Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Francisca De Tauro por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Mis terrones de azúcar, aquí mamá terrón publicando un capitulo del especial de este caballero de Tauro que solo hemos visto en los Gaiden's...

Jaajajajaja, debo decir que ese chiste que hice al inicio, es algo que me gusta hacer con los terrones, es como chiste local que se me ocurre a cada rato jajajaja

Pero ya, me calmo...

Pues bueno, iniciamos los especiales de cumpleaños de Mayo, así que espero que disfruten los terrones que en este mes han tenido su festejo de cumpleaños y también... Aquellos que ya no tengan un regalo, pues recuerden la depuración.

En fin, no me extenderé mas...

Lean y disfruten no leeremos abajo.

-¿Tu nombre es Francisca?- La sorpresa no se hace esperar en quien hace esa interrogativa.

-Si, ¿Algún problema?- La respuesta es dada con el tono de estar a la defensiva y sumamente molesto.

-N… No…- La voz tiembla, sintiendo algo de preocupación por el cosmos tan enojado del otro -Ninguno-

Frunce el ceño alguien de cabellos cortos, algo alborotado, y de un color amarillo, sus ojos del mismo tono, destellando por el enfado que siente, bufando y con los brazos cruzados al nivel del pecho -Pues eso espero-

-No deberías enojarte tanto por eso- Una tercera voz se hace presente, de alguien que ha estado junto a ellos, contemplando la escena. Dedicándole una sonrisa al de cabellos amarillos, para darle unas fuertes palmadas amistosas en la espalda.

Quién las recibe no le molesta en si que lo toquen, sino que le causa mucho conflicto algo que lo ha estado atormentado últimamente.

-¡¡¡¿CÓMO QUE NO DEBERÍA MOLESTARME?!!!- La voz potente del joven hombre del mismo tamaño que los otros dos, pero de complexión más delgada, se hace presente.

Ambos se sorprenden por estos gritos, aunque el de cabellos largos y castaños, cubre con cuidado los oídos de la bebé que lleva en una especie de cangurera delantera, en donde que duerme tan tranquilamente.

-¡¡¡DESDE QUE HE LLEGADO AQUÍ, TODO EL MUNDO SE LA PASA PENSANDO QUE SOY UNA MUJER!!!- Habla sobre el problema que ha tenido gracias a que su nombre es demasiado extraño para un varón. Su ceño fruncido, los labios apretados, las manos forman puños crispados, flexionando los codos al nivel del pecho.

-Bueno…- El hombre de cabellos largos y blancos es quien tomar la batuta de la conversación ahora -No puedes culparlos, ese nombre es más usado en mujeres que en hombres así que…- Alza su mano derecha, mientras la izquierda se queda delante de su pecho, como antes había estado cruzada también.

-¡¡¡PUES EN MI SIGLO, ESO NO IMPORTABA MUCHO QUE DIGAMOS!!!- Rápidamente se posiciona delante del hombre que le intenta calmar, mostrándose muy enojado e imponente.

Cosa que si causa ese efecto, pues estos tres sobrepasan fácil los dos metros de altura.

-Tranquilo- Alza sus manos delante de su pecho y rostro, para intentar tranquilizar al de cabellos amarillos, quién se encuentra de verdad furioso -No es para tanto- Sonríe nervioso, no niega que este sujeto aunque más delgado que los dos adultos presentes, es una enorme figura que representa cierto respeto para ambos, por su experiencia y conocimientos de muchos años.

-¡¡¡¿QUÉ NO ES PARA TANTO?!!!- Alza una ceja, con la vena de la frente saltándosele, ahora mostrándose amenazante y colérico, casi deseando lanzar su mejor ataque contra quién intenta retarle importancia a su problema -¡¡¡YO, FRANCISCA DE TAURO, UN CABALLERO DORADO DEL SIGLO XVI!!!- Se señala a sí mismos con una pose de combate bastante intimidante, y que reconocen muy bien los dos hombres presentes -¡¡¡JAMÁS ME HABÍA SENTIDO MÁS INSULTADO Y BURLADO, QUE EN ESTA ÉPOCA DE PERSONAS TAN IGNORANTE E INTOLERANTE A LO QUE UN NOMBRE REPRESENTA!!!- Sus ojos amarillos carentes de pupilas dejan ver su enfado, sin duda ha tenido un regreso a la vida nada placentero.

