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Il bello y la bestia por peterpanwannabe

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Notas del capitulo:

Y aquí introducimos a nuestro protagonista NUESTRO QUERIDO BEL!!!!
su nombre completo sería bello :) pero todos le dicen bel
que disfruten el capitulo (por su puesto es adaptacion de la canción)

Por las calles de un rústico lugar paseaba un joven de apenas unos 20 años, que miraba con mirada curiosa el pasto, apreciando cada gota de roció, como si de una pintura se tratase. El amable sol calentaba cada rincón de su suave piel, y el viento abrazaba su corto pelo.
Miró atentamente, con gran apreciación a la naturaleza, a la vida y al instante, para después ser interrumpido por el escupitajo contra las finas hierbas de uno de sus vecinos, se trataba del panadero, que cómo todas las mañanas el mismo pan, sin ninguna variante, sin ningún tipo de experimentación culinaria, vendía.

¿Quién era él para criticar cómo hacía su trabajo un panadero verdad? Después de todo él no era cocinero, ni siquiera conocía lo difícil que era trabajar pues hasta el momento, había sido despedido de todos los empleos del pueblo (que al ser tan pequeño el pueblo, las posibilidades eran solo 4).

Había leído de esto en un libro, el sentimiento constante de que todas las mañanas eran iguales, de que toda la gente a su alrededor se sentía de esa manera… robótica, pero estaba seguro que no tenía depresión ¿O si?
Tal vez se trataba que después de todo le costaba un poco adaptarse a este sitio, después de venir de una ciudad tan inmensa y moderna como Paris, la verdad es que acostumbrarse a las costumbres de este lugar era un poco difícil. Bel constantemente tenía el sentimiento de no encajar, y la verdad que las burlas de otros hombres y críticas de pueblerinos no ayudaba a este sentimiento. 

Tampoco los podía culpar demasiado, sabía lo difícil que debía de ser para ellos conocer una persona tan…particular como él, pues sus costumbres eran muy diferentes a lo que debía ser en un pueblo tan conservador.

Se consideraba una persona imaginativa, razón por la que era amante de la ficción y novelas románticas, una elección, interesante, de libros para un hombre de acuerdo a los demás habitantes, pues los hombres debían leer cosas de acción, aventura, política blah blah blah, no debían ser amantes de poemas y prosas.

Tampoco a los hombres les debía interesar su apariencia, tenían que ser sucios, salvajes y fuertes, sin embargo Bel era un poco más vanidoso que el resto de otros hombres, pues en Paris era común que los jovenes se preocuparan por su olor a perfume y  una digna vestimenta, además de no estar especialmente interesado en las fuerzas brutas, pues al ser de complexión delgada tampoco se veía a sí mismo como un ganador en estas.

.-¡Buenos días Bel!- dijo alegremente un hombre robusto de barba café, que alegremente limpiaba la fruta de su puesto de venta mientras rascaba su barbilla.

.-¡Buen día!- contestó con una amable sonrisa Bel, después de todo no toda la gente del pueblo era mala, había uno que otro amable vecino que al menos trataba de hacerle conversación, incluso aunque no compartieran temas similares, era agradable intercambiar dialogos con alguien.

.-¿Ahora que andas leyendo?-le cuestionó Fabio, colocando las manzanas por estaturas en el estante. Todas de un carmín brillante.

.-Shakespeare, se llama Romeo y Julieta-explicó Bel con una dulce sonrisa-Es sobre un romance prohibido, donde-

.-Ya veo Bel-interrumpió Fabio-¿Y esta buena la protagonista?-preguntó en broma Fabio.

.-¿Buena?-arqueó la ceja Bel entre risas, la verdad es que siempre le había costado encajar con otros hombres, tal vez una de las razones era porque le interesaba más la maravillosa atracción y drama de la historia más que los pechos de Julieta-¿Supongo?-cuestiono, a lo que Fabio echó unas carcajadas.

