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Una Segunda Oportunidad por Vainilla

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Notas del capitulo:

bueno... los personajes son mios o estan prestados para el fic con los respectivos permisos de las dueñas.

 

Quiero que sepan que es un fic yaoi, o sea tiene parejas homosexuales.

 

 

Capitulo II: Coffee and Arts

 

Eran las 11:30, Quinn salía con una sonrisa radiante de aquel edificio de 20 pisos de enormes vidrios relucientes en el cual se encontraba la agencia de Publicidad más grande Nueva York, el era uno de los Diseñadores/Publicista  más reconocidos de aquel lugar, claramente sus colegas eran de re nombre, algunos incluso tenían sus propias agencias pero seguían en “Blanc” por el estatus y la credibilidad que esta poseía, así abriendo la posibilidad de nuevas carteras de clientes y sobre todo, posibilidades de campañas paralelas, aunque si se ponía a pensar casi todos los que trabajaban en aquel lugar eran subcontratados, o sea disputaban las campañas para ganarse los proyectos con sus respectivas agencias.

 

Caminó hasta su auto que estaba estacionado frente al imponente edificio, subió a este acomodando sus lentes, dejando la chaqueta de su traje gris a un lado quedando así solo con la camisa media abierta en el último botón, y la corbata gris casi plateada al igual que el pantalón de vestir que era parte del conjunto de la chaqueta absolutamente floja, se miró en el espejo retrovisor y se dedicó una sonrisa radiante, de esas que demuestran triunfo y victoria, esas que regalaba solo a él , una sombra de tristeza empañó sus ojos, volvía a recordar aquella época.

 

Flash Back.

 

Quinn entraba a un hermoso apartamento en un Bellísimo barrio de Santiago de Chile, abrió la puerta con calma mientras se desordenaba un poco la corbata, caminaba de manera pausada mientras dejaba las llaves sobre una hermosa mesa de pino oregón que estaba junto a un enorme espejo en la entrada del lugar, se quitó los zapatos y los dejó junto a otros pares en la entrada, vio sus zapatillas de andar en la casa pero decidió no colocárselas, sabía que recibiría un reto por ello, pero de verdad que prefería andar en calcetines o sin ellos por el piso flotante de madera de cerezo, o simplemente tocar las blancas alfombras peludas que habían por su casa, colgó su chaqueta en la entrada y caminó hacía el interior de la sala, tiró la carpeta que traía en un hermoso sillón de cuero negro, se acercó al lugar donde escuchaba el tecleo de una computadora, se detuvo  unos segundos al ver cuerpo que se encontraba escribiendo de manera concentrada, le miró por un momento apoyado en el marco de la puerta, sacó unos de los cigarrillos y lo prendió con pereza, dio una calada onda y se dedicó a observar a quien por fin notaba su presencia.

 

Una cabeza de cabellos rubios muy oscuros casi cobrizos asomo tras el monitor de aquella portátil, realmente amaba a ese hombre, con sus casi 1.90 de estatura cuerpo extremadamente marcado y fornido pero a la vez estético, su sonrisa eterna capas de iluminar el cielo, sus marcadas cejas, su nariz no muy pronunciada, esas enormes manos que eran capas de tomar su cuerpo y elevarlo… y esos brazos… dios esos brazos absolutamente detallados en cada músculo, parecían esculpidos que eran capaces de hacerle sentir que le daban toda la protección del mundo y aun más, llevaban cerca de 3 años juntos los que estaban tallados en su corazón como unos años maravillosos; sabía que estaba trabajando, se  podía ver el logo de su portátil encendido, una hermosa manzana que se iluminaba mostrando la marca, a veces se encontraba celoso de ella, ya que pasaba demasiado tiempo frente a ella, más del que deseaba que pasara, esa maquinita se había transformado en  su eterna amante, bueno tal cual era su portátil para él, sonrió mentalmente ante esta idea.

 

.---- Quinn!!!.--- Exclamó de manera muy animada quien hace unos momentos se encontraba sumido en el trabajo y ahora se acercaba de manera alegre a su pareja.