-Por favor, cálmese- Con el respeto de siempre, el Tauro de este siglo, trata de hacer entrar en razón a un antecesor de la armadura, mientras pone sus brazos cruzados delante de su pequeña bebita, que sin importa el ruido duerme profundamente.

-Oye, Aldebarán tiene razón- Su instinto de proteger a los más jóvenes se hace presente al posicionarse delante de Francisca y el actual Tauro, con su finta de siempre, serio, brazos cruzados delante de su pecho, y decidido a cuidar de los demás -No vale la pena enojarse por algo así-

-¡¡¡¿CÓMO QUE NO VALE LA PENA?!!!- Le sigue pareciendo un falta de respeto que sus sucesores no le entiendan en lo más mínimo -¡¡¡HASGARD O RASGADO!!!- Sonríe algo malicioso, pero sin abandonar su molestia -Deberías entenderme, tú también has tenido problemas en cómo usan tu nombre- Apela por ese lado, intentado controlar su furia, sin mucho éxito en sí.

Lanza Un suspiro el caballero del siglo XVIII, recuerda muy bien la situación de aquella época, pero no por eso le desanima o molesta, al contrario la recuerda con una enorme sonrisa -Para volver el caballero dorado de Tauro de mi época, debí renunciar a mi nombre… Y tomar el de nuestra estrella más representante, Aldebarán…- Confiesa lo que el Latino conocía, pero que el anterior Toro dorado ignoraba.

Sus ojos amarillos se sorprenden un poco al saber esto, provocando que su postura cambie a una más relajada, dejando en su rostro la confusión sobre esto.

-¿Cómo que debiste cambiar tu nombre?- Se le hace algo curioso este hecho.

Nota que el posible peligro se está controlando, una sonrisa de tranquilidad se desprende del peliblanco -Para el siglo XVIII estaba una regla que para todos los caballeros dorados de Tauro existía…- Asiente, demostrando una sonrisa, pues no le vio nunca lo malo -Debíamos abandonar nuestro antiguo nombre y aceptar el nuevo, para volverlos dignos de la armadura y el cargo- Lo habla normal, sin molestarse, fruncir el ceño o enojarse, simplemente una situación que no le trae tanto malos recuerdos, al contrario recuerda todo con una sonrisa.

Incrédulo, se le hace completamente curioso y extraño que algo así se suscitara en un futuro en donde él ya no existió -Pero, ¿Por qué tenías que hacer eso?- Se señala rápidamente a sí mismo -En mi época, eso no se hacía- Alza una ceja, bastante confundido y desconcertado.

Relajado por completo, nota que esto ha logrado que su antecesor se mantenga sereno y olvide un poco el problema de un simple nombre, que no debería afectarle, principalmente quería que todos se tranquilizarla, con una calma necesaria para no asustar a la bebita que aún duerme -Era para que todos los caballeros de Tauro fuéramos iguales, aceptando nuestro destino como protectores de la segunda casa y de nuestra Diosa Atena- No le da más vueltas al asunto… Aunque ha omitido uno de los motivos no escritos, pero… Si dichos por el patriarca de su época que le explico a detalle el por qué esa regla.

Pero si lo hiciera, probablemente el caballero del siglo XVI, se enfurecería  aún peor.

