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Abtra-erel, la joya de sangre por LaYoska

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Notas del capitulo:

al fin!

este es el ultimo capitulo de la primera parte, tuve problemas para subirlo, pero al fin a qui está.

15.

 

Los rumores se habían intensificado, al punto de que incluso muchos pedían audición con la Diosa, sólo para preguntarle sobre la veracidad de los mismos, el cuarto mes de su embarazo estaba siendo un infierno, deseaba poder gritar a los cuatro vientos del amor que le tenía a Nabeun, deseaba terminar con la farsa, ni la visita del Dios Dragón y el haberse paseado con él por la ciudad habían calmado al pueblo, muchos hablaban de que una sacerdotisa los había visto besándose, que el guerrero se había aprovechado de la situación, peor aún, que Nabeun la había “deshonrado”, pero los rumores pasaron a segundo plano cuando sus pulmones y sentidos se llenaron de un putrefacto aroma

 

-hay una presencia oscura en el aire- dijo un día en que estaba recostado en el pecho de su verdadero amor, Nabeun descansaba en la cama mientras, sentado en un diván, a espaldas de la Diosa, Issacar devoraba unos delicados cortes de carne cruda

-yo también lo percibí, un demonio, alguien debió de haberlo invocado, pero aún no es lo suficientemente fuerte para representar amenaza- dijo lamiéndose los labios enrojecidos por la sangre que aún chorreaba de su “botana nocturna”

-un demonio es demonio, grande o pequeño – dijo Abriena con los ojos cerrados- y se está alimentando de las dudas del pueblo, de su avaricia, su odio, los sacerdotes se esfuerzan por calmar los ánimos, pero no ha servido de mucho… además, he visto sombras moverse en los límites de mi protección- comentó con tristeza- tal vez deberíamos irnos

-tal vez- dijo Issacar

-¿A dónde?- preguntó el guerrero

-Podemos intentar ir a mi reino- el dragón termino con su carne- poner distancia… o puedes castigar a tu gente con el peor invierno de la historia para que aprendan- sugirió a Abriena que sólo le volteó a ver molesto- era un comentario, sólo eso, yo lo haría- dijo, levantándose a dejar el plato en la mesa de servicio- entonces investiga el origen de esos demonios

 

Ese mismo día dos sacerdotes, entre ellos Sachie, (el de la pipa curiosa) y dos sacerdotisas abandonaron el templo, con la encomienda de buscar el origen de aquella energía que hacía pesado el aire, el pueblo miró extrañado la caravana que dejó el templo, cuando el corazón humano está lleno de dudas, la mente pone a trabajar la imaginación, comenzaron entonces a decir que esos sacerdotes sabían la verdad, que lo que crecía en el vientre de la Diosa era un bastardo y que habían dejado el templo al considerar esa unión, la de una Diosa y un Humano, una abominación, tal vez si no hubieran salido por la puerta principal a la vista de todos, no habrían causado más dudas, tal vez no, esa es la magia de nuestro mundo, nunca se sabe cuál hubiera sido el resultado de cambiarse los factores.

 

Una semana pasó rápidamente, habían llegado noticias de una traición, de una bruja que había abierto portales en cada pueblo del país, Nabeun dio la noticia a Abriena e Issacar, aun apretando la carta recibida, habían seguido el rastro de la bruja hasta el pueblo natal de Nabeun, donde la oscuridad se había extendido, ahí, los sacerdotes habían sido asesinados, pero uno sobrevivía, oculto por unos nómadas en las profundidades de un bosque, la magia antigua de los mismos le permitía no ser atacado de nuevo por los demonios, pero no sobreviviría mucho tiempo, el joven mensajero era parte de esa tribu y se había arrojado a los pies de la Diosa al verla.

 

-Permíteme ir- dijo Nabeun con decisión a su amado- me encontraré con Sachie y te traeré noticias… es mi pueblo, no puedo quedarme sin hacer nada

-está bien, por favor, cuídate- Abriena no se atrevió a negarle esa petición a su amor, lo abrazó y le dio uno de sus amuletos para protegerlo de cualquier demonio-protégelo, que regrese con bien a mi lado, medio dragón- le dijo al joven que había llevado la carta

-¿usted?

