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Afinidades electivas por zandaleesol

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Titulo          : “Afinidades Electivas” 

Personajes   : Harry Potter/Draco Malfoy 

Disclaimer   : Los personajes no me pertenecen sólo fantaseo con ellos. 

Capítulo       : “La Fuerza del Amor”  

Después de la pésima noche que habían pasado luego de los acontecimientos tan imprevistos de las últimas horas, Harry y Draco se entregaron a un sueño sin sobresaltos, disfrutando la mutua compañía que las circunstancias tan extraordinarias les permitían. Habían pasado varias horas desde que se habían dormido el primero en despertar fue Draco, le parecía maravilloso hacerlo y ver a Harry a su lado, en su cama, el rostro del chico moreno se veía tan hermoso y sereno como el de un niño pequeño, Draco se sentía tan afortunado de que ese chico tan dulce, dueño de un corazón tan noble lo amara al punto de no temer las consecuencias que esa escapada podía traerle.   

Un suceso terrible e inesperado había provocado que Harry estuviese junto a él en ese momento, por muchas había evitado pensar en lo sucedido a su padre, no podía comprender como era posible que las cosas tomaran un giro tan sorpresivo de un momento a otro, sólo unas cuantas horas atrás se aprestaba a tener con su padre una conversación definitiva, la más difícil de su vida, pero la más importante porque esa sería la que sellaría su destino y el de Harry. Había decidido no seguir a Lucius, no hacerse participe de sus planes cualesquiera fueran estos, sin embargo, ahora su madre atendía los detalles del funeral que se llevaría a cabo esa misma tarde.  

Harry despertó al sentirse observado, parecía que la fuerza de esa mirada gris le llamaba y lo conminaba a salir de las tinieblas del sueño, ni siquiera hizo intento de moverse simplemente se quedó perdido en esos ojos que le observaban con una amor tan profundo que eso bastaba para llenarle el alma de gozo. Su mano se posó delicadamente en el cabello rubio de su compañero y lo acarició con infinita delicadeza, Draco no aguantó la tentación y respondió depositando un beso en los labios de Harry, luego se retiró con lentitud para volver otra vez a perderse en esa mirada esmeralda que tanto amaba.   

-          Te amo… eres mi vida “dijo el chico rubio con tono dulce y apasionado a la vez. 

-          Y tú eres la mía “respondió Harry 

-          Harry… ¿Qué sucederá ahora?...  ahora  que mi padre… 

-          Viviremos… sólo eso… quedan menos de tres meses para que termine el curso… viviremos intensamente cada minuto que nos quede en la escuela.  

-          Harry ahora que ya no existe impedimento para que estemos juntos… ¿se lo diremos a todo el mundo? 

-          ¿Quieres hacer eso? 

-          ¿Tú no? 

-          No tengo prisa por hacérselo saber a todos… tienes muchas ventajas el hecho de que nos amemos en secreto. 

-          Ah sí… ¿Cuáles ventajas? 

-          La emoción… de tener un secreto… que todos piensen que nos odiamos… la emoción de buscar tu mirada a hurtadillas cuando estamos en clases… toparme contigo en algún pasillo y saber que aunque no me mires siquiera… me amas… y eres sólo mío. 

-          ¿De verdad sientes todo eso? 

-          Claro que sí… a caso tú no. 

-          Bueno en parte sí… pero se me hace difícil a veces… sobretodo cuando alguien de mi casa habla mal de ti. 

-          Esa es la parte mala… esperemos a que todo esto pase… que baje la tensión… esto que ha pasado con tu padre es serio… aún no sabemos que consecuencias puede traer. 

-          Tienes razón Harry… ahora lo que más tenemos es tiempo. 

-          Así es… nada ni nadie podrá separarnos jamás.   

