Que noche mas espectacular, ni en mis sueños mas húmedos, me la hubiera imaginado, y quien creer que iba a terminar este fin de semana de porquería de esta manera, “jajja”, de la mejor manera…
Entre abrí los ojos, y me encontré en un cuarto que no era el mió en lo mas absoluto, las sabanas, el olor, la luz de las ventanas, me hacían dar cuenta que ya había estado en este lugar, parecía como si estuviera teniendo un deyabu, y al girar mi cabeza, me encuentro con tu figura, cubierta solo con una delgada sabana, que marcaba toda esa delicada figura, que la luz de la luna reflejaba, y me vinieron a la mente todos los recuerdos de horas anteriores, y al mirar tu rostro, con ese pelo, que cubría tus ojos, termine de caer en la realidad, de lo que hacia en ese lugar, y apoyando mis dedos, sobre tu frente logre despejar tus ojos…, que lindo que te veías durmiendo, me encantaba, contemplar, como soñabas, como cuando éramos chicos, y tu te quedabas dormido en mi pecho, y yo me desvelaba toda la noche, mirándote, y revolviendo, todo tu cabello.
Solo espero que esta noche nunca acabe, ya que me has hecho la persona más feliz del mundo, y me volví a dormir, acariciando tu rostro, asta que mi mano resbalo por tus labios, y se volvió a posar sobre la almohada. Esta vez al despertar, se veía claridad, sobre la cama, que penetraba por la ventana, pero no de sol, sino como si nuevamente se hubiera nublado, y a mi lado, tu ya no estabas, solo se encontraba, tu lado de la cama revuelto, y me percate de mirar el celular, y eran mas de las 10 de la madrugada, “y que mas da, me quedo acostado, un rato, mas”, pero si hoy es Martes, “martes, tenia que estar en la escuela, a las 8 de la mañana”, y para colmo, ya llevo dos horas de retraso. Me levante, y me vestí, con lo primero, que encontré a mano, mi pantalón de jean, un cinto blanco, y abri el armario de maurito, y tome una chomba celeste, con capuchita, y un suéter, del mismo color, y en eso que me estoy poniendo las zapatillas, te veo subir por la escalera de caracol, que hay en tu cuarto, trayendo en tu mano dos tazas, con algo calentito, a lo que le sale vapor, y te acercas y me das una, a mi, “gracias…”, luego te acercas a la ventana, que da a la calle, y te quedas mirando hacia fuera, afirmado, en el vidrio “otra vez ha empezado a llover, parece que no piensa parar”,
-“eso parece, ¿no?”
Y tu te vuelves, mirándome a mi, mientras, yo me termino de atar, los tenis, y te acercas a mi, con cara de preocupación, “Christián, ¿tenemos que hablar?”
-“si seguro, decime”
Igualmente, ya me la veía venir, seguro que querías hablar de lo que había pasado, hace unas cuantas horas…
-“Christián, mira, no se como decirte esto, pero, sobre lo que paso anoche, creo, que tendríamos, que mantenerlo en secreto, que nadie se enterara”, eso creo que era algo bastante obvio, pero bueno si no quedaba otra.
-“pero, lo que paso anoche, fue algo que aun no entiendo, y no se si es lo que yo quiera, ya que estaba un poco confundido, y tal vez necesite un poco de tiempo, entonces te voy a pedir, que por favor, no comentes nada de esto con nadie, ya que si mis amigos se llegan a enterar, no se que valla a pasar…”
Otra vez, aparecen sus amigos, asta un punto era entendible, pero que otra vez, ponga a sus amigos, por encima de mi, me saco de onda, y que no sabia si era lo que el quería, la verdad que no pareció”
-mira maurito, hace lo que quieras, yo por mi parte, no pienso acercarme mas a esta casa…, y yo no te obligue a nada, tu solito lo empezaste.”
Y me pare, y pegue media vuelta y me fui, solo podía escuchar, al cerrar la puerta de calle, que tu me decías: “chris, no te enojes”
Y yo iba tan caliente, que ni me importo lo que digiera. Así paso toda la semana, en la que salía de la escuela, y pasaba por otra cuadra, para no pasar por el frente de tu casa, y tu no fuiste capaz de mandar un solo mensaje, y para mi ya estaba muerto, lo que paso, así como paso, allí se quedo.
Y el viernes decidí salir a una discoteca, muy conocida, de mi localidad, con mis amigos de la escuela, y algunas amigas, y llegamos allí, y estaba muy lleno de gente, y en eso alguien nos comenta que avía una fiesta de “todos con todos”, que buena idea fue lo que todos dijimos, y me decidí a tomar mucho esa noche para olvidar los problemas que me machacaban la cabeza, y tome asta animarme ha hacer cualquier cosa, y me subí a una de las plataformas del primer piso, a bailar, mientras mis amigos, me miraban desde el segundo piso, y se mataban de la risa, ya que nunca esperaban, que yo que era el tímido del salón, me atreviera a hacer, somera locura, y en eso que miro hacia otro lado, y vuelvo a mirar a mis amigos, lo veo a maurito, hablando con mis amigos, y señalando, hacia mi, parecía que les estaba preguntando donde estaba yo, y como haciéndome el tarado, mire para otro lado, y en eso se suben dos flacos, que van a mi escuela, a un curso, mayor que el mió, y me pasan una botella de algo que estaba muy fuerte, y me dicen: “¿te pinta, que esta noche, nos descontrolemos?”, y con la rabia que tenia encima, que el caradura del mauro, se aiga aparecido, allí, le conteste, que esta noche me venia bien cualquier camión, y luego, de reírnos, empezamos, a bailar, al ritmo de la música y las luces, de colores, y le seguíamos dando a la bebida, y luego, subió otro flaco mas que yo conocía por una amiga, y se prendió a la joda, y nos empezamos a acariciarnos, y tocarnos, muy mal, entre los cuatro, y la música estaba cada vez mas fuerte, y entre la oscuridad, y las luces que se apagaban y prendían, y uno que otro trago mas, ya no sabia ni lo que hacia, y en una de esas, uno de los chicos, me quita la remera, subiéndomela hasta el cuello, mientras me tocaba, y empezaba, a volcar el contenido, de una de las botellas, en el cuerpo, y se bajaba, a saborearlo con su lengua, y otro de los flacos, me levanto, y me enganche con mis piernas por su cintura, mientras, miraba hacia el techo, y todo giraba a mi alrededor, era espectacular, sentir esa sensación de descontrol, mezclada, con lujuria, mientras los otros dos flacos bailaban a mi lado, y me pasaban la botella, y yo me volcaba todo el alcohol encima, de mi.
