Un día en un laboratorio ubicado en Nueva York; Estados Unidos, se ubicaban un rubio ojiazul en compañía de un chico castaño de grandes lentes estudiando los avances de beyblades en los que han estado trabajando juntos, diseños y piezas adecuadas para cada uno, todo desde que el mercado ha ido creciendo con el pasar de los años.
Max; con supervisión de su madre, estaba a cargo de los diseños mientras que Kyojyu se encargaba de la parte tecnica. Pero Judy notaba a su hijo algo absorto en sus pensamientos últimamente lo cual le extrañaba.
Un día en la tarde mientras Kyojyu checaba unos papeles desde temprano la familia Mizuhara se dedicaban a comer hasta que:
Max.. Max… hermano te estoy hablando –decía una pequeña rubia ya que el mayor había casi vaciado el frasco de mostaza en su plato de lo distraído que estaba y por ende ya había arruinado su comida- ahí no, mi arroz –lamentaba el ojiazul al ver su plato y el batidero en el que se había convertido su comida-
Max que hiciste? desde hace rato que Charlotte te está avisando que ya es mucha mostaza y no le haces caso –le dijo su madre dejando de lado por un momento su café- en verdad lo siento mamá –Max se volvía a sentir 10 años más joven con aquella reprimenda- que sucede hijo? Algo te inquieta o te preocupa? has estado bastante distraído últimamente –dijo la mayor inquieta por si a su hijo le preocupaba algo que tenía su cabeza en otro mundo desde hace tiempo, tanto así que el mismo Kyojyu; tras pedir permiso para entrar, llegaba y también le comentó que los modelos del mes se habían retrasado en su salida ya que los diseños no habían quedado de acuerdo a lo que se acordó entre todos, motivo por el que Judy consideró necesaria una pequeña junta familiar en la que requeriría también la presencia de su esposo, pero realizada a través de una videollamada al no quererlo separar del negocio allá en Japón.
Mientras Max terminaba de lavarse los dientes vio en el reflejo del espejo del baño la figura de su pequeña hermana esperando por él, pues ya era un pequeño ritual entre hermanos que antes de dormir el rubio la llevara cargando hasta su cama para arroparla, éste como hasta ahora la llevó en brazos rumbo a su habitación y una vez se quedó dormida tras acompañarla hasta que conciliara el sueño el rubio también pasó a retirarse a su habitación dispuesto a dormir, esperando que su rendimiento mejorara a poco tiempo de tener que entregar los nuevos modelos junto con su amigo castaño.
El día siguiente había llegado y con ella la entrega de modelos, para comprobar la calidad del trabajo, tanto Kyojyu como Judy casi se comían las uñas de los nervios al temer por su trabajo y que Max pudiese tener resultados favorables en la pequeña demostración que tendría una mini liga americana de una asociación para poner a prueba la calidad de trabajo de parte del laboratorio Mizuhara, pues la reputación de Kyojyu estaría un poquito en riesgo cuando éste recién se estaba dando a conocer.
El presidente de la asociación felicito a la mayor y a su equipo porque le gustaban sus beyblades, y tanto para Judy como para el castaño era un respiro conocer dicha respuesta, así que Max se salvó de la reprimenda por un posible fracaso, pero eso no lo salvaba de una charla familiar respecto a sus distracciones constantes que por poco le costaban la reputación a su madre y amigo.
Cuando Max supo que no hubo problema respecto al diseño de sus trabajos sintió un respiro para su alma, pero ahora venía lo más importante: la charla familiar en la que tendría que confesar el porqué de su ausencia mental de los últimos tiempos.
Durante la cena la rubia mayor consideró adecuada que la plática se llevara a cabo, así que llamó a su esposo para que pudiese conectarse a esa hora y aunque fuese una cena “electrónica”.
Transcurrió con normalidad la cena pero cuando Judy tocó el tema Max se quedó casi estático porque lo había agarrado en frío.
Bueno, ahora que ya estamos todos reunidos, Max quieres contarnos por qué te hemos tenido muy ausente y distraído últimamente? –preguntó Judy esperando que su hijo le explicara qué le sucedía y si podía ayudarlo pero Max no estaba seguro de cómo comenzar.
Y..? nos vas a contar? –ahora preguntó Charlotte porque su hermano mayor no se animaba-
Vamos Max, sabes que cuentas con nosotros si es que necesitas ayuda en lo que sea que te inquiete –le dijo su padre comprensivo tras la pantalla- y al sentirse acorralado por su familia el ojiazul no tuvo de otra más que decir la verdad.
