Título: Afinidades Electivas
Personajes: Harry/Draco
Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling, no percibo beneficio económico por esto.
Capítulo: Amor Real
Randall sabía que Draco permanecía encerrado en su habitación, intentando asimilar la verdad. No sería fácil para el muchacho rubio y esa apenas era una parte de toda la verdad que el ocultaba Stefan. Ya era casi de noche y él caminaba con la bandeja de comida en dirección al cuarto de Harry. Al llegar golpeó brevemente, unos segundos después la puerta fue entreabierta por el muchacho con cierta timidez, se apartó para dejarlo pasar cuando vio quien era.
”Te traje algo de comer ”dijo Randall, notando que el color del rostro del muchacho había mejorado considerablemente ”. Debes reponer fuerzas.
Harry sólo asintió. Miraba al hombre con aire indeciso sin atreverse a preguntar lo que tanto deseaba saber.
”Tu estadía en el calabozo duró apenas una noche, enfermaste por eso te traje aquí, tal vez ya estarías muerto si hubiese continuado en aquel sitio.
Harry volvió a asentir otra vez.
”¿El señor sabe que estoy enfermo?
”Lo sabe, se lo dije esta mañana.
”¿Qué dijo?
”Nada, pero me autorizó para que te sacara de la mazmorra y te diera medicina.
Harry bajó la vista con evidente tristeza.
”¿No ha venido… mientras yo estaba dormido?
”No. Ha pasado todo el día encerrado en su habitación con un humor insoportable, realmente lo hiciste enojar.
”No sé que hice… no lo entiendo ”dijo Harry en un susurro.
”Te advertí cuando llegaste que no hicieras tonterías, pero supongo que no pudiste evitarlo el Amo es muy atractivo.
Harry levantó la vista y miró a Randall preocupado, el hombre había comprendido demasiado.
”El amor hace que la gente enloquezca y haga cosas estúpidas, como por ejemplo poner en riesgo la vida ”prosiguió Randall, mirando con intensidad los ojos esmeraldas de Harry.
El muchacho sintió que era desnudado por la mirada de ese hombre, tal parecía que lo sabía todo con respecto a sus sentimientos por el muchacho rubio.
”Te diré porque el Amo está furioso contigo… le destrozaste el corazón y el orgullo cuando anoche después de hacerle el amor dijiste “Draco te amo”.
El tono rosado que había recuperado Harry en sus mejillas volvió a desaparecer de golpe. Ahora comprendía la furia del muchacho, le había dicho que lo amaba, pero Draco no recordaba cual era su verdadero nombre.
Harry se sentó con aire abatido en la cama. Pero al instante se levantó asustado. Ese hombre debía estar preguntándose como era posible que él conociera el verdadero nombre del muchacho rubio.
Randall pareció leerle el pensamiento.
”Sé quien eres muchacho ”dijo el hombre seriamente.
Harry lo miró aturdido ahora, no podía ser, nadie podía verlo con su verdadera apariencia, nadie sólo las personas que lo amaban y no podía ser que ese hombre… lo amara.
”Lo supe de inmediato cuando Draco dijo que habías dicho aquel nombre sin darte cuenta después de que acaban de hacer el amor ”dijo Randall sin incomodarse.
Harry miró al hombre ahora con asombro. Eso era, eso había provocado la furia repentina de Draco, había creído que él pensaba en otro. Ahora comprendía porque el muchacho rubio había reaccionado de esa forma, Draco no recordaba su nombre verdadero era lógico que pensara que él se refería a otro.
”Este es el momento para que le digas la verdad… sobre quien eres tú y quien es él en realidad.
Harry no podía creerlo, jamás imaginó que ese hombre deseara ayudarlo, le parecía increíble. Lo miró desconcertado, no podía creer que fuese posible que ese hombre lo amara y que por eso deseaba hacer algo por él y por Draco. La idea le parecía inverosímil pero, casi la única posible. Ese hombre conocía su identidad, la verdadera y había callado, no había lógica en esto.
”Yo ya le he dicho algunas cosas esta mañana. Supongo que ha tenido tiempo para pensar en eso, el problema es que confía demasiado en Stefan.
”¿Qué cosa le ha dicho?
