Termine de comer lo que mi hermano había traído, me tendí sobre la cama, de vez en cuando dejaba que alguna solitaria lágrima escapara de mis ojos...Una de las pocas cosas que me faltaban; que mi hermano venga con el mismo discurso de Yashamaru “Eres una deshonra, así que no hagas nada para empeorar tu condición de lastimero”...Como si ellos se dieran la molestia de hacer algún bonito gesto para mi......No fue mi culpa que ese chico me trajera...tampoco el haberme sentido mal...si por lo menos me hubieran dejado desayunar, no habría terminado así...Fue un bonito gesto de esa persona haber terminado con barrer, no tenía porque hacerlo, pero aun así lo hizo...No pude darle las gracias... tampoco lo mire...ni siquiera le preste atención....
Solo espero que no se haya dado cuenta de nada...ahí si que tendría serios problemas
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Recogí mis cosas, comenzando a caminar sin rumbo fijo; luego de un rato me detuve bajo un árbol de cerezos, solo me senté a garabatear cosas con el carboncillo en el cuaderno; mi mente precisamente no se encontraba puesta en lo que estaba haciendo...mis ojos se habían quedado pendidos, sin excusa aparente en aquella jovencita...se veía tan frágil, tan solitaria, sinceramente parecía una muñeca de porcelana a la vista, aunque tenía miedo; no quería que me acercara, debió ser porque se sintió intimidada....y como no, si me quede parado viéndola, pasmado con su belleza..Siento que debí verme de lo más falso, la cortesía nunca ha sido mi fuerte, simplemente no me nace serlo; aunque llegue a sorprenderme de mi mismo, esta vez, si fue inconsciente, me nació esa preocupación de saber como estaba, de poder dirigirme sin que una gota de cinismo inundara mis palabras...
^O^ Narración Normal
Yashamaru llegó a la sukiya como todo un amo y señor, sonrió satisfecho al ver el frontis impecable, y los jardines totalmente limpios y cuidados, dejando lucir su hermosura....definitivamente sus clientes estarían satisfechos con la presentación preliminar...solo faltaban algunas cosillas, algunos detalles...Aprovecharía que Gaara fuera a hacer algunas compras; así por lo menos no tendría que ver su cara, y tampoco lo tendría sin nada que hacer, aunque eso era usualmente raro, a pesar de que esa casona tenía gran cantidad de personal para la servidumbre; al pelirrojo siempre se le cargaba la balanza, y terminaba haciéndose cargo por completo...
-Donde está?- fue la primera pregunta que se trazo en la puerta del recibidor
-En su habitación –las únicas tres palabras necesarios para convertir el día de su hermano en un completo pozo sin fondo
El por ahora dueño indiscutible de la sukiya, se adentro en los pasillos de la casa, buscando a su sobrino...al estar frente a su puerta toco dos veces, y abrió
-Felicidades por tu trabajo, es una de las pocas cosas que haces medianamente bien, y por lo menos son aceptables—al escucharlo, Gaara se incorporó rápidamente en la cama...como odiaba que entrara de esa manera al único lugar donde podía permanecer tranquilo unos minutos; fue algo accidental, pero sus miradas se cruzaron ligeramente—Has el favor de ni mirarme, y mantener tu vista en el piso!!, ya bastante asco me da el tener que verte, como para que aumentes mis deseos de matarte y mas nauseas—a todo esto, el pelirrojo solo bajo la mirada, no estaba de humor para comenzar una tonta pelea con su tío, sabiendo que no tenía como ganarla...
-Que desea?—solo fue una pregunta para que se fuera de su cuarto, y lo dejara solo
-Deja de empeorar mi día, como si tenerte cerca no fuera suficiente, me diriges la palabra?, entre menos hagas notar tu presencia mejor para todos ¿entendido?
