SIN COMPAÑÍA, NO HAY DOCTOR…
-Anda…
Llevaría quizás casi una hora sentado a horcajadas sobre sus piernas, y considerando que se encontraban sobre el sofá, un sitio precisamente no muy cómodo… podía decir que ya no sentía esa otra mitad de su cuerpo, bueno… quizás solo un poco dormida, ya saben… ese molesto hormigueo que a veces se siente, y no era para menos puesto que quien ahora reposaba encima de él tampoco era que pesase demasiado… después de todo no era más que un enano… el hiperactivo enano de su banda…
-No…
Era su negativa ante la petición del otro. En un intento de hacerse el gracioso con ese niño que comenzaba a desesperarse y zarandearlo por los hombros… se llevo las manos hasta los oídos haciendo como le ignoraba…
-¡Nah! ¡Reita! ¡Anda! Solo tú eres el único que podría hacerlo…
Y los zarandeos continuaban, haciendo caso omiso al griterío paso ahora sus brazos por detrás de su cabeza, el vocal continuaba haciendo berrinche todavía encima de él…
¿Cómo habían llegado a esa situación? Ni siquiera el mismo conseguía recordarlo… tratando de hacer memoria, a su mente venía algo acerca de que Ruki le iría a visitar a su departamento antes del ensayo puesto que necesitaba hablarle seriamente de algo muy importante, a él y solamente a él sin que nadie más escuchara… al menos eso le había comentado por teléfono con un tonito entre caprichoso y tierno, en fin… un tonito especialmente insoportable para el bajista de Gazette que derrotado había terminado por ceder a que el otro le visitara, después de todo ¿Qué mas daba?... llevaban de pareja cerca de medio año ¿no?... tarde termino de arrepentirse de la repentina llegada del vocalista cuando este nada más abrir la puerta se le arrojase encima diciéndole:
-¡Akira, tienes que llevar tu a Uruha con un doctor!- con ojos muy abiertos encaro a Ruki, una de dos… solo le llamaba por su nombre cuando estaban en mitad de una de esas situaciones sumamente caldeadas que tanto le encantaban, y en las cuales por cierto le gritaba histérico por su nombre, o… cuando Ruki comenzaba a enojarse. Y por la dura mirada que este le dedicaba ahora mismo estaba seguro de que su niño no estaba precisamente de humor para repasarse un rato el kamasutra gay… así que… sin necesidad de hacer mucho uso de las neuronas supuso que ya había conseguido sacar de sus casillas a su pareja.
-Ya… - dijo al fin tomando al mas bajo por los hombros tratando de articular unas palabras convincentes- Ruki… cariño… - trato de comenzar de manera dramática, quizás si su lindo Taka-chan se sentía en medio de un dorama de esos todos cursis tal vez y solo tal vez desistiría de la idea de que el fuera quien llevase al guitarrista con un medico – tu… tu sabes lo complicado que es Uruha cuando de médicos y señores de bata blanca se habla… ¿Por qué no intentas comprenderme?
-Si desde un principio hubieses empleado esta escenita con lagrimitas y todo en lugar de ignorarme quizás te habría hecho caso, pero demasiado tarde Tsuzuki-san, ya no estoy como para tragarme esos cuentos – continuaba Ruki mirándole ceñudo y con los brazos cruzados sin moverse de su sitio- precisamente porque se como es que Uruha se pone de obstinado cuando de hospitales se habla es que estoy recurriendo a ti… es tan necio que se la pasara diciendo que esta en optimas condiciones cuando… -desvió un poco la mirada e incluso Reita podría haber jurado que el gesto se le ablando- todos sabemos que no es así…
-Hummm… - vale, podría fingir ser frío ante la situación para hacer repelar a su pequeño pero tampoco era para tanto, quizás debía de dar su brazo a torcer pese a lo complicado de la situación - ¿no debería de ser Aoi quien lo convenciera?
-¡¿Aoi?! –le observaba un Ruki muy sorprendido ¿Qué había de extraño en su propuesta? – Aoi no podría convencer a Uruha ni cantándole el Momiji Manjuu –Explicaba el vocal rodeándole el cuello con sus brazos y frunciendo el ceño en muestra de que la opción estaba descartada- y menos ahora, tal parece que últimamente le esta consintiendo demasiado, al grado que si Uruha dice que no, Aoi no será capaz de insistirle demasiado…
-Con el Momiji Manjuu Uruha es capaz de sacarlo de la habitación antes de que Aoi siquiera intente decir algo más que esa estupida canción- explicaba Reita severo.
-¿En serio?- acotaba Ruki sorprendido mirándole muy de cerca- tenía la idea de que a Uruha le agradaba esa canción, después de todo es lo único que canta Aoi cuando esta a según inspirado ¿no?- pregunto enarcando una ceja. Por vez primera en lo que iba de la mañana consiguió sacarle una disimulada sonrisita al bajista.
-A lo mucho le tocará la guitarra luego de hacerle el amor… - murmuraba medio en broma el chico “sin nariz”
-¡¿De verdad?!- y ahí iba, Ruki sacaba su lado cursi, que aunque no lo pareciera realmente tenia uno, quizás muy oculto pero al lado del rubio siempre lo dejaba al descubierto- ¡Reita, ¿tu también me tocarías la guitarra?!- sugirió con ojitos ilusionados.
