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El morbo del momento por sister_of_Itachi_and_Mu

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Notas del capitulo: Doy las gracias nuevamente a todos y a ero-sennin/gaara-wanwan XD espero que os guste la segunda parte.

Era cierto, llevaba una caja encima de las piernas, tapada con un trapo negro. Seiya lo retiró lentamente, de forma en que Hyoga todavía se intrigase más. Pero al ser destapado, Hyoga lo único que pudo hacer fue quedarse en blanco.

-¡Aaaah! ¡Quitala, quitala!- Decía poniendose más cerca de Ikki.

Y es que el pequeño pony no tuvo otra idea que comprarse una tarantula.

-Se llama Maria.

-¡Me da igual! ¡Apartala!

Y si es más puñetero todavía le acercaba la caja, por lo que Hyoga hacía todos los intentos para poder quedar lejos. Se agarró del brazo del Fénix y se tapó la cara.

-Dile algo, dile algo. Haz que la quite.

-Sí, sí, ya voy. Vamos, pony. Deja a Maria tranquila, no creo que Hyoga tenga ganas de jugar con ella. Más bien si se la acercas la aplasta. Y no creo que te haya costado barata.

-Pero si tan solo le enseñaba a mi amiga. Mira, es inofensiva.

 

Seiya la sacó de la caja, poniendola en la palma de su mano.

-¿Ves?- Decía acercandose más a Hyoga.

-¡Que la quites! Haz algo, Ikki. Dile que la quite.

-Que sí, que sí. Seiya, si no quieres que Maria termine a la brasa quitala de la vista de Hyoga, puede que así evitemos un gran desastre…

Pero un fuerte agetreo hizo que la araña volase por algun lugar de la limusina sin saber donde podría haber caido. Y ahora era cuando Hyoga ya estaba por morirse o algo así.

 

Saori, con su sensatez, hizo parar la limusina para que todos bajasen. Tenían que rejistrar la limusina para encontrar a la nueva amiga. Hyoga se registraba el cuerpo sin parar, tenía escalofríos.

-Dime que no la tengo, dime que no la tengo.

-Espera, deja de moverte. No… Esto…

-¡¿Qué?!

-No… Esto… Quedate quieto…

Ikki movió su mano, de forma que la tarántula quedó en su palma. Se la fue a dar a Seiya, pero la pequeña fue más lista y se subio al sombrerito que tenia Saori.

 

La joven no paraba de correr y correr, gritando que se la quitasen. Toda la gente de la calle quedó un poco, entre muerte de risa, de asco y… Bueno… Es Saori. Hyoga se fue hasta quedar pegado a un edificio, lejos de la limusina, Saori y la tarántula.

-Que no se acerque…- Decía Hyoga.

-Tranquilo, yo estoy aquí para que la tarántula no te toque.

-Gracias, Ikki… Mmmm… Se acerca…

-¡Quitamela, Ikki!

-Que te la quite Seiya, que es suya.

 

Saori seguía corriendo, por lo que el pobre Seiya no tuvo oportunidad de quitarle a Maria de la cabeza y la chica seguía corriendo y gritando haciendo que Hyoga se escondiese más tras Ikki. Por otra parte, Shiryu y Shun hacía rato que habían entrado en la limusina para dejar el espectáculo.

 

Hyoga estaba tan concentrado en que Saori no se le acercasé con Maria que no se dio cuenta de cuando el Fénix se giró para quedar cara a cara.

-Ya te dije, no te preocupes, esoy aquí, no se te acercará.

-Gracias…- Decía tímidamente.

Ikki le abrazó, Hyoga le correspondió al abrazo, luego, sus rostros, se fueron acercando lentamente hasta quedar unidos por un calido beso. Calido beso que se fue tornando apasionado, feroz, lascivo. Hyoga hizo caso a sus impulsos, dejó que sus brazos rodeasen el cuello del mayor para profundizar el beso. De nuevo no había nada más que eso, Ikki y un beso, Hyoga estaba delirando de felicidad y placer.

 

Y se escuchó es sonido de la limusina que nuevamente encendía el motor.

-Nii-san, vamos o les dejamos en tierra.

-Mierda, malditos… ¡Sí, ya vamos!

Ikki se separó de Hyoga, muy a pesar de los dos, y se fueron entrando en la limusina.

-Hoy me muero…- Susurraba Hyoga.

-¿Por?

-Nada, delirios de una persona que no sabe lo que hace.

-¿Lo dices por lo de hace un momento? Ahora si que no lo puedes negar, te ha gustado.

-¡Calla! ¡No queiro saber nada de ti!