-...- solo asintió, no le interesaba lo que le dijera
-Así me gusta, tienes trabajo—el pequeño asintió levemente—vas a ir al mercado a hacer algunas compras-a esto Gaara levanto la cabeza, un leve choque de sus miradas se hizo presente--¡No me mires!, no me interesa verte, y tampoco lo que tengas que decir!!!, Vas a ir porque yo lo digo y se acabo!!, como si tuvieras otra opción, aquí haces lo que yo diga...Aquí no eres nadie!!, más te vale que ese pequeño detalle no se te olvide—un simple asentimiento del pelirrojo basto para que mantuviera sus palabras a raya—arréglate...no quiero que la gente piense que en la casa le damos pensión a pordioseros; ocupa algún kimono decente, que para algo tienes varios; y péinate esa maraña de pelo que tienes ¡estas peor que espanta-pájaros!, en la cocina te va a estar esperando la lista y...¡por favor!!, camina en forma digan, simula decencia, y no levantes la cara si no quieres que se den cuenta que no vales nada!!—Gaara no hizo movimiento alguno—espero que lo hagas, y no precisamente por mi, hazlo por...tu mamita, a ella no le gustaría que por la culpa de la abominación que tuvo la desgracia de tener, su amada sukiya se vaya hasta el fondo ¿verdad que no sería justo?...—termino de decir todo lo que se le ocurrió para amargarle el día al pequeño, y se dio media vuelta para irse...a Gaara nunca le tocaban las compras...por eso su asombro, de seguro, su tío le tenía otros planes a la encargada de eso.
Luego de unos minutos, Gaara se dirigía al mercado vestido con un kimono rojo, manga larga y con unos estampados blancos en forma de flores; recogió uno de sus mechones rojizos con una traba de plata, que tenía grabado en kanji “amor”, un muy preciado regalo de su madre, el resto de su cabello estaba suelto, ondeándose con el pasar del viento, sus ojos poseían un leve delineado negro, el cual se acentuaba más debido a una suave sombra aplicada, en su brazo derecho llevaba un canasto, y en la mano izquierda una montón de sobres y una nota...Gaara iba caminando a paso regular, con la cabeza gacha, aunque prestando atención en el camino; a pesar del nerviosismo y de las miradas lujuriosas que era presa, ninguno de sus movimientos perdieron gracia y elegancia; lo cual no paso desapercibido por nadie...
-Pero miren que belleza, nunca se había visto por aquí—intervino un hombre, que comenzó a acercarse al pelirrojo
-Verdad, una hermosura como esta, no debería andar sola—dijo otro saliéndole al paso
-No creen que deberíamos hacerle compañía por el resto del día?—termino por decir el tercer hombre del grupo, cercando por completo el camino de la chica...
-Estoy de acuerdo—acotó el primero, jalando fuertemente una muñeca del pelirrojo, atrayendo el cuerpo del pelirrojo al propio; lo que hizo que se iniciara un forcejeo por parte de ambos, el mayor para doblegarlo, y la mujer para soltarse
-Suélteme!!...¡¡Que me suelte!!—fueron unos de los pocos gritos que salieron de la boca de la mujer, sin lograr el efecto deseado...
A pesar de que la gente pasaba cerca, nadie se atrevía a hacer nada, solo seguían de largo, haciendo oídos sordos a la voz quebradiza que rogaba por ayuda...
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Estaba caminando decidido a irme a casa, mi musa inspiradora se había marchado...por el camino sentí una vocecilla pidiendo ayuda; supuse que eran los mismos hombres de siempre; un trío al cual le encantaba molestar a toda dama que fuera sola por la calle, y como de costumbre nadie haría nada; pensé pasar de largo, solo para ahorrarme unos cuantos problemas...pero un leve grito, y una cabellera pelirroja; me hicieron parar nuevamente en seco...¿sería ella?........
No le lo pregunte dos veces, y fui corriendo hasta allá....
Y así era...debo reconocer, que quede pasmado nuevamente, no solo por su belleza, y la sutileza con la que iba vestida....era la fuerza...la fuerza que estaba aplicando no era cualquiera, le estaba haciendo peso a la fuerza del agarre, intentaba forcejear de igual manera, y no cedía ni un poco....
