-Espéreme aquí un momento, no tardo—dije mientras iba corriendo de vuelta al mercado...la única forma de matar la curiosidad es hacerla presente...llegue a un puesto, compré rápidamente, y volví a correr, no iba a arriesgarme que algo malo le pasara a muñeca de porcelana en mi ausencia..
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No pasaron ni dos minutos cuando por el costado alguien me tendió algo
-Perdón por la demora—dijo mientras me volvía a extender lo de hace unos momentos...la miré bien, y era...una gran ciruela negra... voltee mis ojos hacia él, haciendo que por primea vez mis orbes hicieran contacto de mi parte con las de él...no pude evitar que mis ojos lo miraran de forma incrédula...¿acaso se devolvió solo por eso?—Ten es para ti—con un poco de nerviosismo la acepte—la mejor forma de saciar la curiosidad, es cuando tienes ese objeto en tus manos y a tu disposición, así es más fácil, y jamás se olvida—comencé a examinarla detenidamente con la mirada, mientras mis manos pasaban por la superficie grabando cada detalle, era muy suave, muy oscura, con una profundidad exquisita, un color negro violáceo, que hipnotizaba a cualquiera--¿No la vas a probar?, esa es la forma que podrás tenerla por completo, con la mirada no vas a captar su sabor—decía como si nada, ¿qué era eso?, pasaba la mirada de la ciruela a mi y la devolvía de mi a la fruta...¿creía que la mordería en esas condiciones?, ¿estando él observándome?, ni loco, no lo haría, baje la mano que tenía la fruta lentamente...
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Capte muy bien el mensaje mudo...no iba a hacerlo mientras estuviera yo ahí...
¿Porqué las mujeres deben ser tan complicadas?, si no las miras se molestan, y si lo haces te ignoran, maldita suerte la mía!!!, nunca la tengo...en quien me fijo, me ignora; y a las que yo ignoro parecen lapas sobre mi...
Tome la ciruela que había comprado para mi, la mire un segundo, luego pase uno de sus lados sobre mi manga, para que quedara con más brillo, y la mordí lentamente, deleitándome con su sabor...
-Están exquisitas
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Están exquisitas—y de seguro así era, se veían muy apetitosas, como para no estarlo, volví a mirarla, y la dirigí a mi boca, sintiendo su piel suave y oscura sobre mis labios, y al morderla, su carne dulce, y jugosa... demasiado jugosa, ya que al posar mis dientes en ella, su jugo comenzó a correr por mis manos, mi barbilla, y un poco por la comisura de mis labios, en un acto reflejo intente contener el jugo en mi boca, y alejar mis manos con la fruta del cuerpo para no manchar el kimono...
De reojo alcancé a divisar una mano que se dirigía con rapidez hacia mi cara, me tensé un poco y cerré los ojos esperando el golpe, como era costumbre cuando las cosas iban con esa velocidad hacia mi persona; pero volví a abrirlos de forma sorprendida, estaba perplejo... Sentí como un pañuelo blanco de algodón, limpiaba con cuidado cada gota dulzona de mi rostro, la delicadeza de su movimiento era realmente impactante...Lo mire de reojo, y termine por sonrojarme en el acto... Sai movía con sumo cuidado el pañuelo, y lo pasaba con demasiada delicadeza...como si mi piel se fuera a romper con el tacto....no esperaba ese gesto, más bien ya no esperaba recibir en mi vida algún gesto así...Era tan triste que un desconocido mostrara esa atención conmigo, que ni siquiera lo que se hacía llamar familia era capaz de entregar...
-No es necesario—dije mientras con el dorso de mi mano apartaba la suya...
-Creo que estaba demasiado jugosa...—me extendió su pañuelo para que pudiera limpiar mis manos—déjeme eso—tomo mi fruta para facilitar mi trabajo; cuando termine, dobló el pañuelo con cuidado y lo envolvió en la ciruela—Así no se ensuciara—dijo al momento en que la volvía a depositar en mis manos..
Con cuidado volví a morderla, esta vez no tuve ningún problema, e hice lo que él me había dicho...disfrutar la sensación al máximo que era capaz de entregar esa pequeña fruta—Es tal como la ha descrito...suave, dulce y jugosa
-Satisfecha la curiosidad?—pregunto con su mirada fija en la mía
-Más de lo que debía, muchas gracias—pronuncie mientras hacia una pequeña reverencia y desviaba por completo mi mirada
-Gracias a ti--volvió a responder , mientras repetía el mismo gesto que yo acababa de hacer
-Se equivoca, yo se las debo por hacer que se diera la molestia de ir
-Y yo por soportar mi compañía, casi nadie lo hace...—me quedé en silencio unos segundos, eso se me hacía tan familiar...
-Tampoco nadie sale conmigo...aunque no los culpo—lo último lo susurré en forma inconsciente..
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Esa última frase se escuchó tan triste...tan llena de rabia, de miedo...me dolió tanto que esas palabras salieran de sus labios...
-A mi me agrada su compañía...me encantaría poder repetir esta salida...—dije intentando animarla, y sacar lo mejor de mi,,, que mi jodida manía del sarcasmo no se atreviera a tocar ni una sola letra de mis palabras, que me escuchara sincero...que se diera cuenta que a mi si me importaba...
-Si usted supiera, no me estaría diciendo todo esto—dijo con más tristeza aún, clavando sus hermosos ojos en el suelo, como si fuera lo único que mirar...