”Pues le he aclarado algunas cosas que el da por ciertas, pero que son una mentira como por ejemplo que fuera de este palacete existe una guerra contra los muggles y los mestizos. Le he dicho que nosotros somos un grupo de magos sangre pura renegados que le hacen daño a los muggles y mestizos y que Stefan pretende formar un ejército con los muggles.
”¿Eso es lo que pretende? ”preguntó Harry totalmente incrédulo.
”Sí, en definitiva es eso.
”Usted lo ha traicionado.
”Sí lo sé… y estoy dispuesto a asumir las consecuencias. Pero lo que importa ahora es que Draco sepa la verdad de todo y tú debes decírsela.
Harry comprendió que había llegado el momento de utilizar el diario que guardaba en su pequeña bolsa. Levantó la parte superior del colchón en el que dormía, sacó la pequeña bolsa donde guardaba sus posesiones más preciadas, la abrió y ante los ojos curiosos de Randall extrajo el diario de Draco.
”Un encantamiento de extensión indetectable… muy inteligente ”dijo Randall sin ocultar su admiración.
”Déle esto a Draco… que lo lea esta misma noche, si no quiere debe obligarlo, ahí está todo ”dijo Harry ”, todo lo que necesita saber aunque no pueda recordarlo.
Randall asintió con la cabeza y tomó el libro. Se dirigió hacia la puerta y antes de salir le sugirió a Harry que comiera toda la comida que le había traído, el muchacho asintió dándole las gracias.
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Randall encontró a Draco tan enojado y deprimido como lo había visto en la mañana, no había cambio en el muchacho. Esperaba que de todas formas estuviese dispuesto a lo menos a escucharlo, debía darle el diario que le había entregado Harry.
”Vengo de la habitación de su sirviente… se encuentra completamente recuperado, por si le interesa saberlo.
Draco miró a Randall con enojo, no respondió.
”No creo que deba seguir con esa actitud, me parece infantil de su parte.
”No eres nadie para decirme como debo actuar… estás sobrepasando tus atribuciones Randall ”dijo el chico rubio mirando con enojo al hombre mayor.
”Lo sé, pero lo hago porque deseo que actúe correctamente.
”¿Correctamente? No soy un niño Randall… sé lo que hago.
”No, no lo sabe.
”Ya basta, déjame en paz… quiero estar solo.
”No tengo intención de molestarlo… sólo vine a entregarle esto ”dijo Randall tendiéndole el diario al chico rubio.
Draco lo miró extrañado, se incorporó en la cama.
”¿Qué es eso?
”Léalo… y comprenderá muchas cosas… llámame cuando haya terminado ”dijo Randall poniendo el diario en manos del chico rubio.
”¿De qué se trata esto?
”Lo escribió un muchacho llamado Draco.
El chico rubio tenía grabado a fuego en la mente y el corazón ese nombre después que lo oyera en labios de su sirviente. La furia regresó a él y arrojó el diario lejos.
”¿A caso te quieres reír de mí Randall?
”No diga tonterías señor, jamás haría eso, esto es un asunto serio.
”¿De dónde lo sacaste? ”preguntó el chico rubio, mirando el diario que había quedado tirado en un rincón.
”Me lo dio su sirviente.
Las mejillas del chico rubio se colorearon por efecto de la rabia que volvió a sentir. El chico moreno llevaba con él algo que pertenecía a la persona que amaba, una prueba más de que se había burlado de él.
”Te estás burlando de mí… cómo puedes hacer esto, eres un traidor.
”Ahora no lo entiende, pero créame que hago esto por su bien…
”¡Mentira!... eres un miserable… estás de acuerdo con ese mestizo, por qué estás de su lado ”dijo Draco acercándose desafiante a Randall ”, por qué… qué te prometió… también eres amante de él… qué fue lo que te dio para que actúes como un imbécil.
Randall hizo algo que jamás se hubiese atrevido a hacer antes, le dio un bofetón al chico rubio.
”¡Basta de estupideces! ya es hora de que deje de ser un niño minado y se comporte como un adulto.
Draco no atinó a reaccionar estaba seguro que Randall había enloquecido. El hombre recogió el diario y lo puso sobre la mesa de noche.
