Tony ponía la mesa en el patio trasero de la casa, a pocos metros de donde Steve y Sam preparaban el asado, cuando a Joseph se acercó al diseñador con los brazo en la espalda. En la cocina Sarah y Bucky reian mientras terminaban de preparar la ensalada.
- Ya enserio cariño – dijo Sarah – siempre te he dicho que deberías tratar de vivir más cerca de tu hermano
- Vivimos a cinco cuadras, mamá – dijo Bucky
- Jamás he pensado que seas un omega indefenso – dijo la mujer – todo lo contrario, pero un omega sin marca necesita tener a un miembro de su manada cerca
- Cuñado, no es por alarmarte – dijo Tony entrando – pero estas a punto de quedarte sin alfa antes de tiempo
- ¿Qué le hizo papá? – pregunto Bucky preocupado
- Están hablando sobre cómo se conocieron – dijo Tony
- ¡Maldición! – dijo Bucky corriendo hacia el patio
- A ver si entendí – dijo Joseph sonriendo mientras acariciaba un cuchillo – ¿pasaste el celo de Bucky con él cuando apenas llevaban unas horas de conocerse?
- Pero esa vez no pasó nada – dijo Sam a la defensiva –, se lo juro señor Roger
- ¿Entonces me estás diciendo que después si paso? – siseo Joseph
- Yo… no… – dijo Sam levantando las manos – por favor suelte ese cuchillo
- ¡Papá! – dijo Bucky parándose entre ambos
- ¿Pasaste tu celo con este alfa el día que lo conociste? – preguntó
- Debía entrevistarlo – dijo el omega de forma apresurada – pero con tanto trabajo pase por alto mi celo. Cuando concrete la cita, mi celo llego y… pero no pasó nada, te lo juro. Sam me dio supresores de emergencia de alta gama y estuve más que consiente todo el tiempo. Ahora baja ese cuchillo
- Pero después, con más calma, se hizo su yerno, y quizás ya sea hasta abuelo pero Bucky todavía no lo sepa – dijo Tony y todos lo miraron – no me miren así, solo quería ayudar
- Yo lo mato – dijo Joseph
- Olvídate de nuestro trato – siseo Bucky mirando fijamente a su cuñado
- ¿Qué? – dijo Tony perdiendo el color del rostro
- ¿Qué trato, James? – pregunto Joseph mientras su hijo adoptivo sonreía con malicia y Tony lo miraba asustado
- ¡Qué te lo explique tu otro yerno! – dijo Bucky
- Tony – dijo el alfa mirando al joven que sonrió nervioso
- Pero antes – dijo Bucky acercándose y quitándole el cuchillo, que Joseph ni siquiera sabía que tenía – porque no me muestras como está el rosal y… hablamos un poco
- Bueno – dijo Joseph extrañado, sabía que entre los pasatiempos favoritos de su hijo no estaba la jardinería – vamos. Pero esto no ha acabado – sentencio mirando a sus yernos
- Bucky, recuerda que soy tu cuñado favorito – suplico el ingeniero mientras los otros dos se dirigían al jardín
- ¿De qué van a hablar mi hijo y mi marido, Tony? – dijo Sarah levantando una ceja
- Mejor conozcamos a su nuevo yerno, suegra – dijo este mientras Steve sonreía y Sam volvía a acaparar la atención de la mujer – ¿ya vio lo bien parecido que es? Por supuesto no tanto como yo – y Sarah lo miro intrigada – o su hijo
- Tiene dos hijos – le dijo Steve
- O su otro hijo – se corrigió el chico
- También tiene un marido – dijo Sam disimulando su sonrisa
- ¿Mejor me cayó no? – dijo Tony mirando a su novio
- Por eso te amo – dijo Steve abrazándolo mientras Sam y Sarah se reian viendo los pucheros de Tony
El jardín trasero de la casa de los Rogers era una auténtica maravilla que no dejaba de fascinar a Bucky a pesar de los años que llevaba yendo a ese lugar. Había iniciado como un pasatiempo familiar para integrarlo a la familia cuando lo acogieron tras su accidente, sin embargo se había convertido en la gran pasión de Joseph, y en algo que le servía para seguir sintiendo a sus hijos en casa ahora que ya no vivían ahí.