.-¡Entonces le echare un ojo!- y con esa expresión, Fabio siempre concluía la conversación para entonces proceder a su venta, después de todo era un hombre ocupado. Bel entonces se despidió amablemente inclinando la cabeza, y continuó su recorrido matutino hacia su lugar preferido, la biblioteca.

Bel miraba la contraportada del libro conforme continuaba cada paso, apreciando cada página, cada palabra, la elegante pasta adornaba los detalles dorados, pero como era de costumbre, sentía esa terrible sensación de que alguien más lo miraba, por lo que levantaba discretamente la mirada y después echaba una suave mirada a sus alrededores.

Tal vez se estaba volviendo loco, pensarían algunos, pero la verdad es que no era la primera vez que atrapaba a alguien del pueblo viéndole, aunque la intención de la mirada casi siempre era diferente, entre ellas había crítica, curiosidad, rabia, coqueteo. La verdad Bel no podía evitar sentirse como atracción de un zoológico, por lo que ya se había acostumbrado a ignorar esto y concentrarse en su lectura.

El tímido chico echó tres suaves golpes contra la puerta de caoba, provocando que un amable hombre de mediana edad se asomara.

.-¡Hola Bel!-le saludo amablemente con la sonrisa de par en par-¿Vienes por tu libro de hoy?- le cuestiono al chico. La verdad es que al ser un pueblo pequeño, la cantidad de libros era sumamente limitada, pero eso no impedía a aquél amable bibliotecario a tratar de darle una experiencia sorpresiva y emocionante a su único visitante, después de claro algunos alumnos de historia.

.-¡Por supuesto!-respondió con una gran sonrisa el chico.

 

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El paso se abría dejando en el medio múltiples hombres y mujeres que hipnotizados seguían el paso de un corcel blanco con terminados finos. 

Sobre él se encontraba una atractiva mujer de finos rasgos y gran porte, que con mirada juzgante, paseaba sus pestañas de vez en cuando para rodar los ojos ante sus admiradores. Su oscuro cabello aventurero enmarcaba perfectamente sus oscuros ojos, y su dulce voz cantante hipnotizaba los alrededores.
Una vez deteniendo su fino caballo, tronó los dedos, haciendo correr a un hombre de menor estatura que ella, quién le brindó un espejo enseguida. La chica se miró frente al espejo,  apreciando cada ángulo, cada vista de su bello rostro, y una vez echando una última mirada coqueta, brindó una sonrisa de satisfacción y bajó del caballo en un solo salto.

.-¡Lefou!-gritó desgarrantemente la mujer, haciendo correr al chico de menor estatura que ella hacía su lado.

.-¡Si hermana, que diga, si jefa Galia!-proclamó cual soldado el joven llevando su palma hacia la frente.

.-Dos segundos, nuevo récord-le felicitó Galia a su hermano menor-Aquí están tus tareas del día, así que atento, porque no desperdiciare mi voz ni mi aire más veces de la que es debido-expresó con una arqueada ceja la pelinegra, a lo que Lefou asintió con la cabeza-Número uno-proclamó-Encuentra a mi futuro prometido, ordenale que se arregle para nuestro desayuno de hoy, todo se ambientara con los alimentos más caros de la zona, que por supuesto, el pagará ¡Anota eso!-ordenó Galia mientras que el menor anotaba rápidamente con tinta sobre un pedazo de tela-Número dos-proclamó, para después bajar el tono de voz-Aleja a esos tres asquerosos hombres de mi, nos vienen siguiendo todo el camino y no paran de lanzarme besos-expresó señalandoles con la mirada en voz baja, a lo que Lefou asintió-¡Y por último!-exclamó halaridamente-traeme un trago de whisky, no soporto la peste a gallina de este pueblo-expresó.

.-¿No es muy temprano para un whisky?-cuestionó Lefou.

.-¡No cuestiones a tu hermana, que diga jefa!-reclamó estrepitosamente Galia, a lo que Lefou asintió y corrió para dar paso al cumplimiento de sus tareas del día.