Me acerqué, y en un impulso rodee su cintura con mi brazo derecho, y la atraje hacia mi en un movimiento brusco...tuve la suerte que ese idiota la soltara, y ella quedara poyada en forma firme apoyada en mi pecho...sentí como tímidamente sus manos se sujetaban a mi ropa; se acomodo para apoyarse mejor; como si nos conociéramos de año...aunque no me molesto... se cabeza estaba descansando en mi hombro; podía sentir todo el peso de su cuerpo cargado en mi...”no me suelte”, susurró solo para que yo la escuchara “no pienso hacerlo”, fue mi única respuesta, mientras la rodeaba con mas fuerza....
-Qué es lo pretendes hacer con MI belleza?—dijo una voz que interfirió mi momento de gloria
-Ya sé que poseo una belleza insuperable, pero no estoy disponible, y tampoco eres mi tipo—respondí, solo como yo se hacerlo...
-Quisieras que estuviéramos hablando de ti; suelta a la pelirroja, que va con nosotros--¿qué acaso no pueden dejar de joder?
-Que no te de miedo reconocerlo, pero esta señorita va conmigo, y tenemos muchas cosas que hacer...—me dirigí a ella con toda confianza...-siento haber tardado, ¿me perdonas corazón?—que me siga el juego!!, que me siga el juego!!
-Claro, pero no me gusta que demores tanto; después piensan que ando sola—respondió más para ellos que para mi
-Debiste haberme esperado en casa, ya iba por ti
-Tardas mucho.. ¿vamos?—inquirió rápidamente, era obvio, ella solo quería salir corriendo de ahí
-Como gustes cariño—Le sonreí; tome el canasto que estaba en el piso; y le ofrecí el brazo para que caminara conmigo; no sé si por miedo o por gusto lo acepto...^^ espero que lo segundo...y así comenzó nuestra caminata...
-Muchas gracias por todo—susurró cuando a nos habíamos alejado
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-No hay de que, ¿y donde tenemos que comprar?—que?!!, pensaba acompañarme?
-Disculpe?...pero usted ya ha hecho bastante como para tener que acompañarme
-No es ninguna molestia, además, ¿no pensará que la dejaré a merced de una bola de buitres?, solo basta darse cuenta de cómo la están mirando para saber que no tienen buenas intenciones
-Podrían tener peores que usted?--¿qué acaso no entiende que no lo necesito?
-Nunca la había visto por acá
-...- que se resigne y se vaya
-No pensé verla dos veces en el día ¿ya se siente mejor?
-...-
-Debería estar descansando y no andando por aquí
-...-
-Lindos ojos, no son de un color muy común—me detuve de golpe ¿en que minuto me había mirado?, estaba comenzando a angustiarme, todo el esfuerzo de mamá se iría al tacho de la basura si me descubría
Sentí como puso una de sus manos sobre mi hombro—Se encuentra bien?--¿en que minuto paso?, y como pretendía que me encontrara bien..—conteste---la presión sobre mi hombro se hizo un poco más fuerte, estaba parado frente a mi—por favor diga algo-intentaba articular algo pero se me estaba haciendo imposible que un solo sonido saliera de mi boca, mi preocupación aumento cuando una de sus manos se poso en mi mejilla esperando que reaccionara, y lo logró...
-Estoy bien, no es nada, de...debo irme—le arrebate la canasta, y comencé a caminar rápido, eso jamás debería haber pasado
Por fin llegué al mercado, no conocía muy bien la zona; iba a tener que cuidar no perderme, empecé a ver los números de algunos puestos, llevaba ordenes de comprar en lugares específicos, para esto llevaba varios sobres, con el número del puesto y una nota dentro, solo debía entregarlo al dueño...
-Buenos días hermosura, ¿qué podemos hacer por usted?—maldición...¿de nuevo iban a comenzar?
-Buenos días, y muchas gracias por el cumplido—respondió una voz tras mis espaldas, me voltee, y pude ver al mismo chico de antes, sonriéndole de medio lado al que me había hablado; me tomo del brazo, casi arrastrándome por la calle—ve?, solo quiero acompañarla
-No es necesario que lo haga
-Tampoco es necesario dejarla sola
-No tiene nada mejor que hacer?