-Vale, Seiya dejame a Maria.

-¡No! Vale, no he dicho nada.

Y la limusina siguió hasta llegar a la mansión Kido. Una vez allí, Ikki y Hyoga tuvieron la misma idea, una ducha en condiciones y luego, por fin, comida normal.

 

Pero al salir de la ducha, Hyoga se encontró con Ikki, y se plantaron en medio del pasillo a discutir de nuevo.

-No puedes negarlo.

-Claro que puedo, puedo y lo hago.

-Vamos, pero si fuiste tú quien profundizó el beso.

-¡Callate! ¡Yo no hice nada! ¡Mi subconsciente me juega malas pasadas!

-Mmmm… Interesante. El subconsciente lo sabe absolutamente todo de los deseos de la persona y si te hizo una mala pasada quiere decir que querías hacerlo pero no demostrarlo… ¿Es cierto lo que digo?

-¿Desde cuando eres psicologo?

-Desde que lo necesito para que confieses, patito.

-Mira…

Pero una voz interrumpió la discursión, era Seiya.

 

-Hyoga… ¿Cómo es que tienes una foto de Ikki?

-¿Qué? No, es una foto de todo el grupo y pues claro, sale Ikki… Je…

-No, de Ikki solo.

-Esto… ¿Y donde dices que está esa foto?

-Sobre tu colchón.

Hyoga salió corriendo a su cuarto.

-Ya lo hice, ahora mi dinero.

-Bien hecho pony.

Sí, chantage puro y duro. El Fénix siempre consigue lo que quiere, cueste lo que cueste.

 

Hyoga, por su parte, miró sobre su cama, pero allí no había nada. Luego, abrió su cajón, donde, como siempre, tenía la manía de guardar las cosas.

-Uf, que alivio, está en el cajón, como siempre… Esto…

Hyoga salió del cuarto para encontrarse cara a cara con Seiya.

-¿Qué narices te inventas? Estaba en el cajón, como siempre.

Pero vio que su cagada fue mayor que confesarle eso al pony. Ikki estaba detrás del pequeño. Hyoga tragó saliva… Pero se alivió un poco al ver que llevaba cascos puestos, de seguro que estaba escuchando música.

 

-¿Dijiste algo de un cajón, pato?

-No, bueno sí… Esto… Que ahí tengo los condones.

-¿Te apetece usarlos?- Decía lujurioso el Fénix.

Y el pequeño pony salió de escena. Cosas no apatas para menores.

-Ikki, somos hombres. No hace falta, no nos embarazaremos.

Hyoga había entrado en el juego.

-Bueno, en eso tienes toda la razón. Embarazados no nos vamos a quedar. Pero vamos al verdadero tema… ¿Qué dices de que mi foto está en un cajón tuyo?

-“Ups, lo escuchó”. No esto…

-Vamos a ver…

 

Ikki entró en el cuarto de Hyoga, viendo, que por suerte, solo había tres cajones en todo el cuarto. El resto eran armario y mesita sin nada.

-¿Y en que cajón está?

-No se de que hablas.

-¿Me dirás en que cajón está mi foto?

-No.

Ikki se acercó lentamente, le quitó la camiseta a Hyoga.

-Cada vez que me respondas negativamente te haré algo distinto.

-¿Qué? ¿El que?

-Solo lo descubrirás si respondes negativamente. Y ahora… ¿Me dirás donde está mi foto? Dimelo, patito.

-No.

 

Ikki comenzó a bajarle los pantalones, dejandoselos por las rodillas, besando su cuello. Hyoga se estremecía al contacto.

-¿Me lo dirás ahora?

-No… Mmmm…

Terminó de bajar los pantalones, quitandole, en el proceso, zapatos y calcetines.

-Y ahora… ¿Me lo dirás?- Decía mordiendole el labio inferior.

-No.

Ikki le quitó los calzoncillos a Hyoga para seguir besando su cuello.

-¿Me lo dirás ahora, patito?

-¿No?

-Mmmm… Y ahora duda… Me gusta… Sigamos…

 

Ikki se quitó su camiseta, quedando un poco igualado a Hyoga.

-¿Me lo dirás ahora?

-Ni hablar.

-Como quieras.

Ikki echó el pestillo de la puerta, así, nadie podría interrumpir.

-¿Y ahora?

-No.

Ikki se desabrochó el pantalón lentamente, quitandose luego los zapatos pisandoselos.

-¿Y ahora?

-Menos todavía.

-Mmmm… Pervertido.

 

Ikki comenzó a besar, nuevamente, el cuello de Hyoga, bajando un poco hasta su pecho.

