Caminó hasta la cocina del Merry y tomó su desayuno en silencio, su mente estaba echa un lío
Esos sueños extraños no dejaban de repetirse y cada vez eran más recurrentes y claros ¿Quién diablos era ese príncipe y por qué se parecía tanto a él? Y ¿Qué había de ese que se parecía tanto al mejor espadachín del mundo? Y sobre todo... ¿por qué estaban haciendo "eso"? un fuerte sonrojo acudió a sus mejillas al recordarlo... decidió que tal vez entrenando lograría centrarse, al menos un poco, y dejar de pensar en todas esas cosas que le ¿excitaban? ¿entristecían?
El no tenía nada que ver con los tipos de sus sueños... entonces, ¿Por qué se sentía tan extasiado por las caricias que el pelinegro le dedicaba a "su copia barata"? ¿por que se sentía tan dolido por haber presenciado la muerte de ese hombre? Nada encajaba...
Agitó con fuerza la cabeza tratando de sacarse eso de la mente y atendió a la voz del cocinero que por lo visto, llevaba rato hablándole
- Oi, estúpido marimo, ¡reacciona de una maldita vez!, ¡¿he dicho que qué maldito problema tienes?! -
- Ya cállate cocinero pervertido, ¿no ves que estoy ocupado? -
- Ja, ocupado con qué, cabeza de alga, llevas ahí parado sin hacer nada desde hace rato ¡y no me has hecho ni puñetero caso cuando te he preguntado que donde está mi Nami~san! -
- ¡Métete en tus asuntos cejas de molinillo! y búscala tu mismo -
- Se acabó mi paciencia espadachín de cuarta - bufó el rubio saltando para ponerse en posición de ataque frente al espadachín ante lo que respondió desenvainando sus katanas
- Vale ya los dos - gritó furiosa la pelirroja - se oyen los gritos desde mi cuarto y NECESITO SILENCIO -
- Perdona Nami~san, es culpa de este estúpido marimo, su cerebro de haba acabó por secarse del todo -
- Repítelo bastardo -
- Con mucho gusto... cerebro de haba - continuó el rubio con sorna
- SILENCIOOOO - Rugió la pelirroja con los ojos ocultos por su cabello rojo dándole un aspecto tétrico y golpeando la cabeza de ambos combatientes
- Al fin, silencio - murmuró antes de regresar a su camarote
La clara risa de la arqueóloga y la cálida sonrisa que les dedicó a ambos pareció amainar los ánimos de lucha de Sanji que se dedicó a atender a la madura morena
Zoro bufó molesto antes de regresar a su puesto habitual para dedicarse a seguir entrenando sus fornidos músculos con las gigantescas pesas
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El aire agitaba su negro cabello desde la almena de la torre en la que se hallaba, llevaba mucho tiempo esperando ese momento y el día al fin había llegado
Bajó de su lugar favorito en el que tenía una hermosa vista de toda la ciudad de un salto y se sobresaltó al intuir una presencia en las únicas escaleras para bajar de la torre
- Príncipe - murmuró cuando el peliverde ascendió por completo por los escalones
- Hola - saludó él con algo de sorna, tanto tiempo conociéndose, siendo amigos como el pelinegro había dicho y aun no le llamaba por su nombre
- ¿Qué hace aquí? -
- Estaba aburrido - argumentó el ojinegro mientras se acercaba al muchacho - y pensé en que si no tenías nada que hacer... - continuó notando algo nervioso al pelinegro
- Lo siento pero, tengo que irme - interrumpió
- ¿A dónde si puede saberse? -
- Al mercado... hoy regresan - continuó algo reticente por lo que venía
- Voy contigo - habló el peliverde con convicción
- Mi señor, sabe que no... -
- ¡Basta Ruffy! Ninguno de los soldados conoce mi apariencia, ese cabrón me tiene encerrado a cal y canto, nadie me va a reconocer -
El pelinegro bufó molesto sabiendo que si no iba con él, iría solo, al menos así alguien podía vigilar al príncipe
- Está bien - respondió el muchacho - Pero vámonos ya
El peliverde asintió y acompañó a su fiel amigo tras cubrirse con una capa oscura, ya que algunos de los soldados de dentro del castillo si conocían su apariencia; siguiendo al impaciente príncipe ambos arrancaron a correr una vez fuera del castillo; la capa quedó olvidada en unos arbustos, pese a eso la ropa del peliverde no denotaba su estatus, su fuerte y domado cuerpo en el arte de la batalla estaba cubierto con una sencilla camiseta de esparto a juego con el pantalón del mismo material, ambas prendas teñidas de una especie de verde oscuro; el gusto del muchacho por las armas, especialmente las espadas, provocaba que acostumbrara a vestir así; una vestimenta ligera de peso y fuerte a la vez para soportar las estocadas pese a no recibir ningún ataque en serio producto de su alto estatus y la sobreprotección de aquel al que él llamaba "bastardo"; el dueño del castillo donde ahora vivían.