 

.---- como te fue en la disputa del proyecto ¿?.--- preguntó con mucho entusiasmo adornado  con su enorme sonrisa en los labios… esa sonrisa que  consiguió con muchísimo esfuerzo conquistar a su rubio amante poco a poco; recordó como Quinn había trabajo días y noches sin descanso para poder obtener aquel proyecto que haría reconocido a quien era su pareja desde hace más de 3 años, ante la no respuesta de su amante su rostro perdió la sonrisa, se puso muy serio, ¿cómo era posible?¿es que acaso su amor había fallado?, se asustó y paró frente a él.

 

Tarquinn tenia la mirada escondida tras su corto flequillo dorado, y solo seguía fumando, las manos de su pareja le tomaron por los hombros cortándole cualquier posibilidad de movimiento pero el agarre no deja de ser suave y gentil , sentía como Nash se encontraba muy asustado por su reacción, las firmes manos hicieron  más presión en ellos forzándole a levantar la mirada,”¿ quería saber como le había ido?”pensó  Tarquinn,  pues se lo diría.

 

 

Levantó la vista con los ojos brillándole de una manera muy especial, la sonrisa de victoria, la que sabía que reflejaba toda esa satisfacción al sentir que después de haber dado más que todos encontró lo que buscaba, el goce del triunfo, esa sonrisa que solo la conocía él, la persona que lo acompañaba en sus largas noches de desvelo, bloqueos mentales y frustración, aquella que batalló por conseguir su amor, el ser que había robado su corazón y que le demostraba día a día todo lo que sentía, el sabia quien era realmente Tarquinn Jahn, su chico de cabellos rebeldes y mirada penetrante.

 

.---- les he dejado con la boca abierta.---- dijo mientras le regalaba su felicidad, amor, energía y tantas emociones que le invadían en ese momento su cuerpo y alma, reflejados en esa expresión de sus labios.

 

.---- lo sabía mi amor, no hay nadie como tú.--- dijo besando de manera apasionada esa boca que transmitía muchísimo más que un simple te quiero y unas merecidas felicitaciones.

 

Que bien se sentía en ese momento, era dueño del universo, nadie podía ser más feliz que él, lo tenía todo y un poco más, esa fracción de tiempo que estaba viviendo lo recordaría por el resto de su vida.

 

 

Fin Flash Back

 

Y así fue, siempre lo recordaba a pesar de todo, ese día siempre regresaba para hacerlo sufrir y mostrarle lo que ya nunca podría tener nuevamente, o quizás si, pero en otro momento que se sentía muy lejano.

 

Trató de borrar esa imagen de su mente, ya estaba controlando más aquellos recuerdos que le causaban tanto dolor, siguió apegado a su idea. “Esta es una segunda oportunidad de vida” y tras pensar en eso se acomodo los lentes.

 

.---Tarquinn Jahn, lo has logrado nuevamente.---- dijo mientras se guiñaba un ojo, encendiendo el motor de su auto, prendió la radio sintonizándola en cualquier estación, sintió mucho agrado al encontrar una canción que le encantaba, “mi regalo por haber ganado hoy” por ende subió el volumen, bajó el vidrio del auto, se abrochó en cinturón de seguridad, sacó un cigarrillo, al tenerlo encendido estaba listo para partir…. Su destino…. Coffee and Arts…un hermoso café a solo 2 cuadras de su casa.

 

Después de manejar durante casi 20 min. Llegó a su destino, aparcó su auto fuera de este, sacó su chaqueta, su computador y las cosas que necesitaría para entrar en él.

 

Movió la cabeza para ambos lados para lograr de esta forma estirarlo, se sentía realmente cansado ya que escasamente había conseguido dormir 40 min. Pero la alegría y seguramente la adrenalina que aún sentía lo mantenían a mil por hora, aprovecharía su impulso para adelantar trabajo que tenía pendiente.

 

Entro al café con la mejor de sus sonrisas puestas, sonreía de manera grata al notar que casi todas las mesas estaban siendo ocupadas por jóvenes que buscaban ese tipo de lugar para pasar el rato, trabajar o simplemente compartir un minuto con la persona que querían.