-sé lo que eres, no hay nada de qué avergonzarse- le dijo- y por eso confío en la fuerza de tu corazón, que no sucumbirá a la influencia de los demonios, por favor, acompáñalo- dijo besándole la frente al chico, que sonrió, era aún joven, con piel morena pero largo cabello rubio, a más de ojos violetas, que sin duda debieron de haberle causado muchos sufrimientos al nacer en una tribu donde todos tenían cabello y ojos oscuros

-juro por mi descanso en la tumba que lo traeré a su lado- dijo el chico, asombrando a Issacar por el fuerte corazón que poseía, solo alguien con una voluntad de hierro podía atreverse a jurar con tanta sinceridad y sintió una extraña angustia al verlo darle la espalda

-Oye, ¿no quieres también mi bendición?- dijo y el chico volteó a verlo extrañado

-¿desea?... pero soy un mitad…

-lo que seas, ven acá- ordenó, fascinado por el mohín de desconfianza, si hubiera sido humano completo habría corrido a sus brazos en segundos pero al parecer su sangre dragón le permitía ser testarudo- ven, acércate- sonrió cuando al fin el chico cedió y se acercó, Issacar le jaló de la cintura y simplemente lo besó, encontrando un cuerpo firme, nada que ver con la fragilidad que aparentaba, tenía una calidez que nunca había sentido y avivó una pasión en él que nunca nadie más había despertado con un solo roce de sus labios, le soltó y sonrió, el chico, avergonzado, sonrojado, apenas pudo sostenerse en sus pies echando a correr a la puerta, tras Nabeun que ya le esperaba, volteó y le enseñó la lengua en total molestia infantil

-¡Dios Dragón estúpido!- gritó antes de salir corriendo, alarmando a las doncellas presentes por la posible respuesta del que era conocido como un cruel monarca, uniendo a esto el hecho de que ambos eran hombres

-Dioses, espero que él también regrese, me encantaría enseñarle modales- dijo con una risa que planeaba esconder la angustia por la posibilidad de nunca volver a ver las joyas que el chico tenía como ojos

-Issacar- Abriena aún miraba la puerta por la que el padre de su hijo se había ido

-¿qué sucede?- preguntó, con la misma seriedad con que había sido llamado

-¿aún tienes tratos con los silfos?- dijo mirando el mismo punto que antes

-claro ¿qué deseas?

-pídeles que aparten a los inocentes, por favor, los demonios irán a por ellos a primer oportunidad, sálvalos… pero sólo a ellos

-… siempre tu debilidad- una sonrisa se formó en sus labios y salió del castillo, con una misión en mente

 

Una semana más pasó y en esta, el horror se había apoderado del país entero, sin explicación alguna los niños desaparecían de los pueblos, simplemente se desvanecían en la noche, decían que las noches en que desaparecían el viento se podía escuchar soplando fuerte, las ventanas se abrían y solo la tierra que llevaba con él quedaba en las cunas vacías, el pueblo se dividió entre los que decían que era un castigo de la Diosa y los que hablaban de espíritus del viento hambrientos, pero aun así ¿Por qué la Diosa no los protegía de ellos?, no sabían que Abriena había perdido interés en cuidar de gente que ni siquiera tenía verdadera fe en él.

 

Era como si las dudas incrementaran y crecieran en todos sin una razón real, pero Nabeun miraba con terror la realidad, no sabía porque, pero sólo él podía verlos, esos abominables seres que comían de los desperdicios de las ciudades, cada ciudadano tenía uno, pequeños y deformes seres de piel negra se sujetaban con miembros mal formados del cuello de los habitantes, sus pechos unidos por una membrana palpitante a la piel de estos y sus bocas, enormes y llenas de dientes susurrando a sus oídos, “no existe” “los ha abandonado” “puedes hacer lo que quieras” “hay que matarla” “si, a esa Diosa traidora, hay que matarla” “¿no es ese su guerrero?” “él lo hizo” “si, si, él fue, él fue” “mátalo” “retuércele el cuello” el guerrero apenas había llegado a la tribu nómada donde Sachie se refugiaba, gravemente herido por los mismos ciudadanos a los que quería proteger, esas malditas creaturas estaban haciendo las dudas crecer, hacían decaer el país y enviciaban el ambiente.

