


—Él… me dio una oportunidad a mí, Uchiha. Naruto y yo estamos…


—¡CALLATE LA PUTA BOCA! —lo separo de la pared y vuelvo a darlo fuerte contra ella.


—¡SASUKE! ¡BASTA! —gritas aun llorando.


—Contesta… la pregunta…—le digo hirviendo de rabia.


—Lastimé a Gaara… al ilusionarlo, entonces, quise enmendar la situación dándole… una oportunidad y así, tal vez…, podría ayudarme a mí también eso a… olvidarte…—al terminar de escuchar eso, comienzo a reírme como un demente.


¿Olvidarme? Tú no puedes ni vas a olvidarme. Tú eres mío…


—Naruto…, la única razón por la que te dejé a merced de este idiota es porque tú me haces débil y no puedo hacer lo que debo si tú estás cerca de mí, pero… mira lo que pasa cuando te descuido por un momento. Los insectos se te pegan como a la miel—aprieto el cuello de Gaara aún más fuerte.


—¿Qué…? Entonces… tú… ¿no dejaste de quererme…? —me preguntas ilusionado, pero muy herido.


¿Qué estoy haciendo…? Estoy contradiciendo todo lo que había hecho antes. Este juego no me gusta, pero no puedo evitar delatarme a mí mismo cuando me miras con esa cara de tristeza.


—¿Estoy deseando abrir en dos a este idiota porque sí acaso? —te pregunto como si fuese obvia la respuesta.


—¿Entonces, por qué me abandonaste? ¿Por qué me dijiste todas esas cosas horribles? Yo sabía que algo estaba pasando. ¿Qué es lo que sucede, Sasuke? —suelto a Gaara y este cae al suelo y se sujeta el cuello intentando respirar.


Me agacho para tomar la barbilla de ese tarado y hacer que me mire a los ojos.


—Ahora no te lo puedo decir, pero no quiero que te acerques a mí. Es peligroso que estés a mi lado. ¿Puedes hacer eso? Aléjate de mí y no hagas preguntas. Si haces eso y no insistes, entonces…, tal vez, un día, todo sea como quieres. ¿Entiendes? —miro a Naruto y él me mira con confusión—. Y tú…, va a ser mejor que te cambies hasta de ciudad y no sólo de habitación. No quiero que ni uno solo de tus cabellos esté cerca de MI rubio, porque, aunque él no esté conmigo, me pertenece. ¿Entendiste?


—¿Qué clase de persona eres? No tienes moral… Primero lo dejas después de decirle cosas espantosas y ahora lo reclamas como si fuese un objeto que te robaron. ¿Eso es Naruto para ti? ¿Una mera pertenencia? Eres un asco y un egoísta sin corazón, Sasuke… Naruto conmigo va a estar mucho mejor. Sin ti, él dejará de llorar y yo lo haré feliz—me dice y vuelvo a sujetarlo del cuello con la intención de partirle la tráquea.


—¡Sasuke! ¡Basta! Por favor… Ya…—te lanzas al suelo y me sujetas el brazo.


Buscas mi rostro. Me agarras el rostro y pones tu frente sobre la mía. Tu aliento caliente golpea mi piel y haces latir mi corazón nuevamente.


—Ya…, por favor…, Sasuke…—aflojo mi agarre de apoco.


—Como quieras…, pero no escuches a este bastardo. Sólo está manipulándote. ¿Cómo es que lo sigues como si fueses un cachorro y crees todo lo que dice? Sólo te manipula. Aléjate de él. No quiero verte cerca de él nunca, Naruto…—le digo y sus lágrimas no dejan de salir.


—¿Vas a estar conmigo…? —me preguntas.


—No puedo…, pero estaré observándote. Si necesitas algo, sólo… me llamas y lo pides, pero si es muy necesario. No lo hagas por cualquier cosa. No importa cuánto me extrañes. Tú… mantente alejado. Es realmente peligroso, ¿sí? —te ruego y tú asientes como comprendiendo la situación.


Eres tan sumiso, Naruto… Con razón este idiota se aprovechó de ti.


—Aléjate de él. Es mi última advertencia. Haré que aparezcas en una zanja sin tus extremidades si me provocas—lo suelto del todo y me pongo de pie.


—Sasuke—me dice Naruto y me agarra la mano—. Quiero saber… qué sucede. ¿Por qué debo estar lejos de ti?


—Solamente haz lo que te pido. Quizá debí habértelo pedido de esta forma desde el principio, pero me encontraba tan confundido y enojado con muchas cosas que no pensé bien… Si hubiese hablado bien contigo, este idiota no te hubiese tocado… —me abrazas como si no fueses a soltarme nunca—Lamento haber dudado de ti. Me estaba volviendo loco…—te susurro para que el idiota no me escuche.


—No importa… No quiero alejarme de ti… No quiero que nada malo te suceda…—me dices y empiezas a llorar de nuevo.


—Nada malo me sucederá, pero confía en mí y mantente lejos por un tiempo. ¿Puedes hacerlo?


—¿Vas a estar conmigo después?


—Sí… —eso es lo que más quiero, pero no sé si sea posible.


Me aparto de ti.


—Te llevo al orfanato—tomo tu mano y miras a Gaara—. Déjalo. Puede caminar solo.


—Pero… está muy lastimado y… —miro a mi alrededor y encuentro al idiota de Sai mirando desde lejos.


—¡Oye, tarado! Recoge la basura y llévatela de aquí—le digo a Sai y comienza a acercarse—. Listo. Cuando lleguemos, le pides a Tsunade otra habitación. No te quiero cerca de él.


—Pero él no hizo nada malo. Yo fui quien lo provocó. Él creyó que yo…—lo interrumpo.


—Me constaste que tú decías mi nombre sin parar. ¿Gaara es sordo? Él se aprovechó de ti. Es un idiota—le digo y él baja la mirada.


—No creo que él me haya mentido… —me dices incrédulo.


—Eres muy inocente…, pero hazme caso. No estaré tranquilo si él está cerca de ti. No es tu amigo. Él sólo es un parásito, Naruto—le digo y él asiente.


—Sólo para que estés tranquilo, lo haré—me dice y me alivio.


—No seas tan sumiso. Es molesto… Sé más astuto. Deja de ser tan ingenuo, dobe—te digo y frunces el ceño.


—No me llames así, teme.


—Lo que digas…—beso tus labios y tu expresión de molestia se esfuma.


Todo su ser es mío. Sucumbes tan fácilmente ante mi presencia. Soy tu mayor debilidad y tú la mía. Mira cómo me obligas a acercarme a ti cuando había decidido alejarme. Soy presa fácil ante tus ojos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).