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Ore wa uke ja nai! por Camui Alexa

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Durante dos días completos, Sakura no había podido moverse sin pensar en el infierno, la eterna condenación y Gackt íntimamente ligados, y aunque desde entonces había estado delineando un plan para vengarse, no podía decir que estuviese del todo arrepentido. Después de todo, Gackt resultaba increíblemente sexy. Con esto en mente, echó una fugaz mirada al altero de revistas que había conseguido en las últimas dos semanas y media, todas en las cuales aparecía Gackt.

— Pero esta vez serás mío — una amplia sonrisa se dibujó en su rostro mientras tomaba el teléfono y marcaba un número de memoria.

— Moshi moshi — respondió la suave pero masculina voz al otro lado de la línea, provocando a Sakura un ligero cosquilleo en el vientre.

— Sakura desu.

— Ah, Sakura chan! Genki?

— Genki, genki. Kimi wa?

— Genki.

— Ne, me preguntaba si estarías ocupado esta semana.

— Estoy trabajando en un nuevo single, pero creo que podría tomarme unas horas uno de estos días.

— Perfecto. Tú decides dónde y cuándo nos vemos.

— Con el ajetreo de estos días, preferiría una reunión tranquila.

— Podemos vernos en mi casa, si te parece bien.

— Un, me agrada la idea — después de todo, Gackt pensaba que se podía conocer mejor a una persona observando el lugar donde vivía... y el contenido de sus cajones, claro.

— Yo tengo libre toda la semana, así que tú decides el día.

— Mh... — pensó un momento, repasando la apretada agenda —. ¿Te parece bien el jueves?

— Claro.

— Yoshi. Te veré alrededor de las ocho, entonces.

— Un. Hasta entonces.

— Ja.

Sakura colgó. Todo, hasta ahí, iba de maravilla. Nada interrumpiría su plan perfecto. De pronto, pensó qué pasaría si Hyde llamaba justamente el jueves...

No. El destino no podía ser tan cruel con él. Había hecho cosas malas en su vida, pero nada tan terrible como para merecer ese karma.

Decidió desterrar la posibilidad de su mente y dedicarse a preparar todo para el jueves por la noche.

 

 

El timbre de su puerta sonó a las ocho con doce minutos y Sakura fue a abrir, esforzándose por ocultar su impaciencia. Había estado esperándolo desde las seis de la tarde.

Abrió la puerta y se topó con Gackt, que presumiblemente acababa de salir de una sesión de fotografía, a juzgar por su aspecto impecable. Eso y la sonrisa entre inocente y sensual obligaron a Sakura a preguntarse si había dejado su pila de revistas que contenían fotos de Gackt sobre la mesita de la sala. Echó un rápido vistazo y se relajó, recordando haberlas guardado en el mueble que soportaba el televisor y su equipo de sonido.

— Bienvenido.

Y mientras Gackt entraba, Sakura lo miró de arriba abajo.

— Konbanwa.

Antes de que pudiera cerrar la puerta, Sakura recibía de manos de Gackt una botella de champagne rosado (de mejor clase que el vino que pensaba ofrecerle, notó de inmediato) y una sola rosa roja.

 — Do... — su agradecimiento fue interrumpido por un beso, que reflejaba con intensidad todo lo que le era característico a Gackt — arigato — terminó, sintiendo que le faltaba el aire.

— Por nada.

— Pasa. Iré por un par de copas — le señaló la estancia mientras cerraba la puerta. Fue a la cocina, poniendo la rosa en un vaso con agua y recogiendo el servicio que ya tenía listo.

Mientras, Gackt revisaba la estancia de Sakura. Un cajón a rebosar de recibos de pago, otro conteniendo una libreta y el directorio telefónico, montones de discos en la repisa, algunas películas, una considerable colección de revistas de música más o menos recientes en la puerta de abajo...

— Buscas algo? — preguntó intentando disimular su nerviosismo; Gackt estaba observando las revistas. Seguramente sabría que él aparecía en todos y cada uno de los números actuales y atrasados de las revistas que tenía ahí.

