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Saving Contract por only_hope

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Notas del capitulo:

Qué taaaal? Aquí el capítulo de esta semana ;)

-¿Te cayó un rayo encima, Ivanov? - Axel volteó en dirección a Ian con expresión ascética. Se dejó caer en el asiento sin decir palabra

 

Sabía que la cosa iba a ir mal. Cuando Bladimir enfatizó en que tendrían una cena de negocios ese fin de semana. Cuando por mucho que estudiara, al menos en uno de sus exámenes igual terminó reprobando y algunos de sus compañeros se burlaron de ello. Todo eso se lo tomó de la mejor manera posible. Pero aún así lo veía venir. Cuando camino a la escuela una nueva misión apareció no estaba sorprendido.

 

No llegó a la primera clase, por si acaso tampoco a la segunda. Ese día eran las únicas horas en las que coincidía con Abel, por lo que no se arriesgaría a que la misión tuviera lugar.

 

De aquella manera terminó así. Electrocutado, sin 200 de los puntos que tanto le había costado acumular.  Con un citatorio por llegar tarde.

 

-¿En serio estás bien? - El pelirrojo se frotó las sienes, asintiendo.

 

-Como una flor en primavera, ¿no ves? - Contestó, para después ir sacando sus cosas. La maestra aún no llegaba. - ¿Me perdí de algo? - El alivio lo recorrió entero al ver al contrario negar con la cabeza, sólo por ello decidió ignorar el hecho que éste lo veía como si se tratara de un enigma que no podía descifrar.

 

Planeaba cerrar los ojos y no volverlos a abrir hasta que llegara la señorita Griffin cuando las risas de Tyler y Anthony lo pusieron alerta. -¡Ian! ¿Dónde demonios estab…? ¿Axel? ¿Qué te pasó? - Anthony decía al verlos.

 

Axel frunció el ceño. La primera vez, la descarga no le había dejado ningún daño físico. Pero como ahora la misión valía más no podía disimular que el castigo le había erizado el cabello, ni los espasmos que aparecían por su cuerpo. Sabía que estaba abusando de su posición de líder cuando alzó una mano e Ian le entregó su suéter para que se cubriera la cabeza. Y no le importaba, la luz y el ruido parecían sólo alargar su malestar. - Guarden silencio un momento, ¿quieren?

 

Tyler hizo una mueca, agregó - Bien, ya después verás el video.

 

- ¿Video? - Debajo del suéter, Axel sintió la sangre escapar de su rostro. Quien preguntó había sido Ian. Anthony confirmó con una carcajada.

 

-Antes de llegar al salón decidimos jugar un poco con ese perdedor - Él no cumplió la misión, pero, ¿qué le hacía creer que no pasaría de todas formas? Lo había comprobado la vez del gimnasio, ese grupo de idiotas no necesitaban expresamente de un líder para tener intenciones de intimidar.

 

-¿Qué hicieron?  -Anthony se estremeció al escuchar el tono glacial del pelirrojo, quien ahora los veía fijamente.

 

-¿Ya estás de humor? - Lo tanteó, y con un ademán de Axel, Tyler le extendió el celular, mientras explicaban abiertamente toda la situación.

Lo habían interceptado y llevado hacia los contenedores de basura, cuando el muchacho se resistió estaba de más decir que le dieron la paliza acostumbrada. El rubio le escupió a Mark, y este lo golpeó aún más. Grabaron todo. Cuando lo inmovilizaron y metieron dentro del contenedor también.

 

Para ese punto Axel ya había salido del salón.

 

-¿Qué le pasa? - Tyler no podía creer que ni siquiera había escuchado el final.

-Seguramente va a la enfermería. ¿ya le viste la cara? Cuando vuelva nos dirá - Anthony decía con un deje de desinterés. El único que no parecía enteramente satisfecho con la teoría era Ian, quien veía en silencio la dirección por la que el otro se marchó.

 

[40 puntos de reputación han sido reducidos]

<< ¿A dónde se supone que vas?>> Detuvo sus pasos en tanto Eris le hizo la pregunta. Ya había salido del edificio.

