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Afinidades electivas por zandaleesol

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Título: Afinidades Electivas

Personajes: Harry/Draco

Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling, no percibo beneficio económico por esto.

Capítulo: Increíbles Verdades


Randall no quería hacerlo, pero no podía ir en contra de la voluntad de su Amo. Así que con mucho pesar hizo que condujeran a Harry a la mazmorra que se utilizaban para encerrar a los sirvientes que debían ser castigados. Esa no era la primera vez que el muchacho rubio enviaba a alguien a encerrar, aunque siempre que había sido posible lo había evitado. Cuando Stefan regresara y supiera que el mestizo estaba ahí, se encargaría de él, el anterior sirviente había sido torturado personalmente por Stefan y luego había muerto. Esa era la parte que el rubio desconocía, no imaginaba que una queja suya hacia cualquier mestizo se convertía en una condena a muerte. El lugar era oscuro y húmedo y le preocupaba que el muchacho no resistiera aquello, fácilmente podía enfermar. La maldición que Draco había lanzado al muchacho mestizo le había dejado a muy mal traer.


Harry por su parte no tenía fuerzas ni para reclamar. Se había dejado arrastrar hasta ahí sin quejarse, y cuando los hombres que lo llevaban lo habían arrojado al suelo ni siquiera se movió. Se quedó agazapado y lleno de dolor, Draco lo había lastimado con una maldición Imperdonable, nunca creyó que algo así pudiera suceder realmente, parecía que luego de estar en el paraíso había sido enviado al infierno de golpe. Se preguntaba que había hecho mal, estaba seguro que había tratado a Draco con respeto y consideración. Había estado seguro que el muchacho rubio había disfrutado el encuentro tanto como él, pero tal parecía que se había equivocado, estaba seguro que después de esto había perdido a Draco de forma irremediable.


Randall luego de dejar al mestizo en la mazmorra regresó a la habitación de Draco para ver como se encontraba. Todo lo que el muchacho en su arranque de ira había destrozado seguía igual y Draco aún estaba en el cuarto de baño. Se dirigió hacia allá para cerciorarse de que estuviera bien, aunque viendo el desastre que había dejado eso era imposible. Tocó la puerta, pero no recibió respuesta, volvió a intentarlo, pero nada pasó. Con un hechizo abrió la puerta, era responsable por Draco y debía responder por él ante Stefan, si le sucedía algo malo al muchacho rubio, sus días estarían contados.


Empujó suavemente la puerta y con cierto alivio vio que el baño no estaba destrozado al igual que la habitación. Draco estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en al pared, a pesar de tener los ojos cerrados eran evidentes las huellas que había dejado el llanto en el rostro del muchacho. Randall se acercó con cautela.


”¿Mi señor, se encuentra bien? ”preguntó el hombre en un susurro.


Draco abrió los ojos lentamente y miró a Randall.


”¿Hiciste lo que te ordené?

”Por supuesto mi señor. No entiendo que fue lo que sucedió… a caso ese muchacho se atrevió a faltarle el respeto de alguna forma que no…

”No me faltó el respeto, se burló de mí, sólo me estaba usando… lo único que deseaba era escapar de aquí… planeó todo paso a paso, y yo caí como un imbécil ”dijo Draco mientras no pudo reprimir las lágrimas que se agolpaban en su ojos.


Randall estaba asombrado, era la primera vez que veía a Draco de esa manera, llorando por alguien.


”Me temo que no comprendo mi señor.

”Dijo que me amaba, decía que podíamos tener otra vida lejos de aquí, lejos de todos… y yo le creí, me entregué a él ”dijo Draco tapándose el rostro con las manos ”, traicioné a mi sangre entregándole mi cuerpo a un mestizo, traicioné a Stefan por él, y no me ama… ama a otro, soy un estúpido.


Randall miró con asombro al muchacho rubio. Ahí estaba la explicación de la extraña escena que había visto al entrar en esa habitación. Pensó que la audacia de ese muchacho mestizo no tenía límites.


”Le confieso que por un momento llegué a pensar que el muchacho lo había forzado ”dijo Randall.


Draco permaneció en silencio un instante.


”No me forzó… me entregué por mi propia voluntad y es lo que más me duele.

”¿Por qué dice que él sólo pensaba en escapar para regresar con su amado?


Draco no quería dar explicaciones, le avergonzaba demasiado su situación. Pero necesitaba desahogarse.


”Dijo el nombre de otro… acababa de hacerme el amor y nombró a otro, ni siquiera se dio cuenta.