— No. Sólo echaba un vistazo.

— Oh — recordó haber leído en alguna página de internet que Gackt solía registrar hasta el último rincón cuando llegaba a un lugar desconocido. Claro que había creído que era sólo un tonto rumor de fans.

— Te molesta?

— No. Sólo me pareció un poco extraño.

— Sou desu ka.

— Bueno, quieres una copa?

— Claro.

Sakura se concentró en descorchar la botella y servir las dos copas. Por un rato, ambos se dedicaron a beber champagne fría y conversar, dirigiéndose miradas y sonrisas un tanto sugestivas.

— Y dime, cuál es la temática del nuevo single?

— Ya sabes... Amor. Es lo que nos inspira a todos, no?

— Mh... contigo, parecen ser el amor y la tragedia, siempre juntos.

Gackt rió un poco.

— Probablemente. Aunque este es más alegre.

— Entonces valdrá la pena escucharlo.

— No me gusta presumir, pero la canción principal del disco... digamos que me siento feliz con ella.

— Así debería ser, no? Hace mucho tiempo que no escribo nada... al menos nada que merezca la pena de pulirse.

— Sou desu ka. A qué crees que se deba?

— Tal vez es simple falta de una inspiración apropiada.

— Ahora que lo dices, creo que sólo he escuchado una canción escrita por ti.

— Ah, sí?

— Un. Con L’Arc~en~Ciel, Good morning Hide.

— Oh. Esa canción. A veces pienso que mi vida hubiese sido mucho mejor si esa época no hubiera pasado en absoluto.

— Tú crees?

— Sí — la conversación iba justo por el camino indicado. Sakura reprimió una sonrisa y bebió un largo trago de su copa.

— Por qué?

— No hay muchas cosas dignas de recordarse en esa época de mi vida.

— Pero es gracias a ese pasado que eres el hombre que eres ahora, o no?

— Sí. Y pienso que podría ser alguien mucho mejor que esto de no ser por algunas decisiones que tomé entonces.

— Te refieres al... problema con las drogas?

Sakura apeló a todas sus habilidades para reprimir una exclamación de triunfo y colocar una máscara de amargura sobre su rostro. Desvió la mirada para evitar que su emoción fuera delatada por sus ojos. Al fin, Gackt había caído en su trampa. Ahora sólo tenía que ajustar bien las cuerdas y, si Gackt se movía en la dirección esperada, todo saldría según lo planeado.

— Sakura chan?

— Sí, ese soy yo. Sakura el ex baterista de L’Arc~en~Ciel, que casi arruina el sueño de sus amigos por caer en las drogas. Vaya que debería estar orgulloso de llevar ese título, ne?

— No... no lo dije por eso. Pienso que deberías estar orgulloso de quien eres. Después de todo, superaste el problema.

— Sí, claro.

Dejó la copa a un lado y se puso en pie. Había llegado al momento crítico de su plan. Sólo faltaba ver si Gackt caía o no definitivamente en su trampa.

— Sakura chan...

Al baterista sólo negó con la cabeza, dejando que el cabello tan negro como el ónix ocultara sus facciones. Dio un paso y la mano de Gackt lo retuvo por la muñeca.

— A dónde vas?

Sakura se encogió de hombros; sobre su rostro, una expresión de completa tristeza.

— Quédate a mi lado.

No dijo nada, pero tampoco se movió para alejarse. Ahora todo dependía de Gackt, que no soltaba su muñeca y cuya mirada se clavaba en su espalda.

— Sakura...

— Por qué tenías que tocar ese punto? A veces pienso que nadie lo olvidará nunca.

El ex vocal de Malice Mizer exhaló un suspiro.

— Hay... algo que pueda decir o hacer para que me perdones?

Sakura respiró hondo, ocultando una sonrisa. Todo había funcionado a la perfección. Esa última línea de Gackt había sido el clic que confirmaba cómo la trampa se cerraba y quedaba bien asegurada.

