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Confesiones… ¿y confusiones? por Yakaylex2

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Notas del capitulo:

Tercer capítulo, ¡qué emoción, amigos! Espero que les guste.

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Tengo en mi rostro unas ojeras inmensas. Parezco un mapache por mi antifaz. No pude dormir en toda la noche por estar pensando en él. ¡Si, en él!, ¡Argh! Quiero arrancar mi corazón y desconectarlo de mi cerebro. ¿Cómo era posible que me guste Taichi como chico? ¿Acaso me volví loco? Pero por más que trato de evocar el uniforme de colegiala, su cabello largo y sus piernas torneadas de chica gym, solo recuerdo sus pantalones cortos, su cabello alborotado y sus hermosos ojos parecidos a gemas marrones recién pulidas. ¿Qué me pasa? Si por mi fuera ya no regresaría a la escuela. Me escaparía, me iría a otro país, cambiaría el color de mi cabello y mi nombre sería Fernando. ¡Si, señor!


- ¡Qué te levantes, niño o ambos llegaremos tarde! - Me dice con fuerza mi padre mientras me quita las cobijas de encima. Alcanzo a tomar mi sábana.


- No quiero ir. - Le digo mientras cubro mi cabeza - Hace frío, no me gusta el frío. - Lo cual es completamente cierto. El gélido clima que puedo ver en el exterior desde mi ventana me da la razón. No hay nieve, pero se nota la niebla densa por el clima.


- ¿A quién crees que engañas con esa mentira? - Me dice molesto. Asomo un poco mi rostro y puedo notar una mueca burlona. - Bien, si no vas, entonces le diré a ese chico que venga a verte aquí. - Me sonrojo mientras saca su teléfono portátil. - Takeru puede ir a verlo a tu escuela y...


- ¡Ya estoy levantado! - Le digo mientras salgo tropezando con mis cobijas.


- Cinco minutos o lo haré. - Me dice con su voz más amenazante. ¡Maldita la hora en la que Takeru le contó lo sucedido!


Ahora ambos saben que me gusta Taichi. ¿Por qué no pude mantener mi gran boca cerrada? Bueno, porque así me crie con ambos. ¿Quién hubiera dicho que mi padre fuera tan bueno para escuchar? Creí que eso solo lo hacían las madres. Y qué decir de Takeru, ¡es el mejor hermano del mundo!


- ¡Ya vámonos! - Me grita mi padre desde la puerta. Tomó apresurado mi mochila y voy con él.


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- ¡Vaya que te vez terrible! - Apenas cruzo la puerta del colegio y me encuentro con él.


 - Ya ni me lo digas, Joe. - Le respondo sin ganas.


- Oye. - Siento su brazo alrededor de mi cuello. No me molesta su cercanía. Después de todo desde la primaria somos mejores amigos. - Tienes que contarme que pasó. - Me toca la mejilla con la otra mano. - Tienes que decirme porqué te golpeó ese sujeto.


- Taichi... - Le digo simplemente. Una sola palabra y siento mis labios aterciopelados. Es la magia de su nombre.


- Si, ¡él! – Asiente varias veces.  


- No hay nada que contar. - Me encojo de hombros. - Hice algo estúpido y por eso me gané este golpe.


-Ok, si tú lo dices... - Me sonríe burlonamente. - Por cierto, ¿ya viste que bonita se ve hoy?


- ¿Quién? - Le digo indiferente. Lo que menos quiero hacer es pensar en chicas.


- ¡Taichi, por supuesto! - Me pongo de inmediato en alerta y lo miro sorprendido. - Si, hoy es su evento de "Princesas de la nieve" o algo así. - Me suelta del brazo. - Como al principio dijiste que era tan atractiva, creí que querías verla y...


Me detengo mientras Joe se aleja sin parar de hablar. ¡Claro que pensé que era atractiva! Pero entonces, ¿por qué me lo estoy imaginando a él vestido con una suave túnica blanca que realzaría sus bellos ojos color chocolate? Mi corazón late fuertemente. Me gustaría verlo. Aunque tenga su cabello largo y su maquillaje femenino. Quiero disculparme nuevamente por el beso arrebatado de ayer, por las tonterías que pensé, por haber juzgado sin conocerlo. Quiero decirle todas las cosas que no le pude decir. 