Randall miró a Draco confuso en un primer momento, pero luego pareció llegar la claridad.


”¿Qué fue lo que dijo ese muchacho exactamente mi señor?


Draco miró a Randall dudoso, pero luego apartó la mirada.


”Dijo… te amo… te amo tanto Draco…


Randall asintió con la cabeza, la respuesta no le causaba asombro, sabía que algo así sucedería, lo supo desde el primer momento en que lo vio llegar.


”No creo que el muchacho merezca un castigo tan severo mi señor.


Draco alzó la mirada otra vez y la fijó furiosa sobre Randall.


”Un castigo severo ”repitió Draco ”, fue poco lo que le hice… se merecía mucho más… tuve deseos de matarlo.

”Hay que dar gracias por que no lo hizo, de ser así lo estaría lamentando ahora… usted lo ama profundamente.

”¡No vuelvas a repetir eso! ¡No lo amo! ¡Lo odio con toda mi alma!”gritó Draco mientras volvía a derramar lágrimas.


Randall lo miró por un instante, luego se alejó.


”Arreglaré su habitación… todo esta…

”No… déjala así… no dormiré aquí… iré a la habitación de Stefan. No pienso dormir en esa cama nunca más ”dijo el muchacho rubio poniéndose de pie.


Randall prefirió no contradecirlo.


Draco salió del baño, miró la habitación con el dolor reflejado en los ojos, se dirigió hacia un armario, tomó una muda de ropa y sin mirar atrás dejó la habitación.


Randall salió del baño y miró en derredor. Con paso lento se acercó a la cama se sentó en ella. Su mano rozó la sábana de seda blanca, la aferró con fuerza y luego la llevó hasta su rostro, inhaló el aroma a sudor y sexo que se desprendía de la tela, cerró los ojos, deseaba con toda su alma ser él quien despertara toda esa pasión y lujuria, pero eso era imposible, jamás sucedería, él jamás sería amado de esa forma. Los ojos del muchacho jamás se posarían en su persona con esa pasión, con esa fuerza, con ese anhelo, esos ojos esmeraldas jamás lo mirarían con el amor con que miraban a Draco, porque Harry Potter sólo podía amar a Draco y nada ni nadie cambiarían eso jamás.


&&&&&&&&&&&


Harry había pasado toda la noche temblando de frío en aquella celda estrecha en la que estaba rodeado sólo de piedra. No había podido dormir por causa del frío pero tampoco su mente le había dejado de pensar en lo que había sucedido con Draco, seguía sin entender porque de pronto había cambiado tan abruptamente. Tampoco podía olvidar que el Draco había sido capaz de lanzarle un Crucio, el amor de su vida lo había lastimado. Se preguntaba ahora si realmente no se había equivocado al pensar que el alma del chico rubio seguía intacta.


Al menos los dolores que le había provocado la maldición ya habían desaparecido. Ahora sólo tenía frío mucho frío. Se preguntaba cuanto tiempo debería pasar en esa celda estrecha y húmeda, no podía creer que Draco fuera capaz de dejarlo olvidado ahí para que muriera.


Draco no había podido dormir en toda la noche, estar en la cama de Stefan le resultaba demasiado extraño. Extrañaba su cama, extrañaba su habitación, extrañaba el calor del cuerpo de su sirviente. No podía evitarlo, le resultaba demasiado doloroso el recuerdo, los besos del muchacho moreno, las caricias, todo eso que lo había hecho vibrar como nunca. Pero todo era una mentira, todo eso era parte de un plan para que él lo dejase escapar para irse a reunir con ese otro, con ese tal Draco. Lo tenía tan metido en el alma que ni siquiera se había dado cuenta de que lo mencionó.


Se levantó de la cama para ir a su habitación. Cuando entró todo estaba en su lugar, todo lo que el había destruido había sido compuesto. De seguro Randall había estado ahí. Se dirigió hacia la cama se quedó parado mirándola por un rato y luego se acostó en ella, abrazó la almohada añorando ese calor que sólo su sirviente podía darle, deseando los besos y las caricias, estaba perdido, se había enamorado por primera vez y estaba seguro que por más que lo intentara jamás podría olvidarse de ese muchacho de ojos esmeraldas. Sintió rabia otra vez, ojala esos ojos se hubiesen quedado sólo en sus sueños, sería mucho más feliz si jamás hubiese encontrado a alguien con esos ojos pensaba Draco. Cerró los ojos poco a poco para soñar con esos ojos que en su sueño aún no tenían rostro. Pero por primera vez pudo ver con total claridad el rostro del dueño de esos ojos esmeraldas, el rostro dejó de ser una imagen borrosa y se transformó en el de su sirviente. Despertó de su sueño con el corazón latiéndole dolorosamente.


