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10 oportunidades por jaguar_et_quetzal

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Notas del capitulo:

Y por fin!!!  Llegamos a mi oportunidad favorita. Desde que la escribí no pude evitar imaginarla y hasta la fecha me sigue provocando, al menos, una sonrisa (veamos si pueden adivinar cuál es).

Así también, nos vamos acercando al final; un final, por cierto -quizá-, inesperado.

            Oportunidad No. 7   

Escorpión jadeaba copiosamente; sus cabellos totalmente despeinados, las heridas de rostro, hombros y pecho, más sus pupilas contraídas, le conferían un aspecto trastornado.

 Milo: quédate quieto! Quieto te digo!!     

Usaba todas sus fuerzas, en una lucha de la que poco se podía pronosticar; las heridas se multiplicaban, la ropa era rasgada, pero el objetivo era claro y no habría forma de detenerle. 

Milo: YAA!!! –gritó con todas sus fuerzas mientras realizaba los últimos movimientos. 

-Ñiaa!! –contestó de manera desafiante su contrario antes de saltar de la mesa. 

Aioria: Milo? Pero qué demonios te pasa, desde afuera se escuchan los gritos- indagó el castaño, que iba entrando por el lado superior.    

 Escorpión movió su atención a su camarada conservando aún la expresión alterada. 

Milo: ese gato gordo tuyo del demonio!! 

Aioria: gato? Cuál gato? Y por qué tienes todas esas heridas?   

Por toda respuesta Antares señaló al felino que se encontraba en el rincón en posición defensiva.  

Aioria: eh? Pero qué le hiciste?   

 En una inspección cercana se podía apreciar que el felino llevaba un moño azul atado a su cuello, así como un pequeño papel enrollado. 

Milo: me lo encontré reposando en las cercanías de tu Templo y se me ocurrió utilizarlo como mensajero. Pero ese mugroso gato resultó demasiado feroz.    

 Recién ahí el caballero de la casa de Leo tomó cuenta de algunas cosas.

Aioria: pero Milo, ese no es un gato gordo, es un cachorro de lince que estoy entrenando. 

Milo: lince? –preguntó extrañado mientras se alisaba el cabello comenzando a tranquilizarse- y por qué un lince, qué no debería ser un león? 

Aioria: oh claro! Pero resulta que ALGUIEN, cuyo nombre omitiré, me trajo un lince en vez de un león en su misión.            

Flash back 

Soldado: señor, encontramos éste –exclamó cargando una pequeña cría, la cual se revolvía inquieta. 

Milo: eh? A sí, sí. Esa está bien- contestó de manera descuidada, apenas dirigiendo la vista al pequeño animal. 

Soldado_2: oye, no creo que éste sea un león –le susurró al primer soldado.

 Soldado: puede ser, pero atraparlo nos costó un…….….buen tiempo, así que hay que aprovechar que el santo de Escorpión nos dio la aprobación- le replicó en susurro también.            

Fin de Flash back 

Milo: eemmm………..bueno si, da lo mismo –desentendiéndose de la cuestión- lo importante es que ese animal no se ha dejado y ahora no sé como hacerle. 

Aioria: con respecto a qué? 

Milo: al recado, al recado, ni modo que ha dejarse rascar la panza. 

Aioria: ah eso; es fácil, en realidad ya lleva cierto entrenamiento y responde a mis órdenes –decía mientras observaba al félido- sólo hay que decir algo como: “dirígete tres casas arriba” y…ups!……   

 El lince levantó las orejas a la par de su cabeza para después salir corriendo ágilmente ante la vista admirada de uno (por la obediencia demostrada) y preocupada del otro (por las posibles consecuencias).

 Milo: vaya, tenías razón, que bien! 

Aioria: no, no tan bien. Detente…! Oh, demonios! Ya se fue! 

Milo: y cuál es el problema? 

Aioria: vamos a alcanzarlo!   

Leo tomó de una –rasgada- manga al Escorpión para salir corriendo, por donde minutos antes había entrado.      Pasaron velozmente por Sagitario.

 Aioros: hermano, ese no era…?

 Aioros: sí! Era mi lince! –contestó fugazmente antes de salir.

 Milo: pero, qué pasa? –cuestionó mientras era jalado.  

  De igual manera pasaron por Capricornio cuyo guardián se encontraba leyendo.   

Shura: Aioros, ese gato gordo que pasó es tuyo? – preguntó sin separar su mirada del libro.

 Aioros: sí! Y no es un gato gordo– exclamó.  

  A la mitad de la escalera entre Capricornio y Acuario el castaño se frenó siendo empujado por el otro griego quien no se esperaba el drástico cambio estrellándose en su espalda. 

Milo: auch! Pero que te pasa, por qué reaccionaste así? 

