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Soltería y alegría, ¡Menuda maravilla! por neka19

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por leer, realmente me entretiene escribir las historias de Samuel :) y espero que a ustedes igual. 

 

—Samy, buenos días. — Ya era prácticamente una rutina, el que mi hermano me despertara en la mañanas a tomar desayuno con él, pero este día estaba muerto de cansancio y no quería hacer absolutamente nada — ¡¿Samy, estás con ropa casual?! ¿Acaso no te cambiaste? Seguramente lo pasaste de maravilla y llegaste hecho polvo.

—Sí, claro. De maravilla. —Le dije con sarcasmo.

— ¿Pasó algo malo? Te he traído café porque supuse que estarías cansado. — Me senté rápido en la cama.

— ¡Eres una hermosa bendición! —Lo miraba maravillado, mientras él me pasaba con cuidado el café para que no me quemara —Realmente necesitaba esto, muchas gracias Kenny. — En serio amaba a mi hermano, aunque fuese un bruto, tenía su lado tierno.

—La próxima vez, avísame cuando salgas de fiesta. Ayer llegué a casa y no había nadie, llame a Tristán y él me dijo que fuiste a una cita a ciegas, espero que te haya ido bien.

— ¡Fue lo peor! ¡Realmente lo peor!, ¡Nunca más en mi vida iré a una cita a ciegas!, ¡Conocí al hombre más detestable del planeta!— Dije exaltado.

— ¿Tan mal te fue?— Mi hermano se sentó en la cama junto a mí.

— ¿Realmente quieres que te cuente?— Sólo quería borrar de mi memoria todo lo sucedido ayer.

—Soy todo oídos. — Me dijo sonriente, seguramente disfruta de mis desgracias.

Comencé a contarle mi experiencia de ayer y cómo había quedado en una cita con un idiota narcisista, que tenía el apartamento lleno de fotos suyas, por lo que literalmente salí huyendo del lugar y, para rematar en la guinda del pastel, un imbécil se llevó el taxi que yo había pedido y tuve que tomar un demacrado autobús colapsado de gente; mientras yo le contaba mi triste historia a mi hermano, él no paraba de reírse, ¿Creerá que me he convertido en payaso o qué?

—No puedo creer que tengas tanta mala suerte Samy, yo creo que te llevas el premio, estoy más que seguro de ello.

— ¡Moriré triste y solo con miles de gatos!— Me tiré nuevamente en la cama, sufriendo en mi agonía.

—Oye no seas dramático, además ni siquiera te gustan los gatos—Revolvió mi cabello –Oye Samy, ve a cambiarte de ropa, no puedes seguir así— Me movió nuevamente el cabello, yo quería estar echado en la cama sin hacer nada y ahogarme en mi horrible vida —Samy te estoy hablando, oye.—Sentí como cogió algo de la cama, ¡Oh no! ¡Sabía a qué iba eso! Iba a moverme cuando sentí el golpe del cojín en mi cabeza — ¿Por. Qué. No. Me. Respondes?– Cada palabra venía con un golpe de la almohada en mi cuerpo.

— ¡Kenny! ¡Kenny! ¡Ya para!— Ni siquiera podía huir, él era mucho más fuerte que yo y no paraba de pegarme con el cojín en la cara, hasta que se detuvo y me miro serio —¡¡Eso no es justo!!—Dije haciendo un drama, agarré la almohada que estaba al lado mío y lo golpeé fuerte en el cuerpo, lo que provoco que se cayera de la cama.

— ¡Eso fue trampa!— Me gritó en el suelo y yo aprovechando la oportunidad, me abalanzó encima de él para atacarlo.

— ¡Esto es guerra! — Le decía con una risa descontrolada mientras le pegaba con el cojín, pero él no se iba a rendir tan fácil, también comenzó a golpearme, realmente no era muy equitativo, porque con cada golpe que yo daba, él me daba muchos más con la fuerza que él tenía, después de un rato nos detuvimos cuando a la almohada ya no le quedaban nada de plumas y el cuarto estaba hecho un desastre — ¡Ja! ¡Te he ganado!— Dije triunfante al ver como a mi almohada le quedaban menos plumas por los golpes, por lo que mi hermano me miró molesto.

—Bueno, señor ganador, tu premio es ordenar el cuarto, ¡Buena suerte! — Salió corriendo de la habitación tirándome lo que quedaba de cojín en la cara.

— ¡¿Qué?! ¡Eso no se vale Kenneth!, ¡Tú empezaste! — Le gritaba desde el cuarto, el cual en serio era una catástrofe, como si una turba de gallinas enloquecidas hubiesen tenido un Party Hard en la habitación. Al final me resigné y fui a buscar una aspiradora para limpiar toda la habitación. Cuando terminé, percibí un olor delicioso. Me encanta como cocina mi hermano. Salí corriendo adonde estaba Kenny y me puse a su lado.

—Todavía le falta Samy, así que déjame cocinar tranquilo.