 

Coffee and Arts era un hermoso café ubicado muy cerca del parque, pero exactamente hacia la otra dirección en la que se encontraba el bar que visitó la noche anterior, su rubro era una mezcla entre galería de arte y un café, estaba todo hecho en madera, los colores eran elegantes y sobrios, pero daban ese calor que brindaba confianza a quien entraba, daba la sensación de ser un lugar privado, un momento de paz se podía disfrutar en esa inmensa ciudad que traía solo estrés a la gente que vivía en ella, este era como un pequeño mundo de tranquilidad en la gran manzana.

 

Esta semana se podía apreciar una bella exposición fotográfica en blanco y negro con solo unos toques de color rojo en las imágenes para resaltar elementos en ellas, como el vestido de una niña en una, un globo en otra y claro la clásica rosa en las manos de una mujer junto a su amor mientras paseaban por las calles de Paris.

 

Amaba ese café más que todo, ya que le pertenecía, le había tomado mucho tiempo planearlo, aunque claramente tenía pensado ponerlo en su ciudad natal, por asuntos de fuerza mayor tuvo que irse de Chile, pero eso no significaba que tendría que dejar sus sueños y proyectos de lado, eso solo significaba que debía encontrar otro lugar que lo recibiera, a él y sus ideas.

 

Saludó a el mesero que salía a recibirlo.

 

.--- buenos días Andrea.--- dijo mientras besaba en la mejilla a ese chico que le ayudaba desde el primer día que abrió el café, incluso antes, él era quien le había ayudado a decorar y hablar con los proveedores, era un estudiante de arte, trabajaba medio tiempo y realmente fue y era de mucha ayuda, reconocía que sin Andrea él se hubiera demorado mucho más tiempo.

 

Andrea era un hermoso chico de pelo corto color café, con unos ojos verdes y piel color canela, un francés nacido y criado en Paris, pero por el trabajo de sus padres tuvo que dejar su país y venir a vivir a esta ciudad.

 

.--- buenos días Quinn.--- contestó con un leve rubor en las mejillas, le encantaba que cada vez que saludaba a Andrea este se ruborizaba y le fascinaba hacerlo, se veía tan tierno de esa forma, le hacia parecer un ángel, un ángel con un acento muy sensual.

 

.----- iré a mi despacho un segundo.---- se alejó mientras caminaba al segundo piso del local, Tarquinn reformó la planta superior para hacer  de el su oficina, le cargaba trabajar siempre en la casa, ya que no le gustaba estar lejos de su negocio y si tenía su despacho ahí, podía estar por cualquier cosa que ocurriera en el café.

 

Caminó hasta el final del pasillo en donde se encontraban 2 habitaciones, una la tenía de bodega y la otra estaba decorada de manera muy elegante, con un cuadro de Robert Legrand, un exquisito pintor con estilo moderno que expuso hace 3 semanas en el café, y al ver su cuadro quedó completamente prendido de el, lo compró de inmediato, de echo nunca tuvo tiempo de ponerlo en exposición ya que Quinn lo subió a su despacho de manera inmediata. El resto de la habitación estaba decorada por algunas máscaras que recolectaba de sus viajes, las que estaban en este momento colgadas eran de su último viaje por Sudáfrica y las otras eran mayas ,en los costados de la habitación se encontraban grandes estantes repletos con libros, si debía condesar que amaba los libros por sobre todas las cosas, ese fue un vicio que le dejó su madre, “quien lo hereda no lo hurta”. Pensó.

 

En el centro de la habitación se podía apreciar un pequeño living, con sillones que estaban dispuesto alrededor de una mesa de madera que pareciera que antes fue una puerta ya que se lograba visualizar en la parte superior de esta un pequeño cuadrado en el que en algún momento existió un vidrio y que por ahí ahora se asomaba una hermosa planta de hojas verdes, dándole un toque muy alegre a aquél lugar y tras este en línea recta por el centro se hallaba un hermoso escritorio de madera de alerce con un sillón de cuero y a sus espaldas un gran ventanal que dejaba ver el parque.

