Tiempo para amarte por Valethsnape

Rutinas

Tenían una semana ya viviendo esa locura, era increíble como la mayoría del tiempo se la pasaban aburrido como ostra mirando álbum fotográficos, la casa en el día estaba vacía, Harry era Medí mago, Severus aun trabajaba en Hoqwarts, solo que ahora como subdirector además de maestro, por lo cual se exigía más. Eileen posiblemente la más afectada en esa dura rutina iba a la escuela muggle de ocho de la mañana a seis de la tarde y por lo visto, convivía muy poco con sus padres.

Ellos no había revelado su presencia por la suplica de la pequeña, esta muy atemorizada por la posible reacción de sus padres les había rogado, hincándose en el piso que esperaran as que el portal pudiera volverse abrir para irse, la niña estaba segura que si se mostraban ante sus padres, estos le enviarían alguna clase de instituto de corrección mágica, o alguna escuela adicional para controlar su magia y ella no deseaba separarse más de lo que ya estaba de ellos, este argumento acompañado de una puchero y lagrimas en el rostro de la niña, fue suficientemente valido.

Sin embargo volvía a ser lunes y sin ánimo de quedarse allí, aun cuando solo quedaban dos días para acabar el martirio, ambos decidieron que seguirían  y se verían laborando, irían hoy con Harry y mañana con Severus, para así tener idea de que pensaban estos sobre su vida. Estaban realmente sorprendidos, porque aunque ambos tenían una hija y parecían tener la familia que siempre desearon, eran realmente infelices.

En el cuarto de los esposos, se encontraban en un rincón, mirando sus despertares, aun que querían convencerse a si mismos que lo hacían por la niña, era falso, más que todo era por si mismo, porque su egoísta curiosidad que les estaba carcomiendo.

Observaron como el de ojos negros despertó primero, moviéndose con cuidado para no despertar al moreno, luego de levantarse se quedaba un rato mirando al revuelta cama, donde Harry soñaba profundamente, parecía que el hombre le gustaba observarlo cuando dormía, porque tenia una tuene sonrisa y ya no había hielo en la mirada, como habitualmente sucedía.

Luego el hombre se movió y fue hasta la ducha donde se metió sin miramientos, Harry iba seguirlo, pero Snape le detuvo dándole a entender que respetara su privacidad, el ojí verde entendiendo la indirecta se sonrojo y Snape al verle estuvo a punto de sonreír y burlarse, pero recordando donde y porque estaban allí, lo dejo pasar.

Harry se vio despertar a si mismo, le hizo una seña a Snape y este vio a un Harry mucho mayor, que soñoliento y bastante torpe se levantaba mientras se rascaba la cabeza, tambien tropezó con las sabanas un par de veces, ya no sabia si Potter estaba sonrojado por su manera de despertar o por la gracia.

Harry se dirigió al baño y ambos un poco renuentes le siguieron para presenciar una escena que no olvidarían nunca.

Harry estaba sorprendido mirando a Snape quien se duchaba bastante tranquilo, este se recupero en un rato y le dijo:

—Joder Snape, ¿Por qué no me levantaste? –reprochando la falta de colaboración de su marido.

—Adivina…..No soy tu niñera Potter, tengo mis propios asuntos. –fue su cortante respuesta, adoraba hacer enfadar a Harry a tempranas horas de la mañana.

—Pues eres mi marido que hace de equivalente a niñera. Deja de estar pensando en jovencitos, maldito pederasta, haber si haces algo bueno y mueves tu trasero hacer el desayuno, porque yo voy tarde. –reprocho Harry terminando de secar su rostro con la toalla.

Snape miro al Potter de su época como dándole a entender que no tenia idea a que se refería el otro Harry, este solo alzo los hombros sin entender tampoco nada.

—Potter estás enfermo, no me la pasó coqueteando con medio Hogwarts si es lo que crees, tus celos están descontrolados, deberías revisarte en la loquera muggle, haber si te encierran y no tengo que soportarte; porque sencillamente no admites que te encanto. –pidió Snape abrazando a Harry por la espalda, buscando más contacto.

Harry quería vomitar, estaba viéndose a si mismo dejar tocarse por Snape, mientras que Snape miraba todo sin poder creérselo. Estaban confundidos.