Aioria: hay no! Ya entró!! – dijo, apretando sus dientes. 

Shura: pero qué les pasa a ustedes dos? –preguntó con ceja elevada el caballero de Capricornio, quien subió hasta donde se encontraban aquellos pero de una forma más resuelta y relajada. 

Milo: no sé, el gato de Aioria –“lince” fue inmediatamente corregido- lince pues, el lince de Aioria que subió obedientemente al templo de Camus a dejar un recado de mi parte.

 Shura: y para que enviaste a un gato a entregar un recado? –cuestionó ignorando la mirada correctiva de Aioria. 

Milo: porque al parecer es más eficaz que ‘algunos’ compañeros –contestó con sorna el griego. 

Aioria: pero… -titubeó el de ojos almendra en un tono por demás preocupado. 

Milo: qué pasa?…Aioria, hay algo que deba saber? –el timbre de su voz comenzaba a tener el aire dubitativo de su compañero. 

Aioria: estee…….…es…es un animal de entrenamiento. 

Milo: y? 

Shura: para qué se supone que un caballero de Athena entrena bestias? para llevarte el desayuno y las pantuflas por la mañana? –le cuestionó el español a Antares para que éste captara el significado.   

  Escorpión miró con espanto a su compatriota. 

Milo: Aioria! No me digas que está entrenado para… 

Aioria: a..ataca….   

Pero no pudo continuar porque del onceavo Templo empezaron a emitirse ruidos de objetos cayendo y un gran ajetreo. 

CRASH!! PLAS!! PAC!! CRASH!!.……  

  Un grito poco común se dejó oír. 

Camus: AAGHH!!! MALDITO GATO!!!!  

  Los 3 caballeros fijaban su vista con preocupación en dirección a la casa...……

CRASH!!!!! TRAS!!……..

Camus: AAH! QUÍTENMELO!! QUÍTENMELO!!! 

Milo: Camus!!! –quiso acudir pero una mano lo detuvo. 

Shura: mejor yo voy –le dijo cauto el caballero.

 Milo: no, yo…   

Antes de que pudiera moverse, un objeto de mediano tamaño salió volando de la casa de Acuario. 

Shura: mmm? Qué es eso?   

 La tercia entrecerró sus ojos para visualizar mejor el ovni, con lo cual pudieron apreciar que se trataba de un bloque de hielo con un curioso contenido que recordaba cierta era prehistórica.

 Aioria: aah!! Mi lince!!! –expresó antes de salir en su dirección.   

Los dos restantes se voltearon a ver entre si. 

Milo: tienes razón, mejor ve tú.

 Shura: mejor voy más tarde.   

 Un pequeño papel bajó en dulce vaivén hasta posarse en la cabeza griega.

                         ________________________                           SEPTIMA OPORTUNIDAD                        ________________________ 

 Milo: Qué?! Pero si la nota ni siquiera era una declaración………..aashh……..como sea……. –manifestó con fastidio mientras aventaba la hoja hacia atrás.....

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 Libra y Virgo se encontraban conversando amenamente acerca de la historia del hombre en el último siglo y la corrupción de los sistemas mandatarios como principal debilidad de las estructuras políticas –nada profuso, simples puntos de vista- cuando un brillante reflejo atrajo su atención al cielo, para observar como el extraño brillo dibujaba una curva en el aire con dirección al sur.

¿Estrella polar? ¿cometa?  

Dokho: …………dime que eso no era un gato congelado en un bloque de hielo volando por el cielo……..    

 El hindú –con sus ojos acostumbradamente cerrados- elevó una ceja. 

Dokho:……………………..olvídalo……………………………. 

______________________ 

(Nota técnica: si alguno se pregunta ¿Cómo encontraron un lince en el hábitat de un león? Ya que, como sabrán, vive en la sabana; les diré que en una búsqueda -poco exhaustiva, pero si muy productiva- encontré que existe una especie llamada caracal o lince africano, que vive en las zonas secas de África  [quien lo diría!? Me salió como anillo al dedo pues el lince estuvo en mi  mente desde el principio] ) .  

_________________________          

    Oportunidad No. 8  

Milo: puedes hacerlo Saga? –preguntó seriamente Antares. 

Saga: mmm…….si, no me costaría nada de trabajo pero……no sería más fácil si Mu los lleva juntos y ya? 

Milo: no, es obvio que Camus jamás querría hacerlo.  

   Géminis llevó sus pupilas hacia arriba en un gesto de pesadez. 

Saga: pero, por qué te complicas la existencia?

 Milo: uh? A qué te refieres? –cuestionó el Escorpión con el entrecejo fruncido. 

Saga: pues si, es decir, por qué haces todo esto?