 

Avanzó por el centro hasta estar a un lado de su lugar de trabajo,  colgó la chaqueta en el sillón  para evitar que se arrugara, ya que era uno de los trajes que más le gustaba, se sentó en su escritorio y colocó su computadora frente a él, la abrió y vio su “desktop virtual” con aún un par de documentos que permanecían abiertos mostrando lo que esa mañana presentó a los clientes.

 

 

 

Se dobló las mangas de su camisa y se quitó los lentes con cansancio ,masajeo sus ojos, buscó en su chaqueta los cigarros y un encendedor,  con la vista localizó el cenicero que estaba en su escritorio, prendió uno y se recostó de manera cansada echando su cuerpo hacia atrás liberando la energía de  uno de sus brazos que colgó por un costado del sillón, sus pies se encontraban casi estirados bajo el escritorio, miró hacia el techo y dejó escapar el humo de manera casi inerte.

 

.---- ¿Qué estarás haciendo Nash ahora, buscándome o simplemente ya llenaste nuestra cama con algún amante?.---- una lagrima amenazó con salir de su rostro, pero la contuvo, se había prometido nunca más llorar y eso era precisamente lo que iba a hacer, Nash Blackwood era su pasado y ahí deseaba que se quedara.

 

.--- Pero es tan difícil, te extraño tanto.----  escaparon estas palabras por sus labios mientras daba otra calada profunda a su cigarro.

 

.--- Déjame olvidarte, por favor.---- esto último sonó casi como una suplica hacia un ente que no se encontraba presente en la habitación pero si en su mente.

 

.--- ¿por qué me dañaste tanto?, ¡¡¡¡¿Qué mierda te hice yo?.!!!--- dijo mientras se paraba de manera brusca de la silla y pateaba a esta lejos de su lugar.

 

---… Te odio!!, te odio!! Nunca debí conocerte maldito!!.--- gritaba de manera desesperada mientras lagrimas comenzaban a recorrer su rostro, su paz y calma habitual desaparecieron, no supo en que momento perdió todo poder de autocontrol que poseía,, pero ya estaba hecho descargaría toda su furia, lo necesitaba ya no podía controlarlo más, ya no quería controlarlo más.

 

 

.--- acaso me castigas por haberte amando con locura y pasión, por siempre haberte sido fiel!!!!, por entregarte más incluso de lo que creí poseer??!!!, ¡¡¡¡te odio, te detesto!!!… te.. te… amo..--- esto último lo dijo casi en un murmullo mientras se dejaba caer al suelo de rodillas y apoyaba sus manos en la alfombra mullida de color blanco que ahora se iba manchando con sus lagrimas y las cenizas que dejaba caer el cigarrillo aun encendido y consumido por el tiempo en su mano derecha.

 

.--- pero ya no soy tuyo, ya soy libre, ahora ya no estoy en tus redes de mentiras y traición.---- la sonrisa de Nash llegaba a su memoria como una amenaza a su cordura, como riéndose de él en ese momento, su momento de debilidad.

 

.--- deja de sonreír de esa forma, maldita seas!!, sale de mi cabeza!!!, deja que viva feliz!!!.----- sus puños estaban completamente cerrados, el derecho daba golpes al piso esparciendo las cenizas por todo su alrededor y la mano derecha estaba aferrada a la alfombra como si de esta dependiera su vida.

 

.--- déjame ser feliz, por favor… deja que te olvide… déjame vivir..--- solo el silencio escucho esto ya que las palabras se las trago casi su alma, sonaron tan despacio que murieron donde estaba su corazón, más que nada las lágrimas fueron testigo de estas mientras que limpiaban lo que podían de su espíritu y enrojecido rostro.

 

.--- soy un desastre, mírame.--- dijo con ironía y una sonrisa de medio lado.

 

Gateo un poco hasta donde había caído su chaqueta, saco otro cigarrillo, lo prendió y se apoyo en el ventanal, fumaba ya más calmado mirando hacia la nada.

 

.--- de verdad que debo de estar muy cansado.---- dijo cerrando los ojos apoyando su mano derecha en su ojo para después pasarla por su cabello.

 

Estuvo sentado así un momento, calmándose, las lágrimas ya habían abandonado su rostro, ahora solo quedaba el camino por donde estas pasaron.