Harry se volteo encarando a su marido, quitándole la toalla de la cintura le dijo mientras empezaba a tocarlo.

—Porque no me encantas y sabes muy bien que solo estamos juntos por Eileen –el mayor soltó un gemido ronco al sentir a Harry tocando las partes más sensibles de su cuerpo- pero entiendo que necesites buscar excusas para que pueda “contentarte” es la única manera de que sea posible, del resto, no tienes mucho encanto. –mostrándose frió y cruel al decir esas palabras.

Ambos estaban horrorizados, viéndose como mutuamente se tocaban, Harry había cerrado los ojos, no quería ver más, la escena era bastante cruda para alguien de su edad, por no decir sumamente inexperto.

Snape si seguía observando, claramente su vida no era perfecta en el futuro con Potter, era de esperarse, pero no podía creer, que disfrutara de las atenciones de un muchacho que tenia 20 años menos que él. ¡como era posible !

Harry volvió abrir los ojos al oír un golpe seco a la losa, los abrió para volverlos a cerrar.

Severus en un ataque de furia había estrellado a Harry contra la pared y le besaba furiosamente, haciéndole gemir al tocar los puntos que derretían al muchacho.

Snape reacciono y halo a Harry para salir de allí, afortunadamente la puerta estaba abierta y pudieron salir del baño sin ningún tipo de problemas, salir de la habitación si fue con un poco más de cautela, pero al estar a salvo en la sala, se sintieron un poco mejor, aun cuando los gemidos llegaban hasta allí, no tenían que presenciarlo, lo cual seguramente resultaría de alguna forma terriblemente agradable.

En la sala estaba la niña, quien al verles les saludo muy tranquila, como si los gemidos que vinieran del cuarto de sus padres fueran normales.

—Hola futuros papas, como ven hoy es día de ruido en mi casa. –Mirando la habitación de sus padres, se sorprendieron al ver que esta parecía bastante complacida por eso; esta les aclaro- Luego de eso, ustedes andan muy cariñosos y me compran cosas, me pone feliz estos días. –comento sorbiendo su café, al parecer la niña era bastante autosuficiente.

Snape con incredulidad dijo:

—No puedo creer que ni siquiera lancen un hechizo a la puerta, digo que no lancemos, joder….-al ver a la niña mirarle reprobatoriamente pidió- olvida que dije esa ultima palabra, es que, somos unos irresponsables.

La niña rió y contesto:

—Creo que nunca lo hacen planeándolo, si lo planearan posiblemente nuestra familia fuera más grande, o tal vez no seria así; les he pedido hermanito, pero ambos se niegan. –informo molesta.

Harry ya más tranquilo del trauma pregunto:

—¿Y porque no quieren más hijos? –Ganándose que todos les miraran estupefactos- Es que…No es que me guste la idea de parirlos yo, pero…Siempre he querido una familia grande, no entiendo porque….-Pero la niña le interrumpió.

—Por las normas, creo que ninguno quiere separarse, solo que son unos cabezones y jamás lo admitirían, si vuelves a quedar embarazado y es varón, ustedes podrán divorciarse, y seria el fin de nuestra familia. –aclaro la niña con pesadumbre.

Snape y Harry se miraron, ambos con vergüenza de si mismos, porque fueran los años que fueran, eran ellos, sus decisiones y aptitudes habían definido una familia llena de tristezas y carencias.

Queriendo dejar el tema a un lado le preguntaron a la niña en que fecha exacta estaban, ellas les dijo que era 15 de octubre de 2007, habían pasado 10 años. La pequeña tenía 9 años.

Si esto no acabada pronto, tanto Harry como Severus iban a mostrarse ante sus yo e iban abofetearse por lastimar “sin querer” a su pequeña hija, por lo que ambos llegaron a la deducción de cuanto les importaba su familia, aun sin tenerla en sus tiempos. Era una necesidad que les unía, la necesidad de sentirse y dar amor a una pequeña que cada día les llenaba el alma con sus palabras y sonrisas. Era increíble que ese ser, fuera parte de ellos.