Draco depositando toda su fe en estas palabras de Harry se apegó al cuerpo cálido de su chico de ojos esmeraldas, ya no le temía a nada, finalmente era libre como nunca antes lo fuera, ya no había nadie que decidiera su destino, ahora era dueño de su vida, aunque no totalmente porque debía reconocer que sus deseos y sueños estaban atados a los de Harry.   

Unos golpes a la puerta vinieron a interrumpir el apacible momento que compartían los chicos, Draco se levantó de la cama al mismo tiempo que lo hizo Harry, se acomodaron un poco la ropa, con cautela el chico rubio se dirigió hacia la puerta y la abrió despacio.  

-          Mamá… entra…  Narcisa entró a la habitación y le dirigió una rápida mirada a Harry para luego volver a mirar a su hijo.   

-          Hijo se hace tarde… creo que es hora de que Harry y tú se despidan… esta comenzando a llegar muchas gente… además me preocupa lo que pueda sucederle a Harry, a estas alturas más de alguien debe haber notado su ausencia. 

-          No se preocupe por eso señora Malfoy… Ginny me cubrirá… 

-          Te refieres a la hija pequeña de Molly.

-          Sí señor ella… sabe lo nuestro… ella hizo que nos confesáramos lo que sentíamos “explicó Harry 

-          Ella… pero si ustedes han sido amigos siempre… ¿por qué ella debió intervenir? 

-          Esa es la parte más emocionante de nuestra historia madre… te prometo que te lo contaré. 

-          Creo que me gustará saberlo dijo Narcisa sonriéndole a su hijo “bien es hora Harry… te espero fuera… no tardes… no es necesario que te pongas la capa de invisibilidad  Salió de la habitación para darles a los chicos un último instante de privacidad cosa que ambos agradecían.   

-          ¿Te veré pronto verdad? “preguntó Harry abrazando al chico rubio 

-          Sí… en unos días estaré de regreso en la escuela… 

-          Voy a extrañarte como un loco. 

-          Yo también… no olvides que te amo 

-          Jamás “dijo Harry besando esta vez con total pasión los labios de Draco, recogió la capa de  invisibilidad, luego de eso salió de la habitación se quedó mirando la puerta por un instante luego se voltio para recostarse pensativo en su cama.  

Narcisa esperaba en el pasillo se puso en alerta cuando escuchó la cerradura de la puerta.  

-          Estas listo Harry. 

-          Sí señora… 

-          Bien… vamos… iremos por otro camino en el salón hay gente… es mejor no arriesgarse.   

Narcisa llevó a Harry por un camino diferente, tomaron dirección contraria para alejarse de la habitación de Draco, la mujer le hizo entrar a lo que Harry creía era una habitación, pero no, era una especie de invernadero casi al final vio una escalera estrecha en forma de caracol, comenzaron el descenso con mucho cuidado hasta llegar a una especie de biblioteca, eso le pareció a Harry que era en un primer momento, una vez traspuestas las estanterías se abría un espacio amplio al que se llegaba bajando una escalera para alivio de Harry mucho más amplia, el lugar era un pequeño salón suntuosamente alhajado donde una amplia chimenea de mármol dominaba casi todo el espacio de la pared, sobre la misma un gran cuadro con la figura de Lucius Malfoy, Harry sintió retorcérsele el estómago con sólo mirarlo, estaba muerto quizá eso lo hacía más impresionante, Narcisa comprendió en parte la impresión de Harry.  

-          Este salón era el favorito de mi esposo… aquí pasaba muchas horas con su amigo Stefan… en esa puerta de allá está su despacho… donde se reunía con sus seguidores y donde yo no podía entrar sin que él me autorizara.  

Harry no sabía que decir por lo que guardar silencio le parecía lo más prudente. Miró en derredor no veía por donde podrían salir a no ser que lo hicieran por el despacho de Lucius, pero cuando estaba por preguntar vio que Narcisa movía una especie de lámpara adosada a la pared, no comprendió en el primer momento pero cuando vio que el muro de piedra se movía dejando un pasadizo oscuro a la vista supo de que se trataba.  