- ¡Joe! - Corro hacía él y lo jalo del brazo. - ¡Ven conmigo!


- ¿A dónde? - Me pregunta alarmado.


- Al salón de Taichi. - Lo miro con mi mejor cara inocente. Sé que lo convenceré.


- No me hagas eso, Yamato. - Su rostro se suaviza un poco. - No puedes estar allí a menos que vayas a participar. De esa manera el encargado podrá justificar tu ausencia del salón. Aun así, es otro grupo y no creo que... - Lo miro y trato de alargar lo más que pueda mi gesto inocente. - ¡Arg! está bien. Vamos y preguntemos ¿Ok? - Asiento feliz de la vida mientras lo suelto. Nos dirigimos con prisa al salón de tercero B. Ni siquiera me va a importar perder la primera hora. No recuerdo si lo mencioné, pero Joe no tiene problemas, ya que él solo hace su servicio social en mi escuela. Es un año mayor que yo, pero está en un programa avanzado.


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- ¿Ishida-san quiere participar? – Todas las chicas a mi alrededor voltean a verme sorprendidas. Cualquiera pensaría que les ofrecieron un millón de yenes en lugar de haber recibido una solicitud para participar en un tonto evento escolar.


- ¡Claro! - digo con todo el ánimo que me es posible.


- ¿Usted también, Kido-sempai? - Le pregunta la chica emocionada. El brillo puede notarse en sus pupilas pese a los anteojos de fondo de botella que usa.


- No yo... - Comienza a decir, pero le doy un golpe con mi codo.


- ¡Claro! - Gritan emocionadas. Joe y yo intercambiamos miradas. Le sonrió lo más inocente que puedo y mueve su cabeza de un lado al otro. Me dirijo a la chica con anteojos. - ¿Qué hay que hacer?


- ¡Serán nuestros príncipes!


- ¿Qué? - Preguntamos al mismo tiempo. Siento que pasa un incómodo rato mientras asimilamos la noticia. Príncipes, ¡no puede ser!                                       


- ¿Príncipes ellos? - Una voz dura suena a nuestras espaldas. No necesito adivinar a quien pertenece.


- ¡Takenouchi-kun! - Las chicas gritan emocionadas. Joe y yo giramos al mismo tiempo y no podemos evitar sorprendernos. Frente a nosotros se encuentra ni más ni menos que un verdadero príncipe. - ¡Estás tan guapo! - Va pulcramente vestido con un traje azul marino y su cabello corto va recogido en una coleta formal. Aun sabiendo quien es, no puedo evitar pensar que en realidad es atractivo. Miro de reojo a Joe y lo veo sonrojarse demasiado. No lo puedo asimilar.


- ¿De verdad? - Me mira burlonamente. Asiento con los puños apretados. - Pues me parece bien un poco de competencia. - Toca mi hombro con fuerza. Siento un dolor. Para ser una chica es demasiado fuerte. - Ya veremos a quien elige la princesa.


- ¿La princesa...? - Pregunto torpemente. Pero antes de que pueda decirme algo más, escucho de nuevo otro grito exagerado de las chicas.


- ¡Taichi-chan, te ves tan hermosa! - Giro de nuevo. Mi corazón se paraliza por un segundo. Frente a mi Taichi vibra en un hermoso vestido color dorado. Su cabello peinado con preciosos caireles y su rostro tiene un poco de maquillaje. Se ve bastante linda.


¡Uo, esperen, esperen! ¿Cómo es posible que me haya parecido más atractivo el aspecto masculino de Sora que la feminidad de Taichi! ¿Es que en serio ahora me gustan los chicos?


Taichi me mira fijamente. Pese al maquillaje es imposible pasar por alto sus hermosos ojos chocolate. Siento un estremecimiento en toda mi columna vertebral. Entonces baja sus ojos avergonzados y un tenue color rojo se alcanza a percibir en su piel morena.


- Yamato... - dice sin más y entonces todos se quedan callados de improviso. Mi corazón palpita violentamente. Mi nombre pronunciado por Taichi se siente tan bien... ¡Un momento! ... El hecho de que un chico te hable informalmente, es bastante normal. ¡Pero el que una chica te diga por tu nombre de pila solo puede significar una cosa para los demás!