-¿Y ahora?

-Clarisimamente, no.

El mayor se quitó los pantalones y los calcetines con gran maestría.

-Dime patito. ¿Me tendré que quedar desnudo para que me lo digas?- Decía besandole la cara. Le excitaba de verdad todo aquello.

-Puede que me lo piense y todo.

-Vale la pena intentarlo.

 

El Fénix se quitó los calzoncillos lentamente, para que Hyoga se puediese fijar bien en todas las partes de su cuerpo moreno.

-¿Y ahora?

-Me lo he pensado y… No, no te lo diré.

-Mmmm… Como quieras, pequeño.

El mayor le cogió la mano y le llevó a la ducha, encendiendo primero solo el  agua fría.

-¿Me lo dirás?

-Ahora que ya estamos aquí, no.

-Bueno, como quieras, esto significa que no te lo voy a preguntar más. Al ataque directo. Estás perdido.

 

Encendió el agua caliente, haciendo que estuviese a la temeratura perfecta para ambos. Luego hizo entrar el rubio siguiendole, dejando que el agua cayese haciendo caminos que no paraban de recorrer. Una imagen realmente lasciva.

 

-Mmmm… Ahora es cuando realmente me vas a pagar las negativas.

-Eso quiero verlo.

-Mejor sentirlo. Te aseguro que te gustará.

-Mmmm… Espero… Mmmm…

Hyoga tenía que controlar su voz, soltaba pequeños gemidos al sentir como la mano del peliazul le comenzaba a masturbar.

-Mmmm… Ikki… Mmmm…

-La última vez que te lo pregunto. ¿Me lo dirás?

-Es evidente que no.- Decía masturbandole también.

-Mmmm…

 

Se besaban ferozmente, se mordian el cuello y luego se besaban en el mismo sitio, recorriendo el pecho con pequeños roces del labio, haciendo que su amante se estremeciese con el contacto. Que soltase gemidos de palcer al saber lo que vendría.

-Me excita muchísimo oir como gimes…

-Mmmm… Aaaah… ¿De verdad?- Decía en susurros.

-De verdad… Aaaah…

Los dos se vinieron en la mano del otro al mismo tiempo. Pero la fiesta solo comenzaba.

 

Ikki se agachó hasta quedar de rodillas ante Hyoga, haciendo que se ruborizase. Comenzó a lamerle lentamente, luego, se introdujo todo el miembro en la boca, haciendo que Hyoga gimiese. Que sus manos acariciasen su cabello y marcasen el ritmo y la fuerza. Se sentía en el cielo. Luego, un pequeño dolor le sacó del palcer. Un dedo había entrado en su virginidad.

-Aaaah… Mmmm… Ikki…

 

Pero siguió sin acerle caso, metió otro dedo al ver que ya se había acostumbrado y que le agradaba la invasión del primero, lo mismo que con el tercero.

-Hyoga, ahora viene lo bueno, no te me corras.

-Aaaah…

Sacó los dedos de su entrada y se dispuso a penetrarle. Le puso mirando a la pared, apoyando sus manos el las valdosas y haciendo que el culo quedase a la altura perfecta.

 

Primero le penetro lentamente, con embestidas suves.

-Aaaah… Ikki… Más fuerte…

Ikki le ovedeció como tantas otras veces se lo dijo más tarde.

-Aaaah… Más… Más rápido…

El mayor ovedeció nuevamente las ordenes. Las embestidas se volvieron duras, veloces. Los dos lo estaban disfrutando realmente. Tanto que no tardaron en volverse a venir.

 

Ikki salió del interior de rubio lentamente, con cuidado.

-Es la segunda ducha de hoy.- Decía Ikki.

-Bueno, igualmente si hubiesemos hecho esto en la cama tocaría ducharse.

-Sí, tienes razón. Pero… Sigo con la intriga… Bueno… No importa. Ahora estás marcado, eres completamente mío.

-¿No tienes una forma más normal de decirlo? ¿Más romantica?

-Vale, bien, perdona, patito. A partir de ahora serás mi novio.

-Bueno, ahora ha sonado mejor. ¿Y si salimos? Creo que ya es hora de comer.

-Está bien.

 

Salieron de la ducha y comenzaron a vestirse, buscando, un poco, la ropa por el cuarto. En un despiste del rubio, Ikki examinó los cajones encontrando la foto.

-Uy, pervertido, voy sin camiseta.

-¿Qué? ¿Cuándo la has cogido?

-Tranquilo, yo tengo una tuya recien salido de la ducha con la toalla.

-¿Y quien es el pervertido ahora? Espera… ¿Cómo tienes esa foto?