 

<<Eso pasó hace dos horas, y aún si lo encontraras, ¿qué crees que hará Abel? ¿Abrazarte y llorar? Si haces esto sólo vas a seguir bajando la puntuación>> La incredulidad en sus palabras le hacía ver lo inverosímil que eran sus acciones. Dio vueltas por el edificio, incapaz de poder estarse quieto luego del arranque de impulsividad. Sus cosas seguían en el salón. Tomó aire, buscando relajarse para volver ahí.

 

Cuando regresó al salón, la señorita Griffin ya estaba ahí. Y él tenía un segundo citatorio en la mano.

 

Sólo necesitó decir que estaba bien, y que fue a la enfermería pero que no encontró a la enfermera para que sus amigos dejaran de preguntar. Estaba por guardar el citatorio cuando en el papel apareció una pregunta.

 

“Quise buscar tu canción, pero no la encontré. ¿Segura que se llamaba así?”

 

¿Cómo era posible que una pregunta así de casual le diera tal salto al corazón? Viendo la letra, escribió en su libro de talismanes. “Mm, es que no es muy conocida. Luego te recomiendo otra”

 

Al no recibir una respuesta inmediata. Escribió: ¿Estás bien?

 

Esperó un rato, un buen rato, cuando finalmente Abel le preguntó cómo lo supo. Se limitó a poner que escuchó comentarios. Encima del dolor de cabeza, las actividades de la maestra que estaba ignorando, y todo lo demás, Axel sólo podía sentir su propia mortificación asentarse en el estómago…

 

Abel tardó alrededor de 20 minutos, cuando puso: 
“¿Es tan divertido meterse conmigo? No sé si es mi personalidad, algo que haga en particular o sólo porque soy yo. No lo entiendo”

No podía verlo, no sabía cuál era su expresión o dónde se suponía que el rubio estaba en ese momento. Pero Axel se sentía tan impotente por no poder abrazarlo, por no haber detenido todo para empezar. Un párrafo extra apareció:          
“Y es que, si fuera Axel o Ian nada más estaría bien, no me sorprende, ya sé que me odian. Yo tampoco los soporto. Pero entre más pasa el tiempo, sólo aparecen más personas. Me molestan, me golpean, hablan de mí y yo ni siquiera los conozco. Si no fuera por ti realmente creería que hay algo mal conmigo”

 

Abel suspiró, considerando una vez más borrar su mensaje una vez que lo había escrito. Sin embargo… no sabía cuánto necesitaba externarlo hasta ese momento. Estaba tan harto de todo, tan agobiado y herido. “I” escribió:

 

“¿Estás en clase?”

En tanto recibió una afirmación, el pelirrojo fue hacia la señorita Griffin, tenía un permiso que pedir.

 

“¿Tú estás en clase?” El rubio esperó la respuesta. Suponía que sí, por lo que no presionó demasiado. De cualquier manera, por lo casual de las notas, I acostumbraba dejar de responder y después volver a aparecer con sus respuestas cuando se desocupaba. El timbre estaba a punto de sonar cuando la letra de “I” escribió en su cuaderno.

Perdón, me quería asegurar de algo antes de responder”.

 

“???”

Abel no entendía, la siguiente respuesta fue:

 

“El salón de materiales que está a un lado del gimnasio, es un depósito. Estará vacío las próximas dos horas. Ve cuando puedas en ese periodo de tiempo. No te preocupes por los idiotas, yo me encargaré que no estén cerca”

 

Decir que no estaba nervioso por tal indicación era poco. No porque desconfiara de I, si no porque las ideas no paraban de aparecer en su cabeza. Lo que había pasado en la mañana aún era muy reciente, removiendo todos sus miedos e inseguridades dentro de esa maldita escuela. No entró a la siguiente clase, ya había perdido la primera por irse a cambiar de cualquier modo. Un citatorio más, un citatorio menos, de cualquier forma, esta vez sería por algo más importante. Cuando llegó al salón descrito, la clase que ocupaba el gimnasio era la única que estaba en el edificio, y por suerte estaban tan metidos en lo que sea que les estaba pidiendo el entrenador que no salieron mientras él atravesaba ese pasillo.

 

Abrió la puerta con cautela, sus ojos pasearon por el lugar, sin comprender por qué “I” lo citaba a un salón vacío. Fue entonces que notó la caja de donas que estaba sobre un escritorio. Se acercó, tomando la nota que estaba sobre la caja.