- ¡Qué emoción!, ¿Él es tu novio Taichi-chan?, ¿de verdad?, ¿por eso vino? - Los gritos de las chicas y de algunos chicos que están en el salón logran confundirme un poco. ¿Qué puedo hacer?


- Yo... no... lo que quise decir es... - Taichi se ve nervioso y siento que me voy a abalanzar sobre él otra vez. Pero me controlo mejor que el día anterior. Ese vestido en realidad si tiene un efecto calmante en mí.


- En efecto. - Les digo con mi voz más firme. Sora me lanza una mirada asesina, Joe una sorprendida y Taichi la más incrédula que pueda existir. - ¿No es cierto, Taichi-chan?


Trato de decirle con la mirada lo que debe de decir. Pero desvía sus ojos hacía un lado y solo asiente tímidamente. Todos comienzan a gritar de emoción. No pensé que fuera tan popular.


- Entonces nuestra princesa principal ya tiene pareja. - Dice la chica de anteojos. Ambos asentimos un poco incomodos. Veo a Sora de reojo y no puedo evitar sentirme amenazado por su mirada asesina. La chica se acerca a Sora. - ¿Por qué no les muestras donde está su ropa, Takenouchi-kun?


- ¡Claro, faltaba más! - Los pómulos se ven tan rígidos por estar forzando su sonrisa, pero aun así nos hace una seña. La seguimos. Tarde me di cuenta de que no me había despedido de Taichi.


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- No sé qué diablos pretendes, Yamato. - Me dice Sora mientras me arroja un traje azul marino con vivos dorados. La tela es bastante gruesa. - Pero si planeas burlarte de MI Taichi frente A todos, será mejor que lo olvides.


- ¿TU Taichi? - Le pregunto bastante molesto. Algo sorprendente pero real. - ¿Desde cuando eres su dueño? - Me refiero a ella como chico, ya que no sé quién pueda estar escuchando cerca.


- Vienes de repente y dices que es tu novia, ¿acaso eso no te parece extraño? - Me mira inquisitiva.


- Oigan, oigan. - Joe nos toma a ambos del brazo. - Tranquilícense por favor. - Observa a Sora y su sonrisa se vuelve más cálida.  - Puedes estar tranquilo. Yamato no planeaba hacer nada malo. Solo quiso venir a ver lo hermosa que estaba Taichi y el asunto del príncipe salió casi por accidente.


- ¿Quería verlo cómo si MI Taichi fuera un animal de zoológico o qué? - Me mira con un coraje intenso, veo como su mano se dirige hacia mi brazo, pero no lo voy a permitir. Ya me estoy cansando de eso. ¡Y de que diga que Taichi es suyo!


- ¡Deja de decir que es tuyo! - Le grito mientras sujeto su brazo con fuerza. - ¡No es tu novio ni nada parecido!


- ¡Ah! - Un grito femenino sale involuntariamente de sus labios.


- ¡Yamato! - Me grita Joe con fuerza, mientras sujeta mi brazo con más fuerza. Reacciono y la suelto de inmediato. Lastimé a una chica, ¡oh no!


- ¿Todo está bien, chicos? - La chica de anteojos llega inesperadamente. Los tres nos soltamos y Sora se oculta en el armario.


- ¡De maravilla! - Dice Joe tratando de ganar tiempo. Se acerca a ella y la encamina a la salida. - Por favor Mei-san danos unos minutos y estaremos listos. La chica asiente y cierra la puerta.


- Bien. - Nos mira serio. - Es la última vez que veo esa clase de violencia entre ustedes dos. Sora voltea a mirarlo un momento antes de inclinar la cabeza como yo lo hago.  - Los dos tienen un papel que cumplir como los caballeros que son, - enfatiza. - Ustedes tienen algo en común que los une y es su cariño por Taichi-chan. - Comienza a rebuscar entre las ropas. - Así que al menos por esa persona traten de llevar la fiesta en paz o de lo contrario no serán los únicos perjudicados. ¡Esto puede destruir muchos de sus planes y esfuerzos! - Se gira y nos toma de las manos. Alzamos la vista en el mismo momento. Noto a Sora con los ojos vidriosos. No creía que esa bruja malvada tuviera sentimientos. Tal vez si es humana después de todo. - ¿Queda claro, Sora-kun? - La chica asiente y se talla sus ojos. - ¿Y tú, Yamato? -  Asiento. No quisiera meter en problemas a Taichi. Parece que las personas lo aprecian demasiado. - Bueno, - nos suelta y toma su traje. - ¡A ponernos en marcha!