”Será mejor que comience a leer ahora, le aseguro que descubrirá que está totalmente equivocado con respecto a su sirviente.
Eso fue todo, Randall no dijo más, esperaba que Draco reaccionara. Que por lo menos le picara la curiosidad y leyera el diario. Si eso no daba resultado debería pensar en otra cosa.
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Después que Randall salió de la habitación Draco se tendió en la cama decidido a que no leería el diario, no le importaba lo que estuviera escrito ahí, sin embargo aquel propósito se diluyó muy pronto, tenía curiosidad ya no podía negarlo. Deseaba descubrir los secretos que guardaba ese diario, finalmente lo tomó del lugar donde lo había dejado Randall y se puso a leer la primera página.
“Hogwart, Escuela de Magia y Hechicería, 1 de septiembre de 1991
Mi nombre es Draco y tengo once años en este momento son exactamente las 11 de la noche, estoy en mi habitación privada en el dormitorio de Slytherin, como era lógico fui seleccionado para esta casa, al igual que todos mis amigos. Pero no eso lo que deseo contar aquí, es otra cosa, un secreto que jamás podré compartir con nadie. Es emocionante tener este secreto. Conocí al famoso “Niño que Vivió”, sí vino a estudiar a Hogwarts, lo conocí en el expreso, bueno en realidad lo conocí antes en la tienda de túnicas de Madame Malkin, pero en ese momento no sabía quien era y no le presté atención. Bueno el asunto es que mientras viajábamos mi amigo Gregory Goyle me dijo que estaba Harry Potter en el expreso así que fui a conocerlo. Me sorprendió ver que era el mismo chico de la tienda. Estaba con ese pobretón Weasley, la cosa no fue bien, nos peleamos, bueno eso fue lo que vio todo el mundo, se supone que ahora somos rivales para siempre. Pero sucedió algo muy extraño, faltaba poco para llegar aquí a la escuela, el viaje fue bastante aburrido, me dirigía al baño cuando me lo tope otra vez, sí hablo de Harry Potter. Bueno casi nos peleamos nuevamente, pero sucedió algo muy raro, le dije que sentía lo que había sucedido con ese Weasley en el compartimiento y Harry Potter aceptó mis disculpas, nos dimos la mano y ahora somos amigos, lo malo es que debo fingir delante de todos que lo odio y la verdad no es así, me había parecido arrogante, pero me equivoqué es un chico muy agradable y…”
El chico rubio siguió la lectura del diario cada vez con más interés.
“Hoy estuve con Harry un rato muy corto, ese Weasley se ha vuelto su sombra, la verdad no me gusta mucho, pero no puedo reclamarle, es su amigo. Harry fue integrado al equipo de Quiddich de su casa, no se habla de otra cosa en la escuela el jugador más joven de la historia de Gryffindor, la casa de Harry. Nadie lo creería pero yo tuve que ver con eso, resulta que hay un chico llamado Neville Longbottom, la verdad es un poco torpe y yo quise hacerle una broma y resultó que… “
Mientras más leía el diario más comprendía que ese muchacho al que su sirviente amaba no era una mala persona.
“Hoy por primera vez he comprendido algo muy importante, hasta ahora estaba seguro de que mis sentimientos por Harry sólo eran relacionados con la amistad que nos une, pero estaba equivocado… lo amo… estoy enamorado de Harry. Esto es terrible, porque él me ve sólo como un buen amigo, jamás sentirá igual a como yo siento por él…
El chico rubio detuvo su lectura, era muy extraño que ese chico dijese que no era correspondido por ese muchacho.
“Hoy cumplí diecisiete años, soy mayor de edad según la ley mágica. Mi padre me ha enviado una carta diciendo que tiene grandes planes para mí, presiento cuales son esos planes…”
El chico rubio sin proponérselo sintió pena por la situación de ese muchacho, su vida no era nada fácil.
“Esta noche comenzó mi último curso en Hogwarts. Mi padre durante las vacaciones me ha explicado que espera de mí para cuando me gradué. Soy un cobarde no he tenido valor para decirle que no quiero ser parte de su proyecto.”