Randall se preocupó por Harry, el muchacho había pasado toda la noche durmiendo en ese calabozo frío y húmedo, necesitaba asegurarse de que estuviera bien y yendo en contra de la voluntad del muchacho rubio sacaría a Harry de ese sitio. No podía dejarlo ahí.


Randall se encaminó hacia el sector de las celdas. Abrió la puerta y vio a Harry tendido en el suelo. A pesar del ruido que hizo la puerta al abrirse el muchacho moreno no se movió. Randall entró a la celda y le habló.


”Muchacho… despierta.


Nada, Harry no hizo el menor movimiento. Randall insistió una vez más, pero tampoco hubo respuesta. El hombre se acercó despacio, se inclinó sobre el muchacho, intentó moverlo, pero Harry estaba profundamente dormido, demasiado. Lo volteó para mirarlo, le preocupó que no reaccionara. Se acercó para tocarlo, notó que tenía la frente ardiente, demasiado. De inmediato intuyó que Harry al estar tan mal alimentado no había soportado pasar una noche en ese frío, ahora estaba enfermo, muy enfermo, tenía que hacer algo, sino el muchacho moriría. No había mucho que pensar debía actuar rápido. Pero sabía que no podía sacarlo de la celda por su propia cuenta, sólo Draco podía autorizarlo.


Salió de la celda y de inmediato se dirigió a la habitación de Draco, sabía que encontraría al muchacho en su cuarto. Y no se equivocó, ahí estaba Draco durmiendo en esa cama que había jurado jamás volver a ocupar, se acercó con decisión.


”Señor… despierte… ”llamó Randall.


Draco hizo un leve movimiento, pero no despertó. Randall se acercó y lo movió repetidas veces, hasta que el muchacho despertó.


”Ah… eres tú… qué sucede porque vienes a despertarme así de golpe.

”Señor… el muchacho… su sirviente… está enfermo, es necesario sacarlo de aquella celda.


Draco abrió los ojos de inmediato y se sentó en la cama.


”¿Dices que está enfermo? ¿Qué le sucede?

”No lo sé, pero tiene fiebre… mucha, es necesario sacarlo de ese lugar o podría morir.


Draco a pesar de su coraje no dejó de preocuparse y sentirse culpable, él había enviado al muchacho a ese sitio.


”Sácalo… y dale alguna poción…

”¿No irá a verlo? ”preguntó Randall.

”No… no quiero verlo nunca más.


Randall movió la cabeza en señal de negación, no se quedó más tiempo salió de inmediato del cuarto, Draco se había echado sobre las almohadas para volver a dormir. Pero en cuanto escuchó que la puerta de la habitación se cerraba abrió los ojos, su mirada dolida también mostraba ahora preocupación.


&&&&&&&&&&&


Randall llevó cargando en sus brazos a Harry hasta el pequeño cuarto que el muchacho ocupaba. Lo depositó con cuidado en la cama, comprobó la temperatura tocándole la frente, estaba más ardiente y temblaba intensamente. Harry en su estado febril había comenzado a decir palabras, inteligibles en un comienzo, pero ahora eran cada vez más claras, llamaba a Draco. Randall comprendió que debía de inmediato darle una poción que le bajara la fiebre, no era conveniente que alguien oyera al muchacho llamando a Draco, era demasiado peligroso.


Mientras caminaba por el pasillo en dirección a su despacho pensaba en que haría con Harry Potter. El asunto se había complicado con el actuar de Draco, en unos días Stefan estaría de regreso y sabría que el chico rubio no estaba ya contento con su sirviente, era muy probable que Stefan quisiera matarlo tal como había hecho con el muchacho anterior, cosa que Draco por supuesto ignoraba. El chico rubio vivía dentro de aquella burbuja que Stefan había creado para él ignorando por completo que sucedía alrededor suyo, no podían seguir las cosas de esa manera.