Bucky miraba con una sonrisa tierna a ese hombre que le debía tanto y que ni con todo el oro del mundo le podría pagar haberle dado un hogar cuando más lo necesitaba
- ¿Pasaste tu celo con él? – pregunto Joseph
- Fue un accidente – dijo Bucky – y fue todo un caballero conmigo
- ¿Entonces ustedes… no? – dijo el hombre
- Tengo treinta y cinco años papá – dijo Bucky sonriendo
- Para mí siempre vas a ser mi pequeño – dijo Joseph mirándolo – ese pequeño omega que necesitaba el abrazo de su madre y que su padre lo defendiera del mundo
- Ese pequeño ya no existe – dijo Bucky – porque tú le enseñaste a defenderse. A no bajar el rostro. A ser un hombre fuerte como tú y a demostrar cuánto vale.
- Pero lo extraño – dijo decaído
- Pero a cambio estoy yo – dijo Bucky – ¿o ya no me quieres?
- Por supuesto que te quiero, eres mi hijo – dijo Joseph – y estoy muy orgulloso de que me llames padre. Pero me gustaría detener el tiempo y…
- ¿Te cuento un secreto? – dijo Bucky abrazándose a él – me gusta venir a esta casa porque me vuelvo a sentir amado, protegido, como cuando llegue aquí y te convertiste en mi padre. No importa como vayan las cosas, aquí lo puedo todo, porque están las personas que realmente amo y que me importan
- Mi pequeño – dijo Joseph
- Ahora cambiándote el tema… – dijo Bucky sonriendo
- Tu palabra no es válida en ese tema – dijo el alfa de forma tajante pero sin soltarlo
- Tú sabes que lo ama y le hace bien – dijo Bucky – te lo he dicho muchas veces
- Y también me has dicho… – dijo Joseph
- Papá – dijo el menor – ¿no confías en las elecciones de tus hijos?
- Eso fue un golpe bajo – protesto el alfa
- Entonces dale una oportunidad a Tony y a Sam – dijo Bucky – Tony es… extravagante, pero ama con toda su alma a Steve, y no le va a hacer daño
- ¿te lo pidió a cambio de facilitarte la entrevista? – pregunto Joseph
- No – dijo Bucky sonriendo –. Le gusta engañarse pensando que eres su yerno favorito, pero obviamente es porque no conocías a Sam – y ambos sonrieron
- ¿Qué te pidió? – pregunto y el periodista miro hacia otro lado – Bucky…
- Okey, okey, okey – dijo este – una caja de Donas semanal por un año sin que lo sepa Steve. Ya sabes, no puede comprarlas él sin que mi hermano se entere – dijo el omega
- Come demasiado dulce – dijo Joseph – espero que no se las des
- No señor – dijo Bucky mirando hacia otro lado, ni en broma le mentiría a su padre mirándole a la cara ni menos le diría que Tony y él se veían una vez a la semana para comer donas a escondidas, ya que a Sam tampoco le gustaba que él las comas. En el fondo Tony no era un mal cuñado y hacia feliz a su hermano, pero claro, hay cosas que ni bajo tortura se confiesan
La noche caía cuando Sam salió al patio trasero para buscar a su novio, había sobrevivido a la pedida de mano, pero Joseph le dijo que para que les diera su bendición debía hacerlo frente a las dos familias reunidas, por lo que decidieron que la próxima semana vendrían acompañados de Sarah y los niños para formalizar todo y fijar una fecha para la boda
Sam sonrió cuando sintió un par de brazos rodear su cintura y unos labios besar su cuello
- ¿estás bien? – pregunto Bucky
- Estoy feliz – dijo Sam girando sin salir de sus brazos
- Yo tengo una curiosidad – dijo el omega
- Dime – dijo Sam abrazándolo también
- ¿Por qué sabias tanto de mí? – dijo Bucky alisándole la camisa y Sam lo miro intrigado – en la entrevista, cuando nos conocimos
- Ah, eso – dijo Sam sonrió – hace años cuando estudiabas aun, bueno ambos, yo fui a tu universidad, para un taller, pero un amigo me arrastro a una conferencia del gran Erick Selving. Tú estabas ahí. Eras solo un estudiante, pero le hiciste preguntas que… dejo mudo al auditorio. Lo convertiste en algo… mágico. El doctor Selving te confeso cosas que ni el más adiestrado de los periodistas había logrado que hiciera. Empecé a seguir tu carrera. Me volví tu fans, y cuando me di cuenta… estaba completamente enamorado
- ¿entonces por qué rechazabas mis solicitudes? – pregunto intrigado cuando vio al moreno morderse el labio inseguro – ¡no puede ser! – jadeo sorprendido unos segundos después
- Me descubriste – dijo Sam tímidamente – tenía miedo de hacer el ridículo frente a ti por culpa de mi estúpido enamoramiento
- Sam – susurro Bucky tiernamente – jamás hubiese imaginado. Bueno, lo insinuaste en la cabaña, pero creí que era solo una broma.