 

Se levantó y caminó hasta su silla, la recogió y la ubicó en su lugar, volvió a colgar su chaqueta y caminó hasta la única puerta que había en la habitación sin contar obviamente la de entrada, la abrió y entró al baño.

 

 

Se apoyó en el lavamanos y se mojó la cara.

 

.--- eres patético Quinn, ¡mírate por dios!, pero juro que esta será la última vez, esta vez si lo es…. Lo juro por mi vida.---- dejando estas palabras en claro, se miró al espejo arregló sus ropas  y se sonrió con melancolía.

 

.---- la última vez.--- y haciendo esta promesa con su alma se dirigió a de vuelta al despacho para continuar con su vida.

Paso alrededor de 1 hora hasta que sintió que le golpeaban la puerta.

 

.--- pasa Andrea.--- dijo levantando la vista, sabía que era el chico, ya que nadie más se atrevía a molestarlo durante su trabajo.

 

Andrea entró a la habitación mirando que estaba un poco desordenada, pero no quiso decir nada ya que sabía que su jefe estaba sufriendo por algo, aunque nunca quiso preguntar el porque, a pesar de que Quinn siempre se mostraba en extremo alegre y muy extrovertido , con su eterna sonrisa que lograba encantar a quien fuera el afortunado de recibirla o apreciarla, con el tiempo fue conociendo que detrás de esa alegría constante se encontraba un gran dolor que no compartía con nadie.

 

 

.---- es hora de almuerzo, me preguntaba si deseas comer algo.---- dijo con un sonrojo, ya que sentía la mirada de su jefe sobre su persona, “¿como alguien puede poseer tales ojos y tal sonrisa?”,pensó el chico de oscura cabellera.

 

.---- mmmm , ahora que lo dices, creo que si tengo algo de hambre, vamos bajemos, no tengo ganas de estar encerrado en la oficina.---- mencionó mientras se levantaba y caminaba en dirección al chico.

 

.--- este… yo…-- Andrea se sonrojó ante lo que quería preguntar.

 

.--- ¿mmhh?..—Quinn le miraba con una ceja levantada.

 

.---- El proyecto, es tuyo?--- la voz le tembló, quizás por vergüenza o quizás por miedo a tener una respuesta negativa.

 

Quinn lo miró con asombro, para luego cambiar a una enorme sonrisa, se acerco y bajó un poco para estar a la altura de los ojos de Andrea claro con su metro ochenta y cinco pasaba por casi 10 cms. a su camarero y amigo, le buscó la mirada y cuando la encontró le guiño un ojo.

 

.--- tu jefe es el mejor.--- dijo sonriéndole para continuar con su camino a la escalera.

 

Andrea se sonrojó ante esto, y luego de 2 seg. cerro la puerta del despacho y siguió a Quinn hasta el café.

 

 

 

Se ubicó en el lugar de siempre, era una mesa que estaba reservada solo para él cerca de una de las ventas, así tenía visión de todo el lugar y a la vez podía mirar hacia el parque.

 

Miró la gente pasar, unos apurados como si el diablo los persiguiera, otros calmados, incluso un par de perros se paró frente al café jugueteando, al rato le sirvieron una ensalada cesar con un agua mineral sin gas.

 

Comió de manera lenta, tranquila observando el infinito, cada cierto rato miraba las mesas que estaban a su alrededor, el ambiente esta muy animado, los camareros conversaban con la gente, la risa invadía el lugar, vio como se vendía una de las fotografías, “tiene buen gusto” pensó al ver que una joven de no más de 30 años compraba la fotografía de la niña del vestido rojo, esa era la que más le gustaba, tenía decidido si al final de la exposición no se vendía la compraría, “pero bueno…”.

 

Vio entrar a varias personas, la tarde ya estaba haciendo su presencia, decidió pararse e ir por su computador, estaba tan agradable ahí abajo que no desaprovecharía la oportunidad de trabajar en ese ambiente.

 

Al rato volvió a su mesa que ya estaba completamente limpia y un mokaccino recién servido sobre ella le esperaba, sonrió ante el detalle.

