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Mi primer amor por ami4alice

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Notas del capitulo:

¡Hello! Aquí vengo con el tercer capítulo.

Todos los capítulos se llaman como el personaje central ojojo

Espero lo disfruten.

La familia Ivanov era reconocida por traer infinitos prodigios en el mundo del arte. Todos eran unos genios en cuanto a las letras, aprendiendo a escribir y leer a temprana edad, cada generación realizo el mismo patrón durante un largo tiempo. Al nacer un nuevo bebé todos esperaban ansiosos en la clase de talento que se iba a volver. Mark formaba parte de esa familia, aunque no fue sino hasta que cumplió los siete años que su padre llegó a reconocerlo. Su madre había sido la alumna de unos de los integrantes de la familia Ivanov, siendo esa la conexión que tuvo con aquella familia.

Se enamoró de un hombre casado que no dudo en dejarla de lado cuando se enteró de su embarazo. La mujer se esforzó por mantener a su hijo, aun con el rechazo del padre y de su propia familia, logrando criarlo hasta que cumplió los siete años. El exceso de trabajo provoco que se desmayara una noche nevada, muriendo congelada. El pobre niño se quedó completamente solo, por lo menos así fue al principio, el hombre que ayudó a procrearlo apareció para llevarlo a su casa, aunque se ilusionó, todo se arruino cuando lo hicieron actuar como un sirviente.

Un año después de haber entrado en esa casa fue reconocido como hijo de su padre y ni siquiera se debió a que el hombre sintió amor, sino porque se descubrió que al igual que muchos integrantes de la familia se trataba de un genio. Pronto el nuevo genio de la familia comenzó a ser conocido y se llenó de una inmensa atención, pero nunca se sintió cómodo encontrándose en ese lugar. Amaba tocar el piano, pero odiaba lo que esperaban otros de él.

Antes de que todos lo reconocieran, hubo alguien que lo notó en esa gran y aterradora casa. El hijo de uno de los amigos de la familia siempre le saludaba y lo trataba bien, eso le hizo sentir dicha, por lo menos hasta que notó que se comportaba de esa forma con todo el mundo. La siguiente vez que se encontraron luego de su primer encuentro, simplemente saco toda la frustración que llevaba acumulando.

-Eres desagradable.

Fueron duras palabras que dejo salir.

En su mente aun podía escuchar las voces de todos los demás alabando la bonita apariencia de aquel niño, sin poder evitarlo atacó justamente ese punto, buscando herir al otro niño. Aun si sabía que no estaba haciendo lo correcto, terminó haciéndolo porque se encontraba frustrado por el tipo de trato que recibía de su propia familia, la que debería quererlo incondicionalmente y protegerlo. Se esperó una cara enojada o una llorosa, pero ninguna de esas cosas vio en el otro niño, más que eso, sintió que el niño le estaba regalando una honesta y sincera sonrisa, desde lo profundo de su corazón. Algo dentro de él se agito.

Le vio acercarse a él, esta vez con una sonrisa un poco diferente.

-No escuche bien… ¿Cómo me has dicho?

Se encogió de hombros con una expresión contrariada.

-Eres desagradable.

Sin poder evitarlo repitió, porque sintió que eso es lo que quería escuchar el otro niño frente a él. En vez de sentirse lastimado, pudo ver como reía con cierto aliviado.

-Sí, sí –soltó sin dejar de sonreír -. Soy desagradable, soy muy muy desagradable.

Después de aquello creyó que el niño se alejaría, pero sucedió completamente lo contrario. El niño comenzó a acercarse a él de una manera diferente a antes, se pudo dar cuenta un par de años después, ya que el niño solo buscaba provocarlo para que lo llamara de aquella forma que lo hizo en su segundo encuentro. Nunca entendió el sentido de que quisiera que lo odiara, porque en un punto comenzó a darse cuenta de ello, su primer amigo siempre trato de hacer que lo odiara y él no se resistió a complacerlo.

El talento surgió y comenzó a pararse frente a los reflectores.

Finalmente creyó que comenzaría a ser aceptado, pero se equivocó, para su familia no era más que una buena publicidad. Lo hicieron tocar el piano hasta que en un punto terminó perdiéndose, comenzando a odiar aquel instrumento que de cierta forma le hacía recordar a su madre. Años después se enteró que su madre tocaba el piano lo cual le hizo gustarle más, porque la sentía como una conexión con aquella mujer que verdaderamente lo quiso, pero la familia de su padre se encargó de que comenzara a odiar el piano completamente, sintiendo que sin importar lo que tocara, todo sonaba horrible. La situación con su “familia” no fue lo único que empeoro.