— Tal vez — dijo por fin, y se volvió lentamente a mirar a Gackt, que aún tenía esa expresión preocupada en su rostro.

Despacio, se inclinó para besarlo, y Gackt lo recibió relajándose notablemente, con la certeza de que, después de todo, Sakura no lo echaría de su casa.

Lo empujó para obligarlo a tenderse a lo largo del sillón doble.

Gackt era dócil a las exigencias de sus manos, sus ojos aún reflejando preocupación y culpabilidad. Sakura se sintió un poco mal por eso, pero decidió ignorarlo y disfrutar del momento.

Desabotonó su camisa y besó su torso delgado pero musculoso, mientras sentía sus manos enredarse en su cabello negro. Cuando las manos de Gackt se deslizaron bajo su camiseta negra, luchó por levantarse de encima de él, tomándolo de la mano.

— Ven — lo guió hasta su recámara, pensando que era una lástima que, ahora que Gackt le permitiría hacer lo que quisiera con él, su estatura le impidiera cargarlo en sus brazos como hacía con Hyde.

Gackt se sentó en la cama, su mirada triste y su boca curvada en una sonrisa sin alegría. Levantando la camiseta de Sakura, besó lentamente el firme abdomen.

Si Sakura hubiese sabido lo extremadamente sensible que era Gackt a ese tipo de situaciones, quizá su plan se hubiese venido abajo.

El baterista gozó de la caricia un momento, antes de arrastrarlo consigo a la cama. Se quitó la playera y terminó de quitarle la camisa, inclinándose después para besarlo en la boca. El roce de sus pezones contra la piel cálida de Gackt y de los del vocalista contra su pecho le hizo soltar un gemido.

Afortunadamente para él, Gackt llevaba pantalones formales, y no los de cuero negro que tanto le gustaban, porque pudo  sacárselos sin demasiadas dificultades.

El vocal tenía los ojos entrecerrados, su pecho agitado pese  a la expresión serena de su rostro.

Sakura tomó en su mano la erección del cantante, dándole un par de apretones que lo hicieron arquear la espalda y gemir suavemente. El sonido fue demasiado para Sakura, que de pronto decidió darse prisa antes de terminar sin haber podido cumplir con su objetivo principal.

Buscó a tientas algo en el buró. Miró el frasco: lubricante sabor cereza... un estremecimiento le recorrió la espalda. Eso era lo que le gustaba a Hyde, y por alguna razón, usarlo con Gackt simplemente no parecía correcto. Dejó caer el frasco al suelo y siguió buscando, hasta dar con una botella de aceite bronceador, que había sido abandonado ahí por una antigua novia que no gustaba de su palidez. Decidiendo que cualquier cosa era mejor que el lubricante de cereza, vació una generosa cantidad en su mano, aplicándolo entre las piernas de Gackt y sobre su miembro, cuidando de no tocarse con demasiada fuerza.

Pasó las piernas de Gackt a cada lado de su cuerpo, acariciando con fuerza los poderosos músculos de la parte trasera de sus muslos. Lo levantó un poco para penetrarlo, lentamente y sorprendiéndose de lo estrecho que era.

Un jadeo escapó de sus labios entreabiertos, mientras Gackt cerraba con fuerza los ojos y apretaba los puños en los antebrazos de Sakura. Cuando estuvo todo dentro, el baterista se inclinó hasta descansar su cuerpo sobre el de Gackt, besándolo en los labios antes de empezar a moverse rítmicamente, de nuevo sorprendiéndose con la ligereza y la flexibilidad del cuerpo del cantante, y cómo esto le permitía amoldarse a él perfectamente. Tomó su duro miembro en su mano, acariciando y apretando al ritmo cada vez más violento de sus penetraciones, y sólo entonces Gackt empezó a jadear.