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- ¡Muchachos! - Se escucha por el altoparlante. El patio está a reventar. Al parecer cada año que hacen su festival se cancelan las clases. ¿Cómo es que jamás me había enterado? - Para concluir nuestro programa, aquí vienen entrando nuestras bellas princesas.  - Los chicos comienzan a gritar y lanzar silbidos. - Y sus guapos príncipes.  -Las chicas comienzan a gritar emocionadas. Me siento como un imbécil por mi traje tan formal. Tiene una faja que me impide respirar bien. Volteo a ver a Taichi y lo miro mientras sonríe y mueve la mano de un lado a otro. Cuando dirige su mirada hacia mí, siento una opresión en el pecho. ¡Sus ojos no se ven nada bien!


- ¿Estás bien? - Le pregunto suavemente mientras seguimos con nuestros falsos saludos. Su brazo va aferrado fuertemente al mío.


- Siento que me voy a desmayar aquí mismo. - Me dice en un susurro. Me detengo de inmediato, pero Taichi me jala con fuerza. - Ni se te ocurra detenerte ahora, Yamato.  - Su voz se oye bastante firme. Incluso un poco ronca. Siento la emoción recorrer mi cuerpo. Es la primera vez que escucho su voz con un timbre masculino, ¡y me encanta! -  Todas las chicas te están gritando. ¡Estamos a punto de ganar! - Levanta su rostro y sonríe con alegría. Los chicos comienzan a aclamarnos. Su valentía, pese a que posiblemente está muriendo, me sorprende y me gusta demasiado. ¡Que rayos! Quiero gritar a los cuatro vientos: ¡Me gusta Taichi Yagami como el chico que es!


- Bueno, - dice Mei-san mientras terminamos nuestro recorrido. - Estas fueron nuestros hermosos príncipes y princesas. - Nos quedamos de pie, expectantes. No sé qué diablos va a pasar, pero no me importa. El brazo de Taichi descansa con más fuerza sobre mi brazo.  ¡Seguramente es eso!


- Es por el corsé, ¿verdad? - Asiente incómodo. Si la faja me está quitando el aire, ni modo a que Taichi el corsé de princesa no lo haga. No creo que tenga una cintura muy estrecha y... ¡Qué diablos me estoy imaginando! Mi rostro comienza a arder. De pronto siento que Taichi me arrastra hacia el centro del escenario.


- ¡Ishida-kun y Taichi-chan son los nuevos reyes del festival! - Una oleada de aplausos comienza a escucharse entre los alumnos. Taichi y yo nos inclinamos respetuosamente. Las mejillas de Taichi se ven sonrojadas. No falta mucho. Unas coronas y unas flores llegan. Y también un sobre dorado.


- ¿Qué es esto? - Pregunto sin dirigirme a nadie.


- Ese es el espíritu, Ishida-san.  - Dice Mei-san todavía con el micrófono a todo volumen. - ¡Eso es participar por gusto y no por interés! - Algunos comienzan a gritar emocionados y alguno que otro suelta un silbido de burla. - Es una inmunidad. - La miro sorprendido. - ¡Aunque con lo bueno que eres seguro que no la necesitas! - Taichi le lanza una mirada fulminante. Mei-san no le hace caso. Me quedo más confundido que antes.


- Bueno, hasta aquí el festival chico, - dice nuestro anciano director. - ¡Demos un fuerte aplauso a los alumnos de tercero que participaron! - Comenzamos a caminar en grupo hacía el salón de tercero B. Pese a que solo voy a su lado, siento a Taichi bastante molesto.


- ¿Te hice enojar por mi pregunta? - Me mira y niega con la cabeza.


- No fuiste tú. - Me dice molesto.