 Milo: porque me parece una buena idea –respondió con sencillez. 

Saga: no me refería a eso, sino a…. 

Milo: ya, ya, ya, que tengo que apurarme para estar listos; Aioria está vigilando y me avisará en cualquier momento… 

______________  

  Más arriba. 

Shura: hey, qué estamos observando? –preguntó quedamente el español a la espalda del Leónido, posicionado de la misma forma que éste en cuclillas detrás de la columna de entrada del onceavo templo, sorprendiendo al menor. 

Aioria: aah!! –exclamó, saltando ligeramente de su posición, para inmediatamente llevarse una mano a la boca autocensurándose – Shura, me espantaste –siseó el griego- por tu culpa casi me descubren. 

Shura: pero qué hacemos aquí? –prosiguió con su voz queda. 

Aioria: hacemos?........pues tú no sé, yo…..estoy esperando a que Camus acepte –dijo sin separar la vista y gran parte de su atención de lo que ocurría adentro. 

---  

 Adentro. 

Camus: esta bien Mu, vamos –respondió después de meditarlo en silencio unos minutos. 

Mu: muy bien –sonrió el lemuriano- no tardaremos nada en llegar.   

 Aries tomó suavemente del hombro al Acuariano mientras cerraba sus ojos para concentrarse. 

-- 

Fuera. 

Aioria: ah! ya se van, tengo que decirle a Milo.  

  Dicho esto se fue rápidamente en dirección al octavo templo, dejando solo a Capricornio quien le siguió brevemente con la mirada antes de regresar su atención al interior. 

--

Camus: Mu? –le detuvo un poco, antes de comenzar la teletransportación. 

Mu: si? 

Camus: dijiste que sería a donde yo quisiera verdad?

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Octavo templo. 

Saga: y..qué vas a hacer? 

Milo: me parece –contestó ocupado el Escorpión- que a estas alturas y dada la particularidad de nuestro sistema de vida y comunicación, ya debería de saberlo todo mundo. 

Aioria: Milo! –exclamó presuroso el León- ya se van!   

Antares y Géminis voltearon. 

Milo: perfecto, Saga, vámonos –ordenó con premura. 

Saga: de acuerdo, pero, insisto en que no veo razón para tanto esfuerzo y la diferencia entre el Santuario y cualquier otro lugar para lo que te propones. 

Milo: …………. 

Aioria: fuiste rechazado, verdad? –preguntó el León cruzando sus brazos con aire de superioridad al deducir la causa del estado de el Geminiano. 

Saga: mmpp…..eso…….no te importa –dijo molesto, endureciendo su mirada mientras su rostro bajaba. 

 Milo: aah.. así que era eso; bueno, por ello pasaré por alto tus palabras; pero de cualquier forma, te diré que estoy dispuesto a mostrarles a todos que Camus me quiere, aunque lo niegue, de la misma forma que le gustan los chocolates, como esos……-dijo señalando hacia un arrinconado taburete vacío- ..eh?....y los chocolates qué estaban ahí?   

Volteó hacia los caballeros presentes, pero ambos sólo atinaron a elevar sus hombros en señal de no saber nada, entonces enmarcó las cejas mientras generaba sospechas. 

Milo: mmm……….bueno..no importa –comentó sin mostrarse del todo convencido- vámonos ya. 

Saga: bien, trataré de quedar lo más cerca posible; al menos tienes una idea de adonde nos dirigimos? 

Milo: A Francia, obviamente! Adonde más pediría ir Camus? 

Saga: bueno, entonces espero que no haya muchas personas cerca, no me gustaría tener que dar explicaciones. Pero en fin, saldremos… cerca de ellos.

    Sin más, el apático gemelo abrió un portal con su técnica de Otra Dimensión en el cual ambos entraron. 

Aioria: bueno..al menos por un rato ya no andaré esquivando a Camus.

 :::::::::::::::::::::::::::  

  Un hermoso paisaje, una gama de brillantes colores en varias tonalidades difuminados unos tras de otros en el cielo, una vista panorámica, un horizonte limpio…………y un frío apabullante; con cientos de kilómetros en derredor de blanca nieve y ninguna señal de vida (posible) . 

Milo: ah?......qué….qué es esto? 

Saga: la antártica?......... 

Milo/Saga: Siberia!? –expresaron al unísono. 

Milo: pero…por qué…? 

Saga: bueno, después de todo era obvio –dijo encogiéndose de hombros- es como su segundo hogar, no?....como sea, yo ya cumplí con mi parte. 

Milo: oye, no me puedes dejar aquí; dónde se supone que están?......dónde se supone que estoy?

 Saga: por ahí….cerca, no sé, yo sólo llegué guiándome por el cosmos pero dejando una distancia prudente. 