No puede creer lo que ha escuchado, simplemente da unos pasos hacia donde los otros tres se encuentra, y cruzado de brazos, niega con la cabeza -Pues es algo muy tonto… A mi punto de vista el nombre es algo importante, es algo que te representa, te lo pusieron por algún significado o valor único, no debe ser sinónimo de burla o que lo cambien así nada más- Habla firme, orgulloso y solemne de sus palabras, pues son sus ideales que jamás se van a quebrantar aún estando en otra época.

-Bueno, cada persona piensa diferente, a mi realmente no me importa mucho que digamos- Sonríe cerrando sus ojos y mostrando sus dientes -Ahora puedo usar mi nombre común, y esta bien para mi, y si debiera cambiarlo de nuevo, lo haría… No tengo problemas con eso- El tema es completamente indiferente para él.

Niega con la cabeza de nuevo, restándole importancia a las palabras de uno de sus sucesores.

-Mmh… Si tú lo dices- Mira al Latino que lanza un suspiro aliviado -Entonces, ¿Tú también cambiaste tu nombre?- Le pregunta, ya que de los tres es quien se llama Aldebarán hasta donde conoce.

Bien, ambos vienen del pasado, así que mucho que sepan de su actual representante de signo es muy incierto.

Sonríe algo nervioso, rascándose la nuca -No, mi nombre es Aldebarán, el patriarca Shion así me lo dio- Una pequeña risita por la respuesta.

-Ya veo- Asiente, aun no muy convencido de esto, pero sin duda olvidando el asunto anterior que más problemas causó.

-Ha, ha, ha, veo que Shion no se mató tanto en eso contigo- Le da una palmada al Latino para esbozar una sonora risa -Hizo bien en ponerte de una vez el nombre Aldebarán, sino hubieras tenido problemas al momento de acostumbrarte-

La alegría del Toro del siglo XVIII, es bastante contagiosa, que el actual no puede evitar también sonreír y afirmar con la cabeza este hecho -No se si lo hizo con ese motivo, pero actualmente ya no se ha vuelto ha usar ese método- Baja su mirada hacia la pequeña que empieza a estirarse pues la siesta termino -Hola, mi hermosa bebita- Tan adorable y buen padre como siempre.

-Vaya, ya a despertado la mini torita- Rasgado no pierde el tiempo en acariciarle los cabellos castaños a la bebé.

Esto desde luego llama la atención del Toro más antiguo, curioso ante la pequeña criatura a comparación con los tamaños de los tres -¿Quién es ella?- Es lo primero que se le viene a presentar, sintiendo cierta curiosidad por la niña.

-Es mi hija- Orgulloso, y como cualquier buen padre presenta a su bebé, aunque no la saque aún de la cangurera, que le ayuda a tener las manos libres, mientras ella esta muy segura junto al buen Aldebarán.

-¿Tuviste una hija?- Le parece muy extraño este hecho, pues… No recuerda que en su tiempo algo así pasará.

-Creo que actualmente, no está tan mal visto o prohibido que podamos tener familia sanguínea- El toro peliblanco no deja de hacerle mimos suaves al diminuto ser.

-¿Familia?- Una palabra que no le traía tan buena recuerdos, pero no por ello, siente repulsión por este hecho, y menos por la bebé que lo mira con cierta curiosidad.

-Si, me case hace poco más de dos años… Con Adonia…- Sonríe bastante avergonzado –Mi esposa- Se sonroja por siquiera pensar en la mujer que lo ama con todo su corazón, y es tan feliz a su lado.

Esto no pasa desapercibido por Rasgado, que ahora le da una palmada en la cabeza al actual Toro dorado para revolverle el cabello -Es una mujer muy especial para ti, por lo que veo- La burla sincera, para avergonzar un poco a su sucesor.

Funciona, pues las mejillas de Aldebarán se sonrojar, asintiendo y notándose muy nervioso -Es muy especial, ella y mi pequeña princesa, lo son todo para mi- Ríe de inmediato -Claro que nuestra Diosa Atena también lo es- Solo habla para que no se genere un mal entendido.