El mercado estaba atestado de gente; el nerviosismo de Ruffy iba en aumento y cada vez iba más rápido, tratando de atisbar algo entre la gente, el príncipe le alcanzó a duras penas
- Ruffy... -
- ¿Si?- respondió el nombrado deteniéndose a mirar el malicioso rostro del peliverde
- prométeme una cosa - continuó el de la realeza
- claro, mi señor, dígame - respondió con su típica e inocente sonrisa el más pequeño
- prométeme que esta vez le vas a decir algo -
- NO - gritó llamando la atención de la gente a su alrededor y sonrojándose al percatarse de ello - no - continuó en un tono más adecuado - eso no por favor, sabe que no puedo - argumentó con las mejillas sonrojadas
- venga ya Ruffy, tampoco es para tanto -
- para mí si lo es... es muy importante y no puedo hacerlo así porque sí -
- y que vas a hacer entonces... ¿quedándote simplemente observando? -
- es suficiente para mí - respondió tristemente el más joven
- pero mira que eres cabezón, eso nunca se sabe hasta que se intenta - continuó con sorna el peliverde
- ¡¿tú que sabrás?! - gritó dolido el pelinegro mientras se alejaba corriendo de él
- en eso tienes razón - susurró para sí el peliverde - mi vida no es mía al fin y al cabo... si supieras cuanto envidio tu libertad, cuanto anhelo los viejos tiempos... padre, no tenías derecho - se dijo mientras cerraba los puños con gran fuerza y agitaba la cabeza corriendo tras el pelinegro, tratando de no perderlo entre la gente.
Le alcanzó fácilmente ya que el más joven se había detenido abruptamente en mitad del mercado con la mirada fija hacia la parte de la calle que daba al puerto; el príncipe se puso a la par y colocó su mano en el hombro del impactado muchacho, la gente se apartaba al paso de un hombro alto y apuesto de cabello rojo como el fuego ondulando débilmente ante la brisa; el cuerpo de ese hombre estaba cubierto con una discreta capa oscura sobre los hombros que dejaba ver a la altura del pecho los brazos musculados cruzados acentuando la fuerza que se percibía en su porte; una sonrisa cálida cruzaba su rostro iluminándolo y haciendo que las cicatrices en su ojo izquierdo; así como sus rojos cabellos pasaran desapercibidos para el pelinegro que no podía apartar la vista de esa sonrisa
- Tómatelo como una señal de amistad - comentó el peliverde con sorna antes de empujar vilmente a su amigo haciéndole caer entre los brazos del pelirrojo que reaccionó hábilmente impidiendo que el muchacho cayera
- ¿estás bien?- preguntó con una sonrisa amable separando el cuerpo del menor del suyo y perdiéndose en sus ojos oscuros
Ruffy sólo atinó a asentir débilmente con las mejillas sonrojadas y no pudo más que romper el contacto de los ojos y agachar la cabeza cohibido por la presencia del mayor
- me alegro - la masculina y profunda voz volvió a envolver los oídos del pelinegro con su dulce melodía e hizo que este sonriera instintivamente, dos dedos en su barbilla le obligaron a alzar el rostro conectando de nuevo la mirada con el mayor - te ves lindo así - comentó el pelirrojo con una sonrisa y revolvió los cabellos de Ruffy antes de continuar su camino
El pelinegro cayó de rodillas al suelo acariciando débilmente el lugar donde la mano del atractivo pelirrojo había estado con una amplia sonrisa y los ojos perdidos en el horizonte - dijo que soy lindo - fue lo único que pronunció cuando sintió la mano del peliverde sobre su hombro y una carcajada escapar de los labios del príncipe
- eso dijo - agregó sonriendo a su amigo - no hace falta que me des las gracias - continuó sacando la lengua al muchacho
Los brazos del menor en torno a su cuerpo tornaron su rostro a una mueca de sorpresa
- Gracias... Zorro -
- Es... la primera vez que me llamas por mi nombre - musitó el peliverde
- Somos nakama* ¿no?, es lo normal - argumentó con su ya característica gran sonrisa - yo ya me harté de seguir los protocolos- argumentó sacando la lengua traviesamente
- ¿Nakama? - preguntó el príncipe aun inmóvil