-          Este pasadizo es bastante oscuro necesitaré que ilumines con tu varita Harry.   

El chico de inmediato sacó la varita del bolsillo interior de su túnica   

-          Bien aquí está. 

-          Sígueme…  Entraron a lo que a Harry le pareció un túnel, iluminó con su varita una escalera de piedra estrecha era lo que había.   

-          Debemos seguir por aquí “dijo Narcisa “ve tú primero así nos iluminas a los dos 

-          Esta bien “dijo el chico y puso el pie en el primer escalón para comenzar el ascenso  

Harry perdió la cuenta de cuantos escalones subió antes de llegar a una especie de terraplén, pero Narcisa de inmediato buscó algo en la pared, una palanca que jaló con gran facilidad permitió que el muro se abriera y la luz inundó aquel espacio oscuro, subieron unos cuantos escalones más y finalmente Harry percibió el césped bajo sus pies, una agradable brisa agitaba los frondosos árboles que formaban una especie de bosque.    

-          ¿Dónde estamos? “preguntó con asombro Harry 

-          En las afueras de la mansión… este bosque esta muy alejado de los jardines. 

-          ¿Draco sabe que existe esta entrada? 

-          Claro que sí… todo Malfoy conoce esta entrada secreta… o en este caso salida… depende de cómo quiera verse.  

-          Yo no soy un Malfoy “acotó Harry  

-          Es cierto… no lo eres… pero algún día espero que no muy lejano formarás parte de esta familia. 

-          ¿Y usted está de acuerdo con eso? 

-          Lo único que deseo es la felicidad de mi hijo… si él te eligió ¿Quién soy yo para oponerme? 

-          Su esposo odiaba a los mestizos. 

-          Ese era mi esposo… te aseguro que yo soy una persona diferente Harry. 

-          Creo que eso ya lo sé señora Malfoy. 

-          Llámame Narcisa... quiero que me prometas que siempre protegerás a mi hijo… si por algún motivo yo no pudiera… quiero tener la seguridad de que tú sin importar que suceda siempre estarás a su lado. 

-          Ni siquiera tiene que pedírmelo… yo amo a Draco… él es lo más grande… lo más importante de mi vida, por él sería capaz de ir hasta el fin del mundo. 

-          Me tranquiliza saber que existe alguien que ama a mi hijo tanto como lo hago yo. 

-          No tiene porque preocuparse… este es naturalmente un momento difícil para usted y para Draco, pero estoy seguro que saldrán adelante aún se tienen el uno a la otra…  

Narcisa miró a Harry con ojos húmedos, deseaba creer en las palabras de Harry, pero tenía miedo, ese mismo miedo que la invadía hizo de pronto ya no pudiera contenerse más y estalló en llanto, durante muchas horas había estado conteniéndose, Harry la miró comprensivo ante lo que él creía era el dolor natural de una mujer que acababa de perder a su esposo, quizá para él Lucius Malfoy no mereciera ni una lágrima pero ella era la esposa y lógicamente debía lamentar su muerte.  

-          Por favor señora tranquilícese… sé que este es un momento muy difícil para usted… era su esposo… y seguramente… 

-          No… no… no tienes idea Harry… ni siquiera lo imaginas… 

-          Yo perdí a mis padres aunque no lo recuerde de todas formas es doloroso saber que… 

-          No Harry… no… yo fui… yo maté a Lucius “dijo Narcisa en medio de su llanto incontenible.  

Harry quedó impactado no queriendo asimilar lo que había oído, era imposible no podía ser que oyera algo semejante debía ser una alucinación, pero Narcisa volvió a repetir su confesión.  