 

Se sentó y buscó a Andrea con la mirada, le obsequio una de sus sonrisas mas sinceras en agradecimiento y este devolvió el gesto con un movimiento de cabeza mientras continuaba dando instrucciones a un mesero nuevo un tal Albert, al parecer era inglés, bueno la verdad lo había contratado Andrea así que no sabía nada de este chico nuevo.

 

 

Prendió la computadora y se dispuso a trabajar en ella, Andrea le llevo un cenicero y unas galletas de miel.

 

Pasaron las horas y seguía sumergido en su trabajo, comenzó a sentir el cansancio sobre su cuerpo, de verdad que la falta de sueño le estaba pasando la cuenta.

 

Escuchó las campanitas de la puerta sonar, como ya lo había escuchado repetidas veces durante la tarde.

 

Su computador mostraba dos fotografías de una modelo vestida de manera muy sexy de caperucita roja con un lobo albino en un bosque absolutamente nevado.

 

.----- ¿cual será mejor?.--- dejó escapar en voz alta.

 

.---- la que esta casi arrodillada acariciando el lobo diría yo, ya que la mirada de ella es mucho mas intensa que en la otra, aunque el hecho de que en la segunda estén ambos sentados en la nieve tiene su punto a favor.----

 

Al escuchar esto se dio vuelta sorprendiéndose al reconocer quien era el que le estaba dando aquella opinión tan certera.

 

Se asombró al reconocer al dueño de aquellas palabras que le sonreía de manera exquisita.

 

…---- Narcisse?... que haces aquí?----- no pudo ocultar su asombro cuando formuló la pregunta.

 

.--- por una café.—sonrió de manera despreocupada  casi como si fuera obvia la respuesta el de pelo negro.

 

Llevaba puesta una camisa color chocolate con los dos botones cerca del cuello abiertos dejando ver un poco de su piel ,unos jeans modernos con un corte fabuloso cubrían sus piernas, unas zapatillas elegantes, de esas que son entre zapatos y zapatillas del mismo color que la camisa se podían distinguir bajo el dobles del pantalón, su pelo negro lo llevaba tomado en una trenza suelta, sus ojos brillaban de manera muy hermosa, casi misteriosa.

 

.---- puedo?.--- preguntó mirando a Quinn mientras le señalaba un asiento junto a él.

 

.--- si claro, perdona, siéntate.--- respondió señalándole la silla. Hizo unas señas para que Andrea se acercara.

 

.---- puedes traernos un mokka y un?.--- buscó con la mirada  a Cisse esperando la respuesta.--- que sean dos.--- dijo el aludido con una sonrisa que produjo como resultado un sonrojo automático en el mesero.

 

Andrea se alejó para preparar lo que le habían pedido aun nervioso por la presencia de aquel individuo que se encontraba con su jefe, al llegar a la barra Albert se le acercó al notar que las manos le temblaban y las mejillas que parecían como 2 manzanas maduras.

 

.----Ha venido ese Sr. antes aquí?.----

 

.---- no, es la primera vez que lo veo.---- sus mejillas volvieron a encenderse, estaba seguro que era la primera vez que él entraba, era obvio que lo recordaría.

 

.---- El Sr. Jahn y su amigo están llamando la atención de todo en el café, es que bueno hay que ser objetivos, son realmente guapos .---- se notaba como no quitaba los ojos de la mesa donde estaba su jefe.

 

Andrea volteó para mirar, y era cierto casi todas las mesas tenían sus miradas en ellos, era impresionante como lograban causar ese efecto, siempre que su jefe estaba en el café este se atestaba de jóvenes tanto mujeres como hombres dispuestos a pasar toda la tarde viendo como él trabajaba , había notado como en varias ocasiones los clientes se le acercaban para charlar o simplemente dejarle una tarjeta, escucho un par de veces como le invitaban a salir y el siempre les rechazaba de manera muy educada, era todo un “gentleman” y  bueno si a eso le sumamos a su amigo, que poseía una belleza mucho más salvaje, más fuerte que la de Quinn que era sumamente elegante, entre ordenada y casual creaban se creaba una especie de armonía, se podía decir que entre ellos cubrían los gustos de cualquier persona, era como tener una fantasía frente a ellos un verdadero espectáculo, se sonrojó más al pensar esto, Andrea se reprimió mentalmente y miró a Albert que seguía mirando a la pareja.