Gackt seguía el ritmo de Sakura, pese a que el sentimiento de culpabilidad solía sumirlo en un estado letárgico no muy combinable con la lujuria... pero por ahora sólo quería complacerlo, hacer todo lo que Sakura le pidiese. Sintió su ritmo acelerarse, sus besos volverse exigentes, duros, casi tanto como los suyos y, al fin, terminar dentro de él.

Por un instante, la presión de los dedos de Sakura disminuyó, pero pronto se recuperó y con tres tirones más consiguió llevarlo al clímax.

El ex vocal de Malice Mizer tenía los ojos cerrados, concentrándose en respirar, tarea que el peso de Sakura sobre su pecho le dificultaba un poco más. Después de un rato, pudo moverse y se acomodó lado a lado con él, observándolo. Estaba resignado a no poder moverse libremente por uno o dos días. Seguramente su staff se preguntaría si le pasaba algo cuando lo vieran quedarse quieto, cuando acostumbraba a hacer acrobacias siempre que estaba en un lugar lo bastante espacioso... pero al menos esperaba haber logrado algo.

— Saa... supongo que ya no estás molesto conmigo.

Sakura habría reído, pero el tono de Gackt era demasiado serio, y de nuevo una punzada de culpabilidad lo atacó.

— Sou desu — avanzó para besarlo y pronto se vio atrapado entre los brazos de Gackt.

— De todas formas, disculpa por haberte recordado algo que querías olvidar.

— No... Está bien. Creo que tienes razón.

— Como te dije, el haber superado ese problema te hace un hombre fuerte. No muchas personas se libran de una adicción, sabes?

Sakura exhaló un suspiro.

— En realidad, nunca lo habría logrado sin mis amigos. Y la ayuda profesional, claro está.

— Sou ka.

Tras pensar un rato, con los dedos de Gackt jugueteando con su cabello negro, Sakura volvió a hablar.

— Es tan irónico...

—Qué cosa?

— Muchos creen que Tetsu me botó de la banda; y en realidad fue sólo gracias a ellos que pude terminar el tratamiento. Sobre todo gracias a Haido... y sin embargo, mírame ahora, de vuelta a las adicciones enfermizas que sacan mi vida de equilibrio.

— De nuevo? — el abrazo de Gackt se volvió más estrecho, reconfortante.

— Un. Mi obsesión por Hyde... es como una maldita adicción. Es ahí donde está la ironía.

— Sé que no es un buen consuelo, pero no eres el único que está así por culpa suya.

— Lo sé. Y no sé si eso mejora o empeora la situación.

Gackt asintió.

— Me temo que pronto estaré de regreso en un hospital si sigo así.

— No si puedo evitarlo.

El cantante se colocó sobre Sakura, besándolo tiernamente.

— Si podemos bastarnos el uno al otro, entonces nos libraremos de Hyde y su veneno de efecto retardado.

— Sou — su frase de asentimiento fue interrumpida por un profundo beso, que se tornó cada vez más apasionado.

Sus músculos aún experimentaban la dulce relajación del orgasmo, pero Gackt volvía a encender su pasión. De pronto, recordó lo que había escuchado de Gackt y sus sesiones de ocho horas continuas, cosa que no había creído en absoluto... pero con Gackt nunca podía estarse seguro.

“Supongo que pronto averiguaré si es cierto o no...” pensó y dejó que Gackt tomara el control.

 

 

a94;

 

Mientras, en otro lugar de Tokyo, Hyde regresaba al apartamento que compartía con Tetsu. El bajista lo esperaba sentado en el sillón, entre bolsas y paquetes de compras, con la vista fija en la puerta de entrada.

— Tadaima!

— Okaeri, Haido chan! — ¿cómo era que, cada vez que lo veía, volvía a sentir ese flechazo? Quizá ese era el mayor don de Hyde, por encima de su voz inigualable.

— Fuiste de compras?

— Sí... la tarde se hacía muy larga sin ti.

— Qué bueno que encontrase una forma de pasar el rato.