-Prefiero convencer a Uruha antes que hacer semejante cosa…
-¡Reita!- replicaba Ruki pasando a darle un golpe en la frente un tanto ofendido y separándose un poco del otro.
-Vamos Ruki… ¿Cómo diablos crees que voy yo a saber lo que el idiota de Aoi le hace o dice a Uruha luego de tener sexo? Tal vez haga muy al tonto, y quizás Uruha sea muy mi mejor amigo y sea fácil de sacarle información bajo los efectos del alcohol pero tampoco es para tanto…
Lejos del departamento del bajista de Gazette otro par de miembros de la misma banda comenzaban a entablar una conversación con el mismo fin por lo que se veía, el mismo fin y la misma persona en cuestión ¿y porque no? Hasta la posible solución a sus problemas entre líneas.
-¡Alcohol! ¡Yuu, esa es la solución! Sobornemos a Uruha con alcohol y… - ni siquiera había terminado de hablar el batero cuando su compañero guitarrista ya le estaba negando con la cabeza… -¿Por qué no…?- preguntaba desilusionado ante la negativa del otro, aun cuando Uruha estuviese enfermo, de sobra sabían todos que al licor, el sake, la bebida embriagante que fuera… jamás le haría el feo… así estuviese muriendo. Entonces ¿Qué le encontraba de malo…?
-Uruha sigue amando el licor pero… - no consiguió evitar sentir la mirada penetrante y extrañada de Kai y como pudo le evadió, lo que seguía seguro le dejaría tan perplejo como a él cuando lo había notado hacía algunos días- últimamente una vez que toma cualquier bebida alcohólica va directo al baño a devolver el estomago- confeso al fin.
Fueron largos los minutos en que no se escuchaba nada más que el caminar de las personas que pasaban por los pasillos de la disquera, habían quedado de verse media hora antes que los demás para poder hablar con respecto al estado de salud que era lo más preocupante en los recientes días. El líder ni siquiera parpadeaba, es más… Aoi podía asegurar que en esos instantes no notaba ningún movimiento facial en el rostro de su amigo y antigua pareja.
-¿Estas de broma…?- dejo escapar el baterista casi en un hilo de voz. Si no fuera porque era precisamente Aoi quien se lo decía no lo creería, y aún así no estaba del todo convencido. ¿Uruha con problemas con el alcohol? Dudaba mucho que el guitarrista quisiera verle la cara de idiota con aquella confesión.
Uruha ya llevaba mucho rato observando el interior del retrete, una vista no muy agradable cabe destacar… no era nada lindo tener como panorama el correr del agua al tirar de la cadena para volver a inclinarte al instante a soltar cualquier nutriente que intentase caer en tu estomago… tenía unas nauseas terribles, un sabor metálico en la garganta y por sobre todas las cosas un horrendo presentimiento de que, pese a que le había prometido a Aoi alcanzarlo en la disquera en cosa de una hora, seguro que no podría separarse del sanitario durante las próximas tres horas…
Derrotado bajo la tapa del retrete y paso al lavabo a remojarse un poco el rostro, echo un pequeño vistazo de si mismo en el espejo con botiquín incluido que tenía justo encima del lavamanos y se encontró con su no muy amistoso rostro pálido y demacrado luego de arrojar por el caño el desayuno de crepas que Aoi le había hecho el favor de conseguirle en quien sabe que local de comida rápida… Escucho que el pelinegro había estado tomando clases de cocina con Kai, pero por lo visto no progresaba mucho pues no se animaba aún a preparar un desayuno por si mismo… seguro verlo intentarlo sería tan impresionante como el hecho de que Reita se animase siquiera a tomar una sartén. Sonrió ante tal pensamiento.
Agotado comenzó a caminar en dirección a la salida… lo único que deseaba era regresar a esa cama en la que había pasado la noche con el pelinegro abrazado a su cintura… le daba igual que continuase revuelta, lo importante era que las cortinas aún no estaban corridas y que podría descansar a gusto, si los demás llamaban por teléfono podría avisarles que prefirió quedarse a descansar en casa, que no andaba en condiciones de asistir a ningún ensayo. Además, si acudía a su llamado seguro que solamente le estaría jodiendo con el ya acostumbrado “debes asistir al médico” que le daban todas las mañanas nada más mostrar la cara en la disquera.
Odiaba los hospitales y todo lo que tuviera que ver con esos señores que vestían de bata blanca… ese sentimiento de incertidumbre de no saber si estas sano, medio mal o desahuciado simplemente le aterraba… pero aún así no dejaba de preguntarse…
¿Qué tan mal se encontraba?
Quizás era momento de tomarle la palabra a Reita, su mejor amigo, quien sin que medio mundo se percatara de ello, era junto con Aoi quien más al pendiente se encontraba de él… quizás incluso más que el propio Shiroyama, millones de veces se había ofrecido a acompañarle al hospital.
Debía de tomarse en serio todo ese conjunto de achaques, malestares y sobre todo repentinos cambios de humor que de unos días para acá venía padeciendo. Le daba hasta vergüenza la sola comparación, pero seguramente solo su madre al dar a luz a él y sus hermanas andaría tan quejumbrosa. Bien, en verdad se estaba comportando como una señorita, luego de descansar un rato llamaría a Akira y le diría que aceptaba que le acompañase a ver a uno de esos temidos señores vestidos de bata blanca.