 

.—será mejor que vuelvas al trabajo, la mesa 3 te esta llamando.--- Albert solo asintió y se alejó.

 

.--- uff haré lo mismo.--- dijo esto mientras preparaba los 2 mokka

 

Cisse miraba de manera fija a Quinn.

 

.--- tu que haces aquí Quinn, aparte de tomar café y fumar obviamente.--- dijo riendo mientras veia el cenicero con algunas colillas en el.

 

.--- Soy el dueño.--- dijo sonriendo, le parecía muy guapo aquel chico.

 

.--- Que coincidencia!, yo siempre había tenido ganas de pasar a este café, aunque debo confesar que hoy me dieron muchas más ganas de entrar al verte por la ventana.--- confesó de manera divertida mientras guiñaba un ojo a Quinn.

 

Quinn solo sonrió ante el comentario, de verdad que Cisse era una persona muy confiada de si misma, aparte que bueno, lo admitiría,… tenia porque serlo.

 

.---- mira que bien que entraste, ya que aquí preparan el mejor café de la zona y no solo te lo digo por que sea verdad, si no más bien porque soy el dueño y tengo que mantener y atraer nuevos clientes.--- rió de manera divertida ante su comentario llevándose también la risa de su acompañante, en ese momento Andrea les llevo el café y ambos agradecieron al chico.

 

.---- veamos si es verdad lo que dices.---- tomó un poco del mokka e hizo un gesto como si estuviera pensando.

 

.---- vamos admítelo.--- dijo Quinn mirando como niño pequeño a Cisse.

 

.--- esta bien, lo admito.--- volvió a reír de manera divertida, nuevamente ambos reían divertidos.

 

.--- Ayer escapaste rápido del Bar.--- dijo de manera mas seria Cisse.--- espero que esta noche no sea así.----

 

..--- a caso es una invitación?.--- preguntó Quinn de manera  coqueta mirándolo por sobre sus lentes, con una sonrisa absolutamente sensual.

 

.---- acaso no quieres que así sea?.--- pregunto dejando escapar estas palabras más como un ronroneo.

 

.---- aun no me decido la verdad.--- dijo como pensando mientras prendía un cigarrillo y daba un sorbo a su café.

 

Se miraron un segundo como si quisieran quitarse la ropa en ese mismo momento, pero tan rápido como ocurrió, se fue, dejando a dos chicos riendo a carcajada ante aquel juego que habían formado.

 

Se notaba a la legua que ambos eran muy experimentados en el arte del coqueteo, o más que nada ninguno se quería dejar seducir por el otro, era mejor dicho una competencia, a ver quien lograba hacer sonrojar al otro, quien lograba seducir a quien.

 

.--- me encantó este lugar Quinn, de verdad que si tienes muy buen gusto.--- Cisse miraba las paredes y los adornos del lugar, todo era perfecto, cada cosa estaba muy bien ubicada en el lugar seleccionado, se notaba la clase y elegancia del chico, era mucho más simple en su forma de vestir y de elegir cosas que él, tenia un gusto más simplista, Cisse era mucho más alocado, rockero o por decirlo “wild” en sus gustos, gustaba del arte abstracto, incluso gótico y con algo de barroco, le encantaba ese lado oscuro del arte, y se notaba claramente que Quinn era de los de estilos mas clásicos, más limpios, más….. “minimalista”.

 

.--- iras?.--- dejó escapar mientras miraba aquellos ojos miel que le habían llamado tanto la atención la noche anterior, de verdad que deseaba conocer más a Quinn, sintió una absoluta curiosidad la noche anterior cuando lo vio fuera del bar, quería que entrara, pero al notar que se retiraba no pudo mas que seguir aquel impulso que lo obligo a empujarlo casi a la fuerza dentro del recinto, esos ojos, esa estatura, ese cuerpo que se dejaban ver bajo la chaqueta le habían llamado muchísimo la atención.