Ya después de media hora, esa plataforma, como otras tantas, eran un descontrol terrible, y a nadie le importaba, y menos a mi, que solo me quería sacar al maurito de mi cabeza. Los tres flacos que estaban manoseándome a más no poder, ya se habían quitado sus remeras, y solo sentía sus cuerpos duros deslizándose sobre el mió.
Y se me ocurrió mirar a donde estaban mis compañeros de clase, que ya los tenia olvidados, y estaban mirándome con una cara de asombro terrible, por lo que estaba haciendo, y maurito, tenia una cara terrible, que la verdad no me importaba, porque el se la merecía, y uno de los flacos, que hasta ahora le prestaba atención, me subió sobre su cintura, y lo reconocí, era uno de los capitanes de el equipo de voleibol de mi escuela, y estaba terrible, tenia un cuerpo terrible(aclaremos, con terrible, quiero decir que estaba como quería, estaba hermoso), y me susurro al oído: “no sabes las ganas que tenia de hacerte mió todo este tiempo que te veía pasar frente al gimnasio, y tu no me dabas ni media bola”, y me agarro del cuello con una mano, y me acerco a su boca, y nos fundimos en un beso terrible, .mientras con la otra mano, me acariciaba la espalda, bajando, hasta mis glúteos, y apretándolos, entre sus manos, en realidad, cuando me empezó a morder un labio y su mano empezó a adentrarse, por zonas mas sensibles, caí en lo que estaba haciendo, pero como el chico me gustaba tanto, no me importo, y le di para delante, y así se repitió, con los otros dos chicos, que estaban a mi lado, uno rubio, y otro, que para esa altura, ya no sabia de donde lo conocía. Si les confieso, la verdad, que esta noche de descontrol, me estaba gustando bastante, y quería seguirla hasta donde terminara, mientras me aferraba a el cuerpo de mi capitán, para no caerme , este me acerco a su cuello, y me empezó a tocar, con su lengua, y para ese momento, estaba totalmente excitadísimo,
-“Christián, ¿quieres que vallamos a mi casa?”
-“si por su puesto, quiero saber si todo este tiempo, estuviste tan bueno como mis amigas decían”
-“te aseguro que lo vas a comprobar”. Y mientras el me hablaba al oído, yo trate de mirar, a maurito, y hay estaba el con su carita de angelito, dentro de tanta lujuria, y no puedo creer, que fui tan cruel, que lo mire sin ningún descaro, para que se diera cuenta que yo estaba allí, como haciendo un tipo de jueguito sucio, y lo tomo entre mis manos, a Juan pablo, que era como se llamaba, el chico que me hablaba al oído, y me acerque a su boca, y nos empezamos a besar descontroladamente, mientras miraba a mi angelito, hacia el segundo piso, y el se mordía el labio inferior, como queriendo decir que a el le gustaría estar en el lugar de Juan pablo. De pronto, Juanpi, se acerco a los otros dos flacos, y les dijo algo que agarre al instante, “que nos fuéramos los cuatro juntos a su casa que no estaban sus padres, solo su hermano”, o sea que esto es de cuatro, la verdad que no lo esperaba, pero bueno, si no queda otra, “chris, vamos”, “vamos”, y lo ultimo que atine ha hacer fue a mirar a maurito, quien con su cara de desesperación, me decía que no me fuera con ello, que me quedara con el, pero sus labios no lo podían decir, y me baje de la plataforma, y abajo me estaba esperando, Juan pablo, quien me tomo entre sus brazos, y me bajo, la verdad que me estaba gustando, la forma en la que me trataba, ya que el que tenia una reputación, que cuidar, en una escuela de hombres, y mas como capitán de un equipo, no le importo, que sus amigos, lo vieran franeleando con migo, a un metro de altura, donde todo mundo nos podía ver, y me tomo de la mano, para que pudiéramos salir del lugar, la que estaba muy lleno de gente, y en eso que estábamos por llegara la puerta de salida, nos encontramos con mis amigos, y me dicen, un tal Mauro, te estaba buscando, “a si ya me di cuenta”, y otro, al ver que Juan Pablo, me tenia de la mano, se me acerco al oído, “¿te estas comiendo al capitán del equipo de voleibol?, y solo le sonreí, porque la pregunta no podía ser mas retórica, y en todo caso era bastante obvio. Y entre todos, nos empezamos a reír, porque todas mis amigas se lo habían querido tranzar, y no habían podido.
En eso siento, que me dicen: “¿ya nos vamos?, y los dos chicos, y Juan Pablo, me estaban devolviendo la mirada, y me despedí, y nos fuimos.
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