Estaban tomando una taza de café cuando sus contrapartes del futuro salieron del cuarto, perfectamente duchados y vestidos, Harry con su bata de medí mago que resaltaba y Severus con sus más que habituales túnicas negras.

Dejando la taza rápidamente en la mesita vieron como ellos se preparaban para salir, Harry le pregunto a su hija:

—Eileen ¿tus cosas la escuela están listas? –mirando los oscuros ojos de su hija.

—Si papa, todo listo, la lonchera, el jugo, el dulce y tambien los cuadernos y la tabla de multiplicar. –contando cada cosa con los dedos como ya era rutina.

—Que bien, esa es mi pequeña serpiente. –Alabo Severus dándole un galeón de regalo.- Estudia mucho, te quiero pequeña. –dándole un beso camino hasta la chimenea para irse.

La niña le vio irse, su otro padre se le acerco y pidió:

—Hoy iremos por traslador hasta un callejon cercano, es tarde y no puedo llevarte caminando. –aclaro el ojí verde mientras le tendía una vieja media.

La niña comprendió y tomando el traslador desapareció junto con su padre.

Snape aprovechando el momento de soledad que había le habló a Harry:

—No puedo creer que esto este pasando Potter, no debemos estar aquí, solo arruinamos más las cosas. –exclamo molesto mientras iba de un lugar a otro.

Harry se levanto de sofá furioso y replico:

—¿arruinar qué? Mire a su alrededor, ya todo esta echado a perder, todo por su culpa.

Snape se detuvo y mirándole dijo:

—¿Mi culpa? Usted disculpe señorito Potter, pero no soy yo el que anda como perro enrabiado porque cree que dedico mis horas de trabajo a pervertir estudiantes. –soltando sarcasmos en cada palabra.

—Si usted tuviera sentimientos, si no fuera como un témpano de hielo, de al menos le importara un poco mi persona, supiera que decirme y eso no pasaría, pero claro, es mejor utilizar su colección de ironías a sentarse hablar con su marido. –harry dijo esto rápidamente y con rabia, por lo cual Snape se callo y sentándose habló en susurros.

—Esto no nos lleva a ningún lado Potter, solo hacemos que las cosas sean iguales, yo aun no cometo esos errores y usted aun tampoco comete algunos tantos, deberíamos no sé, intentar arreglarlo. –comento sin poder creerse que esas palabras hubieran salido de su boca, si no fuera por Eileen, solo por la niña.

—Me parece bien, pero creo, que ya esto no puede arreglarse, pero, podemos intentar no caer en los mismos errores. –respondió Harry mirando el piso.

Severus iba contestar, cuando Harry volvió aparecer, esta vez buscando todo apresurado para poder ir rumbo al trabajo, era obvio que estaba retardado.

Ellos vieron que este se detenía un poco a mirar la fotografía que estaba sobre la chimenea. En ella aparecía Harry a quien Severus abrazada de la cintura, sobre el pecho del ojíverde estaba una bebe recién nacida, por su color rosado, creían que sí, los hombres tenían una sincera sonrisa en los labios y la niña gorgojeaba felizmente. Vieron a harry tomar la fotografía y besarla para luego tomar los polvos flu y decir:

—San Mungo. –y desaparecer tras el fuego.

Ellos se apresuraron al seguirle, no pasaron mucho hasta que pudieron darle alcance por los grandes y variados pasillos del hospital, este en poco tiempo estuvo en su consultorio, se sorprendieron al ver que Harry era un obstetra.

Este se sentó en su escritorio, ambos se preocuparon al ver que cerraba los ojos y se tocaba el estomago como mareado, Harry sabia que el viaje de Flu no era su fuerte pero nunca había llegado a tanto.

Snape se movió con cuidado para ver la fotografía que estaba en la mesa de Harry, allí aparecían los tres en el parque, seguramente la niña tendría 5 años.

Harry aun mareado como estaba levanto la mirada, sentía una extraña presencia en el lugar, aunque no podía definir que era.

Miro a todos los rincones y no vio nada, iba a lanzar un hechizo para saber si había gente pero en eso Draco Malfoy hizo su entrada.