Tetsu no sabía si aquello era en serio o si era uno de esos sarcasmos tan suyos.

— Y cómo fue la práctica?

Hyde había ido a ayudar a Glay con los arreglos definitivos para un par de canciones, a pesar de que los arreglos nunca habían sido la especialidad de Hyde.

— Pues es Glay, ya sabes cómo son. Nunca se ponen de acuerdo de manera pacífica.

— Así que también tuviste que hacer de réferi.

— Algo así.

Para entonces, Hyde ocupaba el lugar junto a Tetsu y le acariciaba la rodilla de manera sugestiva.

— Bueno, yo tampoco perdí el tiempo — anunció feliz el bajista y poniéndose en pie, comenzó a mostrarle todo lo que había comprado, dándole un detallado relato de todas las consideraciones que había tomado al hacer cada compra.

Hyde lo miraba con exasperación, ansiando el momento en que Tetsu comenzara a prestarle atención.

Cuando al fin terminó el desfile de modas de ropa de temporada de marcas reconocidas (que podía rivalizar con cualquier pasarela de diseñador europeo), Hyde volvió a su modalidad romántica y se entregó por entero a la tarea de seducir a Tetsu, arrastrándolo consigo a la habitación, que por cierto tenía de vuelta el juego de sábanas de seda color naranja.

Tetsu, sintiendo a Mukinpo despertar de su siesta, le arrancó la camisa al hermoso vocalista (haciendo una anotación mental de comprarle una nueva), que lo miraba con sus enormes ojos marrones entrecerrados. Admiró su torso desnudo, y mientras su corazón daba un vuelco, esbozó una media sonrisa. Ahí, sobre la delicada piel de los hombros y el cuello de Hyde, estaban las claras marcas que dejaban los besos apasionados y los mordiscos.

Y aquellas marcas no habían estado ahí cuando Hyde había salido esa mañana...

El nombre de Takuro hizo eco en su mente. Por supuesto, Tetsu sabía que una práctica nunca se prolongaba por tanto tiempo, y por un instante, sintió los celos provocarle un burbujeo en la boca del estómago, acompañado por el repentino deseo de golpear a Hyde hasta dejarlo inconsciente. Quizá si Hyde estaba inconsciente aquello podía ser mucho más divertido. Sin embargo...

— Tetchan...

El suave rubor de sus mejillas, el tono dulce de su voz grave, su magnética e intoxicante belleza, hicieron que, en lugar de golpearlo, lo besara con dulzura.

— Doiha chan...

Continuó desnudándolo, para encontrar más marcas sobre su cuerpo. Si Takuro, o cualquier otro de los miembros de Glay, le había hecho eso aquella tarde, entonces Hyde estaría satisfecho de sexo salvaje y esa noche le pediría hacerlo suavemente.

Sí. Definitivamente. Esos besos eran demasiado tiernos, considerando la erección que apoyaba contra su muslo.

Tetsu cerró los ojos, gozando del olor y el sabor de su piel fresca que todavía guardaba el aroma del jabón, y del sonido de sus suaves gemidos. Se colocó sobre Hyde, olvidándose por entero de los celos.

Después de todo, quizá no era posible aplicar las reglas convencionales a Hyde, pues él era un ángel. O un demonio. Y quizá ninguno de los dos podía tener dueño.

Además, Tetsu sabía que, sin importar cuántos nombres figurasen en la siempre creciente lista de amantes de Hyde, y lo mucho que todos ellos lo amaran, el vocalista lo amaba a él. Muy a su manera, pero lo amaba. Y aunque en muchas ocasiones Hyde regresara a casa con la piel cubierta de marcas y el cabello todavía húmedo de la ducha, siempre regresaría a su lado.

Con eso en mente y con las manos de Hyde tirando desesperadas de la hebilla de su cinturón, se dispuso a darle a su amado justo lo que le pedía.

 

Notas finales:

Como siempre, me encantaría recibir sus comentarios.

Gracias por leer! 


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