-Esta bien, lo comprendo…- Lanza un suave suspiro, pues le hubiera gustado también formar una pequeña familia con ese tiempo de conexión. Pero no va a negar que la logró tener al cuidar de aquellos niños huérfanos, que sin importar que ha pasado tanto tiempo, los extraña mucho y añora verlos una vez más.

Francisca por su parte, parece haber olvidado su enfado, y le causa mucha curiosidad el ver a esa niña que lo mira tan atentamente y le regala una sonrisita, la cual alza sus manitas en la dirección del peli amarillo -¿Qué tienes?- Le pregunta curioso.

-Creo que quiere ir con usted- Aldebarán rápidamente contesta al darse cuenta del deseo de su nenita, al querer ir con él Toro del siglo XVI.

-¿Conmigo?- Le parece bastante desconcertante esto, y hasta se siente nervioso al saberlo.

-Ja, ja, ja, ¿Acaso te asustan los bebés?- Un pequeño chiste para alivianar el entorno.

-No, claro que no, es solo… Que…- Le causa mucha inseguridad el hecho de verse tan grande, fuerte y tener que cargar a un ser tan pequeño y sumamente frágil… Le generar miedo el no saber que hacer en una situación que jamás le aconteció.

Niega con la cabeza, y se pará a un costado del toro del a siglo XVI y le palmea el hombro izquierdo -Me sorprende que la mini torita, no se asustara con tus gritos- Ríe algo escandalosamente -Incluso pensábamos que serias capaz de atacarla- Dice esto como si nada.

-¡¡¡¿QUÉ?!!!- Se sorprende al saber esto -¡¡¡YO JAMÁS LASTIMARÍA A ALGUIEN INOCENTE Y TAN PEQUEÑO!!!- Rápidamente se defiende, sonrojándose por esto y molestándose a la vez.

Aun que eso dura poco, ya que la pequeña hace algunos ruidos para llamar la atención del toro mayor, y sus ojitos de suplica se hacen presentes.

Aldebarán entiende esto, y sabe que su niña puede leer los corazones aún siendo una bebita, si quiere ir con alguien es por que le da confianza y se siente a gusto con esa persona.

La saca de aquella cangurera que está alrededor del tórax del Latino, cargándola con mucho cuidado, se acerca al peli amarillo.

-Ella quiere que la cargues- Le habla con amabilidad y respeto al otro.

Aquel Toro de cuatro siglos atrás, se sorprende, tragando saliva, sintiendo que sus manos son más torpes de lo que piensa, sudando un poco -Pero… ¿Y si la lastimó? O ¿La dejo caer sin querer…? O… ¿Comienza a llorar?- Dudas que obviamente atacan a la mente de alguien que no tiene mucha experiencia con bebés.

-No seas tímido, mini tortita es más fuerte de lo que se ve- Cruzado de brazos, sonriendo muy orgulloso -No por nada, estas viendo a la futura sucesora de la armadura de Tauro-

Aquello sorprende al de ojos amarillos, para quedarse más impresionado por la bebé -¡¡¡¿DE VERDAD?!!!-

-Es lo que nos dijo el patriarca cuando ella nació- Sonríe orgulloso, para así cederla al Toro antiguo que al fin extiende sus manos para recibir a la pequeña.

El saber está información, lo hizo sentir una especie de conexión con la bebé, mucho mayor que antes con sólo verla por primera vez.

Sus manos están algo temblorosas y algo preocupado por ser muy brusco, pero la pequeña sabe muy bien como comportarse aún siendo muy pequeña, se siente muy segura en los brazos de alguien que le agrada.

Dedicándole una sonrisa, y sus ojos oscuros brillantes que se muestran tan alegres.

Encantando el corazón del mayor de los tres adultos -Eres… Muy adorable…-Sus ojos atentos a la bebé, acunándola con mucha dulzura, sonriendo y provocando que su cosmos este muy calmado… Cosa que es difícil lograr a veces.