—Hola Harry, ¿Cómo estas hoy? –Draco iba vestido de mago, pero ambos entendieron su presencia al ver el abultado vientre que sobresalía de la camisa del rubio que aun gordo se mostraba radiante y feliz.

—No muy bien, tengo mareos, creo que la red de flu empieza afectarme. –comento algo molesto por sentirse mal.

—Eso mismo decías cuando estabas embarazado de Eileen, no será que vas hacer papa a Severus otra vez, seria lindo, no seria el único con una gran panza. –comento ilusionado.

Harry pareció entrar en Shock consigo mismo, abrió los ojos y después de un largo debate interno donde solo se quedo estático respondió:

—Es posible, ¿Y si estoy embarazado? Merlín, si es un varón ¿Qué va pasar? –pregunto mirando con miedo al rubio.

—Probablemente Severus estará encantando de que sea varón, Remus estuvo feliz al ver a nuestro pequeño Andrés; el que sea varón no les obliga a separarse, Severus no te dejara ir aunque pudiera, te ama, entiéndelo. –explico el rubio tranquilamente mientras acariciaba su panza.

Harry se mostraba nervioso y contesto:

—No quiero perder a mi familia, ¿Qué piensas del aborto? –pregunto totalmente decepcionado de si mismo.

El rubio le miro estupefacto y le habló severamente:

—No estarás pensando…¿No lo haz hecho antes verdad? –pregunto indeciso, era extraño que en tantos años Harry no hubiera salido en estado de nuevo.

Harry le miro molesto y aclaro:

—Claro que no, he tomado pociones para evitar un embarazo, pero últimamente Snape lo hace de improviso, no me da tiempo de nada. –reconoció sonrojándose.

—¡Vaya que susto!, ni se te ocurra matar a ese bebe, porque mi padrino si que te manda a la mierda. –dijo Draco sintiendo a su bebe patearle, ya tenia 5 meses.

—No estoy seguro de todas formas, no voy hacerme un aborto si no hay un bebe –Harry cerro los ojos desesperado y se halo los cabellos- No puedo creer que este pensando esto Draco, yo no quiero perder a mi bebe, pero tampoco quiero perderlo a Severus. Soy un cobarde. –tocando su vientre plano con tristeza.

Draco se levanto y acostándose en la camilla dijo:

—Eres un estupido Harry Potter, solo habla con mi padrino, él tambien te quiere, aunque sea un imbecil cabezón incapaz de decírtelo, los sois unos cobarde, hasta yo, termine admitiendo que me derretía por el licántropo, sigue tu propio consejo. –recordándole quien le dio el valor de declarársele al de ojos miel.

—Lo pensare te lo prometo. –afirmo levantándose a revisar el embarazo de Draco.

Harry quien veía a su otro yo trabajar, estaba sin poder creerlo, él estaba enamorado de Snape y de paso era tanto su amor por que hombre que consideraba la posibilidad de perder un hijo, matar una vida inocente para conservar al hombre. Un hombre totalmente imperfecto. Tal vez había más de Snape que descubrir….. Concluyo mientras veía al hombre quien tambien estaba sumido en su mente.

Snape mientras tanto no podía comprender cuando Potter se había vuelto tan increíblemente fácil de odiar y amar, era totalmente increíble que pensara en perder en hijo, por estuvo tentado a aparecer y golpearle, pero la razón por la cual deseara hacerle le mantenía fijo en si puesto. Era él, por él, porque estaba enamorado. ¿Qué tan grande era el corazón de un Gryffindor?

Esa mañana no hubo más sorpresas, Harry fue hacerse los exámenes de sangre en el receso y al final del día fue obedientemente a buscarlos, parecía que…..estaba ansioso y a la vez muy asustado.

Harry no reviso los resultados, los guardo tan intactos como se los dieron; ambos con cautela se fueron antes que Harry para así no hacer su llegada más notoria.

Esa noche fue tranquila, Snape llego temprano y se sentó en la mesa a corregir exámenes, Harry estaba revisando historias médicas, mientras que la pequeña Eileen miraba la tele despreocupada.

Harry camino hasta la habitación de la pequeña a descansar un rato, luego dormirían en el sofá, por lo cual era bastante incomodo.

