Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Descubriendo que te amo por Naara

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a tod@!

En este capítulo vemos cómo se siente Sasuke al ver las cosas que han cambiado en Konoha. Es el último en que aparezco yo como narradora, a partir del siguiente será Gaara el que narre.

Confío en que quede bien, es que escribir en primer persona siempre resulta difícil.

Un saludo

Naara

 

Naruto y Gaara llegaron al Ichiraku donde Sai y extrañamente Sasuke estaban esperándolos.

- ¿Qué haces aquí, teme, dattebayo? - Preguntó Naruto a Sasuke porque no se esperaba que  Sasuke estuviera sentado en el Ichiraku.

- Si te vas, dobe, quería al menos despedirme de ti. - Rezongó el Uchiha y miró con odio a Gaara. - ¿Qué hace él aquí?

            - Se va a quedar en mi casa, ttebayo. - Naruto se sentó al lado de Sai y le regaló una sonrisa al ANBU. - Oye, Sai, protege bien a la aldea mientras no estoy y sobre todo hazme el favor de cuidar de que Tsunade obachan no beba demasiado.

            - Lo haré. - Contestó el ANBU. - Te he pedido cuatro platos del especial.

            - Gracias, tú sí que eres un amigo, ttebayo. - Dijo el rubio con una sonrisa dibujada en sus hermosos ojos azul cielo que provocaron que el interior del ANBU moreno se agitara de felicidad.

            - Gaara. - Sai sonrió al pelirrojo. - Te he pedido el ramen que te gusta.    - Gracias, estoy hambriento. - El pelirrojo tomó asiento al otro lado de Sai y Sasuke se sentó al lado de Naruto.

            El Uchiha menor se preguntaba desde cuando había esa relación tan amistosa entre Naruto, Gaara y Sai. Le dio la sensación de que no era la primera vez que los tres iban a comer juntos al Ichiraku ramen y también que los lazos que unían al kitsune con Gaara y Sai eran muy resistentes.

La pregunta de si Naruto le había sustituido regresó a él más fresca que nunca.

            Desde el sitio en que estaba sentado veía perfectamente a Naruto, a Sai y a Gaara. Percibió por los gestos del pelirrojo y el moreno que Naruto significaba algo muy importante para ellos y eso logró que sintiera cierta nostalgia por la amistad a la que había renunciado por perseguir su venganza.

            Sus ojos se detuvieron especialmente en el mapache sin cejas, sus aguamarinas perfectas estaban conectadas con los zafiros de Naruto y Sasuke pensó si realmente eran sólo amigos.

            No le dio tiempo a reflexionar más sobre el asunto porque aparecieron Sakura, Kankuro, Neji, Hinata, Chouji, Ino, Shino, Kiba, Lee, Tenten, Shikamaru y Temari en su mesa.

            - ¡Hola Gaara! ¡Veo que la primavera de tu juventud te ha tratado estupendamente!

            - Hola Lee. - Saludó el pelirrojo animado. - ¿Qué tal estás Tenten? - Preguntó a la muchacha que iba de la mano de la bestia verde de Konoha.

            - Bien, gracias. - Tenten sonrió al muchacho y se sentó a su lado. - Nos han dicho que os vais de misión.

            - Así es ttebayo. - Naruto sonrió a los recién llegados y su mirada se detuvo especialmente en la pequeña Hinata y Neji que llevaban sus manos entrelazadas, eso hacía que el corazón de Naruto se alegrara por ambos Hyuga porque durante muchísimo tiempo había existido una rivalidad enorme entre ellos.

            - Naruto-kun... - Hinata se sonrojó y miró avergonzada a Neji que le devolvió una sonrisa amable y acarició su mano con ternura.- Neji y yo hemos pensado que deberías ser... - Hinata escondió su cabeza en el hombro de su primo y Neji sonrió complacido ante ese gesto.

            - Queremos que seas nuestro padrino de bodas. - Pidió Neji.

            - ¿Yo, ttebayo? - Naruto se levantó de golpe de donde estaba sentado y fue hacia ambos Hyuga que lo miraban con una sonrisa en sus labios.

            - Fue gracias a ti que Hinata y yo nos enamoramos. - Neji miró a Naruto. -Y nos gustaría que estuvieras a nuestro lado el día en que unamos nuestras vidas para siempre.

            - ¿Aceptas, Naruto-kun? - Preguntó avergonzada la pequeña Hinata jugando con sus deditos.