- si, yo creo que amigos es poco, tú dijiste que el rango no era importante entre nosotros, por eso creo que deberíamos ser nakama ¿ne aibou*?-
- Nakama... me gusta cómo suena Ruffy... gracias -
- Para eso estamos los nakama tonto; no tienes nada que agradecer - agregó con la sonrisa aún tatuada en su rostro - volvamos antes de que alguien te eche en falta -
- Ruffy, regresaré solo, tu vete a buscar al pelirrojo-
El pelinegro negó fervientemente la cabeza con un renovado sonrojo - vámonos - agregó tomando del brazo al príncipe y comenzando a andar mientras tironeaba del mayor sin atisbo de éxito, el más pequeño se colocó junto a su nakama y siguió la vista del príncipe descubriendo la razón de su inmovilidad... qué raro en él... pensó para sí con algo de ironía
- Espadachín obseso - musitó sin que su compañero le prestara la más mínima atención - ahhh, esto va para largo - lloriqueó el impaciente pelinegro
La vista del príncipe permanecía inmersa en la belleza de la enorme empuñadura en forma de cruz que portaba un hombre de considerable altura a su espalda; un suave golpe sobre su pecho logró que se espabilara al fin obteniendo las disculpas de una joven pelirroja que se inclinó antes de salir corriendo nuevamente
Zorro abrió los ojos asustado al palpar su pecho y no encontrar el colgante que acostumbraba a llevar al cuello
- Mierda- musitó mientras un halo iracundo le rodeaba antes de salir corriendo tras la muchacha pelirroja que acababa de chocarse con él - maldita ladrona
El pelinegro salió tras él y se percató de las numerosas personas que perseguían a la muchacha, al menos cinco tenderos, cuatro guardias y unas seis personas más además de ellos, con su agilidad logró alcanzar al peliverde con facilidad y juntos siguieron la pista de la muchachita hasta un callejón sin salida, pero estaba vacío.
Zorro golpeó la pared agujereándola con el golpe y bufó frustrado ante el escape de la muchacha, se dio la vuelta viendo a los hombres que también la perseguían y cerró los ojos tratando de relajarse sin éxito, el grupo se fue dispersando al ver que no había señal de la chica quedando únicamente Zorro y Ruffy en la escena
La impaciente mano del príncipe comenzó a aporrear débilmente con los dedos en la pared en señal de nerviosismo e impaciencia
- ¿Tan importante era?- preguntó el pelinegro ante la actitud de su amigo
- Para mi sí - respondió el aludido con el rostro ensombrecido - era lo único que me quedaba de mi hasta ahora única amiga; ella era una de mis generales pese a la reticencia de los soldados; murió valientemente en la batalla, demostrando hasta el último segundo la pureza de su talento y la fuerza de su sangre Freiana, Frey es el lugar de donde vengo, mi patria - se apresuró a agregar antes de que su amigo preguntara, agachó la cabeza abatido recordando a su compañera, una fiera guerrera a la que fue incapaz de derrotar; sonrió con tristeza ante la imagen de Kushina*
Algo golpeó su cabeza despertándole de sus recuerdos, miró hacia el lugar del que venía el golpe pudiendo ver a la muchacha pelirroja con su travieso rostro dibujando una sonrisa, sentada plácidamente en un tejado
- Tsk, si tan importante es quédatelo, hoy tuve una buena pesca al fin y al cabo... puedo prescindir de ese trasto inservible - comentó señalando el objeto que golpeó la cabeza del guerrero, Zorro sonrió mientras se colocaba al cuello el preciado colgante, dos espadas cruzadas con el escudo de Frey entre medias y un tosco grabado por detrás "Fortaleza y templanza"
Miró fijamente a la muchacha y llevó su mano a la cintura, lugar en el que portaba una bolsita roja con un cordón de oro que la mantenía cerrada y se la lanzó a la muchacha que la atrapó al vuelo observando su interior con curiosidad; tras un molesto bufido bajó de un salto del tejado y depositó la bolsa en manos del príncipe
- No quiero tu caridad - agregó desafiante ante la atónita mirada de los muchachos
- ¿Y no es mejor esto que robar?- indagó el peliverde
