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Quiero el divorcio por mihll

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Notas del capitulo: ya pues, aki esta el capi dos,espero que les gute...
 

- Es hora de irnos, nuestro vuelo sales en 45 minutos- informó  Akagui al grupo tras darles sendos coscorrones en la cabeza al par  de muchachos que llegaban presurosos cargando sus  maletas al lobby del hotel.

 

Hanamichi no hacia mas que quejarse, le dolía todo y mas su cabeza después de haber recibido tres golpes, el primero: una resaca bien merecida, el segundo: la tortura al saber que era el es esposo de ese odioso chico frío, y el tercero: el reciente golpe recibido de parte del gorila. No intentaba en disimular en lo más mínimo sus malestares y chillaba logrando acaparar la atención del resto quienes le miraban hartos de tales quejidos, ellos se encontraban también en estado lamentable pero no mostraban el menor indicio de decir algo al respecto.

 

Ya en el vehiculo dispuesto por el hotel para su traslado inmediato del equipo al aeropuerto. Unas miradas disimuladas se encontraron un par de veces y un par de veces se desviaron bruscamente haciéndose los tontos, no se toleraban o al menos eso pensaban. De lo que tenían en común, tal ves la más notoria era que ambos amaban el mismo deporte y ambos tenían el mismo pensamiento "si este tranquilo viaje de unos cuantos minutos se le hacia insoportable para sus traseros ¿que pasaría cuando tuvieran que abordar el avión y esperar horas sentados para llegar a destino?". Definitivamente esto era más de lo que ambos podían soportar.

 

Dentro de lo que podía esperarse de un bullicioso grupo de adolescentes, no había rastros siquiera, todos se mostraban aletargados, rostros demacrados y ojos rojos por la escasez de sueño. Ese viaje y recorrido hasta el abordaje del avión se hizo en un silencio sepulcral y allí se encontraban ya dentro de los pasillos de la aeronave.

 

 Un pelirrojo con ojos llorosos había sido acallado por las miradas de absoluto reproche de Mitsui o Ryota, cuyos estados dejaban ver a cabalidad que fueron los que mas se divirtieron con la bebida esa  noche que a cada momento se hacia mas lejana.

 

- ¡no puede serrr!- chilló de nuevo el pelirrojo al ver que le tocaba el asiento de pasillo, el deseaba el de la ventana, pero nada quedaba allí, aun faltaba que su compañero o mas bien decir "su esposo", fuese a tomar el lugar que le correspondía para su mala fortuna y desgracia general.

 

- siéntate Sakugaui- ordenó cansadamente el capitán al ver que su jugador problema seguía causando mas alboroto, no estaba dispuesto a tolerarle un minuto mas, si no se callaba inmediatamente era capaz de lanzarle del avión en pleno vuelo y no estaba bromeando en sus pensamientos, la oleada de dolor ya le había hecho perder todo tipo de sensatez - ¿Por qué tuve que beber anoche con este grupo de irresponsables?¿ y por que tengo que soportar una y otra vez  a ese bullicioso?... ya no mas- pensó iniciando de una vez el camino a su asiento.

 

- ya siéntate de una vez y deja que tome mi lugar- le dijo fríamente Rukawa, quien una y otra vez lamentaba tener que seguir a lado de ese alborotador. Hanamichi por su parte se había quedado callado, como no hacerlo si las voces en tono fuerte le provocaba una punzada de dolor en su cabeza que lo dejaba silenciado totalmente.

 

- animo amigo, se que tienes mala suerte pero tan solo serán unas cuantas horas al lado suyo, ya veras después que no tendrás que tenerlo a tu lado- tranquilizó Ryota dándole unos golpecitos con su mano en el  hombro en señal de compartir su frustración.

 

- Ja, no sabes lo que dices- pensó el ojiazul tan solo al oír a su compañero, después de lo sucedido la cosas mas inciertas podrían suceder, ahora mismo solo quería tener un viaje tranquilo lejos de ese, pero las circunstancias del destino siempre decían algo distinto.

 

Hanamichi se sentó en su lugar lamentándose y con mucho cuidado para no dañar más su lindo trasero. Ambos sentándose lentamente y con una expresión de incomodidad en el rostro, era una escena digna de contemplar, cualquiera diría que esos dos se las traían, pero conociendo los detalles de sus incontables peleas anteriores, jamás se les pasarían por la mente que las maldades fueron realizadas el uno contra el otro.

 

Dentro de la incomodidad de llevar largas horas sentados solo una frase era la repetida en la mente del pelirrojo- me duele mucho mi colita-. No entendía como su odiado esposo había pasado por alto ese detalle y sin más, se había quedado dormido casi inmediatamente. Ver ese rostro angelical, que en otro momento pudiese hasta parecerle el más bello del mundo, tendía a nada más que recordarle la situación en la que se había involucrado.

 

Recordaba el día en que el gordito les había anunciado del viaje, fue un momento cargado de emoción, nunca en su imaginación existió la remota posibilidad de conocer a los mejores jugadores de la NBA, pero esa información entregada por su entrenador cambiaba radicalmente los hechos, no solo podría presenciar un par de los partidos mas importantes de la liga sino que también visitaría la ciudad donde se llevarían a cabo los encuentros, Las vegas, la ciudad de la diversión y la ciudad misma de su infortunio.