 

-tengo que ver a Sachie- exigió al jefe de la tribu que desde hacía dos días se negaba a dejarlo salir de la cama donde se recuperaba de sus heridas, sentía una desesperación propia y ajena, su amado lo llamaba en sueños, Abriena estaba débil, intentando proteger la cuidad principal con una magia ancestral, pero su estado no le permitía usar por completo sus poderes y por supuesto, prefería a su hijo que a los ciudadanos que ahora se refugiaban en rituales supersticiosos, que lo único que hacían era llamar más demonios al País.

-déjelo ir, es su misión, no descansará hasta conseguirlo- dijo el chico mitad dragón a su lado, también herido por protegerlo, había luchado para ayudarle a volver, finalmente el jefe los llevó a donde estaba el hombre

-se está apagando- dijo el jefe, Nabeun se apresuró, aun cojeando a ver al hombre en la cama, se horrorizo al ver un ser más grande que los otros recostado sobre el cuerpo del sacerdote, asfixiándolo lentamente, mientras con una risa maniaca todo su cuerpo se sacudía

-déjalo ir- Nabeun sacó su espada, aquella bendita por Abriena, un movimiento de su espada y el ser se desvaneció en pequeños fragmentos, vio maravillado de nuevo el efecto de la espada, Sachie tomó aire, recuperó el color y pudo abrir sus ojos

-Nabeun… Nabeun, debes, debes

-tranquilo hombre, tranquilo- le dijo- he venido a saber lo que descubriste- dijo sentándose dolorosamente a su lado ¿qué pasó? ¿Quién llamó esta desgracia sobre nosotros?

-oh, guerrero- dijo el hombre llorando- nunca había visto algo así, tu pueblo es ruinas y sangre, Nabeun, todos estaban controlados por esas cosas, logramos llegar a donde estaba la bruja y ahí, ahí tenía al ser más horripilante que he visto, de esa… esa cosa, salen los pequeños, ella los da a luz y la bruja los despierta y libera

-Hombre, nadie debería de ver algo así, pero necesito que recuerdes ¿quién es, quién fue?

- Oh, Nabeun, ella está llena de rencor…- dijo mirándolo a los ojos por fin, ya que su mirada estaba perdida en los terribles recuerdos- yo la recuerdo, cuando era una niña sus padres fueron asesinados por los demonios que ellos mismos habían convocado, ella recordó cómo llamarlos

-¿quién?

-… Indir- dijo finalmente el hombre, viendo los celestes ojos del guerrero abrirse con sorpresa- ella llamó a esos monstruos y hay muchos más esperando la oportunidad

-… no…

-sí, sé que es difícil de creer, pero así es, su tío nos pidió borrar el pasado de la niña cuando sus padres murieron y paso a su cuidado, para no marcarla como la hija de la bruja… pero me temo que en secreto el mismo uso sus dones para hacerse de poder

-pero ¿qué es lo que quiere?

-venganza Nabeun… por que la Diosa le impidió casarse contigo, porque los vio y- de pronto pareció recordar algo alarmante, se incorporó, sacudiendo al rubio de los hombros- ¡DEBES VOLVER! HAY UN TRAIDOR EN EL CASTILLO

-¿qué?

-ella dijo- los ojos del hombre estabas desorbitados- ella dijo que lo envenenaría y luego, luego le prometió al demonio que le dejaría comerse al fruto en su vientre

 

La sangre de Nabeun se congeló en sus venas, no lo pensó más, salió de ahí, no le importaron los músculos tirantes de su pierna, ni la herida en su espalda, fue a donde estaba su caballo y subió inmediatamente, tenía que regresar, tenía que correr, sintió otro caballo cerca, viendo al joven mensajero, el chico de ojos violetas le seguía

 

-¿qué haces?