-No, solo acompañarla, de todas formas, mi compañía es buena
-Nadie la ha solicitado
-Pero en el fondo la necesita, soy yo o ellos—y era verdad, me estaban mirando de arriba abajo descaradamente...iba a tener que ceder un poco..
-Le molesta ir?
-Porque tendría que ser una molestia, todo lo contrario, es un placer
-Yo si siento molestarlo, ya van dos veces
-Se equivoca, esta es solo la primera, ¿le parece bien dejarlo así?
-...- solo asentí
-Si no me equivoco aun no nos hemos presentado ¿verdad?...mi nombre es Sai—dijo eso mientras tomo mi mano y la besó suavemente haciendo una pequeña reverencia—y usted hermosa dama?
-Ga..Gaara—bajé la mirada, no iba a peligrar que me descubriera, aunque por la forma en que hablaba no lo había hecho...
-Es demasiado bella para tener la cabeza gacha y dejar que sus ojos solo sean contemplados por el suelo ¿no lo cree?—logró que con eso levantara un poco la cabeza, y que mis mejillas se tiñeran un poco color carmín—así esta mejor, aunque no debería avergonzarse, no es pecado—Me había dejado helado, no pensé que alguien me volviera a hablar así nuevamente
-Gracias...de verdad yo...no sé que decir—y era verdad, no lo sabía
-Donde tenemos que ir?
-Tengo las direcciones, no me ubico muy bien—le entregué los sobres, y comenzó a pasarlos rápidamente mirando las direcciones, y cuando termino me sonrió...
-Es por aquí....¿me permite nuevamente?—me ofreció el brazo, no dude en aceptarlo, no tenía porque hacerlo...comenzó a llevarme por entre las calles, llegando a los lugares indicados en los sobres; una vez allí, Sai daba los papeles, los dueños preguntaban por mi tío...a lo que Sai respondía que estaba bien...no se desde cuando mi tío se convirtió en el suyo también, después de eso, me entregaban las cosas, y mi acompañante las ponía con cuidado en la canasta. Cuando dijo que estaba muy pesada para una señorita, me la pidió para llevarla él...aunque fue divertido, la canasta no pesaba tanto...no para mi... yo en cambio le pedí su caja de madera, la cual rodee con mi brazo y la apoye en mi pecho, mientras que mi otra mano, iba firme en su brazo...
De ves en cuando me detenía de improviso, a sus ojos debí parecer un niño pequeño, pero llevaba mucho tiempo sin salir de la sukiya, debido a que mi tío siente vergüenza, y de verdad no lo culpo... muchas cosas se me habían nuevas, y otras habían cambiado tanto, que quedaba pasmado a cada segundo...Parecía turista en mi propia villa...
Frente a algunos puestos, pasaba en forma lenta, para que mi mente lograra reconocer la mayor cantidad de cosas, mis ojos se movían rápidamente de un lugar a otro, y cuando se detenían en algún lugar fijo, me susurraba lo que era, y con eso volvía a caer en lo mismo. Ya estaba más relajado, ni siquiera estaba haciendo cargo de las compras, estaba más ocupado en memorizar cada detalle que de un pedazo de papel
-Qué pasa?—me había quedado mirando algo...no puedo decir que era, nunca lo había visto...era como... no sabía...sentí como tiraba un poco de mi brazo, lo mire--¿pasa algo?—volvió a preguntar
-no- y me dispuse a caminar, pero ahora era él quien no se movía y sus oscuras orbes estaban intentando localizar lo que hace segundos hacía la mía
-son las que están a la derecha de las manzanas?—solo asentí, había dado con el objeto de mi curiosidad—son ciruelas negras—respondió—no las conocías?
-No. Nunca las había visto
-Es raro...a simple vista a muy pocas personas le llaman la atención, pero tras esa máscara negra, esconden muchos secretos...no aparentan lo que son...muy jugosas, dulces al paladar, suaves al tacto, y su carne es delicada...—lo mire por unos instantes...¿cómo alguien le podía encontrar tantas cualidades a una fruta y dichas de esa forma?...¿era poeta?
Estábamos ya a las afueras del mercado cuando repentinamente se detuvo y habló
-Espéreme aquí un momento, no tardo