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You are (not) gay por Sasakura

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Notas del capitulo: WAAAH ahora si subi la version correcta, la otra era un desastre, estaba sin corregir. Perdon, no me di cuenta, un descuido de mi parte.

CAPITULO DOS


Todavía sin poder creerlo, Julian veía a su rubio compañero de cuarto buscar entre la pila de cd`s junto a la computadora el famoso dvd porno. Había accedido a verlo, después de todo no era la primera vez que él y Aidan veían juntos una película de ese tipo. Y no solo eso, sino que además estaba tan confiado que a menos que la famosa porno prestada fuera de temática gay, él no se empalmaría.

De pronto una melodía ruidosa y con un solo de guitarra imposible interrumpió sus pensamientos y los movimientos de su amigo. Era el celular de Aidan, que vibraba y timbraba escandalosamente desde su mesa de luz. El rubio se estiró para atender la llamada sin abandonar su búsqueda.

- ¿Hola, mamá? -- ¿Eh? Sí, tenemos algo de espacio... ah... ok, sí, sí como quieras mujer. Yo veré donde coloco todo. Bien, ahh sí Julian está bien.- Miró hasta la esquina del cuarto, donde sobre su cama Julian le hacía señas de saludos.- Él te manda saludos. Ok mamá tengo que colgar, estoy en un asunto muy serio aquí, chau... sí un beso. ¡Mamá ya voy al colgar! - Y así lo hizo, tirando hacia su colchón el teléfono tras hacerlo.

- Últimamente está llamando mucho.- Comentó el pelinegro, como quien habla de algo para hacer tiempo.

- Es que se muda a un apartamento más chico en el centro, me está mandando el resto de las cosas de mi cuarto... esa mujer, dice que no tiene espacio para tantos juguetes o porquerías que ya no uso.

Julian se rió de buena gana de la manera tan exasperada con la que Aidan hablaba de su madre. La señora Webber era del tipo habladora y estresaba mucho a Aidan desde que tenía uso de razón.

- ¡Listo!- Exclamó pronto el rubio, elevando sobre su cabeza un disco. - Ahora sí querido Jules, te voy a demostrar que eres tan hetero como yo. Jejejejeje.

- Ponlo de una maldita vez y deja de reír como psicópata.- Gritoneó Julian, acomodándose en su cama frente a la tv, mientras Aidan colocaba el dvd y se ubicaba en el piso, justo a su lado.

La película empezó, de más está decir que la trama inexistente dio paso a que rápidamente en la pantalla apareciera la chica más hermosa y extravagante que jamás hubieran visto. La chica en cuestión era una colegiala (sí, como no) que se dedicaba a experimentar cosas nuevas con sus compañeras de colegio católico para niñas, y un profesor con la verga más grande que Julian y Aidan hubieran visto en sus desgraciadas vidas, se pasaba follándose a todas sus alumnas y a la chica en cuestión.

Aidan miraba la película desde el piso, con un codo apoyado en la cama de Julian y su cabeza cayendo sobre la palma de su mano. Trataba de enfocarse, pero se distraía demasiado mirando a Julian (más precisamente a su entrepierna) en busca de cualquier señal de disfrute de aquellas imágenes. En tanto el de cabello oscuro yacía en su cama pensando en que la trama era totalmente estúpida y que la principal tenía cara de idiota además de un ojo algo chueco. Lo que lo tenía intranquilo era la manera en que su rubio amigo le miraba el paquete cada vez que podía.

- Aidan esto es al vicio, no me pasa nada... ¿Ves?- Señaló su propia entrepierna de forma brusca. El rubio se puso de rodillas y gateó hasta quedar cerca a esa región del cuerpo de Julian, para poder ver algún mínimo cambio, aunque fuera pequeño. - Aidan si te acercaras más te tragarías mi polla, ya ríndete.

Aidan se alejó un poco pero igual siguió viendo de forma sospechosa el miembro de su amigo. Julian hizo lo mismo, a diferencia suya una semierección se podía notar claramente tras los pantalones de su amigo.

- No me lo creo... Jules, pero si antes...

- Ya te dije, la cosa de las hormonas. - Lo cortó antes de que dijera algo más. - Mierda Aidan, no vas a dejar de mirarme hasta convencerte del todo. ¿No?- Espetó intranquilo por tener aquella mirada inquisidora en sus partes nobles.

- No sé, con esos pantalones tan ceñidos que usas... todo es bastante relativo.- Se encogió de hombros. De fondo, las imágenes y los sonidos sexuales continuaban saliendo del televisor, pero ya no le prestaban atención.

Dispuesto a acabar con aquella apuesta tan ridícula, ante la asombrada mirada del rubio se desprendió el pantalón para bajárselo junto a su ropa interior tan rápido que Aidan apenas pudo ver el movimiento. De pronto estaba viendo la palidez de la piel de su amigo y su miembro totalmente descubierto, tan inerte e inalterado que hasta le causaba vergüenza de exponerlo. Pero Aidan se acercó nuevamente sin poder entender como es que una película que con 15 minutos lo habían dejado casi listo para la acción, a Jules no le había movido ni un solo pelo (literalmente).