-Di mi palabra- fue toda la respuesta que recibió del valiente casi niño que había peleado a su lado, era endemoniadamente bueno con el arco y las flechas, sus ojos de dragón le permitían ver más allá que a cualquier humano

-vamos entonces- dijo cruzando un páramo, deberían desviarse por un bosque para poder llegar más rápidamente a la ciudad, aun así, calculaba que llegarían hasta el día siguiente, maldijo sinceramente, de pronto un aroma nauseabundo golpeó sus fosas nasales, se cubrió con la capa y notó que su acompañante hacia lo mismo

-¿qué demonios es eso?- comento con una persistente tos Sashezna, el joven dragón miraba alrededor- ¿qué son esas sombras?

-precisamente eso, demonios- a varios metros de ellos varios seres esperaban, miraban fijamente hacia las ciudades aún protegidas por el poder de la Diosa- están esperando a que la barrera caiga para atacar- se mostró horrorizado, detuvo a su caballo y miró el grupo, eran más de cien, no había modo de pelear

-debemos apresurarnos entonces, antes de que- un tirón lo jaló fuera del caballo, arrojándolo contra un Arbol

-¡Sashezna!- Nabeun miró alrededor a varios demonios acercándose, uno de ellos, provisto de asquerosos tentáculos era el que había atacado al menor, no lo pensó dos veces, sacó la espada y el estremecimiento de los monstruos confirmo el poder embestido en la misma, golpeó a varios de los seres, cabalgando hacia Sashezna que se levantaba e intentaba enfocar algo que atacar, pero para él eran sólo sombras intangibles, aun así disparó, escuchando un alarido de dolor inhumano, antes de ser jalado del brazo por Nabeun, trabajosamente se subió al caballo del guerrero, volteando a ver cómo su caballo era devorado por seres invisible, se abrazó con fuerza al otro

-si la barrera cae… esas cosas

-será una masacre, nuestro ejército no podrá contra ellos- dijo al notar que no solo ese bosque, sino que brumas oscuras se cernían desde las montañas y cada terreno alrededor de Reino, regresó su vista hacia adelante sólo para ver a un demonio de mayor tamaño, que con un brazo como garfio los golpeó, derribándolos, un dolor generalizado en la espalda, a más de una vista carmesí le impactaron de golpe, se levantó, ayudando al más pequeño a su lado, que arco en mano intentaba ayudar a alejar a los enemigos- mierda- dijo al notar a su caballo a un lado, quejándose de dolor por dos patas rotas, aunque su sufrimiento no duró cuando el mismo que los había atacado le aplastó el cráneo al animal

-pero si es el guerrero- dijo con una voz que sonaba a gruñido

-es solo un humano- una voz chillona, de un ser que parecía tener patas de araña pero cuerpo de niño hizo a los demás reír burlonamente

-mátenlo- se escuchó desde atrás y la batalla dio comienzo, la espada los asustaba, pero la promesa de carne fresca mantenía a los terribles monstruos animados para lanzarse al ataque, la protección de la Diosa los había mantenido famélicos debido a la falta de aliento de la que ahora sufrían, tanto él como Sachezna batallaron formidablemente por lo que parecieron horas.

 

De pronto un cuerno de guerra se escuchó, la vista de todos los engendros del infierno se dirigió a la ciudad y empezaron a vitorear cuando la barrera dorada se deshacía, como si de un tapiz deshilachado se tratara

-¡La Diosa ha muerto!- se escuchó de entre la oscuridad y los monstruos se lanzaron contra la ciudad, el corazón de Nabeun dejó de latir no, no podía ser, miró su espada, descubriendo como el brillo antinatural de sus joyas se desvanecía