            - ¡CLARO QUE SÍ, TTEBAYO! - Gritó Naruto sobresaltando a la mayoría de los clientes de Ichiraku por un instante, pero ellos estaban acostumbrados a esos arrebatos del kitsune y siguieron comiendo con una sonrisa en sus labios. Sí, echarían de menos al rubio si él se iba de Konoha.

            - Gracias. - Neji estrechó al rubio entre sus brazos y le sonrió. - No sabes lo que significa para mí que hayas accedido.

            - Y para mí. - Murmuró Hinata bajito y Naruto la rodeó en un abrazo protector que hizo que la pobre se sonrojara hasta la punta del cabello porque aunque ya no amaba a Naruto, él siempre sería su primer amor.

            Sasuke miraba la escena en la distancia y se sentía fuera de lugar.

Había regresado cuatro meses atrás y se había perdido tantas cosas que muchas veces le daban ganas de marcharse de Konoha y no regresar jamás. Pero no podía hacerlo porque Sasuke amaba la ciudad de Konoha con toda su alma, al fin y al cabo, uno no deja de amar su hogar natal ocurra lo que ocurra.

            Sus ojos se fijaron en todos los rostros que habían llegado al Ichiraku. La mayoría de sus antiguos compañeros ahora tenían veinte años, eran ANBU y profesores de la academia ninja.

Todos tenían un nivel de Jounin excepto Naruto, Sakura, Neji y Shikamau que habían llegado a Sanin.

Cada vez que los veía entrenar se sorprendía de la enorme cantidad de Chacra que desprendían esos muchachos, sabía que él también poseía el nivel Sanin aunque nunca hubiera hecho un examen, pero aún no le cabía en la cabeza que todos ellos hubieran crecido tanto en poder.

Sabía que de todos, incluido él mismo, Naruto era el que poseía el más alto nivel de Chacra porque había llegado a un acuerdo con el Kyubi.

 A Sasuke no le sorprendió para nada que el Kyubi cayese rendido ante el poder de Naruto, alguien tan puro como él hasta era capaz de domar a un demonio de nueve colas con sólo deseos de sangre y utilizar todo ese poder en su favor. Porque sí, así era Uzumaki Naruto.

Su mirada negra se posó en todos los presentes.

Shino y Kiba se habían convertido en una de las parejas más peculiares de Konoha, tanto en la batalla como en el amor. Dos caracteres aparentemente tan opuestos se compenetraban a la perfección y eran capaces de sacar lo mejor uno del otro.

Por otra parte Ino y Chouji comían su comida a medias. A Sasuke aún le costaba creer que Ino, siempre tan preocupada por su figura y por cuidarse, acabase con Chouji y lo que le sorprendía más todavía era el hecho de que ella parecía más feliz que en toda su vida con esa relación que llevaba.

Lee y Tenten sonreían todo el rato, con las manos entrelazadas y a veces uno empezaba a decir algo y su pareja completaba la frase como si tuvieran telepatía. Lee y Tenten por lo que le había contado Naruto se habían casado el año anterior y parecía que el matrimonio les sentaba estupendamente a los dos porque no paraban de sonreír, además se podía apreciar el vientre abultado de Tenten.

 Esto hacía que Sasuke se preguntaba cómo serían sus hijos. ¿Tendrían las cejas encrespadas como Lee? ¿O quizás los hermosos ojos de Tenten?

Después su mirada se desvió a Sakura.

Su antigua compañera de equipo había crecido en belleza y en fuerza, había heredado de Tsunade todas sus dotes y eso hacía que Sasuke se sintiera orgulloso de ella.

Al final la pelirrosa obsesionada con él había crecido para transformarse en una mujer digna de admiración.

La observó y supo que la manera en que miraba a Kankuro decía algo sobre lo que sentía por él y se preguntaba si sería capaz de decirle al Sabaku que le gustaba o se conformaría con observarlo en la distancia.

Sus ojos se pararon en Naruto, Sai y Gaara. Los tres formaban una estampa digna de admirar.

El pelirrojo tenía un sexapeal que provocaba suspiros ahogados por la mayoría de las personas que estaban en el local.

Todo él rezumaba poder y belleza, sus ojos aguamarina eran un imán para todo el mundo, el cabello rojo le caía sobre la frente y el hermoso kanji que tenía tatuado en la frente hacía que Sasuke se planteara que cuando Gaara amase, lo haría de verdad. Dándolo todo de sí mismo y esperando lo mismo del afortunado o afortunada que tuviera el honor de ser amado por él.

