Aun recordaba la ultima vez que se encontraron fue justamente en al batalla final
“ Harry estaba agotado, como el resto de su ejercito la guerra había durado mas de lo que cualquiera desearía, pero ahí seguían, para lograr alcanzar la ultima esperanza, el ultimo anhelo, su gran sueño.
Ver por fin la paz, tal vez estaban perdiendo mucho, pero era un costo que debía pagarse y quien sabe tal vez con un poco de suerte y lograran ganar, dando así la paz al mundo mágico y muggle.
Todo lo que él era, lo que conocía, lo que de verdad le importaba... Había perdido a sus padres, a su padrino, a los Dursley, a Dumbledor, a Snape a sus amigos, era demasiado...
Con rapidez se tiró al suelo, el rayo verde estuvo a punto de alcanzarlo, no sabía a ciencia cierta quien lo había lanzado, tampoco le importaba, mantenerse con vida sí. Estaba cansado, en varias ocasiones pensó que dejarse matar sería lo mejor, su muerte sería rápida y se libraría de tanto sufrimiento, pero cada vez que pensaba eso miraba alrededor, entonces veía a todos sus amigos y conocidos luchando con él... Apoyándolo...
Debía terminar...
Por sus padres, Sirius, Dumbledor,...
Por la paz del mundo mágico.
Alzó la vista y vio a lo lejos, justo en la cima de una colina, a Volfemort acompañado de sus mejores hombres- es mi oportunidad- pensó, ellos estaban abstraídos mirando la batalla, llegaría a él tomándolo desprevenido y darle fin a todo.
Con sigilo se fue acercándose, tuvo que rodar para encontrar un buen punto de ataque, respiró hondo, ahora empezaba la verdadera batalla, se paró con todo su rapidez, mandó un hechizo que atravesó el aire, Voldemort no estaba
-No creíste que sería tan fácil, ¿ o sí? - escuchó detrás de su oreja izquierda- estas perdido, ríndete- siseo el hombre mientras lo rodeaba
-Aún no termina, Voldemort, ¡te haré pagar todo el daño que has hecho!- le retó, a pesar de estar en desventaja tenía esperanzas
-Yo creo que no - fue su socarrona respuesta, cuando Harry lo encaró, ya no estaba, en su lugar estaba Draco Malfoy
-Hazte a un lado, Malfoy- gruñó, Voldemort se le escapaba y todo por que al rubio se le antojaba jugar al ortífago, el chico en cuestión sonreía realmente fascinado con la situación
-¿Quieres jugar al héroe Potter?, pues bien, juguemos- se puso en guardia esperando el primer movimiento del moreno
-¿Por qué haces esto Malfoy?- sus palabras debieron mover algo dentro del otro, pues su mirada cambió, por un segundo se pregunto si su respuesta podría ser tan grande
-Por la causa- contestó como si fuera lo mas obvio del mundo
-¿Qué causa?, tú...
-Ahórrate tus discursos, o que, ¿pretendes convencerme de que estoy en el bando equivocado?, ¿qué es absurdo lo que hago?, ¿qué ser elitista no me va a llevara ningún lado?, ¿qué hay algo mejor para mi?, pues sabes que, ¡no me importa!, ¡no me importa nada!, ¡no me importas tú o el ministerio y mucho menos los malditos muggles!, son basura.. Y debemos deshacernos de la basura- terminó siseando
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Malfoy había sido colocado sobre un montículo, no parecía asustado, de hecho se veía feliz, los dementotes comenzaron a descender en círculo sobre la cabeza del rubio, un auror leyó los delitos y el castigo del reo, cuando terminó, dejaron bajar al primer dementor
-Draco Lucius Malfoy Black, ¿se arrepiente de sus delitos?- inquirió el delegado, Malfoy sonrió y posando a mirada en la audiencia, contestó:
-No tengo nada de que arrepentirme- su voz fue firme. Una conmoción se desató en el público, pero el seguía imperturbable
-Por el poder que me otorga el ministerio, lo declaro culpable de todos los crímenes, sin absolución y penado a la muerte por el beso del dementor, ¿un último deseo?- el rubio asintió levemente, su sonrisa daba desconfianza, después de todo el fue uno, sino es que el mejor de los mortífagos- digalo
-Quítenme las esposas- todo el mundo quedo anonadado por su peculiar petición, otros por miedo, ¿tendría un plan para escapar o algo así?
El delegado se lo pensó un poco, quitarle las esposas a un prisionero especialmente a alguien como él era muy peligroso, pensando esto observó al chico, demasiado serio, no parecía temerle a la muerte o al dolor, sabía todo lo que arrastraba, las culpas con las que cargaba, pero nunca llegó a saber lo que llevaba adentro, Draco Malfoy era un misterio.
Se arriesgaría.
-Suéltenlo- ordenó para luego dirigirse a su palco, justo frente al condenado, en cuanto los aurores le dejaron libre fijó su vista en él dándole un asentimiento como agradecimiento que le otro correspondió, una sombra pasó ante él, sabía lo que era y sabía lo que seguía
Malfoy vio acercarse al dementor, no tuvo ni un poco de miedo, mas bien se sentía tranquilo, con cierto grado de bienestar, las frías manos de su verdugo rozaron su mentón, clavó sus ojos en la bestia y caí pudo percibir una sonrisa, así que también sonrió
Segundos después sintió frío, un frío que crecía desmesuradamente en su interior, una fuerza que jalaba cada partícula de su ser, dolía, pero daba paz...
Con dificultad apartó la vista del monstruo que succionaba su alma para ver a la multitud, en el palco de honor estaba san Potter, fijó su vista acerada en él, retándolo