- ¿Fue Mei-san? - No sé por qué se me ocurrió, pero la mirada asesina que le lanzó fue muy rara. Asiente tratando de no darle importancia. - ¿Por qué?


- Te estaba coqueteando. - Me dice con su voz firme y nuevamente mi corazón comienza a palpitar. Lo miro y el maquillaje en su rostro ya no se ve. Sus ojos lucen naturales nuevamente. Pero su sonrisa está oculta por una mueca triste. No me gusta verlo así. Lo tomo del brazo y lo arrastro hacia el almacén de deportes.  - ¡Oa! ¿Qué haces?  - No le respondo. Entro sin siquiera mirar si alguien está a la vista, pero no me importa. - ¿Yamato? - Su rostro está un poco sorprendido, pero no se ve asustado. Eso me da más valor.


-No tienes que molestarte por esa tontería. - Le digo mientras cierro la puerta. Giro y lo veo de frente. - Ni Mei-san ni nadie más me interesa.


- Es bonita. - Me dice con una mueca poco femenina.


- Tu lo eres más. - Le digo tratando de darle confianza. Sin embargo, no creo que a un chico le guste que le digan que es lindo.


- Hablo en serio, Yamato. - Su mirada es triste. - Yo soy un chico. - Se acerca a la puerta para abrirla, pero antes de llegar lo tomo de sus hombros.


- Y por eso te digo que eres lo más lindo que existe en el mundo. - Le digo con total sinceridad. Me mira con la duda pintada en el rostro. - Ok, ok. Tal vez a los chicos no nos gusta escuchar eso, pero si te digo que tú eres mucho más atractivo y mucho más lindo que todas ellas son porque me gustas de verdad y...


- ¿Qué acabas de decir? - Su mirada transmite una curiosidad combinada con valentía. Llegó el momento.


- ¡Me gustas mucho, Taichi! - Acerco mi rostro un poco más al suyo. Quiero que se dé cuenta de que hablo sinceramente. - Jamás creí que llegaría a pensar así de un chico, pero es la verdad.


- ¿De verdad te gusto como chico? - Me pregunta aun con duda. Asiento varias veces. Mira hacia abajo y lo entiendo. Se que no lo puede creer, pero ya no puedo seguir engañándome. Sujeto su rostro con ambas manos y acerco mis labios a los suyos. Lo beso tiernamente y el me responde de la mejor manera que le es posible. Quisiera no separarme nunca, pero en teoría es nuestro primer beso oficial y no lo arruinaré con mis avances. Además, ¡solo tenemos dieciséis! Aún no es el momento de besarnos de un modo más intenso (aunque ganas no me faltan, la verdad).  Termino el beso y lo tomo entre mis brazos. Ignoro el vestido y el cabello largo. Abajo de ese disfraz está un chico agradable y amable; un chico con un corazón valiente y bondadoso. Y un chico tan especial que me hizo enamorarme perdidamente de él.


- Me gustas como seas, Taichi. - Lo abrazo con fuerza. - Solo me importa que seas tú. - Taichi me abraza con la misma fuerza y solo me dice una sola palabra.


- Gracias...


Por fin me había dado cuento de mis sentimientos… ¡Y eso me hacía tan feliz!

Notas finales:

¡Por fin nuestro querido Yamato se dio cuenta de sus sentimientos hacia Taichi! Quizá piensen que se enamoró demasiado rápido de él, pero no creo que se lo haya sido. Cuando tienes ese sentimiento o esa química especial con alguien no necesitas pasar por un largo proceso para enamorarte. Simplemente lo sientes y ya (lo digo por experiencia personal. Y continuando con las escenas inspiradoras y recomendaciones, cuando Yamato reflexiona sobre si es correcto el que un chico quiera oír que le digan que es lindo, recordé mucho dos mangas que para mí son de los más lindos del mundo. Uno es "Hana no mizo shiru" de Takarai Rihito y "Sasaki to Miyano" de Shou Harusono, ambas grandes mangakas que a mí me encantan. Espero alguien lea los comentarios finales y vaya a conocer estas dos obras que les van a encantar. ¡Muchas gracias por seguir esta historia! Y por cualquier cosa, ¡les deseo unas muy felices fiestas decembrinas, amigos! Nos vemos pronto.


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