-no… no- su mente y corazón se negaban a creer que eso fuera cierto, no podía serlo, empezó a correr, seguido de cerca por un herido muchacho que le ¿gritaba? ¿Lo estaba llamando? Sus sentidos parecían negarse a percatarse de lo que sucedía a su alrededor, un golpe lo envió contra una piedra, el más horrible de esos adefesios estaba frente a él, la cabeza de hombre con los ojos sellados por costuras, la boca que mostraba dientes aserrados, tres rostros más en un torso distorsionado, pinzas por manos y debajo un cuerpo de cangrejo, cada pata se movía en sincronía con los rostros que gritaban sin voz, un aguijón se levantó detrás de la cabeza del asqueroso ser, Nabeun se removía, férreamente presionado contra la roca por una de las pinzas, sus brazos inmovilizados también, no podía hacer más que retorcerse, vio el aguijón ir contra él, no había más, cerró los ojos, dedicándole su último pensamiento a Abriena y su bebé, pero un grito que no era suyo llegó a sus oídos, abrió los ojos sólo para ver a Sashezna siendo atravesado por el aguijón que supuraba un líquido negruzco espeso, se había atravesado para salvarlo, el monstruo gruñó con disgusto, latigueando la cola para deshacerse del cuerpo inerte que fue arrojado al suelo, el aguijón volvió a levantarse pero Nabeun aprovechó la distracción para sacar su brazo, justo al momento que el apéndice le impacto en un costado el cortó limpiamente la cabeza del demonio, cayendo al suelo se arrastró hasta el medio dragón, le acarició el rostro, aún estaba vivo, pero no por mucho, no sabía si eso era bueno o malo, tal vez hubiera sido mejor una muerte rápida, pensó esto al momento que más demonios los rodeaban, no podía luchar el dolor del costado lo estaba matando además, si Abriena estaba muerto ¿para qué seguir viviendo?

 

Un gruñido, un sonido que le rebotó en la caja torácica le hizo voltear a ver al cielo, el animal más grande que había visto en su vida los sobre volaba, los demonios empezaron a correr, pero entonces el animal bajó, aplastando a muchos con su peso, Nabeun abrió los ojos, intentando proteger el cuerpo del jovencito que había dado la vida por él, ese ser no tenía una piel negruzca, su piel era de un rico color plata oscura, sus ojos brillaban como si de la luna se tratara y eran mucho más evidentes porque era luna nueva,el cielo oscuro parecía saber del destino de ese reino, Nabeun podía asegurar que todo él era del tamaño de una de las garras del ser frente a él, las alas cubrirían todo el palacio y templo Real de encontrarse en la ciudad, pensó que no habría modo de matar a ese monstruo, pero no parecía tener intención de atacarlos, lo vio levantarse en sus patas traseras, el dragón era majestuoso y de la nada empezó a encogerse, con un brillo Issacar apareció en el lugar del animal

 

-tú… tú eras

-soy majestuoso ¿no es así?- dijo sonriendo, Nabeun bufó, sólo él podía hacer comentarios así en ese momento, iba a protestarle cuando notó que ya no sonreía, lo miraba, no, miraba a Sashezna, sus ojos casi siempre indiferentes estaban llenos de sorpresa… de ira

-¿Issacar?- se retiró para dejar que tomara el cuerpo maltrecho, sólo le levantó la cabeza y luego miró la herida en su vientre

-no puedo hacer nada- la voz del Dios Dragón se quebró al final, era como si el mismo deseara no tener que decir eso- abre tus ojos niño- ordenó y las orbes violetas le miraron

-eres al último que quería ver- dijo riendo, sintiendo sangre salir de su boca, era lo único que podía sentir, su cuerpo era una masa inerte llena de dolor, pero era tanto que ya ni siquiera era consciente de el

-realmente necesitas modales- dijo con una sonrisa que no expresaba ninguna felicidad, Nabeun les dio espacio, incorporándose para buscar su espada

-¿y t tu m me los vas a dar?- la respiración era cada vez más difícil, más trabajosa- no pude… no pude cumplir mi… mi promesa- dijo con pesar

-entonces vuelve y cúmplela

-¿Qué?