La cocina es como un arte para él, nunca quiso estudiar gastronomía porque él decía que el arte no es un trabajo, sino que es un hermoso sentimiento y si él se convertía en chef, se iba a estresar por la gran responsabilidad y dejaría de amarlo, así que tomo la decisión de irse a relacionar con gente loca.

— ¿Qué estas cocinando? Huele demasiado bien.

—Es una sorpresa. — Él estaba concentrado por completo en lo que hacía. Su celular vibró indicando que había llegado un mensaje, pero éste tendría que esperar, porque Kenny no revisaba mensajes cuando cocinaba, o al menos hasta ése entonces, porque me llevé la sorpresa de ver cómo dejaba su bella cocina para ver el mensaje. Él nunca en su vida lo había hecho. Abrió el celular y sonrió, él estaba sonriendo por un mensaje, mis ojos estaban abiertos como platos por la impresión, ¿Una chica? ¡Tenía que serlo! Comenzó a teclear en el celular y lo mantuvo cerca.

— ¡TÚ! — Me miró asustado cuando yo le pegué el grito.

— ¿Qué te pasa Samy?

— ¡Le has contestado a alguien!, ¡Y...y cuando cocinabas!, ¡Ni siquiera me contestas a mí!, ¡A tu querido hermano!

— ¿Realmente vas a ser dramático todo el día? Respondí por el trabajo y era importante. – Como si fuese tonto para tragarme esa mentira, quien va a sonreír de esa forma a su jefe.

—Kenny, ya que eres un mal hermano quiero ver una película… y quiero un helado — Le decía con pucheros, si quería que le creyera esa absurda mentira, tenía que ganarme con comida.

—Está bien, cuando terminemos de almorzar vamos a ver una peli y comemos helado, ¿Contento ahora?— Asentí bastante satisfecho, mi hermano puso los ojos en blanco y regresó a su labor.

En la tarde yo ya estaba llorando inconsolablemente viendo la película, mientras que mi hermano estaba sentado al lado mío como si viese un programa cualquiera. Él tiene el corazón más frío que una piedra, me dije, sin dejar de sollozar.

El teléfono comenzó a sonar y Kenny detuvo la película para contestar.

—Hola— Lo miré atento mientras él sostenía el teléfono, me miró y me pasó el teléfono — Es Tristán.

Adiós momento de películas.

— ¡Samy!, ¿Cómo te fue anoche? A mí me fue de maravilla — Dijo emocionado. Claro, él lo pasa estupendo y a mí me toca el tipo desequilibrado mentalmente.

—Prefiero omitir comentarios de lo que pasó anoche, simplemente diré que fue horrible y nunca lo volveré a repetir, ¡Así que si planeas otras citas a ciegas, olvídalo!

— ¡P-pero Samy! No seas malgenio, no todas mis experiencias en citas a ciegas han sido tan buenas como ahora, tienes que darle tiempo, ¿Cómo sabes que el próximo que tengo planeado será el indicado?

— ¿Próximo? Oh no, olvídalo, ¡No pienso ir!

—Creo que deberías ir—Dijo de la nada mi hermano.

—Eres un traidor— Lo miré molesto y él me respondió sonriente.

Tristán me insistió un largo rato hasta que decidí ir a esa estúpida cita. La cita era en un bar cerca del centro llamado Vértigo, y el nombre del tipo era Alex, quien usaría una polera blanca y jeans azul oscuro. Debe ser una persona común si utiliza ese tipo de ropa, deduje, aunque de todos modos tomé la sabia decisión de irme en mi auto por si tenía que salir huyendo de nuevo.

Cuando llegué, quedé sorprendido. El lugar era un bar gay enorme, al que nunca había entrado y al que probablemente iría más seguido; el recinto estaba lleno de gente y la música sonaba muy fuerte, comencé a mirar por todo el bar para ver si encontraba a ése tal Alex; estuve como un idiota buscándolo durante media hora hasta que me resigné, me acerqué a la barra y me senté derrotado. 

— ¿Va a pedir algo?— El barman era un hombre bastante guapo, tenía un traje ajustado a la medida que le quedaba perfecto y unos ojos azules muy hermosos; después de unos segundos embelesado, terminé pidiéndole un “Black Velvet”. Estuve un largo rato sentado tomando una y otra vez tragos completamente solo. Seguramente el tal Alex me había dejado plantado.

Tristán se moriría de hambre como un casamentero, lo juro. Estaba muy molesto, casi que soltaba chispas por lo que no paraba de tomar alcohol, mi vida se estaba yendo abajo horriblemente. Mis primeras citas con hombres que no eran Eric y todas ellas han sido un completo desastre. Las películas románticas te mienten horriblemente, la protagonista después de una infidelidad conocen al hombre de su vida que es guapo y joven, y terminan felices por siempre, mientras que yo ni siquiera he tenido un beso en lo que va.

— ¿Penas de amor?— El barman me volvió a hablar, no quería ni imaginar lo lamentable que me veía.