- ¿Estás conforme señor relatividad?- Preguntó el pelinegro, con un ligero rubor en el rostro, pues el rubio no dejaba de estudiar aquella zona de su anatomía.

- Yah, Jules...lo tienes más pequeño que yo.- Contestó con una sonrisa a lo gato de chesire.

- ¡Púdrete imbécil!- Gritó subiéndose los pantalones de un solo tirón (casi ocasionando severas consecuencias para Julian junior) y sentándose en la cama.

- Perdón, ya sé que la verdad no peca pero incomoda. Prometo no mencionarlo nunca más. ¿Ok? - Su sonrisa burlista solo se incrementó cuando un almohadón pasó volando junto a su cabeza.

- Ya saca esa estúpida película.

Aidan sin dejar de sonreír fue hasta el reproductor de dvd y quitó la película de una vez. La apuesta estaba perdida, entonces tendría que admitir que Jules se había vuelto gay. Pero él mismo era lo suficientemente inteligente como para saber que una porno no siempre te la levanta. Él mismo a veces estaba tan estresado que ni siquiera una mujer desnuda frente a sus ojos podía relajarlo lo suficiente para excitarse.

Claro... una mujer. ¡Qué idiota! Debía haber intentado eso desde el principio.

- ¡Jules!- Lo llamó. El otro respondió perezosamente desde su cama, donde estaba tendido mirando al cielorraso pensando en Dios sabe que cosas.- No cantes victoria, es obvio que con tu fuerza de voluntad no te ibas a excitar por una simple porno.

- ¿Realmente crees eso? ¡Te digo que soy gay!- Gritó indignado por la insistencia del rubio, que con sus ojos verdes le decía que no se había dado por vencido en mostrarle que tan gay no era.

- Hay que buscar una chica. Si una chica no te pone, entonces voy a darme por vencido.- Concluyo, y algo desorientado Julian pensó en aquella proposición.

A veces Aidan podía ser muy terco y fastidioso, como en esos momentos. Pero si aquella era la prueba que su tonto compañero necesitaba para creerle, entonces sonaba aceptable.

- Si te dejo traer una chica y al final no se me para. ¿Vas a aceptar que soy gay?- Preguntó, como para sellar los términos de aquella nueva apuesta.

- Voy a aceptar y festejar tu nueva condición. ¿A que es un buen trato?

- Bien...- Suspiró, estirándole la mano para cerrar el trato. Aidan aceptó gustoso la mano del otro y sonrió divertidísimo con el asunto.

- Entonces me esperas unos minutos, te traigo una chica enseguida así podemos acabar con ese lió de una vez.

Julian masajeó sus sienes cubiertas de hebras negras, un ligero malestar estaba comenzando a hacerse notar en su cuerpo. Mientras tanto, Aidan le sonrió una vez más antes salir del cuarto en busca de la famosa chica. El moreno se echó otra vez en la cama, a esperar mientras meditaba todo el asunto.

En tanto Aidan cruzó el pasillo, buscando a la única chica lo suficientemente ligera pero a la vez amistosa como para hacer de voluntaria a tal experimento. Se trataba de su vecina (sí, la de los globos falsos), una pelirroja de cara angelical pero cuerpo de infarto. El nombre de la chica era Sarah, una estudiante de literatura que se acostaba prácticamente con todos los hombres del piso. Excepto Aidan y Julian, a quienes les había tomado un cariño especial de amigos.

Aidan golpeó la puerta de su cuarto y no mucho después apareció la pelirroja. Sin dar muchos detalles, le explicó el asunto a Sarah, confiaba en su discreción y suplicó su ayuda mientras que risueña ella aceptaba. Conocía a Julian, le parecía un chico muy apuesto pese a sus rasgos algo aniñados, y no perdería la oportunidad de tener algo con él, menos si con ello trataba de hacer volver a un gay al "bando correcto".

- Aidan, esto es un reto y me lo voy a tomar personal. Te prometo que Julian no podrá resistirse a mis encantos, voy a hacer todo lo posible para convencerlo.- Anunció la chica y el rubio sintió ánimos renovados, quizás tenía suerte y la apuesta la ganaba él.

- ¡Confío en ti, Sarah!- La alentó mientras abría la puerta de su cuarto para dejarla pasar.

Apenas los vio entrar Julian se incorporó sorprendido de ver a la pelirroja de los senos falsos en su cuarto, pero la sonrisa entusiasmada de Aidan le dieron a entender que la "chica" del trato sería ella. En el fondo se lo había esperando, ninguna otra iba a aceptar tan rápido algo como eso.

- ¡Suerte Jules!- Le deseó el rubio antes de cerrar la puerta y dejarlo encerrada con aquella exuberante mujer.