Ese niño, su primer amigo, se convirtió en un talento para el violonchelo.

En un punto, se imaginó un escenario donde ambos estuvieran tocando junto, pero eso jamás llegó a suceder, por lo menos no de la forma en que se imaginó. La relación que tenía con ese chico solo iba de peor en peor con el paso del tiempo. Mark se preguntó aquel sentimiento que lo invadía todo el tiempo cuando estaba cerca de ese chico, porque a pesar de que siempre buscara que él lo tratara mal, nunca dejó de estar a su lado. La primera vez que sintió una agitación y que algo estaba mal fue esa vez en que el chico le confesó que había tenido su primera vez.

Estaban en la sala de la casa del otro, cuando pudo notar algo en el cuello del otro, inevitablemente llevo una mano a esa marca, podía reconocer que no se trataba de una picadura, tampoco es como si él fuese un completo idiota. Sintió como el otro se sobresaltó por el toque ajeno, llevando una mano para ocultar lo que antes él toco con sus dedos.

-Tu…

Pudo oír la risa nerviosa del otro.

-Supongo que no puedo ocultártelo –volvió a reír apartando su mano -. La verdad es que ya me he graduado.

Escuchar aquellas palabras lo impactó fuertemente, se encontraban en su doceavo cumpleaños. No mostró alegría o enojo, lo que expresó en su rostro en ese instante fue la misma expresión que tuvo en su segundo encuentro, al momento de soltar aquellas palabras. Pensó en muchas cosas para decir, pero solo hubo una la que terminó por hacerlo.

-Eres repulsivo.

No agrego más nada, ni siquiera se dio el tiempo de mirar la reacción ajena, solo se levantó de su asiento y se largó de aquel lugar.

Luego de eso, no volvieron a conversar sobre ese asunto, aunque las cosas solo empeoraron, porque cada vez que Ruslan se acostaba con alguien más, siempre iba con él a contarle como si se tratara de lo más normal. En un punto su relación comenzó a quebrarse o por lo menos eso es lo que él sentía, porque aquello que sentía en su interior cada vez que le decía que estuvo con alguien más, que le sonreía a alguien más, comenzaba a dejar de lograr mantenerlo muy dentro de él.

Fue tarde cuando se dio cuenta que quería tratar bien al otro chico en un sentido romántico.

En un punto, se encontraba completamente perdido sobre lo que sucedería en el futuro, aunque deseara alejarse del otro chico, había algo que le impedía hacerlo. Seguían estando juntos a pesar de lo retorcido de su relación. En una de esas que caminaba por el pasillo de aquella institución donde cursaba estudios, pudo oír que algunos alumnos mencionaban sobre un vídeo que andaba circulando en la red, todos daban comentarios positivos sobre ello, así que tuvo curiosidad.

Lo busco sin dudar, oyéndolo en la soledad de su habitación.

Agradeció encontrarse solo, porque el vídeo lo afecto más de lo que pensó en un principio, algo se removió en su interior al oír cantar a aquel chico del video. Parecía como si la letra de la canción perforara en su corazón. Tomó la decisión de no volver a escuchar ese vídeo, porque lo mejor es que aquello que tenía dentro de él se quedara allí sin cambios. No deseaba sacar lo que verdaderamente se encontraba dentro, porque sabía que eso solo iba a traer problemas a los cuales no sabía si podría enfrentarse.

El tiempo pasó y las cosas siguieron igual, con Ruslan al igual que con el piano, a ninguno de los dos pudo enfrentar, pero tampoco podía abandonar por completo. Cuando se encontraba en su quinceavo cumpleaños, Ruslan apareció de la nada con un chico, al principio se sobresaltó, pero llegó a darse cuenta que aquella persona delante de él se trataba del mismo chico de aquel video que le afecto demasiado. Tuvo muchas preguntas, aun así, espero paciente a que el otro le dijera lo que sucedía.

-Mark –finalmente se dignó a darle una explicación -. Abandonare el cello.

No se esperaba escuchar aquellas palabras, ya que siempre creyó que a Ruslam le gustaba tocar ese instrumento.

-Hm… ¿Por qué?

Fue lo único que se atrevió a decir.

-Hm… ¿Por qué será? Por supuesto que es porque ya estoy aburrido.

A esas alturas debería estar acostumbrado a ese tipo de actitud, después de todo, desde la primera vez que supo que el otro hizo eso, pronto comenzó a conocer a cada una de las parejas con las que estuvo. Ruslan cambiaba de pareja cada vez que se aburría de esta, había perdido la cuenta de las veces que ese tipo de situaciones se repitieron.

-Eres una basura.

De nuevo solo decía palabras hirientes para largarse del lugar.

