Pasaron largos minutos contemplandose mutuamente, confrontándose de manera silente, leyendo la expresión del otro, tratando de adivinar la disyuntiva que se cernía entre ellos. Shikamaru fue el primero en intentar dar inicio al dialogo, por instantes había dejado de ser la persona analitica, racional y lógica que gustaba de examinar cada resquicio de la situación antes de buscar alguna alternativa a los hechos. Naruto había logrado desconectar todas y cada una de sus neuronas, implantandole en su lugar una imagen de lo más erotica que haría perder el habla a cualquier Shinobi con tendencias homosexuales.
El problema era que Shikamaru no se consideraba a sí mismo perteneciendo a dicha inclinación sexual. Es más, él mismo se creía un frígido y posiblemente asexual. Y sin embargo Naruto le atraía, su mejor amigo de la infancia y quien soñara día a día con volverse Hokage, consiguió despejar su mentalidad cerrada en cuanto a temas ambiguos como lo era el amor.
En más de una ocasión, Shikamaru se había pensado casado y con hijos, siendo de naturaleza analitica, ideaba constantemente lo que sería su futuro a mediano y largo plazo. Sus proyectos de vida incluían el mismo tópico burdo y englobaban el típico cliché de todo ser humano. ¿Cómo, entonces, era posible que Naruto le gustara?
-Escucha, viejo- suspiró sonoramente, tratando de llenar el silencio momentaneo instalado entre ambos para evitar rememorar lo ocurrido en su llegada. -Sé que has estado evitandome y te comprendo. Quiero que sepas que no fue mi intención...
Naruto, muy atento, arrugó la nariz, se inclinó hacia el frente (con su cabello aún goteando) y entrecerró los ojos para mirar de cerca a su interlocutor, quien a todas luces parecía nervioso y contradictorio, como si le costara hilar el rumbo de sus ideas. Cosa poco probable, porque Naruto sabía lo sereno y extremadamente calmo que era el estratega al hablar.
-No te evado- lo interrumpió con simpleza, encogiendose de hombros y tomando la toalla junto al castaño para pasarsela por el cabello. -Solo he estado ocupado, dattebayo. Ya sabes...misiones y entrenamiento.
Con una ceja levantada, Shikamaru dudó.
-Y ahora dirás que no me maldeciste aquella vez- se abstuvo de completar la frase por temor a un futuro (y torpe) tartamudeo. Maldición, si lo había besado, y ahora irrumpía en su departamento para exigirle una explicación cuando ciertamente no la merecía, ¿es que se podía ser más idiota,.
Y pensar que toda la aldea lo tenía por genio.
-No lo hice- parpadeó Naruto, más y más confundido por la represalia. El Nara suspiró pesadamente.
-Ya me las pagará ese maldito, ¿te suena de algo?- inquirió entre comillas, no queriendo liar más las cosas, evitando por todos los medios mirar al rubio a los ojos para no ceder ante sus "encantos", maldiciendose un centenar de veces al reparar de pronto en el intenso sonrojo de las mejillas del Uzumaki.
-Lo...lo dije por Kiba, de veras.
Shikamaru iba a preguntar qué tenía que ver el amante de los perros con la conversación cuando Naruto se puso de pie de un salto.
-¡Se hace tarde para entrenar con Kakashi Sensei!- exclamó con brío, corriendo hasta la puerta y alargando el brazo para tomar la perilla, pero para entonces los músculos de su cuerpo se tensaron, y sus funciones motoras dejaron de obedecerle.
-No creo que a Kakashi le importe que llegues tarde, después de todo, el siempre lo hace- sonriendo de medio lado, Shikamaru se irguió lentamente, apreciando el recorrido de su sombra que se extendía hasta el umbral de la puerta.
Naruto quiso inflar los mofletes pero todo quedo en un intento infructuoso, su cuerpo no le respondía.
-Contaré hasta tres para que me sueltes o si no la pagarás muy caro, ¡de veras!
-¿Ah, si...y qué harás exactamente?- se burló el Nara, egocentrico. En realidad estaba jugando con él pero si quería llegar al fondo del asunto, tenía que espabilarse. -¿Me golpearás?- dio un paso hacia Naruto y este lo imitó, con el ceño ligeramente fruncido.
-Te daré una paliza, dattebayo- murmuró entre dientes, reacio a abandonar su faceta de irritación, ¿desde cuando ese flojo se había vuelto tan rápido?
Con fingida arrogancia, Shikamaru sonrió, avanzando dos pasos más. El que Naruto estuviera molesto con él lo volvía tanto o más atractivo que antes. Y él definitivamente estaba perdiendo la cordura por lo que tenía en mente.
-¿Me dirás que tiene que ver Kiba en lo que dijiste o prefieres pasar toda la noche atado a mi?- bien, aquello había sonado absolutamente fuera de lugar. Y Shikamaru no habría reparado en ello de no ser por el nuevo sonrojo del Uzumaki.
Que remedio...
-Kiba...el cara de perro- Naruto alzó la voz y luego...nada. No podía decirle la verdad o las cosas se complicarían de un modo irremediable.
Y es que, ¿qué diría el estratega cuando se enterara de la verdad?, aunque Naruto seguía apostando a favor de que el Nara seguía jugando.
-Tú ya sabes- gruñó, viendose obligado a dar otro paso, quedando su cuerpo y rostro a centimetros del ajeno.
-Te equivocas- lo desacreditó el castaño. -No sé nada- se quedo mirando inconscientemente los labios de Naruto, hasta que este replicó de nuevo.
-Le dije algo a Kiba y el muy traidor me delató- lentamente la sujeción que ejercía la sombra se fue aflojando. Shikamaru chasqueó la lengua con fastidio, el jutsu estaba llegando al límite de tiempo.
-¿Qué le dijiste?
Naruto vaciló, volvió a ruborizarse.
-Algo- susurró inseguro.
-Sueltalo ya, hombre- presionó Shikamaru, haciendo un esfuerzo (inúltil) por mantener la sombra en su sitio. Naruto lo notó y se relajó visiblemente.
-¡Nunca, vago!- cuando el jutsu se deshizo, Naruto sonrió triunfalmente, tiró bajo su parpado con un dedo y sacó la lengua en mofa.
Shikamaru entornó los parpados, retornó a su posición de manos, pero fue interrumpido por los golpes contra la puerta, acompañados de una voz por demás conocida.
-Llorón, ¿estás ahí?- nombró Temari del otro lado de la puerta, volviendo a golpear con fuerza. -Más te vale salir. Tenemos que programar las inscripciones para los examenes Chunnin.
Naruto rió jocosamente por la expresión de entero aburrimiento que tenía Shikamaru. Pero entonces se percató de algo importante...los examenes Chunnin.
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