A Sasuke se le escapó una media sonrisa de los labios porque sabía que Gaara era así gracias a la intervención de Naruto. Él había sanado su corazón y al hacerlo perdonó al mapache sin cejas por todos los crímenes de su pasado. Gaara tenía la aceptación plena de Naruto y esto por algún extraño motivo le molestaba muchísimo a Sasuke, incluso más que la relación que el rubio mantenía con Sai.

Por otra parte Sai sonreía a todas horas, no era como esa sonrisa falsa que le había visto cinco años atrás, cuando habían ido a buscarlo a la guarida de Orochimaru.  Algo en la apostura de ese ANBU había cambiado también, era como si después de vivir en la oscuridad mucho tiempo hubiese visto la luz por una rendija y ahora esa luz bañaba todo su ser.

No hacía falta ser un genio para descubrir que eso, seguramente, también lo había provocado el dobe de Naruto que era capaz de volver del revés la vida de todo el mundo.

Los ojos de Sai eran de un negro tizón y se vislumbraba el perfecto cuerpo que tenía con la ropa que llevaba.  También Sai estaba causando estragos en todos los clientes del Ichiraku, a Sasuke se le ocurrió que a más de uno le encantaría raptar al ANBU y hacerle todo tipo de cosas insanas.

Finalmente su mirada se clavó en la de Naruto y perdió la noción del tiempo y del espacio.

El hermoso cabello rubio caía revuelto sobre su frente y los ojos azul cielo le atraían como la miel a la abeja, la piel canela le estaba pidiendo a gritos ser devorada y su interior latió con deseo.

Se había alejado de Konoha para dejar de sentir ese afecto que lo devoraba por dentro hacia el kitsune, se había dejado llevar por Orochimaru para huir de sus sentimientos porque no estaba preparado para aceptar que había una persona a la que amaba más que a su propia vida, se había alejado para ahogar sus sentimientos, pero había sido inútil.

Cinco años lejos de Naruto habían sido para él como una tortura lenta y dolorosa y por ese motivo había decidido ir a buscarlo a Konoha, descubrirle sus sentimientos y que la suerte le sonriera.

Sin embargo no había resultado así y Naruto lo había rechazado de pleno.

Así que en ese momento estaba analizando todo a su alrededor para averiguar porque Naruto había dejado que se perdieran los lazos que los habían unido, aunque era consciente de que seguramente habría sido él mismo la causa.

Observó como los clientes del Ichiraku miraban a Naruto más que a ninguno de los otros dos.

Las mujeres se dedicaban a perderse en la mirada azul de Naruto y luego suspiraban entrecortadamente, algún hombre no podía sacar la vista del perfecto trasero de Naruto y muchas adolescentes de entre catorce y dieciséis años habían entrado en el Ichiraku sólo para observar con ojos golosos al kitsune.

Sasuke se preguntaba si su dobe era consciente de la expectación que levantaba, aunque estaba seguro de que no.

Y él, el perfecto Uchiha menor, no podía culpar a todos por la manera en que miraban a Naruto.

Con el tiempo se había convertido en un calco del Cuarto Hokage, cualquiera que viera al kitsune y no supiera que era huérfano pensaría que era su hijo o su sobrino, porque salvo las marcas zorrunas en su mejilla, todo en Naruto era igualito a Yondaime.

Sasuke ahogó un suspiro también, observó nuevamente a Naruto y su corazón se aceleró en su pecho.

Me ha rechazado una vez, pero no pienso rendirme. Cuando regrese de su misión le diré nuevamente lo que siento por él  y puede que si insisto mucho logre que me perdone y me ame como yo lo amo a él. Pensó.

- Sasuke. - Interrumpió el hilo de sus pensamientos el motivo de los mismos. - Teme, no has comido nada, ttebayo. - Protestó el rubio preocupado y Sasuke le sonrió.

- Puedes comerte mi plato, usuratonkachi. - Le ofreció su comida y lo miró satisfecho. Voy a recuperar esos lazos.  Pensó.

- ¿De verdad? - Naruto miró a Sasuke con ojos de kitsune degollado y al Uchiha no se le escapó el corazón del pecho de puro milagro.

- Bah, no tengo hambre.

- ¡Eres un amigo estupendo, teme! - Naruto cogió el plato de Sasuke y devoró el ramen con avidez.

- ¿Sólo amigo?  Pensó el Uchiha tristemente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).