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Abtra-erel, la joya de sangre por LaYoska

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Notas del capitulo:

FELIZ AÑO NUEVO

El otoño se cernía en el reino, el viento estaba más que furioso, todas las ventanas del palacio estaban cerradas, las telas delgadas eran cambiadas por pesados cortinajes y ropa de cama, preparaciones de invierno eran hechas, mientras la Diosa seguía recibiendo a nobles ávidos de poder que deseaban ser el nuevo Rey, pero aún no había una decisión, la deidad insistía en que no encontraba a alguien digno y seguía haciéndose cargo de los asuntos del reino con el consejo previo a su total disposición.

 

-¿estás cansado?- preguntó Nabeun abrazándolo, ambos en el lecho del guerrero, una doncella entró a dejar un plato de frutas y se retiró con una enorme sonrisa, las mujeres y hombres de palacio habían mantenido su palabra, hasta ahora su relación no había salido a la luz, que no salieran seguido ayudaba también a mantener esa imagen, aunado a esto, los pocos que no parecían muy felices, con el tiempo habían cedido al ver a la pareja convivir, no había modo de negar el amor que había entre ellos

-si- respondió Abriena entre los brazos de su amado, con los ojos cerrados, embriagado de su aroma y las caricias que este le dedicaba en su cabello y su vientre de tres meses que apenas empezaba a crecer, de pronto las caricias se detuvieron- ¿qué pasa?- dijo con sus ojos aún entrecerrados

-¿cómo darás a luz?- preguntó como si hasta ahora él mismo se preguntara eso, Abriena se rio

-me convertiré en mujer, lo hago durante las revisiones médicas y cuando las doncellas me ayudan a vestir- dijo estirando un poco sus piernas, Nabeun soltó un suspiro

-debía haberlo pensado, realmente olvido todas las habilidades que tienes- dijo con una sonrisa, sentándose contra la cabecera de la cama mientras la Diosa se sentaba entre sus piernas, acercó el plato y comenzó a darle de comer en la boca con infinita ternura, mirando esos ojos llenos de paz, de ternura, besando esos labios llenos del jugo de la fruta que comía- es un premio por los vegetales y el pescado de la mañana

-no me recuerdes- dijo frunciendo el entrecejo- sólo lo como porque el bebé lo necesita

-lo sé tesoro, gracias- dijo sonriendo, notando el sonrojo de Abriena cada vez que lo llamaba de un modo cariñoso, el bebé era mitad humano, de haber sido un Dios completo podría haberse alimentado de la energía de su medio como lo hacía Abriena

-¿quieres un varón o una niña?- dijo la deidad recibiendo otro dulce bocado de fruta

-realmente no me interesa… -luego lo pensó un poco- en mi familia no hay mujeres, así que creo que me gustaría una niña, aunque no importa, ya que es el fruto de nuestro amor, así que lo que sea me hará muy feliz- y sonrió ante la serena y agradecida mirada que su amor le dedicaba, tocaron a la puerta y una doncella mayor pasó

-Su Alteza, Su Gracia- dijo la mujer llamando a Abriena y Nabeun, “Su Gracia” era el título que le daban al guerrero, no era Rey, pero era la pareja de la Diosa y merecía respeto- llegó el cargamento de Xíes del mes, pero viene también el Gobernador y una joven sacerdotisa que se presentó como la prometida de Su Gracia- dijo la mujer frunciendo el entrecejo

-¿qué?- Abriena se incorporó, con molestia en sus ojos- yo nunca… ahhh, diles que iremos en un momento

-si Su Alteza- dijo saliendo de manera respetuosa

-¿Indir se presenta como mi prometida?- el guerrero se notaba también molesto mientras se ponía el peto de la armadura, Abriena le había platicado hace poco sobre las intenciones del Gobernador de casarlo con la chica

-así parece ser- el tono de frialdad de Abriena le alertó un poco pero no dijo nada, ayudándole a ponerse las túnicas pesadas para que pudiera salir a recibir a las visitas.

 

Llegaron a uno de los recibidores, donde el Gobernador esperaba con una sonriente jovencita, que se inclinó ceremoniosamente al ver entrar a la Diosa y su guerrero

 

-Su Alteza- dijo el hombre- hemos venido a presentarle nuestro mejor cargamento y también nuestras felicitaciones por su embarazo, sin duda una oportunidad única de reforzar nuestros lazos con el Reino vecino- reconoció con ademanes exagerados

-muchas gracias y aprecio su visita, aunque esperaría que fuera Malen, la dueña del taller quien viniera a dejar su mercancía- dijo haciendo énfasis en que el hombre no tenía por qué vanagloriarse con el trabajo de otros, el hombre se ruborizó- ¿es esa la única razón de su visita?