-          Yo maté a Lucius… yo lo  hice… 

-          Pero… no puede ser… ¿cómo?... ¿por qué?... era su esposo… 

-          Lucius era un miserable… nadie lo conocía como yo… nadie sabía lo que estaba planeando… 

-          En eso se equivoca… muchos sabían lo que su esposo pretendía… 

-          Te refieres a ese grupo de gente… a sus ideas de imponer un nuevo orden… a su intención de levantarse como un nuevo Señor Tenebroso… aquellas era lo que mi esposo pretendía es cierto… pero nadie sabía lo que estaba dispuesto a hacer para llegar a eso.  

-          Puedo imaginarlo… 

-          ¿De verdad?... el mundo mágico hoy no debía estar lamentando la muerte de Lucius, sino la de otro mago… uno que prontamente será Ministro…  Harry sufrió un segundo impacto.   

-          ¿Habla del señor Weasley? 

-          El mismo… en la cena de anoche el que moriría no sería mi esposo sino Arthur Weasley. 

-          ¿Cómo sabe usted eso? 

-          Lucius… me consideraba tan estúpida que estaba seguro que yo no sospechaba de los planes que había elaborado junto a su amante y esos magos que… 

-          ¿Amante?... su esposo… 

-          Sí Harry… mi esposo se entendía con su amante en nuestra propia casa… esa habitación que pasamos junto al despacho era el lugar de encuentro para ellos.  

-          ¿Quién era? 

-          No lo conoces Harry… era uno de sus fieles seguidores… el que más alimentaba sus delirios de grandeza… él fue quien ideó asesinar a Arthur durante la cena de anoche… fue él quien preparó todo… inclusive le pagó oro a ese sujeto un tal Mundungus Fletcher… debía entrar a la casa utilizando la misma ruta que recorrimos recién… y naturalmente dejar evidencias de su presencia… de esa manera nadie podría acusar a Lucius de nada, a pesar de todo el mundo saber el gran desprecio que sentía por Arthur… 

-          ¿Entonces ese sujeto pretendía matar al señor Weasley por orden de su esposo? 

-          No Harry… sólo sería chivo expiatorio… Stefan le pagó una fuerte suma de oro… en caso de ser atrapado… se culparía de la muerte de Arthur… Lucius le prometió  que una vez que él tuviera el control del mundo mágico lo sacaría de Azkabán sin problemas. 

-          No puedo creerlo… por qué no buscó ayuda… estoy seguro que el mismo señor Weasley… la hubiese ayudado… 

-          Harry no comprendes… no había tiempo… además no tenía pruebas… aunque hubiese ido donde Arthur para advertirle… no había nada que hacer si no era en esta ocasión sería en otra… Lucius estaba dispuesto a todo con tal de conseguir el poder… además gente poderosa e influyente lo apoyaba.   

Harry había comprendido, hacía tiempo circulaban rumores sobre las intenciones poco nobles de Lucius. Ahora tenía absoluta certeza de  que sus juicios sobre Lucius nunca había estado equivocado.  

-          Imagino que Draco no sabe nada de esto. 

-          No… y será mejor que el jamás lo sepa.  

Harry se quedó en silencio, ahora que sabía que Narcisa había provocado la muerte de Lucius se sentía en parte cómplice de aquel acto.   

-          Cree que descubran que usted lo hizo.  

-          No… no lo sé… estoy segura de que es hombre el tal Mundungus sabía de todo el plan… estaba de acuerdo con cargar con la muerte de Arthur Weasley… hasta que Lucius pudiera liberarlo…  

-          Aún no comprendo… en el periódico de esta mañana decía que su esposo murió envenenado.  

-          Sí… el muerto durante la cena sería Arthur… su copa sería envenenada… la botella había sido preparado por Stefan… de esa botella sólo saldría la copa que bebería Arthur, mi elfo Dobby luego debía deshacerse de ella… yo le ordené que cambiara las copas.  Harry sentía mucha tristeza por Narcisa imaginaba lo difícil que debía ser para ella hacer algo así, pero el no podía justificar un acto semejante.   