- Yo no robo a nadie que no lo merezca... - se defendió la muchacha - y me las apaño bien sin ayuda -
- ¿Cómo te llamas? - preguntó Ruffy repentinamente
La muchacha se volvió por primera vez hacia en pelinegro y giró la cabeza con semblante extrañado, la sinceridad en el rostro del muchacho y su enorme sonrisa hicieron que respondiera antes de siquiera darse cuenta
- Nima* - respondió autómata
- Encantados de conocerte Nima; yo soy Ruffy y mister simpatía se llama Zorro - un molesto bufido por parte del aludido provocó que ambos rieran, incluso Zorro se unió a aquel extraño ataque de risa - Nima - llamó Ruffy con un semblante serio para nada común en él - ven con nosotros - añadió tomando la mano de la pelirroja sin dejar que decidiera y tomando con la mano libre la de Zorro, arrastró a ambos camino a los terrenos del castillo, los sorprendidos muchachos se dejaron llevar, sin aun reaccionar, por el impaciente pelinegro. La gran puerta que separaba la parte amurallada de la ciudad, donde estaba el palacio y la residencia del servicio, se abrió para el grupo encabezado por el pelinegro que saludó con alegría al guarda encargado de tal trabajo
La puerta de la casa de Ruffy se abrió y soltando al fin a los muchachos comenzó a moverse por el lugar sacando cientos de cosas y volviéndolas a colocar hasta que dio con lo que buscaba; un futón que tendió en el suelo ante la atónita mirada de los otros dos
- A partir de ahora vivirás aquí y tendrás un trabajo honrado - ordenó a la pelirroja, que tras parpadear un par de veces y frotarse los ojos seguía sin salir de su ensimismamiento
- ¿¡Como!? - reaccionó al fin con un chillido indignado - ¡¡Pero quien demonios te crees que eres para decidir donde tengo que vivir y a que me tengo que dedicar!! - exclamó furiosa
- Tu nakama -
La muchacha parpadeó un par de veces más aturdida por las palabras del pelinegro
- Tsk, cuando se le mete algo en la cabeza no hay quien se lo saque - interrumpió en peliverde camino a la puerta - es mejor que te resignes porque él ya lo decidió - murmuró mientras le guiñaba el ojo a la pelirroja - no tienes nada que hacer... buena suerte - dijo antes de regresar al palacio y entrar tras ponerse la capa que había dejado escondida por ahí rumbo a su cuarto antes de que extrañaran su presencia
La sonrisa del pelinegro y su vitalidad y sinceridad hicieron que suspirara entre agradecida y enternecida
- Gracias - dijo en voz baja mientras se inclinaba cortésmente
- Pero que manía tenéis; a un nakama no hace falta darle las gracias; es para estas cosas para las que estamos - argumentó agrandando aun más su contagiosa sonrisa
- Hay una cosa que no comprendo... ¿por que me consideras tu nakama?
- Porque lo eres - respondió inocentemente el muchacho no comprendiendo a qué se refería
Un suspiro abandonó sus labios y colocó un dedo sobre su labio inferior tratando de encontrar una forma de explicarle al chico lo que le estaba tratando de preguntar
- Me caes bien - se adelantó el pelinegro - eres buena gente - agregó con convicción
La sorpresa la dominó y no pudo evitar sonreír abiertamente después de mucho tiempo, tal vez no estaba tan mal un cambio de vida
Aclaraciones y conceptos ^^
*Nakama: lo he escrito así dado que el japonés no tiene plural y eso; los/as fans de One Piece ya sabréis que significa algo así como un "compañero del alma" por decirlo de alguna forma, es una muestra de mucho afecto y confianza en la otra persona, de una gran amistad
*Aibou: Compañero, no hay mucho que decir, su significado es muy parecido al de nakama, a los/as fans de YuGiOh! Os sonará bastante; es muy común escuchar al faraón llamar así al pequeño Yugi; y en Prince of Tennis también se menciona por parte de Eiji en los Nacionales
*Kushina: Nyaaa no es muy ocurrente pero soy muy mala para los nombres; como habréis imaginado es el equivalente de Kuina en el pasado ^^
*Nima: Este sí que es cutre ¬¬ ya sabréis que es Nami...