-Bueno… Digamos que tengo contactos dorados… “Como has pasado tantos días con Camus tiene fotos tuyas hasta durmiendo”.

-Bueno… Ya hablaré yo con esos contactod dorados. Ahora bajemos.

Hyoga movió el pomo, pero se quedó quieto, no recordaba que el pestillo estaba echado. Ikki, que se puso detrás suyo, le agarró de la cintura y abrió el pestillo.

-Cariño, la memoria te falla.

-Que rapido cambias de mote. Me llamabas pato y ahora cariño.

-No, ha sido un lapsus. Tú eres mi patito.

-Como quieras, pollito.

-Mmmm… No suena mal del todo. Te lo acepto.

-Esto… ¿Se lo tendríamos que decir a esta gente?

-Mmmm… Que se fastidien… Ya se enterarán.

 

Una vez todos en la mesa, Saori se dispuso a vendecirla, cosa que nadie quiso escuchar y terminó por no hacer. Comieron tranquilamente, hasta que Seiya dijo…

-Esto… ¿Por qué antes salieste corriendo? Se supone que no tenías foto.

-Esto… Es que… Uy… Mira, ensalada…

-No cambies de tema…

Ikki se reía en silencio, tenía toda la sonrisa pintada en los labios.

-¿Y tú de que te ries?

-De que tiene toda la razón. Si se supone que no tenías foto no tedrías que haber salido corriendo. Eso te delataba.

-Callate, que la tuya es peor.

-Seiya… ¿Maria?

-No, no dije nada… No sé nada de fotografías…

-¿Dónde estuvieron todo este rato? Seiya dijo que lo último que vio de vosotros era que estabais discutiendo, luego desaparecieron.- Saori.

-Bueno, es que Hyoga no quería desperdiciar los condones que tenía en el cajón.

 

Ikki lo soltó como si nada, Hyoga casi se muere, al igual que los otros santos.

-¡Pollo, no digas esas cosas!

-¿Es que no es casi cierto?

-¿Casi?

-Si quitas los condones…

-¡Pollo!

-Vamos, tienes que saber encajar las bromas. Que poco me duras, patito. Antes lo dijiste tú mismo, los hombres no pueden embarazarse.

-¡Deja de decir tonterías! Se me ha pasado el hambre…

-Espera, todavía falta el postre.- Dijo Saori.

 

Por la puerta apareció una gran tarta, toda dulzona y… Mortal para Ikki y Hyoga. Los dos se levantaron de la mesa mirando a otra parte, maldita tarta…

-¿Qué les pasa?

-Es dulce… Si nos quedamos la destrozamos. ¿Te parece jugar a las cartas un rato?

-Bien, mientras sea lejos de esa cosa dulce.

-Pero chicos…- Ya se habían ido- Sí era broma, no es de verdad…

Cierto, la tarta era de cartón, para Seiya fue una gran desilusión.

 

Una vez terminada la comida, se dispusieron a ver la televisión un rato. Posiciones: Seiya y Maria, Saori, Shiryu, Shun, Hyoga e Ikki. Al pobre Hyoga le estaba volviendo a entrar el pánico.

-¿Realmente tuvo que traerese a eso?

Ikki miraba hacia otra parte. Sí, nuevamente una de las suyas para terminar en…

-Si quieres te cambio el sitio.

-Sí, gracias.

Hyoga se levantó un poco y se dispuso a sentarse para ocupar el sitio de Ikki, pero el mayor le agarró de la cintura y le hizo sentarse encima.

-Ikki…

-Ahora te quedas aquí.- Hablaban en susurros.

-No, aparta. No pienso quedarme sentado en tus piernas.

-¿Es que te recuerda a algo?

Hyoga se puso rojo, sabía muy bien a que se refería con eso, la ducha…

-Ikki…

-Vamos… Quedate…

-Es… Está bien… Tampoco me dejabas opción.

-Exacto. Dijeses lo que dijeses terminarías igual.

 

Los compañeros de salón se les quedaron mirando, Hyoga estaba recostado sobre Ikki, de forma que el mayor tenía sus brazos alrededor de la cintura del menor y el rubio tenía las manos puestas justo encima. Vamos, cual parejita feliz.

-¿Estais viendo lo mismo que yo o es que alucino?

-No, tranquila, Saori, lo estamos vieno. Mi nii-san y Hyoga están así.

-¿Eh, de que estais hablando?- Prenguntaba Hyoga.

-No… Que es… Como estais y eso…

-¿Eh, que?

-Así, sentados y abrazados.