Snape le dio alcance pronto y le dijo suavemente:

—Creo que debemos ayudar un poco. –mirando algún punto en la pared que le resultaba interesante.

Harry le contesto:

—No debemos, usted mismo lo ha dicho, entre más rápido nos vayamos mejor. –repitiendo las palabras que el primer día dijo el mayor.

—Pero no puedo dejar que mates a nuestro hijo, tengo que saber que me amas, tengo que decirte que te amo. –diciendo las palabras sin pensar.

Harry estaba mirándole sin poder creer las palabras del hombre, este aclaro:

—Quiero decir, mi yo futuro, a tú yo futuro. Sé que esto igual va cambiar, pero ni siquiera en un universo alterno vas a perder un hijo mió Potter, totalmente prohibido.

Harry sonrió indulgente y habló:

—¿Esto va cambiar? –pregunto con temor, en verdad quería que cambiara.

Snape le toco una mejilla con un dedo, recorriéndola lentamente, mientras decía con sinceridad:

—Es un juramento, esto va cambiar, así tenga que tomar una poción de amor para cambiarlo. –dando por primera vez una sonrisa verdadera ha alguien que no fuera Albus Dumbledore.

Harry le miro con alegría, y sin saber porque abrazo al hombre, dejando descansar cu cabeza en el hombro del hombre, era necesario creer en esas palabras para sentirse bien.

Harry busco el sobre entre sus papeles, temblaba al abrirlo, pero necesitaba saber.

El temor no pasó luego de leer el examen, era positivo, tenía un mes y medio de embarazo, iba tener un hijo, el varón que Severus necesitaba para alejarse de su lado. No quería perder a su pequeño, pero tampoco a Severus. ¿Qué hacer?

Ellos vieron a Harry quemar y tirar el papel a la basura de la cocina.

El ojí verde fue camino al cuarto a dormir; Severus dijo:

—Reparo. –Y tomo el examen, para luego decirle- Estas embarazado, un varón.

Harry tembló sin saber porque y pregunto:

—¿Qué vamos hacer? –pregunto sin saber como detenerse a si mismo de hacer una locura.

—Haremos que yo encuentre esto. –señalando el resultado de los exámenes de Harry.

Harry le miro sin entender y le pregunto:

—¿Qué va ayudar que tú los veas? –como queriendo darse la razón a si mismo, Snape solo iba separarse.

—Potter, te he soportado por 10 años, tenemos una hija, disfruto nuestras relaciones sexuales, ¿eso no te dice algo? –pregunto con ironía el hombre.

—Que soy bueno en la cama. –pregunto sonrojado.

Severus estuvo a punto de lanzarle el periódico más cercano, pero en cambio rió y aclaro:

—Tal vez, pero, quería decir que yo tambien debo estar enamorado de ti. Así que manos a la obra, hay que poner esto en los exámenes que corregí. –señalando el maletín sobre la mesa.

Harry quito el papel de las manos de Snape, y lo metió entre los exámenes corregidos del hombre.

Snape se sentó en el sofá cansado estos días había aprovechado la ausencia de la gente para ducharse, pero hoy eso no había sido posible, sin embargo ya era de noche y el baño de visitas estaba solo, por lo cual, con un hechizo silenciador bastaba.

Harry le vio ir al baño, cerrando los ojos sonrió. Siempre las cosas pasaban por algo, y su hija había ido al pasado a llevarles la oportunidad de ser felices, eso estaba seguro.

Como todos esos día despertaron temprano para ver como Eileen dormía placidamente enfurruñadita en su cama y la pareja abrazados sin ser conciente de estarlo, solo que hoy, Harry fue el que despertó primero tocando su plano vientre y derramando algunas lagrimas silenciosas, ellos le miraban son desolación; aunque Severus odiara admitirlo, ver a Potter a cualquier edad llorar desconsolado, no era nada agradable.

Esa mañana la rutina se repitió, solo que esta vez Harry preparo el café mientras que  Eileen se caía del sueño en cualquier parte, vieron a Harry irse temprano con la niña la escuela caminando y a Snape recoger sus cosas para marcharse a Hogwarts.

Siguieron al hombre, para así asegurarse que vería el papel en algún momento.