- Ya vez que no lo era – dijo Sam
- Te amo – dijo Bucky antes de besarlo
- Hey, tortolos – grito Tony desde la puerta trasera – la cena está servida.
- Me muero de hambre – dijo Bucky sonriendo mientras tiraba del brazo de su novio hacia la casa
La mesa estaba espectacular. Joseph y Sarah estaban sentados en ambas cabeceras, Steve estaba sentado a la derecha de su padre y a su lado estaba Tony. Al lado izquierdo de Joseph estaba Sam y Bucky a su lado. La conversación estaba amena cuando Steve noto las miradas de sus padres entre sí.
- Papá ¿ocurre algo? – pregunto el ojiazul
- Es… – y miro a su mujer que asintió – hace unos días… vino Winnifred – y el semblante de Bucky cambio a uno serio y distante mientras tomaba su vaso de agua – quería… verte, saber de ti – dijo mirando a Bucky
- Tardo un poquito, bueno solo veinte años – dijo sin despegar la vista de su vaso
- Al parecer tienen problemas con el banco – dijo Sarah
- No me sorprende si vive con un alcohólico - dijo Bucky – porque sigue con George ¿no?
- Si – dijo Sarah – siguen juntos
- Deberías ir a visitarlos – dijo Joseph – ayudarlos…
- No son nada mío – dijo Bucky – no les debo nada
- Son tus padres, Bucky – dijo Steve
- ¡No! – respondió este de manera tajante – mis padres son ellos – dijo señalando a los mayores de la mesa – Joseph y Sarah Rogers, tú eres mi hermano. Tony mi cuñado, Sam pronto será mi alfa, con quien hare crecer mi familia cuando su hermana y sus sobrinos sean los mío también de forma oficial. Con el tiempo llegaran mis propios cachorros… ¡esa es mi familia! ¡Mi manada! – todos mantuvieron silencio y tanto Tony como Sarah bajaron el rostro – George y Winnifred Barnes no son nada mío, excepto un accidente biológico del que ya ni me acuerdo – y le fue imposible reprimir una lagrima traicionera
- Amor – dijo Sam suavemente tomándole la mano
- ¡No Sam! – dijo Bucky mirándolo de forma desafiante – ¡no les debo nada a los Barnes!
- Pero si a los Rogers – dijo Sam –. Siempre has dicho que todo lo bueno que eres o que tienes en la vida viene de ellos ¿no? Bueno, demuéstrales la clase de hijo que criaron. Uno bueno, noble caritativito. Nadie te dice que les des algo a tus padres, porque es obvio que lo tienen todo – dijo señalando a Joseph y Sarah –. No les hace falta nada material porque Steve y tú se han encargado de que sea así, y ahora que Tony y yo formaremos parte de esta familia, lo haremos también – y el mencionado asintió sonriendo suavemente – Lo que tu padre intenta decirte es que pongas en práctica lo que te enseño y ayudes a alguien que lo necesita, nada mas – Bucky miro hacia otro lado
- No… necesitas… verlos… si es lo que te preocupa – dijo Tony – puedes hacérselo llegar de manera anónima. Eres periodista, sabes manejarte así. Y si te hacen falta contactos, yo tengo un montón. Solo dímelo
- Yo también te puedo ayudar – dijo Steve
- Y yo – dijo Sam
- Te sentirás mejor contigo mismo – dijo Joseph con una sonrisa serena
- Conocemos perfectamente los hombres maravillosos que tenemos por hijos – dijo Sarah tomándole la mano de vibranio y besándosela como si fuese de piel
- Gracias – susurro Bucky y la mujer lo abrazo mientras Joseph sonreía
La calma volvió a la mesa, junto con las bromas y las risas. Joseph vio en silencio como su Bucky apoyaba la cabeza en el hombro de Sam mientras entrelazaban sus manos y supo que el indicado para su hijo. Sarah y él podían estar tranquilos, sus hijos habían hecho las elecciones correctas.