-Bueno, es lo más normal del mundo cuando dos personas están saliendo, conejito.

-Es decir que… ¡Hyoga, eres mi cuñado! ¡Bien!

-Esto… Ikki… Un día de estos te electrocuto en la bañera…

-Bueno, ya tendré cuidado de no tener aparatos electicos cerca para cuando estemos en ella… ¿No?

-¿Quién te dijo que yo entraría contigo?

-Yo mismo y lo que pasó antes…- Decía mirando hacia arriba.

-Esto… Sí, bueno… Dejemoslo en que morirás asesinado…

-Claro patito, claro… Ahora dejate de delirios y fantasias que no se cumplirán y quedate calladito viendo la película que si hablas molestas.

-Lo dice el que no para de hablar.

-Como quieras, ya no diré nada, te lo aseguro.

 

El Fénix ocupó su boca con la de Hyoga, así, seguro, no hablaba. Y ya si que todos quedaron un poco en shock y se fueron marchando dejando que se amasen tranquilitos en el sofá con intimidad.

 

Por otro lado, Shun, estaba hablando con Shiryu.

-Yo creo que se lo podemos decir. No dirá nada en contra. Mira como está él con Hyoga… Si dice algo se lo recrimino y ya…

-Pero… Lo sé, no dirá nada ahora que está con Hyoga, pero sigue dando miedo. Primero me matará con la mirada, luego no me hablará, al final, dejará inculos de mirarme, para terminar en una espiral de odio hacia mi persona.

-No seas tan catastrófico. Mi hermano no es así. No es un ogro.

-Dejame que lo ponga en duda…

-¡Me da igual lo que digas! Si no queres no se lo decimos, pero eso significa que quieres dejarlo y que cortamos.

-¡No! ¡Eso no! Yo… Es que… Tu hermano… Está bien… Siempre te sales con la tuya… Con esos ojitos cualquiera se niega…

 

Y así, para cuando terminaron de quererse en el sofá, Shun bajó con Shiryu para hablar con Ikki, está claro que Hyoga no perdió detalle.

-Hermanito… Tengo… Tenemos que decirte algo…

-¿De que se trata?

-Bueno es que… Shiryu y yo… Estamos juntos…

-¡Lo dijo! Tan solo le costó dos meses.

-¿Ya lo sabias?

-Claro, lo sé todo, conejito. Siempre os mirais de cierta forma, os vais a escondidas a un lugar desconocido… Os separais repentinamente cuando aparece alguien en escena… Hermanito, se te nota mucho cuando te pasa algo y Shiryu, no soy tan mala persona.

-¿Qué?

-Vamos, no pensarás que no sé lo que piensas de mí sobre mi hermano. Tranquilo, estoy contento. Mejor tú que otro, así te tengo controlado. Es broma, no te pongas palido. Vamos… Escucha, Shun, para cuando se recupere le dices que solo hago broma.

-Tranquilo, nii-san, se lo diré.

Y Shu, casi literalmente, se llevó a Shiryu de los pelos hasta la cocina para darle un baso de agua para recuperarse del susto.

 

Pero esto no quedaba así, todavía faltaba la furia de Saori por lo de sus braguitas y la bromita de Ikki y Hyoga imitandole a ella y a Julián.

-¡Sois unos idiotas!

-¿A quien se le ocurre dejar unas bragas en la oficina en un cajón de la mesa?

-A Saori, respuesta evidente.

-¡Par de imbeciles! ¡Menos bromas! ¡Sois unos desgraciados! ¡Enviaré videos vuestros a enternet! El de policia y ladrón…

-Tú misma, al fin y al cabo, tenemos que salir en actos públicos contigo.

-Pues no vais y punto, os quedais a la sombra.

-Que te has creido tú eso. Por cierto… ¿Tenemos ya cosmos?

-Sí, claro. ¿Por?

-No… ¡Diamond dust!

 

Y así Saori se quedó congelada en su cuarto y los chicos pudieron disfrutar de medio año sin gritos, represalias y otras cosas que su Diosa les hacía. Por suerte de Shiryu, Ikki, nunca le controló. Hyoga tuvo muchas sesiones satisfactorias de sexo con Ikki. Shun no llegó a consumar la relación hasta pasado un mes después de decirle eso a su hermano y Seiya se quedó con Maria y ya está. No tuvo pareja, pero si una buena amiga que un día se escapó y “sin querer” Ikki la hizo a la brasa para su patito.

Notas finales: ¿Que os pareció el final? Acepto amenazas de muerte. (Con las bolas de dragón en casa... Jusjus). Bueno, decidme que os ha parecido onegai. Au revoir.

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