-Si que mini tortita sabe muy bien como calmar a las bestias enojadas- Esboza una sonrisa, menciona este chiste también para él... Pues gracias a la bebita de Aldebarán logró sentirse también en casa…

-Wenda tiene ese don natural de hacer muy felices a los demás- Lanza un suspiro -Es igual de amistosa que mi Adonia-

Le da un suave codazo al actual taurino -Que bonito, mi sucesor está muy enamorado, así debe ser- Un concejo medio paternal, aunque no tengan esta relación ninguno de los tres adultos.

Escucho el nombre de la bebé, le pareció curioso, lindo y comprende que no pertenece a algún país de este continente –Wenda… Es un muy lindo nombre el tuyo- Habla con la pequeña como si le entendiera.

Ella solo sonríe y estira sus manitas para alcanzar el rostro de quien la carga.

Francisca por inercia le deja sujetar uno de sus dedos algo toscos y grandes, que apenas la pequeña manita de la niña lo puede sujetar.

-Wow…- Deja salir aquella expresión, con una sonrisa y emoción –Si que eres muy fuerte- La alaga de inmediato, para seguir haciéndola sonreír.

Ríe muy emocionada, balbuceando un poco, como si mantuviera una conversación con el adulto que mira atenta.

-Creo que es obvio, que ahora Francisca será un bisabuelo muy protector- Señala con le pulgar al mencionado.

Pero éste ni siquiera presta atención, pues esta más feliz escuchando a la bebé y contestándole.

Algo que ambos toros un tanto más jóvenes por los siglos, notan y les causa alegría este hecho.

-Espero que se vuelvan a sentir en casa- El segundo dorado actual habla con profunda serenidad, entiende un poco a sus antecesores.

-Lo estamos- Asiente el peliblanco -Tú eres un buen sucesor, nos has tendido la mano, y ayudado mucho más de lo que pudiéramos pensar-

-Hago lo que puedo- Asiente con la cabeza, apreciando que Francisca y Wenda se están llevando tan bien, en una conversación que solo ambos entienden.

-Cuando seas más grande, te voy a enseñar algunos ataques que no conocen Rasgado y Aldebarán, y serás mucho más fuerte que ellos- Alza su mano libre para enfatizar esto y hace unos ruidos roncos.

-Ji, ji, ji. Arghhh…- La pequeña se sorprende y emocionada tanto, alzando sus manitas y riendo por lo que dice el otro.

-Vas a ser una sucesora muy fuerte- La mira, con una ternura genuina, sonriente, dejando escapar un suspiro suave -Y tu nombre será recordado por mucho tiempo, Wenda de Tauro- Le hace aquella pequeña promesa… Pueda que Wenda no lo recuerde al crecer, pero sin duda Francisca nunca lo olvidara y mantendrá su promesa, pues… Ahora siente más cómodo el haber vuelto a la vida en este tiempo, y todo gracias a una pequeña que algún día usará su armadura tan orgullosa y noble, como lo han hecho sus antepasados.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro pues... Mas o menos, algunas cosas... Algo desagradables, pero esta bien...

Jajajaja no se preocupen, estaré bien.

No tengo mucho que decir de Francisca de Tauro, salvo que... Me ha gustad shippearlo con Sage sutilmente...

Es que si quedan bien... Ya verán varias cosas de ellos, por que en la encuesta que les deje en los semanales si que me han sorprendido...

Pero sin mas a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar a Francisca de Tauro.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Francisca tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Francisca tu cumpleaños si que si.

Espero que les guste y debo decir que este viene siendo de la linea en donde cuento las historias entrelazadas y algo loquillas, que están revueltas y con un contexto muy grande. 

Bueno mis terrones de azúcar, me paso a despedir, cuídense mucho, les agradezco tanto que me sigan apoyando, votandome y comentándome.

De verdad me siento muy feliz de que sigan conmigo.

Los mega quiero a todos, por favor manténganse a salvo.

Ammu se va.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).