Entre las filas de la inauguración del año escolar Kaoru se sentía vacío y solo. Esperaba que ella llegase, pero no pudo verla. Entró al salón muy desalentado y apenas vio que a su costado había un chico nuevo. De pronto, se le cayó un bello bolígrado dorado rodando directamente a sus pies.
- Disculpa, ¿esto te pertenece?- dijo estirando el lapicero con las iniciales S.T grabadas con letra francesa.
- Gracias, lo lamento, veo que soy un descuidado - respondió una voz de acento masculino con una melodía profunda.
Kaoru se vio obligado a mirar al joven que le había respondido y se dio cuenta de que era bastante atractivo. Tenía un rostro limpio, cabellos azules que caían apenas sobre sus hombros. Sus ojos negros, de mirada penetrante, parecían francos y sencillos. Luego de entregarle el lapicero se preguntó de donde vendría.
Las clases empezaron.
En el descanso Kaoru debió admitir que Mai no iba a llegar. Vagó sin rumbo por los pasillos. Huía de los grupos arremolinados de chicas y muchachos. Antes de regresar a su clase vio a las amigas de Mai y se aproximó disimuladamente para informarse sin ser visto. La más alta de ellas dijo que la familia de Mai había viajado a otro país.
Sin poder evitarlo las lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Huyó donde nadie pudiese verle intentando calmarse. Le temblaba todo el cuerpo y un dolor desconocido le oprimía el pecho.
- Perdona, ¿te pasa algo?- dijo una voz vibrante.
- Nada, no hay problema - respondió Kaoru intentando ocultar las lágrimas que aún le caían.
Un brazo estirado le ofrecía un pañuelo. Tras él un joven alto y delgado. El muchacho de su clase. Kaoru tomó el pañuelo con algo de temor:
- Gracias... yo...
- No tienes que decírmelo si no lo deseas - atajó amablemente con una sonrisa el joven - Sólo puedo decirte que si necesitas mi ayuda puedes pedírmela sin temor.
Entonces una ráfaga de viento movió sus cabellos y se los sujetó graciosamente con la mano derecha. De alguna manera en ese momento el recuerdo de Mai parecía algo lejano.
Al sonar el timbre, Toshiya se retiró de repente. - Bueno, debemos regresar a clases,
- ¿cuál es tu nombre? - gritó Kaoru al ver que se alejaba de su vista tan rápido
- ¡Toshiya! ...¡Para ti... mi querido Toshiya !
Kaoru se quedó con el fogonazo de esa coquetería en el alma. "Mi querido Toshiya"
Aún tenía en sus manos el pañuelo con olor a lavanda de su compañero. Le aspiró profundamente con los ojos cerrados. ¿Quién sería realmente aquel misterioso compañero? ¿De dónde habría venido?, esas eran preguntas que deseaba contestar en poco tiempo.
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