Este llego a sus mazmorras y empezó ha acomodar sus frasco de pociones que eran más necesarios por si algo salía mal en la clase.

Harry se sentó en la mesa del maestro sin hacer sido y Snape en unos de los pupitres del aula, veían al hombre acomodar y asear algunas cosas.

No paso mucho cuando entro remus Lupin este traía algunos ingredientes de pociones y le decía a Snape:

—Hola Severus, veo que llegaste temprano, ¿Cómo esta Harry y la hermosa de Eileen? –pregunto alegremente, Remus parecía estar feliz con su vida, o eso quiso pensar harry, quien ver a su casi segundo padrino con esa miraba le hizo sentir gustoso.

—Eileen grande, más bella y Harry bien, hermoso. Ambos son muy bellos. –respondió Snape distraídamente, pero tanto para Harry como parar el mismo severus, se sorprendieron al escuchar ese tono sincero con que cual había hablado.

Remus sonrió indulgente, sentándose en la mesa peligrosamente cerca de Harry, quien empezó a moverse lentamente para no ser notado; el licántropo habló:

—¿Vas a traerlos al baile de los brujos? Es un día especial, para compartir en familia. –interrogo el otro, mirando al de túnicas negras dejar de arreglar y voltearse a mirarlo.

—Harry y yo somos felices, no sé a que viene eso. –mirando sin entender al hombre.

Remus elegantemente se levanto y poniendo una mano en el hombro de Snape contesto:

—Creo que ambos piensan que ser feliz es tener una familia y ya, es más que eso, deberías decirle que lo amas. –Snape iba replicar pero Remus siguió- sé que lo amas, sé que adoras a Harry, como él te adora a ti, y si ambos fueran sinceros y ocuparan más su tiempo en demostrarse lo que sienten, conocerían la felicidad que gracias a Merlín se me presento a mi. –concluyo el hombre dejando los ingredientes en la mesa y saliendo del lugar con pasos lentos.

Severus le miro marchar, era hora de su primera clase

Ya iba ser medio día cuando Snape le dio por entregar a los Gryffindor los benditos exámenes, rogaban a Merlín porque Harry no hubiera hecho ninguna estupidez por ahora. No paso mucho el hombre vio los exámenes, espero que todo el mundo se marchara para abrirlos.

Vio como el de túnicas negras miraba el papel con emoción mal disimulada y tambien con miedo, pareció que medito un momento su actuación y luego tomo unos polvos flu y dijo:

—San mungo. –desapareciendo en el acto.

Harry le dijo a Snape:

—Le seguimos –parecía una orden, pero en modo sugerencia.

Snape asintió y tomando de Harry de la cintura, cosa que le sorprendió de sobremanera pronuncio el mismo nombre que su contraparte del futuro.

Al aterrizar fueron rumbo al despacho de Harry; pero pronto se dieron cuenta tal como Snape que Harry no estaba allí, buscaron en varios sititos, pero no vieron a ninguno.

Algo extrañados fueron rumbo a la casa, donde había señales que Snape tambien pensó en ir allí, pero ninguno de los dos, estaba. Solo había un lugar. El colegio de Eileen.

No estaban equivocados, allí entre los juegos de una plazoleta cercana estaba Harry meciéndose de un columpio, snape caminaba hacia él sin decir nada, sin reprochar nada. Solo en silencio, hasta llegar a él y suavemente columpiarle.

Extrañados vieron como el proceso se repitió un rato, hasta que Harry detuvo el movimiento y levantándose le dijo a Snape:

—Severus….Yo…..Estoy embarazado. –mirando la grama del lugar con pena.

Snape sonrió, levantándole la barbilla susurro mientras acercaba sus labios:

—Es maravilloso. –uniéndose en un suave y tierno beso.

—Es un varón. –aclaro Harry para hacer entender al su esposo.

—Lo sé, encontré tus resultados entre mis notas corregidas, fue una grata sorpresa. ¿Quieres dejarme ahora que es un varón? –pregunto Snape  sintiéndose miserable.

Harry negó con la cabeza y pregunto:

—¿Tú quieres hacerlo? –temblando ligeramente, Severus le vio y le abrazo mientras aseguraba.