Si se los digo, prometen tomarlo con calma? –preguntó antes de sorprender a sus padres-
Porque lo preguntas? Me estás preocupando –la expresión de Judy cambió-
No, no.. no es para preocuparse, es solo que.. si se los digo no sé cómo lo pueden tomar –dijo el rubio para tratar de calmar el semblante de su madre-
Y como podemos tomar algo que ni siquiera nos has dicho de qué se trata, si sigues así solo conseguirás preocuparme aún más –expresó Judy esta vez con molestia-
De acuerdo, está bien –movía sus manos de tal manera que buscaba apaciguar a su madre-
Verán.. es que lo he pensado estos últimos meses y he decidido que quiero casarme –dijo tan directamente que dejó a los presentes con la boca y ojos bien abiertos-
En serio!? –preguntó su padre aún sorprendido-
Oh Max, que maravillosa noticia –Judy volvió a cambiar la expresión de su rostro a una emocionada-
Hijo finalmente te decidiste? Que orgulloso estoy de ti –respondió su padre-
Para cuando nos la presentarás? –preguntó la rubia con una gran sonrisa-
Sí! yo también la quiero conocer y ver qué tan bonita es –agregó su hermana igual de emocionada que su madre-
Bueno lo que pasa es que.. –se rascaba las sienes al no saber cómo decirles la verdad- no estoy seguro si decirles con quien me quiero casar –el rubio se mostró nervioso-
Vamos hijo queremos saber, no nos dejes con el entusiasmo a medias –lo animó su padre, pero ese momento se vio interrumpido porque el de lentes ahora tocando la puerta de la casa pidió hablar con Judy respecto a la estructura de los últimos diseños antes de trabajar en la parte técnica, pero ésta lo fulminó con la mirada al haber interrumpido un momento familiar importante-
Perdón por la hora pero recibí una llamada del señor Willson pidiéndonos un lote de los beyblades que se usaron en la exhibición, pero.. veo que llegué en mal momento –retrocedía lentamente con nervios-
Calma Kyojyu, mi esposa se molestó porque interrumpiste cuando Max estaba por decirnos con quién se quiere casar –el susodicho se quedó paralizado de la sorpresa y tanto por curiosidad como por la emoción también después de ofrecer una nueva disculpa le pidió al rubio que continuara hablando, que a él también le interesaba saber quién era la chica afortunada-
-Max tomo aire y esperando que no se desmayaran al escuchar su respuesta se armó de valor y habló mostrando una sonrisa- familia: he decidido casarme con Kai.
-su padre se fue de espaldas de la sorpresa, a Judy se le cayó la mandíbula de la impresión volviendo a abrir enormemente los ojos y a Kyojyu se le cayó su laptop al soltarla por la impresión-
QUEEEEEEEEEEEEEEÉ!? –expresaron los adultos a la vez-
Porqué el escándalo? Mami quien es Kai? –la pequeña preguntaba jalando la manga de su madre-
Hijo estás hablando en serio..? –el padre del rubio se reacomodó frente a la pantalla-
Muy en serio papá –dijo firme- Kai me ha gustado desde que lo ví por primera vez y solo a él quiero pedirle matrimonio –expresó Max casi con tono caprichoso-
Kai es un nombre curioso para una chica –comentó Charlotte inocentemente y no entendía el porqué de las expresiones de todos a su alrededor-
Amm.. pequeña es que Kai no es una chica –respondió el castaño acercándose a la niña-
Ah no? –volvió a preguntar-
No Charlotte, de quien está hablando tu hermano no es una chica, es un chico –Kyojyu recuperó la voz y trató de explicarle a la rubia-
Desde cuando has pensado en eso Max, estoy feliz de que hayas decidido casarte, pero estás seguro que con él? no has pensado en alguien más? –preguntó nuevamente Judy inquieta con la decisión de su hijo-
Desde hace tiempo mamá, y quiero que él y yo nos casemos, él hasta ahora es la única persona con la que me he visto viviendo una vida de matrimonio –ahora el entusiasta era el ojiazul-
Tanto te gusta? –el rubio asintió y se acercó a su hermana para después de su teléfono mostrarle una foto del bicolor y la niña inevitablemente mostró un pequeño rubor en sus mejillas con una mirada curiosa al ver su foto- éste es Kai? Es guapo –mostró una sonrisa- mientras a su hermana le agradara el bicolor cómo pareja de su hermano pensó que con eso le bastaba, los demás adultos no estaban del todo de acuerdo con la decisión de su hijo, pero al saber que no lo podrían hacer cambiar de opinión entonces solo les quedó apoyar a su hijo/amigo y desearle suerte en su propuesta de matrimonio.