“Todo el mundo está diciendo que Harry es novio de esa chica Weasley, no entiendo como no me lo dijo, es muy extraño, estuvimos juntos esta noche y ni siquiera lo mencionó…”
“Me siento muy mal, acabo de pelearme con Harry, ni siquiera sé porque, supongo que es todo… que sea novio de esa chica y no me lo haya dicho, que me diga todo el tiempo que no debo aceptar lo que mi padre me quiere imponer. Estoy enojado, más que con él conmigo mismo, soy un idiota, él no se da cuenta de que lo amo, él no tiene la culpa…”
Draco hizo un alto en la lectura del diario para beber un poco de agua, además le dolían ya los ojos, pero ese diario tenía para él un extraño magnetismo y sabía que no podría dejarlo hasta que no acabara de leerlo todo.
“Harry me odia. Sé que lo he perdido para siempre, hace más de tres meses que no hemos vuelto a vernos. No he regresado más a esa sala en la que nos reuníamos, no sé si él aún va a ese sitio, la verdad no creo que lo haga… él está muy cambiado y sé que soy responsable de eso. Hoy durante el partido de Quiddich de nuestras casas hizo todo lo posible por tirarme de la escoba, me odia y eso me duele mucho porque lo amo, pero creo que es lo mejor para los dos…”
El muchacho rubio detuvo la lectura en este punto, a pesar de todo ese chico Draco había tenido una vida intensa, llena de emociones, en cambio él había pasado toda su vida encerrado tras las paredes de ese palacete, le hubiese gustado vivir aunque fuese una sola de las emociones del dueño de ese diario.
“Soy feliz… soy inmensamente feliz, hoy sucedió algo maravilloso, increíble, aún estoy temblado de emoción… apenas puedo escribir… Ginny Weasley me envió una carta citándome a las afueras de Hogsmeade y resulta que cuando llegué no estaba sola, Harry estaba con ella, sí Harry, mí Harry. Resulta que esa chica a la que yo tanto detestaba nos preparó un encuentro a Harry y a mí… aún no puedo creerlo… cuando lo vi ahí en un comienzo me enojé mucho, creí que esa chica se burlaba de mí, pero no, ella quería que Harry y yo volviéramos a ser amigos. Harry es el ser más maravilloso que he tenido la suerte de encontrar… ya no estaba enojado conmigo, me pidió que lo perdonara. Pero cuando creía que había recuperado a mi amigo resulta que me besó… sí Harry me besó ¡Por Merlín! Tiemblo sólo con recordarlo… y yo le respondí con todo el amor que hay mi corazón… lo amo tanto…”
Draco se detuvo otra vez, parecía que las emociones que describía ese chico en el diario podía sentirlas también él mismo, se parecían tanto a las que había experimentado con su sirviente la primera vez que se habían besado.
“Esta noche de víspera de Navidad le entregué a Harry su regalo, fue divertido porque le regalé un colgante con una luna y un sol enlazados. En el primer momento pensé que mi regalo no le había gustado, pero resultó que cuando el me entregó su obsequió, esto es increíble, era un colgante con un sol y una luna entrelazadas, sí, los dos tuvimos la misma idea. Bueno esa fue la parte divertida de esta noche, hubo algo más… fue maravilloso… Harry y yo hicimos el amor por primera vez…”
Draco continuó con la lectura del diario, terminó identificándose con la historia de amor que estaba escrita en esas páginas. La historia de esos dos chicos era hermosa, se habían amado profundamente. Sintió algo extraño cuando llegó a la parte en que el dueño del diario decía que su padre había muerto, alguien lo había asesinado, pero que él no sentía tristeza, sino alivio, pues ya nadie le impediría estar con Harry.
Aquel chico hablaba también de su madre, de cuanto la amaba y de lo agradecido que estaba de que ella no se opusiera a su amor. El resto de las páginas del diario estaban repletas de la relación de ese chico con ese Harry, los sueños, la vida en común y lo felices que eran… y era todo… parecía que el diario había quedado inconcluso, sintió disgusto, porque deseaba saber más, necesitaba saber que había pasado con Draco y su historia de amor con Harry.
Había perdido la noción del tiempo con la lectura, las horas se habían ido volando, afuera el cielo comenzaba a clarear. Le dolían los ojos, tenía sueño, se durmió con el diario entre las manos.