Randall revisó el armario de pociones que estaban bajo su custodia. Encontró la que necesitaba para que Harry se recuperara, en su calidad de Medimago sabía exactamente que debía administrarle al muchacho. Fue hasta la cocina y vació unas cuantas gotas de la poción en un vaso de agua, preparó personalmente algo para que el muchacho comiera, necesitaba recomponer sus fuerzas. Luego regresó al cuarto de Harry, era muy temprano y los demás habitantes del palacete dormían, en todo caso si de causalidad se encontraba con alguien ya tenía preparada la excusa que iba a dar en caso de que le preguntaran porque le llevaba comida a un mestizo, el Amo lo había autorizado para su sirviente que estaba enfermo.


Entró al cuarto de Harry. Dejó la bandeja sobre la única mesa que había en aquel sitio. Luego se acercó al chico con el vaso preparado con la poción. Le costó un buen rato despertarlo, pero finalmente lo consiguió y el chico bebió la poción y pidió más agua, eso era una buena señal. Después de eso se volvió a dormir un poco más tranquilo. Randall se quedó un rato observándolo dormir, era la primera vez que lo tenía tan cerca, no en realidad era la segunda. La primera vez había sido durante esa noche en que habían secuestrado a Draco, recordaba todo aquello como si sólo hubiese sucedido el día anterior.


Había cargado a Harry en sus brazos en aquel callejón oscuro luego de ver a Stefan desaparecer con Draco. El sector era tranquilo y los muggles se encerraban desde temprano, la llegada de la primavera era aún insipiente, y el frío vaciaba las calles desde temprano. No habían tenido dificultad para llegar al edificio que habitaban los dos muchachos, vivían en un cuarto piso al que se accedía por una escalera lateral. Hasta llegar a la puerta misma del departamento no se encontraron con ningún muggle, pero aquello cambió sorpresivamente cuando la puerta contigua al apartamento de los muchachos se abrió y un hombre que llevaba una bolsa con basura se quedó paralizado al ver a los cuatro hombres vestidos con atuendos extraños y en sus manos una varas de madera, antes que el hombre reaccionara uno de los compañeros de Randall ya le había enviado un Avada.


La idea de Randall no era esa, no tenía interés en dañar a los vecinos del muchacho, pero no podían cometer errores que los dejaran en evidencia. Entró al apartamento con el cuerpo de Harry, después de dar una mirada en derredor decidió llevarlo hasta la habitación, puso al muchacho en la cama. Se quedó observándolo por algunos segundos, era realmente atractivo pensó Randall, si no hubiese sido mestizo sin duda que hubiese sido una pareja ideal para Draco, en realidad aquel muchacho podía ser la pareja ideal de cualquiera. El color de la piel, las facciones armoniosas, y esa ropa muggle que llevaba puesta dejaba en evidencia las formas perfectas de su cuerpo. Había sido una lástima que no pudiera verle los ojos otra vez, sólo una vez en compañía de Mundungus Fletcher había espiado la llegada del chico hasta el estudio donde Draco tomaba clases y entonces había comprobado lo que el borracho había dicho sobre los increíbles ojos que tenía el muchacho moreno.


Luego de darle una última mirada al cuerpo del chico salió del apartamento. Su compañero, el mismo que había matado al hombre muggle había roto la cañería de gas que iba por el techo a lo largo del pasillo. El escape de gas mataría a todos en el piso. Randall miró la puerta del apartamento que acababa de dejar, con su varita procedió a sellarla, la muerte de esos muggles era algo necesario en vista de las circunstancias, pero no deseaba que el muchacho moreno corriera la misma suerte que sus vecinos. Además Stefan le había jurado a Draco que lo dejaría vivir.


La mente de Randall retornó al presente, al cuarto en que se encontraba. Estaba demasiado conciente de su traición a la causa. Él había reconocido a Harry desde el primer momento en que el grupo de Karl lo había llevado hasta su despacho aquel primer día. Lo que no había comprendido era porque los demás no lo habían reconocido cuando aquella cicatriz en su frente decía bien a las claras de quien se trataba. Pero creyó encontrar la respuesta cuando lo llevó ante Stefan y éste tampoco lo reconoció. Draco tampoco había reaccionado, pero en el caso del chico rubio era de esperarse, estaba bajo un hechizo que le había hecho olvidar todo su pasado y Stefan se había encargado de implantarle recuerdos falsos. Nadie más veía a Harry Potter, todos veían a un muchacho cualquiera y él guardó silencio a pesar de presentir que la llegada del muchacho hasta ahí podía ser peligrosa para los planes de Stefan. Sí, estaba conciente de su traición, pero ya no importaba, lo que él había presentido desde el primer día había sucedido, Harry había llegado hasta ahí para rescatar a Draco, había arriesgado todo por el muchacho que tanto amaba, había logrado ganarse su corazón otra vez y Draco ahora estaba furioso pensando que había sido burlado. Aquel asunto debía terminar de una vez, había llegado la hora de que él hiciera lo correcto.


