No hay nada más miserable que una existencia que es un continuo “si hubiera”; no dejo de pensar “si hubiera aceptado yo esa misión”, “si hubiera convencido a Pillika de no ir”, “si la hubiera seguido”, “si hubiera estado ahí para ayudarla”… pero el hubiera no existe y el pasado… bueno, pues por algo es pasado.
Recuerdo aún ese tiempo en China, el ir todos lo días al bosque a sabotear la maquinaria y la frustración de saber que, a pesar de todo el esfuerzo que hacíamos, seguían devastando el bosque. Ahora me viene a la memoria el día en que empecé a fallar…
El derrumbe de un sueño,
algo hallado pasando,
resultabas ser tú.
Decidí quedarme a dormir en el bosque para destruir las máquinas desde temprano para evitar más daños. Por si no lo han intentado, no es algo fácil ¬¬ y la verdad casi no podía dormir. El viento de la noche me trajo el murmullo de una voz apenas perceptible que decía cosas inaudibles al viento y seguí el murmullo hasta encontrar al dueño… o la dueña pues me pareció la muchacha más linda que eh visto en mi vida: cabello violeta con destellos púrpura (acomodado de una forma bastante rara para ser niña), piel blanca como los rayos de la luna y (en cuanto ella volteó a verme) uno ojos dorados que me cortaron la respiración como si me hubieran golpeado en el corazón, unos ojos como dos hermosos pozos dorados que brillaban a pesar de la escasa luz, tanto que únicamente los ojos es lo que vi porque, como comprobé después, no alcanzaba la tenue luz de la luna para que le viera por completo el rostro (y me imagino que ella tampoco me vio a mi).
El problema es que no era ella, sino él (u.u) y, cuando desventuradamente, me acerqué para hablarle, su voz me sacó de mi ensoñación de la forma menos amable posible
-¿Quién diablos eres tú?-OoO-¿y se puede saber porqué me ves con esa cara de idiota?
-¬¬ (está bien, se perdió el encanto)
-Contesta, esta foresta es propiedad de la compañía TAO, sal si no quieres problemas La hermosa aparición de ojos dorados (Si así son sus ojos, me gustaría ver su cara… o_O un momento, ¡Es un hombre y todavía sigo pensando que es lindo!)… ¿entonces pertenecía a la compañía? Eso me dio aliento para contestarle
Una esponja sin dueño,
un silbido buscando,
resultaba ser yo.
-Me gustaría saber a mi cómo rayos puedes trabajar con esos malditos asesinos
-Eso no es de tu incumbencia, lárgate de aquí
-No lo haré- le dije con seguridad a pesar de sentir un curioso poder que emanaba de él… pero... ¿será posible? Quedamos tan pocos…
-Entonces atente a las consecuencias De al nada apareció una lanza dorada enorme y me atacó, pude ver a su espíritu acompañante justo a tiempo y pude defenderme con mi posesión. El se veía realmente sorprendido porque en seguida se separó y (a unos muy seguros metros) me preguntó
-¿También eres un shaman?
-Lo mismo digo, ¿se puede saber cómo siendo un shaman puedes trabajar para esos malditos?
-Eso no es de tu incumbencia – Desvaneció su posesión de objetos y yo hice lo mismo, al parecer podríamos hablar como la gente decente
-Solo por esta vez te dejaré ir- Eso sí que me sacó de quicio ¿Creía el maldito que lo iba a dejar así? Volví a tomar mi posesión y le dije-Por mi no te detengas, pero no te voy a permitir que sigan haciendo esto (señalé con la cabeza el bosque) defiéndete-Si eso quieres… pero luego no digas que no te advertí Me atacó con una fuerza que no creí capaz teniendo esa estatura y casi me saca de combate, de un momento a otro ya se encontraba en posición de un nuevo ataque pero esta vez fui más rápido que él.
Apoyé mi espalda en el tronco del árbol y tomé impulso con un chorro de nieve. En cuanto llegué a unos metros de donde el estaba me detuve un poco en el aire y le lancé el poder más fuerte que tengo
-¡koloro, AVALANCHA!
-¿Qué demo…?- fue lo único que dijo antes de ser aplastado por la nieve-¡Lo hicimos koloro!- dejé (muy tontamente en mi opinión) que se consumiera mi posesión de objetos y le di la espalda al montículo de nieve donde él estaba; por lo que no noté cuando él salió de la nieve y me atacó-¡LANZA DE ORO! Y eso fue todo, antes de perder el conocimiento lo último que recuerdo son sus ojos y su (apetecible n///n Dios, saca esas ideas de mi cabeza) boca diciéndome “te lo advertí”. Vaya, quién dijera que fuera tan rápido y fuerte... sin más, me desmayé… _________________________________________________________________ Ya,