 

No quería pensar en esa última parte y sacudió su cabeza en un intento de liberarse, saliendo de ese recuerdo. No se había dado cuenta pero hacia mucho rato el calor de un cuerpo ejercía presión sobre su hombro. La cabeza dormida del ojiazul había buscado apoyo en su cuerpo. Podía sentir su respiración acompasada mientras su cuerpo entero era recorrido por un estremecimiento. Le miro sin atreverse a despertarle ya que sabía que cualquier intento tendría como consecuencia recibir un golpe por tal osadía,-no más golpes por este día- se dijo, estaba más que conciente de ello, ¿pero que haría para sacárselo de encima? Este acercamiento, aunque fuese producto de un movimiento involuntario del muchacho, no le permitía quedarse tranquilo. Quería explotar, golpearlo, lanzarlo fuera del avión para terminar de una vez con su complejo pero algo en su interior, viéndole tan inocentemente, lo detuvo como una fuerza invisible que anuló todo esfuerzo de movimientos. Estaba paralizado y casi boquiabierto por su propia reacción y no pudo evitar preguntarse cual había sido aquel impulso que le llevo a cometer semejante locura ¿Qué? Si lo que observaba siempre en él era  a un hombre frío, indiferente a las personas o situaciones, un antisocial que no permitía amar y ser amado. .

 

-¡que escena digna para el recuerdo!- se burló Mitsui al tiempo que transitaba por el pasillo. Hanamichi despertó de su ensueño. El zorrito se encontraba cómodamente apoyado en su cuerpo y él no hacia más que contemplar la paz que desprendía, no sabia del paso del tiempo y no había oído el llamado de la azafata cuando anunció que ya iban a  aterrizar. Por lo visto, el avión se encontraba detenido en tierra y los pasajeros simultáneamente dejaban sus lugares para salir en orden por los estrechos pasillos.

- si, eso fue muy bonito Hanamichi- agregó Ryota con una sonrisa maliciosa que despertó la ira del pelirrojo.

 

- ayyy- chilló una vez mas- ¿no tienen otra cosa que hacer que molestar a este tensai?-

 

Esos quejidos no hicieron más que despertar a su acompañante que fue incorporándose de a poco, reconociendo el lugar donde estaba posado gran parte de su cuerpo. La situación vergonzosa fue la responsable de evitar que le lanzara un golpe al culpable de interrumpir su preciado sueño, solo se retiro  con su usual mirada de indiferencia en espera de que el resto terminara de transitar.

 

- terminen de Salir de una vez, hoy no es el día para juegos- ordenó el capitán imponiendo orden, a él no le parecía tan gracioso y tuvo que soportar las risas que el grupo entero había soltado al momento de encontrarse con esa parejita.

 

 

El descenso del avión resultó muy diferente al abordaje, con el animo notoriamente mejorado producto de haber dormido, muchos tenían ganas de bromear y reír a costa  de cierto pelirrojo que aun continuaba con sus quejas de no haber podido pegar un ojo en todo el vuelo y por ende, continuar con el malestar provocado por la resaca.

 

- tierra, bendita tierra- celebró  estirando las piernas con gana incontenibles de besar el pavimento- al fin podré mantenerme lejos de ese odioso zorro- murmuro luego con una sonrisa marcada en el rostro.

 

- no tan pronto Sakuragui...primero debemos ir al hospital... todos juntos-  le aclaró Kogure terminando de forma radical con su alegría. Entonces miró de reojo a Kaede quien se hallaba con el rostro imperturbable, mostrando ciertas características de aun seguir durmiendo.

 

- vamos Hanamichi, no será el tiempo suficiente como para que se maten...vamos, el profesor Anzai nos necesita a su lado- volvió a decir el chico de anteojos, que tomándolo del brazo le arrastró hacia la aduana evitando de esta manera posibles altercados entre los chicos problemas.

 

- no se en que estaba pensando cuando me case con un torpe como tu-murmuró Kaede viendo como Hanamichi era llevado a la fuerza lejos de su presencia. Si ya no tenia opción que seguir a su lado, no podía hacer más que caminar, eso si, manteniendo una distancia prudente.

 

- a pesar de todo, fue el viaje mas divertido de nuestras vidas ¿no crees? -comentó Ryota manteniendo el paso de sus dos compañeros, solo que al momento notó que no recibiría respuesta.

 

El paisaje  que se daba a conocer como hogar, mantenía un completa atención de Hana que no oía nada de lo que el guardia central le mencionaba animadamente. Sin duda, era un viaje que desearía olvidar o simplemente nunca haber viajado, pero ¿quien le había obligado a beber como un loco descontrolado?... tan solo el, eso era lo que mas molestaba sin pasar por alto que en el momento de haber estado sumido en la alegría repentina que el alcohol le provocaba, había incitado a ese zorro a beber con sus típicos desafíos de "quien era el mejor en todo". Patalear o lloriquear no solucionaría nada del asunto, tal vez saberse divorciado mejoraría en algo mas su alicaído ánimo, solo que aquello no borraría para nada las marcas que se quedaron impregnadas en su vida y en su cuerpo entero. Sentía asco de si mismo al mirarse y comprender aquel hombre había disfrutado de su piel, hasta creía poder oler su aroma impreso en su carne y se preguntaba, si él en este preciso instante, pensaba lo mismo de su persona.

Notas finales:

algo corto...al menos eso creo jejeje

 

dejen sus comentarios, son muy importantes para seguir continuando con la diversión de idear y escribir historias...

 

hasta pronto....


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