—No sabes cuántas. — Me sirvió nuevamente otro trago y se fue a atender a otros tipos, comenzaba a ver un poco borroso… 

« ¿Por qué no puedo ser feliz? » En medio de mis pensamientos, un hombre se sentó a mi lado.

—Vaya, vaya. Me pregunto si podré llamar la atención del hombre más apuesto que he visto — Dijo en un modo seductor, es un hombre mucho mayor que yo y claramente me está coqueteando. No creo que esté tipo fuera Alex…

— ¿Alex?– Pregunté temeroso.

—No soy ése tal Alex, pero por ti me transformo en lo que sea. — Me dirigió una sonrisa — Mi nombre es Mario ¿Y el tuyo, encanto?

—Es Samuel pero dime Sam. — Ya estaba un poco borracho así que tontamente le dije mi nombre. Ése tipo debía tener más de cuarenta, aunque se conservaba muy bien; no podía dejar de lado nuestro rango de edad que seguramente, ¡Era bastante!

—Alguien tan atractivo como tú no tiene derecho a estar sentado aquí solo, seguramente los hombres hacen filas para tenerte. — Mario sí que era un verdadero galán. La edad sí que hace la experiencia.

— ¡Ja! ¡¿Filas para tenerme?! Eso quisiera. El único hombre que deseaba que me tuviera, me engañó con un chico más joven. — Sí, estaba completamente borracho.

—Ni mil poetas en mil años, podrían describir una milésima parte de tu belleza, ese hombre era seguramente un idiota y no te merecía. — ¡Oh, Dios mío! Estaba cayendo a los pies de ése hombre y sus hermosas palabras, además la borrachera no me ayudaba en nada, iba a ligar con el vejestorio si esto continuaba.

—Eres muy romántico, ya no existen hombres así. Todos son unos infieles o unos desequilibrados mentales. — La música comenzó a sonar más fuerte y varias parejas ya estaban bailando. Me encantaría bailar.

— ¿Te gustaría bailar?— Me preguntó como si hubiese leído mis pensamientos, por lo que acepté alegre.

Fuimos a la pista de baile. La música estaba fuerte y era realmente buena, yo iba dispuesto a sacar mis dotes en el baile, pero todo cambió cuando él comenzó a moverse; simplemente quedé helado de susto. El romanticismo se fue a la basura.

Él parecía una bailarina de árabe poseída, como si le hubiese dado un ataque epiléptico o algo parecido. Yo intentaba aguantar las carcajadas y tratar que él se calmara un poco.

—Oye, tranquilicémonos un poco, ¿Sí?— Él me miró como pidiendo una explicación, seguramente estaba pensando que bailaba igual que un bailarín profesional. 

—Como quieras guapo, seguramente no puedes seguir mi ritmo al bailar— ¡Eso era un hecho! Era imposible bailar de ese modo, así que él se calmó y seguimos bailando tranquilamente. Sin embargo, Mario comenzó a hacer movimientos muy sensuales y después poco a poco empezó a hacer movimientos bastante sexuales conmigo, cosa que me molestó un poco, pero ya en la mitad de la canción él se sobrepasaba, estaba haciendo casi el Kamasutra completo conmigo en la pista de baile; estaba tocando todo mi cuerpo como si la vida dependiese de ello y no paraba de dar agarrones bastante fuertes en mi trasero, lo cual me dolía bastante. Intentaba apartarlo como pudiese, pero parecía una garrapata pegada a mí. 

¡Ése viejo era un total pervertido!

— ¡Disculpa, pero necesito ir al baño!— Le tuve que casi gritar para que reaccionara, él me soltó levemente y yo salí corriendo apartando a toda persona que estuviese en mi camino.

Ya entrando al baño, me mojé la cara para que se me quitara un poco la borrachera, la cual me estaba causando muchas molestias. 

Ah, ¿Cómo iba a huir de eso?

Me había topado con un viejo verde de los grandes…, ¡Ah, ya se! Podría decirle que me acababan de llamar diciendo que a mi hermano lo atropellaron y estaba en el hospital en un estado grave, ¿Qué digo grave?, ¡Gravísimo!, Y que debía ir a verlo. Esperaba a que ése hombre lo comprendiera y así poder salir corriendo por mi trasero, ¡Un plan maestro!

Volviendo rápido a la pista de baile, lo comencé a buscar con la mirada para contarle la trágica noticia, cuando lo encuentro de nuevo bailando como un epiléptico en el centro del lugar, pero, ¡Con otro joven! ¡Me han reemplazado nuevamente! Ya no sabía si reír o llorar…. Ni siquiera los vejetes quieren ligar conmigo. 

Soy todo un desastre. 

Estaba muy alcoholizado por lo que no podía conducir e ir a la casa de mi hermano. Así que después de salir del bar, me dirigí a un hotel cercano y pagué una habitación para pasar la noche, no pude desvestirme ya que todo me daba vueltas y me tiré derrotado en la cama quedándome dormido casi al instante. Por lo menos no tuve que matar a mi hermano para salir huyendo.

Notas finales:

Muchas gracias por leer! 


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