Milo: pero dónde? –preguntó con impaciencia señalando con sus manos a su alrededor para denotar que no se apreciaba un alma.

 Saga: hombre, pues no sé, pregúntale a un pingüino, yo ya tengo frío así que me retiro, adiós! –dicho esto abre de nueva cuenta el portal para desaparecer en su interior. 

Milo: genial……..los pingüinos son del hemisferio sur –corrigió al aire mientras se cruzaba de brazos. 

   Súbitamente tras de él apareció la figura del buscado caballero, cuyo cosmos –a pesar de hacer juego con el contexto actual- fue percibido por el griego. Su apariencia esta vez no estaba tan pulcra como acostumbradamente se presentaba, unas adorables banditas en la nariz y mejilla adornaban su rostro y eran señal de la encarnizada lucha con el felino días atrás.  

Milo: Camus!! Tú…por qué estas aquí? 

Camus: yo?..... TÚ –alzó la voz ligeramente para enmarcar la señalización- por qué estas aquí?

 Milo: ah!? a…….bueno, yo…-se rascó la nuca distraídamente en tanto que respondía- tenía pensado sorprenderte, me refiero a que, en el Santuario tu Templo ya parecía fortaleza y……. 

Camus: creíste que elegiría ir a Francia.

 Milo: exacto! Incluso…traje cierta cantidad de Euros y Francos *por si acaso no aceptaban uno u otro* para…comer en algún lugar, pero…no pensé que querrías venir aquí –dijo mirando de soslayo a su derredor. 

Camus: no, de hecho no tenía planeado venir aquí. 

Milo: ah, entonces? –preguntó un tanto desconcertado Escorpio.   

Acuario cambió su seria expresión a una de obviedad mientras cruzaba sus brazos.  

 Camus: …lo hice….porque sabía que tú estabas tras de esto. 

Milo: pero cómo…? 

Camus: ahhh Escorpión –exhaló con vista de conocimiento- ¿que el Patriarca de repente me manda fuera? ¿A dónde yo quiera? Era demasiado evidente. 

Milo: omm…   

 Escorpión se mordió el labio, pensándolo bien, había sido bastante peculiar o poco común la situación inicial (es decir, la primera parte de su plan) y jamás consideró que con una pequeña chispa de perspicacia el Caballero del Hielo se daría cuenta fácilmente, puesto que ni siquiera había existido excusa alguna para el viaje, a menos que repentinamente el Patriarca hubiese decidido instaurar el premio al “Santo del mes” y premiar con vacaciones……….. 

Milo: [por qué no se me ocurrió algo así] –reflexionó con un dedo en su boca.    

 Una ráfaga de viento helado le sacó de sus pensamientos, erizando su piel. 

Camus: bueno, ya vine, ya vi *todo está tal como lo dejé*, ya me retiro. 

Milo: te vas? 

Camus: en realidad no tengo nada que hacer aquí, salvo entrenar; pero le pedí al caballero de Aries que me esperara un poco para retirarnos; así que puedes hacer lo que quieras, gastar tu dinero *si encuentras donde*, pasear, conocer….  

  Y en dos pasos -entre los cuales el desplazamiento fue a la velocidad de la luz (ahora ya saben como se acercó de forma imprevista)- desapareció el caballero tras una colina. 

Milo: no……..no, no, no, no otra vez, por qué tiene la manía de hacer eso? –expresó mientras sus pies lo ponían en movimiento en la dirección que había tomado el otro. 

   Qué haría? Acaso en verdad se había atrevido a dejarlo ahí solo? Pero por qué, si él no lo merecía?, no le había hecho nada que……….o bueno, no con la intención……….de verdad!!   

Con amplias zancadas para evitar hundirse en la nieve, rodeó aquella elevación de nieve preguntándose qué dirección debería tomar a continuación, si es que podía llegar a algún lugar. Pero sus ojos –que miraban sin ánimo hacia el suelo- se toparon con una rígida sombra. Ahí, dándole la espalda y parado frente a la nada (pues nada se podía ver salvo un blanco impoluto) se encontraba un incrédulo y un tanto desconcertado caballero. 

Camus: Mu….-susurró mientras sus bellas orbes iban de izquierda a derecha en una búsqueda vana-…..acaso…se fue? –preguntó de nuevo en forma queda. 

Milo: Camus? Creí..creí que te habías ido.   

  Acuario resopló. 

Camus: parece, que después de todo ambos quedamos aquí.

Notas finales:

Por primera vez, a Camus le sale el tiro por la culata (y no es de ninguna forma albur).

Aahh.......por cierto, les paso un datillo (que quizá les dé idea de porque Shura ha estado tan presente en la historia): los capricornio somos bastante peculiares.

Se cuidan!


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