-¿por qué dice eso?...nada me gustaría más que me dejara acompañarla otra vez, se me hace muy agradable caminar a su lado...además no todas las personas se sorprenden con las cosas que usted, me hace feliz poder ayudarla a conocer lo que no ha visto...—solo deseaba que escuchara mis palabras, y que dejara de mirar con esos ojos nostálgicos y tristes el piso...
-Esto es completamente una mentira...
-Si es una mentira, prefiero seguir viviendo engañando, y engañándome a mi mismo, que seguir por la vida con la verdad por delante y no verla...—con mi pulgar limpie una lágrima traviesa que había dejado salir de sus orbes, estaba intentando acallar un pequeño sollozo que salía de sus labios, sus manos tiritaban al igual que su cuerpo...sus ojos siempre en el piso, sin querer verme...la rodee con mis brazos y el atraje suavemente a mi pecho, cargándola en mi cuerpo, y abrazándola con cuidado...
-No se engañe—escuche como su voz pronuncio esas palabras, las cuales fueron amortiguadas un poco por mi ropa...
-Usted es la que no debe engañarse...no la conozco, pero ya se me hace muy importante... engañarse sería pasar por alto las palabras...—la mantenía en mi pecho, abrazada....
-Exacto, no me conoce...
-No, pero quiero hacerlo...—respondí, mientras vi como tímidamente subía la vista hasta chocar con la mía...sus ojos tenían una pequeña lucha para no dejar salir ni una sola lágrima, cosa que a veces se le hacía imposible...sequé una de sus lágrimas, y la volví a apoyar contra mi....¿por qué me daba la sensación de que estaba tan desprotegida, de que no tenía a nadie que le tendiera una mano?...
-Se esta haciendo tarde, susurro...—tengo que irme—pronuncio mientras se separaba de mis brazos, tomando uno de los mangos del canasto con una mano, y con la otra su ciruela...
-Es un lastima, vamos?—dije mientras tomaba la otra manilla de ese tiesto de mimbre...y acomodaba mi caja sobre este
Comenzamos a caminar, y lo único que se escuchaba en esa calle, eran nuestras pisadas...ambos terminábamos de comer las ciruelas, cuando su voz, interrumpió ese frío silencio...
-podría preguntarle algo, Sr. Sai?
-Solo Sai, y puede preguntarme lo que desee—debía ser mi imaginación, pero su voz se encontraba mas relajada conmigo...
-Es usted poeta?---¿poeta?...desde cuando yo tenía la oportunidad de ser poeta?, lo mío no eran las palabras, de hecho, expresarme con ellas era demasiado trabajo para mi, ¿quién iba a querer escuchar a un sarcástico?...al parecer ella no se había percatado del cinismo en mis palabras...¡aunque ni lo he ocupado, me he estado preocupando de que nada estropee mis expresiones!!..
-Las palabras no son lo mío...que le hizo pensar eso?
-Nunca hubiera podido decir esas cosas de un ciruela...mucho menos con esas palabras---Ah!! Era eso...yo y mi mal desarrollado lado del lenguaje...quizás por eso me mira así...quizás qué ha estado entendiendo?!!...--No soy poeta...soy pintor, es otra rama del arte, pero la expresión de palabras me sienta horrible
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-No soy poeta...soy pintor, es otra rama del arte, pero la expresión de palabras me sienta horrible--¿qué le sientan mal?...entonces soy yo el cual imagina que sus palabras suenan excelentes en mis oídos?...lo que me faltaba..estar perdiendo la poca cordura que me queda...
-Las palabras le quedan bien—inquirí en forma contradictoria, él no me iba a venir a decir, de que las palabras no eran lo suyo
-Lo dudo, soy demasiado sarcástico, esta en mi, me es casi imposible evitarlo...
-pero yo no he escuchado nada sarcástico, aparte de lo que le ha dicho a los tipos del callejón diciendo que era un belleza, y en la primera tienda...pero eso no esa nada..
-...-ahora fue é quien me miro sorprendido...no se lo esperaba... Doble en una esquina antes de la sukiya...y antes de que preguntara simplemente respondí—Hay que entrar por la puerta de servicio
Abrí la puerta, y deje a la vista, el pequeño bosque que rodeaba esa puerta, que ahora se encontraban floreciendo, y dejando de pétalos tapizado todo el suelo... a lo lejos se podían ver parte de los jardines
-realmente hermoso—fue un susurro que salió del pintor...—se respira armonía...—si, todos decían eso, “armonía”, “paz” “perfección”—pero...
-Pero?
-se siente triste...--¿acaso el también podía sentir la tristeza del ambiente?, el darse cuenta de que algo falta...por un lado, estaban los jardines, aunque hiciera mi mejor esfuerzo, nunca estarían como cuando los cuidaba mi madre...por otro, mi tío y sus desplantes odiosos que solo quebrantaban todo, y dejaban algo triste entre tantas flores...
-es verdad---dije mientras caminaba hasta la cocina, con su cuaderno en mis mano...ya me había olvidado de todo...
^O ^ Narración Normal
Gaara comenzó a caminar hacia la cocina, seguido de cerca por Sai, que al parecer no perdía detalle de su entorno, cuando ya se iba terminando la parte de arboleda, el pelirrojo miró hacia ambos lados, verificando que no hubiera nadie, y a paso rápido, guió al pelinegro por el caminillo de piedrecillas...
-Usted no debería estar aquí, por favor no haga ruido—fue lo único que dijo, mientras abría lentamente la puerta de la cocina, donde hizo pasar a Sai, y le ayudo a colocar la canasta en su lugar...
-Que significa esto Gaara?—dijo una voz a sus espaldas...