 

.--- hoy?.—respondió Quinn ante la interrogante de quien le miraba de manera tan penetrante.

 

 

.--- si, hoy.--- 

 

.--- no se la verdad, estoy absolutamente agotado.---- dejó escapar un poco de humo mientras bebía nuevamente lo que tenia su taza, paso su mano libre por su cuello para masajearlo un poco.---- estoy algo cansado, ayer casi ni dormí.---

 

.--- vamos Quinn.—dijo guiñándole un ojo.

 

.--- la verdad no sé, lo intentaré, pero no te aseguro nada.----

 

La verdad es que Quinn lo estaba pasando muy bien junto a Cisse, el problema es que estaba cansado por no poder dormir mucho la noche anterior y la descarga profunda de energía que liberó por el recuerdo de Nash en su despacho, no sabía si su cuerpo iba a ser capas de resistir más.

 

Aparte estaba sintiéndose atraído por el hombre que estaba sentado junto a él, si lo pensaba no tenia por que ser gay, hoy en día los chicos acostumbran a jugar así con las personas y claramente Cisse era muy varonil al igual que él, entonces ninguno de los dos podía asumir la condición del otro.

La verdad tampoco tenia ganas de pensar mucho en eso en este momento, sentía que su cuerpo perdía fuerza por el sueño y ya había pegado 2 bostezos frente a Narcisse, ya era hora que descansara un poco.

 

Cisse notó que el cansancio de Quinn era evidente por lo que prefirió no seguir con el tema, ya que sabía que el chico no le estaba mintiendo.

 

.--- Lamento tener que irme nuevamente Cisse pero la verdad el cansancio vence incluso a la mejor de las compañías.— estas palabras fueron acompañadas de una gran sonrisa.

 

.--- te entiendo, aparte.--- dijo mientras miraba su reloj.--- ya es hora que vuelva, he pasado una tarde muy entretenida, creo que no me he equivocado al elegir este lugar para tomar una taza café.----

 

.--- y encontrar una agradable charla.--- concluyó la frase Quinn manteniendo la sonrisa.

 

.—y una muy agradable charla.—afirmó Cisse sonriendo también..

 

Se levantaron, Cisse hizo ademán de sacar dinero y Quinn le tomó el brazo impidiendo que siguiera con lo que estaba haciendo.

 

.--- esto es por los cigarros de anoche.--- ambos se dirigieron una sonrisa y el moreno asintió con la cabeza.

 

-..—bueno, hasta la noche Quinn.--- dijo estirándole la mano.---- talvez.—

 

.--- talvez.--- dijo estrechándosela.

 

Mientras Cisse salía del café despidiéndose con una señal de Andrea, Quinn tomaba su laptop para luego subir al segundo piso a recoger sus cosas, tomó todo lo que necesitaba de su escritorio, recogió las cenizas del suelo, arreglo un poco el lugar, cerro con llave y bajó hasta el primer piso, se acerco a Andrea y le dejó un par de instrucciones para el cierre del local, agradeció por todo y salió del lugar para subir en su auto y emprender su marcha a casa.

 

 

Abrió la puerta del departamento, se quito los zapatos y dejó todo en el sillón, luego se fue a su recamara se quito la ropa, cubrió su cuerpo con un pantalón de deportes y una polera sin mangas , fue al baño y volvió a su cama, se metió bajó las mantas y se dispuso a dormir, después de unos minutos se levantó camino hasta donde había dejado su chaqueta y sacó el celular , puso la alarma a las 12, eran recién las 6 de la tarde, quizás, solo quizás iría, cerro los ojos y se dispuso a dormir absolutamente agotado.

 

 

“Ojalá encuentre descanso en el Sueño.”, fue lo último que alcanzó a pensar antes de caer en los brazos de Morfeo.

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno este es el segundo capitulo del fic, si quieren que siga escribiendo me dejan review.

 

aunque solo 1 review quede lo escribiré ya que estoy disfrutando muchisimo esto.

los personajes son tan lindos.

prometo subir aunque sea 1 capitulo por semana, incluso 2 ya que estoy muy entretenida haciendolo.

 

besos y Saludos

 

Vainilla. 


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