Salió del cuarto de Harry para ir otra vez a la habitación de Draco. Al llegar encontró al chico rubio sentado en la cama totalmente despierto. Era mejor así, lo que iba a decirle requería toda la atención del rubio.


”¿No va a preguntar cómo está su sirviente?

”No me importa ”dijo Draco con tono irritado.


Randall lo miró seriamente. Se acercó un poco más a la cama y sin pedir permiso se sentó en el borde.


”Eso no es cierto… por supuesto que le importa. Está mucho mejor, le di una poción para bajarle la fiebre… ya no delira… estuvo llamándolo.


Draco hizo un gesto de fastidio con los labios.


”¿Qué piensa hacer con el muchacho?

”Nada, ya no lo quiero como mi sirviente. Le diré a Stefan que lo mande a otro sitio.


Randall dio un suspiro.


”Ese otro sitio no existe… cuando usted se molestó con su anterior sirviente y lo despidió Stefan acabó con la vida del pobre muchacho.


Draco abrió los ojos espantado, no podía creer que Randall fuera capaz de inventar algo semejante de Stefan.


”¿Qué dices? ¿Stefan mató a un sirviente? ¡Mientes!

”No señor… jamás inventaría una mentira así. Es la verdad, Stefan mató a ese muchacho y hará lo mismo con este otro cuando regrese y sepa que usted se disgustó con él.


Draco miró a Randall horrorizado, no podía creer lo que el hombre le decía, pero parecía tan seguro.


”No puedo creer que Stefan sea capaz de algo semejante, yo sé que no le agradan los mestizos, pero de ahí a matarlos.

”Se haría un gran servicio si dejara de vivir en las nubes, usted no tiene idea de las cosas que suceden realmente en este sitio.

”¿De qué hablas? ¿Qué es lo que no sé?

”No sabe nada señor… sólo lo ha creído ciegamente lo que Stefan ha dicho y él sólo le ha mentido… le ha hecho creer cosas que no son verdad.

”No sé que es lo que te sucede Randall, pero no voy a permitir que digas esas cosas de Stefan, él como un padre para mí y tú lo traicionas al decir estas cosas.

”Sí tiene razón, lo estoy traicionando y el precio que deberé pagar por esto será muy alto, Stefan me matará, pero no me importa, usted y ese muchacho aún tienen oportunidad de salvarse.

”¿De qué demonios estás hablando? ”dijo Draco mientras salía de la cama de un salto.


Randall también se levantó de la cama, miró seriamente a Draco buscando la mejor forma de decirle la verdad. No sería fácil que le creyera.


”Señor, la guerra de la que le habla Stefan no existe. Nosotros somos un grupo de renegados que se oponen al Ministerio de la Magia. El fin que perseguimos es eliminar a todos los mestizos y muggles y que sólo nosotros seamos llamados los “verdaderos magos”. Ese era el sueño de su padre y es lo que Stefan persigue, cumplir el sueño de Lucius Malfoy.

”¿No hay guerra? ”preguntó Draco incrédulo.

”No, no hay guerra… los mestizos que llegan aquí son secuestrados, arrancados de sus hogares para obligarlos a integrar el ejército que pretende formar Stefan, y cuando lo haya formado entonces le declarará la guerra al Ministerio de la Magia.

”Pero afuera es peligroso… para nosotros.

”Los que corren peligro son los muggles y los mestizos, somos nosotros los que asesinan y secuestran a inocentes.


Draco se quedó sin palabras, su mente se negaba a creer lo que Randall decía, pero su corazón era otra cosa. El siempre había sentido que en las cosas que Stefan le decía siempre había algo extraño que no encajaba, medias verdades, cosas ocultas. Ahora comenzaba a comprender.


”Entonces Hans… fue secuestrado como todos los demás mestizos y obligado a ser sirviente sólo porque Stefan lo quiso, no porque pretendieran hacernos daño.

”El caso de ese muchacho es diferente… le aseguro que él está aquí porque así lo quiso, se dejó atrapar por “Los Custodios” para ser traído a este sitio… el motivo por el cual vino y permanece aquí… es usted… el vino por usted y su verdadero nombre es Harry Potter.


Continuará…

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