 

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Bel se despidió de su amigo bibliotecario, para después dirigirse hacía la fuente central, era su lugar favorito para leer, el ruido relajante del agua y la vista eran perfectos.

Dio suaves pasos mientras hojeaba su nuevo libro, tal vez era demasiado distraido y a decir verdad debía prestar más atención a lo que sucedía a su alrededor, pero es que la verdad esto le era imposible una vez comenzaba un nuevo libro, como si las hojas le absorvieran la vista y la conciencia, haciéndolo viajar a lugares maravillosos e intocables por la gente a su alrededor.

Tomó asiento en la fuente de piedra para entonces continuar su lectura, echó un suspiro en tranquilidad, y entonces, comenzo.

.-Hola- escuchó a su lado, por lo que dirigio la mirada, se trataba de una timida chica de pelo rubio y mejillas rosadas- ¿Qué lees?-le cuestiono.

.-Hola-respondió amablemente Bel-Es sobre poesía, habla de-

.-¡BEL!-exclamó Lefou quien miraba atacantemente a la mujer a un lado del chico-¡A un lado!-le regaño a la chica, para después con sonidos (tales como si ahuyentara un perro) provocó que la chica partiera.

Lefou era un chico, peculiar, después de todo era su ¿cuñado? la verdad es que realmente el compromiso con Galia no se había acordado, todo había sucedido tan rápido que ni siquiera había podido aclarar la relación de Galia y el, que a decir verdad, era más algo persecutorio que romántico, pues le había dejado en claro multiples veces a la pobre mujer que no estaba interesado en el matrimonio.

.-Si mi hermana se entera que le estabas haciendo ojos bonitos a la rubia de ahi, la matara, y después a ti-bromeó Lefou.

.-No tengo duda de eso-expresó, y la verdad, le gustaría que fuera una broma pero muy en el fondo, sabía de lo que Galia era capaz, pues con anterioridad ya se había mostrado como una mujer posesiva y agresiva, que a decir verdad era sumamente asfixiante. Rasgos que normalmente se le eran perdonados por ser una chica tan atractiva pues “debería sentirse afortunado se fijara en él” pero la verdad, no estaba tan seguro de eso.

.-Mi herma… que diga, mi jefa te busca, es hora de su desayuno-expresó Lefou.

Galia tenía esta extraña rutina por las mañanas que consistía en un desayuno romántico y horas después una cena romántica, y así este ciclo todos los días; todo comenzó después del cuarto rechazo de Bel a Galia, que fue entonces cuando Galia propuso se unieran más con “citas acordadas de manera cotidiana” pues ella estaba convencida con este ritual eventualmente Bel le pediría matrimonio a la pelinegra.

.-Lefou, ¿De verdad tenemos que seguir haciendo esto?-le cuestionó al joven, a lo que Lefou asintió-Es decir, he sido claro con tu hermana, y a decir verdad es la caballerosidad lo que me ha permitido no perder la paciencia, o la cordura-expresó Bel.

.-Bel ¿Tienes idea lo afortunado que eres por tener a una chica como Galia enamorada de ti?-le cuestiono-¿Qué clase de hombre serías si rechazaras a la mujer más anhelada del pueblo?-le preguntó arqueandole la ceja.

Bel siempre ha sabido que es un hombre muy diferente a los demás, y no era sorpresa otro más del montón le cuestionara por qué no desposaba a Galia en este mismo instante, después de todo eso es lo que todos desearían.

.-¿Supongo?-cuestiono Bel, a decir verdad jamás había experimentado el amor, por lo que tal vez era diferente a lo que leía en sus libros, tal vez  porque no le había dado la oportunidad a intentarlo, o a Galia. Tal vez el amor era diferente en la vida real, menos fantasioso, más, lineal-Vayamos a desayunar entonces-expresó Bel.

Notas finales:

TE AMAMOS LEFOUUUUUUUUUU
En mi opinión Lefou siempre merece más amor del que recibe pobrecito, por eso se me ocurrió esta adaptación :) espero les este agradando las bases del fic


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