-¿No deberías decirle la verdad?

Yaroslav preguntaba aquello cuando quedó a solas con el otro joven. Este solo sonrió para negar con la cabeza.

-No… -dijo Ruslan -. Es mejor dejar las cosas así. Yo quiero que Mark me odie…

No se dijo más sobre aquel tema, quedando ahí.

Luego de que se marchara de aquel sitio donde su amigo lo mando a llamar para decirle semejante noticia, se detuvo de golpe. Seguía dando vueltas en círculos y lo peor de todos es que él no trataba de que las cosas fuesen diferentes. Solo seguía parado en el mismo lugar, haciendo una y otra vez las mismas acciones, seguían pasando los años y él continuaba en el mismo sitio desde que fue un niño.

Pronto la noticia de que Ruslam dejaría de tocar el cello comenzó a correr por todos lados, no fue lo único que hizo, también dejó aquel instituto al cual asistían, provocando que no terminara de graduarse. Por su parte él siguió en el mismo lugar sin moverse, tocando el piano, una melodía que no le gustaba sin parar. El sonido lentamente comenzaba a perderse por completo y no encontraba una respuesta para salir de ese lugar. Mientras estuvo en su cuarto pensando en cosas sin sentido, recodó aquel vídeo que lo agitó.

Antes de darse cuenta lo volvió a escuchar, sintiendo de nuevo la misma sensación de la primera vez.

Para cuando vino a darse cuenta, él se encontró abandonando el piano por completo, renunciando a esa familia que nunca lo quiso. Se preguntaba la clase de lugar al que estaba yendo con esa decisión, pero terminó por decidir ser espontaneo por primera vez, tomar una decisión que él quisiera y no la que otros desearan de él. De esa forma es como terminó siendo parte de aquel grupo que terminó volviéndose famoso. Mark llegó a descubrir que no solo era un genio para el piano, porque también logro dominar el bajo.

Tal cual como acostumbraba su relación con Ruslan siguió estando en el mismo punto de siempre, no avanzaban ni retrocedían, pero tampoco se separaban. Así que verlo irse con un desconocido después de un concierto no le pareció extraño, solo estaba siendo el mismo patrón de siempre. Al momento en que el otro se marchó dejó escapar un suspiro.

-Si te molesta… ¿No deberías decírselo?

Yaroslav preguntó, a veces le aterraba lo acertado que podía llegar a ser.

-No… Está bien así.

Vio a Mark observarle, luego siguió con lo suyo, al momento en que terminó y caminó a la puerta se detuvo para mirarlo. Por inercia Mark le regreso la mirada a Yaroslav.

-Él lo está haciendo intencional.

Sin necesidad de que extendiera su comentario, Mark sabía de lo que el otro estaba hablando, por supuesto que lo sabía ya que se trataba de su propia vida. A diferencia de lo que creyó al principio, Yaroslav vio como el otro no reaccionó como esperaba.

-Lo sé… Siempre lo he sabido. Él solo quiere que lo odie, nada más.

Pudo escuchar una suave risa de parte de su compañero.

-Tal vez congeniamos bien porque estamos vacíos por dentro.

Aunque lo que dijo Yaroslav sonaba cruel, no tuvo bases para contradecir lo dicho, porque sentía que en realidad había dado justo en el clavo. A su manera, los tres integrantes de MRT estaban vacíos por dentro, tal vez por eso mismo es que lograban tocar de una forma que atrapara a todo el público. Mark se quedó completamente solo y volvió a suspirar. Por supuesto que lo sabía, el hecho de que cada cosa que hacía Ruslan era esperando a que él lo odiara, desde el principio fue de esa forma. Lo único que buscaba el chico de él es que lo siguiera odiando, quizás por el resto de su vida.

Sabía que solo quería su odio, por eso mismo es lo único que le daba.

Si Ruslan quería ser odiado, entonces él se encargaría de ese papel, odiando al chico hasta el último minuto, despreciando cada cosa que hiciera. Por supuesto que complacería a Ruslan, después de todo se trataba de la persona que más le importaba. Aunque lo negara estaba consciente de ese hecho, aquel chico que solo quería de él su odio es a la que en realidad deseaba entregarle su amor.

Después de todo, Ruslan se trataba de su primer amor.

Por eso lo complacía y hacía lo que el otro deseaba. Esa era la principal razón por la cual continuaba a su lado. Lo amaba y no lo podía aceptar ni decir en voz alta.

Porque se supone que solo debía quedarse a su lado y continuar odiándolo.

Notas finales:

¡Eso ha sido todo!

Espero lo hayan disfrutado.

Nos vemos en el siguiente.


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