-          Señora… usted me ha hecho cómplice de esto y yo no puedo…  

-          Harry no pretendo justificarme… yo no amaba a mi esposo… pero jamás le hubiese hecho daño si él no hubiese estado planeando dañar a otros… yo siempre acepté en silencio todo lo que él me imponía… inclusive en relación a Draco. 

-          Creo que eso sí fue un error señora.  

-          Lo sé… pero créeme que intenté convencer a Lucius de que liberará a Draco de tener que participar en sus proyectos, no lo logré… sabía que si seguía oponiéndome abiertamente Lucius podía hacer algo malo… lo que pudiera hacer en mi contra poco me importaba, pero mi hijo es otra cosa… yo sabía que debía hacer algo para evitar la muerte de Arthur, jamás fue mi intención causar la muerte de Lucius, a lo menos no en un comienzo, pero cuando Draco me confesó que eras tú la persona a la que amaba yo comprendí que mi hijo jamás sería feliz, Lucius no lo permitiría…   Draco jamás podría estar contigo… no mientras Lucius viviera. 

-          Señora esta diciendo que hizo esto por su hijo… y por mí… para que pudiéramos estar juntos.  

-          Quizá no me creas… pero sí… lo hice por eso… la felicidad de mi hijo es lo único que me importa.  

-          ¡Por Merlín!... hubiese preferido jamás saber esto… se da cuenta que ahora me ha convertido en su cómplice… usted asesinó a una persona… no puso el veneno usted misma, pero ordenó cambiar las copas… 

-          Y eso le salvó la vida a Arthur… no has pensado en como te sentirías ahora si el muerto fuera Arthur Weasley… no eres tan apegado a ellos, a caso no son como tu familia… te sentirías mejor si tuvieses que ver a sus hijos llorando la muerte de un buen hombre… un hombre que desea que nuestro mundo sea mejor… mi esposo sólo deseaba un mundo mágico sin magos mestizos y sin muggles… no te imaginas como haría para lograr limpiar nuestro mundo de los que consideraba indignos de ser llamados magos… tal como lo hizo el otro… ¿es que ya olvidaste lo que le sucedió a tus padres?  

-          Como podría olvidarlo señora… 

-          Pues Lucius no era muy diferente en sus ideas a ese otro… las compartía plenamente y te aseguro que estaba dispuesto a utilizar sus mismos métodos.  

Harry guardó silencio, no dudaba de lo que decía Narcisa, él también creía que Lucius Malfoy era capaz de eso y más. Lucius había pretendido asesinar al señor Weasley en esa cena, si no hubiese sido por ella que  había ordenado cambiar las copas, él a esa hora no hubiese estado ahí sino que se encontraría junto  a sus amigos, junto a Ginny y a Ron intentando consolarlos por la muerte de su padre que era un buen hombre, no un ambicioso y miserable como Lucius. Existía algo en lo que Narcisa tenía razón, la ambición del padre de su novio no tenía límites, estando Lucius vivo si no ocurriera esa noche sería en otra ocasión pero lo más probable sería que el señor Weasley fuera asesinado finalmente.   No sería fácil vivir sabiendo la verdad, pero no tenía opciones no podía acusar a Narcisa, no podía delatarla era la madre de Draco, para el chico rubio sería terrible saber que ella había asesinado a su padre, no era que Draco amara a Lucius, pero al final de cuentas era su padre. Lo única forma de vivir con esa verdad y hacerla más soportable de llevar era pensando que Narcisa había librado al mundo mágico de un mal hombre, que de seguir con vida provocaría mucho dolor no sólo a él y a Draco, sino a muchísimas familias. La fuerza del amor por su hijo había llevado a Narcisa a cometer aquel acto, repudiable, pero que liberaba al mundo de la maldad y la ambición de un hombre que con toda seguridad hubiese causado un dolor más grande, Harry sólo le quedaba callar y esperar que Narcisa no debiera pagar un precio demasiado alto por su actuar.


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