No sabía cuantas horas había dormido exactamente, el día parecía nublado, un sueño extraño lo despertó sobresaltado. En realidad era una pesadilla, el corazón le latía rápido y estaba asustado, en esa pesadilla unos hombres que vestían de negro querían lastimarlo, se sentía atrapado,
quería escapar pero no podía, el cuerpo de una persona estaba en el suelo, una persona que era importante para él.
El chico rubio estaba muy confundido, él jamás tenía pesadillas, tampoco sueños, sus únicos sueños eran relacionados con unos ojos esmeraldas. Pensó que aquello se debía a lo mucho que lo había impresionado la lectura de esa madrugada, debía ser causa del cansancio. El diario había resbalado hacia un costado de la cama y cuando él se movió para alcanzarlo el diario cayó al suelo. Alargó su mano para recogerlo y cuando lo alcanzó se dio cuenta que algo había caído del interior del diario, de seguro que estaba entre las paginas que estaban en blanco por eso no lo había visto antes, lo recogió, parecía que era un fotografía tenía unas letras escritas y una fecha, “Harry, mamá y yo el día de la graduación en Hogwarts”.
El chico rubio le dio la vuelta a la fotografía, lo que vio lo dejó atónito, aterrado y sin comprender, no podía ser, era imposible. Un tropel de pensamientos confusos se le agolpó en la mente, aquello era una locura, una broma. Ahí en esa fotografía estaba su sirviente sonriendo y saludando… junto a él, sí se reconocía, era él con el cabello mucho más corto, era él y se veía feliz. Se levantó de la cama con el corazón golpeándole fuertemente dentro del pecho, dio vueltas por la habitación tratando se encontrar una respuesta a esa locura. De pronto se detuvo y dirigió la vista hacia el espejo, se quedó observando su imagen, volvió a mirar la fotografía y recordó las palabras de Randall: “El caso de ese muchacho es diferente… le aseguro que él está aquí porque así lo quiso, se dejó atrapar por “Los Custodios” para ser traído a este sitio… el motivo por el cual vino y permanece aquí… es usted… el vino por usted y su verdadero nombre es Harry Potter.”.
Sí ya no había dudas en su corazón, él era Draco y su sirviente Hans… era Harry Potter, el amor de su vida, de esa vida anterior que no recordaba y también lo era en esta donde el era el “Amo”. Miles de preguntas se agolparon en su mente, qué había sucedido, por qué estaba ahí con Stefan, por qué había abandonado a Harry. No recordaba nada, no recordaba nada del pasado. De pronto miró otra vez la fotografía, la mujer que estaba junto a él era su madre, la fotografía había sido tomada hacía tiempo, dos años o tal vez tres. Su madre no había muerto al nacer él, pero su padre sí. Su padre, Lucius Malfoy había sido asesinado, él lo había escrito en ese diario.
Regresó a la cama tratando de ordenar toda la información que le llenaba la cabeza. Quien era Stefan en realidad, por qué le había mentido tanto. Por qué habían asesinado a su padre, por qué Stefan lo llamaba Lucius si su nombre verdadero era Draco. Randall había dicho que las cosas no eran como él las creía y ahora comenzaba a comprender a que se refería. De pronto volvió a pensar en su sirviente, en Harry, su corazón latió más rápido, ese chico de ojos esmeraldas lo amaba a él, sí él era Draco; había sentido celos de sí mismo… y había lastimado a Harry. Toda la emoción que le causaba saber la verdad se esfumó al instante cuando recordó que le había lanzado un Crucio a Harry, a su amor, al chico que había arriesgado todo por estar con él.
Harry debía odiarlo y con toda razón. Pedirle perdón no bastaría, había sido un estúpido Harry. Creyó que Harry tenía a otro en el corazón, como no lo había comprendido, le hubiese bastado con mirar los ojos esmeraldas para descubrir la verdad, había sido tan ciego y estúpido. No merecía a Harry, pero lo amaba tanto. Se levantó bruscamente de la cama, tenía que ver a Harry, tenía que decirle que lo amaba, que aunque no recordaba el pasado lo amaba, sí así era desde el primer día que su mirada se había cruzado con la de Harry porque ese amor vivía inmutable en su alma.
Continuará…
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