La letra de “I” estaba ahí.

 

Para A:

 

No hay una sola cosa pueda estar mal en ti. No puedo cambiar la mierda que te hicieron, o las cosas que piensas, pero espero esto pueda iluminar un poco tu día.
No me dijiste cuál era tu sabor favorito la otra vez. Ojalá esté entre las opciones que conseguí.

Atte.

I.

 

Abel parpadeó varias veces, incrédulo. Sentía la garganta de pronto completamente seca. Cuando todo pasó en la mañana se había resistido a llorar, y ahora estaba ahí, sintiendo el escozor en los ojos por aquel detalle.

¿Cómo era eso posible?

 

¿”I” había ido y traído la caja en ese periodo de clases? ¿Se había perdido una clase para alegrarle el día? La sola idea le provocaba… tanta calidez en el pecho.
Abrió con delicadeza la caja; supuso que eran de una de las cafeterías del campus, los empleados le habían puesto un moño rosa y el borde de la caja tenía escrito la leyenda “Have a nice day!” con rotulador junto a una carita feliz. Rio por el detalle, tomando una de las donas, comprobando que estaba rellena por dentro también.

 

Siguió comiendo mientras escribía, procurando no llenar su cuaderno, apuntó:

“¿No tuviste problemas con algún vigilante o maestro? Yo me perdí una clase y ya tengo un citatorio…”

 

“¿Podemos empezar esta conversación con un ́ gracias, I, eres la mejor´? Pensemos mejor en cosas positivas”

“Eso es un sí me metí en problemas, ¿verdad?” Aún con esas, no podía estar enojado. Una sonrisa se escapaba de sus labios cada vez que pensaba en el regalo, escribió “Gracias”.

 

“No tienes nada que agradecer. A. Y por los problemas tampoco te apures, veré si puedo conseguir un justificante. Debo correr. Sal con cuidado”

 

Pasó una vez más los dedos por aquel párrafo. Suspiró. No quería salir de ahí en lo que faltaba del día. Y si pudiera, así sería. Pero tampoco quería salir al mismo tiempo que los alumnos del gimnasio, por lo que, en cuanto terminó su dona, tomó sus cosas.

 

Se dirigió donde la enfermera; sabía que ella tenía en el consultorio una nevera donde podía dejar encargadas las donas. Cuál fue su sorpresa cuando, al abrir la puerta se encontró con una figura alta y de melena cobriza dándole la espalda.

 

—No tienes síntomas graves —La enfermera Clevêr decía — Sólo puedo darte justificante para la última clase que perdiste.

 

Axel asentía, llevándose una mano a la cabeza —¿Podría darme al menos una pastilla? El dolor me está matando. — Una notificación le avisaba que otros 20 puntos de reputación frente al protagonista estaban por bajar. lo que le causó más migraña. Maldita sea, se volteó entonces con cara de pocos amigos, su expresión se congeló al reparar en la presencia literal del protagonista.

 

La expresión del Abel no distaba mucho de la suya, sobraba decir que ninguno de los dos esperaba encontrarse ahí. Los ojos avellana bajaron y el rubio notó que estaba viendo la caja de donas que traía en las manos.

El más alto desvió la mirada, recuperándose de la sorpresa, se fijó en la enfermera, quien fruncía el ceño. - Si el dolor persiste vuelve a venir, pero espero tengas al menos 38° de fiebre o una buena razón para estar aquí - Firmó un papel, que le entregó junto a la pastilla.

 

-Gracias - Había dicho en un murmullo tenso. Al darse la vuelta, Abel esperaba escuchar algún comentario hiriente, algún empujón o algo por el estilo. El que la persona que normalmente orquestaba los ataques hacia su persona, pasara de él de manera tan casual o hasta apresurada le contrarió.

 

<<Eres demasiado obstinado>> Se burló Eris. Axel ya ni siquiera quería ver su puntuación, los números seguían bajando.

Notas finales:

¡Gracias por leer hasta aquí!
Dejo la recomendación random de este capítulo:
Keane - Somewhere Only We Know (Official Music Video) (youtube.com)


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