—Claro que no, han sido 10 dichosos años contigo, no perfectos, ciertamente tenemos muchas responsabilidades y el no admitir que el odio no existe fue un error, creí que no quería embarazarte más, creí que podrías hacer una locura, pero estas aquí con mi hijo. –acariciando levemente el vientre plano por encima de la ropa.

—Pensé en hacer una locura –reconoció Harry mirando al hombre- pero acabar con la vida de un hijo tuyo, era como acabar por mi amor por ti y aunque  hubieras decidido dejarme, me quedaría el amor incondicional de un hijo. Jamás lo lastimaría, aunque aun soy egoísta y hasta malcriado, jamás lastimaría de ninguna forma a mi familia, creo que tienes razón, tenemos responsabilidades Severus y no debería ser así más. Voy a renunciar a San mungo, por ti y por mi hija y por nuestro bebe. –dijo decidido abrazando a su esposo.

Severus cerro los ojos sintiendo la fragancia de su esposo, así juntos, siempre todo había sido perfecto.

—Creí haber quemado ese papel…..-comento Harry, pero estando feliz en los brazos del hombre no se puso a pensarlo.

Harry y Severus se sonrieron, misión cumplida.

Esa noche Eileen conjuro de nuevo el portal, allí estaban esperando para cruzar; la niña se mostraba más feliz que cuando llegaron al lugar, sabían que estos diez años de tristeza para su familia eran irrecuperables, pero al menos tenían la posibilidad de cambiarlo y era seguro que ambos lo intentarían.

Harry se agacho y abrazo a la pequeña, acariciando los rizos rojos.

—Cuídate mi niña linda. –pidió sonriéndole.

Snape tambien se agacho por un momento y dejo un beso en su frente.

—Adiós señorita Snape, sea una buena Slytherin. –riendo un poco al ver la cara de la niña.

Escucharon antes de cruzar que la niña aseguraba.

—De hecho papa, prefiero ser una buena Gryffindor. –ninguno lo vio, pero la niña lloraba agradecida, porque tenia la certeza que desde ahora su vida seria muy distinta.

Al estar de nuevo en el oscuro rincón de las mazmorras, Harry habló:

—Estamos aquí. –Con inseguridad en su voz- Volvimos.

—Si, será que el tiempo no se altero. –Filósofo Snape por un momento.- Potter quiero que sepa que esto me ha hecho ver que no deseo que algo similar nos pase. ¿Consideraría darme una oportunidad? –pregunto el mayor mirándole.

Harry estaba por responder cuando Ron y Hermione aparecieron preocupados:

—Harry, ¿donde estabas? Son las doce de la noche, nos preocupamos. Ahhhhh estas con el profesor Snape. –mostrándose más tranquila.

—Potter estaba conmigo, ambos aprendíamos una lección. –comunico el hombre mirando de vez en cuando a Harry.

Hermione pareció no entender y tampoco pretendió hacerlo, porque solo le dijo:

—Mejor vayamos a la sala común, ¿nos acompaña profesor? –pidió la chica algo asustada por ser atrapada a deshoras fuera de su sala común.

Severus asintió, viendo como Weasley se acercaba a Harry y le decía:

—No te lo vas a creer Harry, pero a Malfoy le obligaron a casarse con Remus, pobre Lupin, mira que soportar a un Malfoy, será una vida de desdichas. –comento el pelirrojo en broma.

Harry sonrió con ironía, y replicó:

—No me digas, estoy seguro que se las apañaran bien juntos. –dejando sorprendiendo a Ron y tambien algo a Hermione.

Ellos no comentaron mucho más hasta llegar a la sala común, entraron apresuradamente lo cual era comprensible por lo fríos que eran estos días tan cercanos a Diciembre.

Harry se volteo hasta Snape y respondió:

—Si, le daré una oportunidad. –dándole una sonrisa tierna, la verdad es que su lado sensible se había activado con esta ida al futuro, fue una lección para aprender amar.

Snape le agarro por un brazo antes de que entrara a la sala común y acercándosele le dijo:

—Gracias. –dándole un ligero beso en los labios, solo un roce, pero que prometía muchas cosas, entre ellas, un futuro lleno de sinceridad.