-oh, no, verá, la última vez usted no confirmo la decisión sobre quién debería ser esposa de Nabeun, como lo hice esa vez, considero de nuevo que mi sobrina Indir es perfecta para él, ha sido educada y criada sólo para eso- dijo de nuevo haciendo una reverencia- así que venimos a saber qué es lo que usted ha pensado

Abriena miró a la chica, luego al hombre y después a Nabeun, como si reflexionara las cosas- si no le di mi respuesta en esa ocasión fue porque era algo que debía ser considerado con calma- hizo una pausa- lo he pensado a fondo y he decidido no elegir una esposa para Nabeun- dijo con una calma y frialdad que asombro a los visitantes

-¿D disculpe?- Indir se notaba sobresaltada

-tener una familia lo distraería de sus funciones principales, que son mi cuidado, tendría que alejarse para el cortejo, los arreglos de la boda, peor aún si deciden tener herederos prontos, lo necesito a mi lado, así que no, no elegiré una esposa para él- hizo un mechón de cabello a un lado- además, ahora más que nada necesito su compañía, mi embarazo me ha causado bastantes malestares y él ha sido de gran ayuda para mí-comentó llevando las manos con ternura al lugar donde su retoño crecía

-oh, entiendo- dijo el gobernador, al parecer resignado

-disculpe Su Alteza, pero me temo que para cuidarla es el Emperador Issacar quien debe estar a su lado, cumpliendo sus deberes como padre- dijo la chica con la respiración agitada y los ojos brillando con furia

-¿lo ves acaso aquí?- dijo Abriena en un tono frio- él tiene demasiados deberes en su reino y lo comprendo- la calma en su voz era escalofriante- además protegerme es la obligación de Nabeun

-¡Pero ya fui criada para ser su esposa! ¡Para ser la esposa del guerrero!- la chica retrocedió y bajo la cabeza al verle ponerse de pie

-no se te permite hablarme de ese modo… veo ahora que mi decisión es la correcta, no sólo demuestras una inmadurez indigna y desafías mi autoridad, sino que defiendes tu derecho no a su corazón, sino a un título- la severidad de las palabras hizo a todos, incluso las doncellas que estaban detrás del trono, estremecerse- desde que te conocí pude ver la oscuridad de la avaricia en ti, al menos tu tío sabe cuándo detenerse, una lección de prudencia sería necesaria para ti…- tomó aire para calmarse al escuchar la petición de Nabeun en su cabeza-pueden quedarse a descansar el tiempo que sea necesario en las habitaciones de huéspedes, espero no volver a escuchar del tema- estiró su mano a Nabeun, que la tomó y le ayudó a salir del lugar, sin siquiera dedicarle una mirada a la chica que lloraba humillada.

 

Esa misma noche los invitados fueron instalados en unas de las habitaciones más pequeñas, su visita no era deseada, era obvio por las frías habitaciones que les habían sido asignadas y el servicio de las doncellas, que parecían especialmente molestas con la “chiquilla” que había hecho enojar a Su Alteza “¿es que no considera su estado?” “¿es que no fue educada apropiadamente?” y comentarios así salían a media voz de sus labios, Indir no aguantó más y salió a caminar, de nada le habían servido las lecciones, las joyas, todo el dinero de su tío invertido en hacerla una mujer hermosa, en forzar su entrada como sacerdotisa, nada había servido, estaba furiosa, había dedicado su vida a eso y ahora volvía a ser una simple campesina, no tenía cara para regresar al pueblo donde había esparcido rumores de su compromiso, había sido humillada, se hincó entre unos arbustos a llorar amargamente, cuando sentía que no le quedaban más lágrimas escuchó risas ¿quién podía reírse cuando ella sufría tanto? (n/a: o sea, el mundo no gira alrededor tuyo -_-*)

 

Sus ojos se abrieron al ver a la Diosa caminar a varios metros de ella, no le había visto ya que seguía escondida detrás de los arbustos, entonces vio a Nabeun, su aliento se contuvo cuando lo vio rodeando la cintura de la morena, que volteó para darle un beso en los labios al que había sido su (autoproclamado) prometido, creyó que sus ojos no podían abrirse más, pero se había equivocado, en shock vio al hombre arrodillarse y besar el abultado vientre con una infinita ternura, le vio incorporarse para volver a reclamar sus labios, si le quedaba alguna duda esta se disipo al ver como se inclinaba a lamer y chupar el cuello de la Diosa, con unas risas suaves se metieron detrás de una enredadera, lo que hacían ahí se hizo obvio, se levantó en silencio y corrió a su habitación, llorando de nuevo ¡eran amantes! ¡Por eso no quería que se casara! ¡Lo quería para él!, siguió rumeando su pena, hasta que su cerebro se “aclaró”, todo era evidente, esa arpía había seducido a Nabeun, lo había enredado con algún tipo de truco, después se había embarazado del Dios Dragón y ahora le hacía creer al guerrero que ese engendro era su hijo, si, tenía que ser así, porque Nabeun nunca faltaría a sus obligaciones involucrándose con la Diosa, todo era la culpa de esa mujer porque ¿qué podía verle Nabeun a ella? ¡ni siquiera tenía pechos! (n/a: no pude evitarlo XD), era obvio que ella era más hermosa, si, la Diosa debía estar usando algún truco para hechizar su mente, pero ella se encargaría, ella haría todo para librarlo de eso, con un retorcido plan en mente pudo al fin conciliar el sueño y regresar a casa con la cabeza más ligera dos días después, no sin antes encargarse de esparcir rumores en el pueblo que sembrarían dudas sobre la paternidad del hijo que la Diosa esperaba.

Notas finales:

el siguiente es el ultimooo


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