"Mierda" Pensó. Las cosas que tenía que hacer para conformar a Aidan.

En el pasillo, mientras tanto Aidan Webber esperaba. Al principio ansioso, pero luego aburrido. Pasaban los minutos y estar sentado en el pasillo sin nadie cerca era trabajo tedioso. De haberlo sabido, sacaba uno de sus libros de texto y continuaba estudiando, ahora ya era muy tarde, no quería entrar y cortarles el hilo a esos dos.

- Oye... ¿Julian Sherwood está en su cuarto?- Desde su izquierda le vino una voz masculina que creyó conocida.

Se giró y encontró al muchacho dueño de la misma, un chico de cabello corto y castaño, ojos azules afilados y una sonrisa de comercial de pasta dental. Un poco más bajo que él de altura, pero con buena figura. Era ese Tobias Bryams, un chico que como Jules también estudiaba abogacía pero iba un año menos.

- Sí, pero está ocupado ahora. Con una chica.- Recalcó maliciosamente. Si ese Tobias estaba allí para llevar a Jules al lado oscuro de nuevo, él se encargaría de hacerle frente y evitar que eso pasara.

- Oh, ya veo. Intenta ocultar su sexualidad, me resulta algo ridículo. ¿No crees?- La manera tan familiar con que se atrevía a hablarle lo sacó de onda, parecía no molestarle nada la idea de Julian con otra persona. ¿No iba detrás de él?- Como si quisiera hacer todo esto para llamar tu atención. Que niño...- Agregó, finalizando la oración con una risita burlona que a Aidan no le agradó.

- Aguarda, no tengo idea que estás insinuando, pero Jules es mayor que tú, no deberías decirle niño. Tú eres el niño en todo caso.- Contestó, y Tobias le sonrió desconcertándolo más aún.

- Yo no hago semejante circo cuando quiero conquistar a alguien, simplemente me dedico a seducirlo. ¿No estás deacuerdo Aidan? Ser directo a veces es más divertido. No estoy ocultando mi homosexualidad... no como Julian.

- ¡Julian no es gay! O al menos, no todavía.- "Hasta que acabe la apuesta, Julian sigue siendo heterosexual para mí" Pensó el rubio.

- ¿Y que hay de ti?

- ¿¿Yo?? ¡Ni hablar!- Exclamó, alejándose de aquel molesto muchacho.- Mira Bryams, una cosa es que le metas ideas raras a Jules en la cabeza, pero te advierto que no soy tan influenciable como él. Así que si la idea de "confundirme" esta pasando por tu cabeza ahora mismo, te aconsejo que en buena hora de deshagas de ella.

Tobias se acomodó un mechón de cabello tras su oreja y asintió, sin perder la sonrisa en ningún momento.

- Lo lamento, me parece que volveré en otro momento.- Aidan aceptó de buena gana aquella idea, la presencia de Tobias lo estaba molestado mucho.- Dile a Julian que quiero hablar con él.

- Trataré... - Murmuró mientras el chico se alejaba de su vista.

Apenas dijo estas palabras la puerta de su habitación se abrió con una ferocidad que casi le causa un infarto. Como un torbellino pelirrojo Sarah abandonó el cuarto y se le plantó en frente con una expresión entre colérica y depresiva.

- ¿Ya acabaron?

- No Aidan, nadie acabó nada. Y mucho menos tu amigo.- Soltó con rudeza, como si estuviera reclamándole. El rubio se quedó de piedra al oír tal cosa. ¿Otra apuesta perdida?- Lo siento pero Julian es gay.

-¿Qué? ¡No! Aguarda...- le tomó por los hombros y le preguntó mirándola a los ojos.- ¿Estás segura?

- Muy segura. - Confirmó, soltándose de su agarre y entrando a su propio cuarto.

Aidan se quedó de pie junto al umbral de la puerta abierta de su habitación. ¿Realmente Julian no había podido hacerlo con Sarah?

- ¿Vas a entrar o qué?- Llamó Jules desde el interior del cuarto. Cuando el rubio volvió encontró a su moreno amigo tendido sobre su cama usando solamente sus pantalones. Tenía la cara de quien ha pasado un mal rato y estaba un tanto despeinado.- Supongo que ella ya te lo habrá dicho.

- Sí.- Respondió yendo hasta su propia cama, dispuesta junto a la de Julian. - Entonces esto es real... En verdad eres gay.

Así, diciéndolo en voz alta y con aquella expresión seria, Jules comprendió que ya no tenía que seguir insistiendo. Aidan lo había aceptado, y de pronto el tema de su homosexualidad pasaba a tratarse de cosa seria.

- Tengo sueño, mejor me voy a dormir.- Murmuró Julian y tras esto se giró, cubrió con una manta y pretendió dormir.

Aidan permaneció pensativo el resto del día, estudiando sin mucha concentración.

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