-puedo darte otra oportunidad, renace y cumple tu promesa- le dijo el ojiplata, perdido en esos ojos que perdían lentamente la vida, al menos podía hacer con su presencia que el chico no se percatara del dolor, usando su voz para hacerlo desaparecer de su mente- ¿la quieres?- sonrió al verlo asentir suavemente, a continuación se mordió uno de sus dedos, que empezó a sangrar, con el líquido carmesí marcó unos símbolos en la frente y sobre los ojos de Sashezna, además de su pecho- regresa, para cumplir tu promesa con la Diosa Abriena, renace hasta que un día, tu alma pueda descansar… y para que puedas maravillarte con mi presencia- dijo sellando su destino

-je, usted necesita lecciones- tosió, casi sin aliento-… pero de humildad

-entonces regresa y dámelas- le dijo sintiendo un escozor en los ojos que hace décadas no sentía

-¿puedo… tener un… un último deseo?- se sorprendió al sentir los delicados y casi helados dedos tocar sus labios

-lo que quieras- dijo antes de besarlo, llevándose con esto el último aliento del maravilloso ser que le había hechizado, había sido un breve y triste encuentro- prometo que el próximo será mejor- le dijo besándole la frente, lo acomodó en el lecho de hojas, con sus manos sobre el pecho y haciendo acopio de toda su fuerza se levantó para ir a ver a Nabeun que se sujetaba de un árbol cercano- tenemos que irnos, Abriena te necesita

-¿qué? Los demonios dijeron

-no está muerto, pero pronto lo estará sino llegamos antes del amanecer, debes llevarlo al templo, es el único modo en que se cure, te llevaré en mi lomo- dijo como si no le agradara mucho la idea de ser usado como montura de un humano

-si- la sonrisa había vuelto, al igual que la esperanza, se sujetaba el costado

-espera- dijo mirando la herida, luego hizo un gesto doloroso- escúchame bien… te voy a dar mi sangre, eso te permitirá moverte sin sentir dolor, te hechizaré también con mi voz, Abriena no puede ver esa herida- al ver la mirada confundida a completó- querrá curarte, pero si lo hace, entonces morirá definitivamente, no habrá modo de salvarlo si dejamos que él te salve a ti… eres un humano y puedo hacerte reencarnar… a él no- dijo decidido-¿estás dispuesto a morir?

-por él si- dijo sin dudas- sólo prométeme que la próxima vez será más fácil- dijo tragando dificultosamente, el Dios Dragón sólo asintió

-me encargaré que renazcan en una época en la que no les sea tan difícil amarse- explicó, antes de morder su muñeca y darle a beber el líquido, Nabeun apenas podía tragarlo, tosió cuando Issacar retiró su brazo, la herida sanó con sólo lamerla- Resiste- dijo con esa voz que llegaba al fondo de su ser, de pronto no sintió más dolor, era como si la pelea nunca hubiera ocurrido, se miró sorprendido, viendo como el hombre volvía a ser Dragón, se inclinó, dejando que se subiera en él, el animal era enorme, se tuvo que sujetar son fuerza de las escamas brillantes cuando empezó el vuelo, en un par de horas habían recorrido el viaje de un día a caballo, miró las aldeas siendo atacadas y diezmadas, el terror recorría el país, solo algunos lugares estaban sin tocar, lugares sagrados, pero que pronto sucumbirían a la furia de los demonios hambrientos, el Templo Principal aún estaba intacto cuando llegaron, Nabeun bajó de un salto, sorprendido por la falta de dolor y de sangre, Isaacar le siguió en su forma humana a las habitaciones de Abriena donde los doctores intentaban salvarle la vida.

 

-¡Nabeun!- el llamado se acercó al instante a su amado, abrazándolo con fuerza, se aterró al sentir la cálida piel ahora tan fría- estas… estas

-no, esta sangre no es mía- dijo al instante- debemos llevarte al templo mi amor… ¿cómo pasó esto? ¿no hay un catador acaso?

-lo hay- dijo uno de los sacerdotes- pero él está perfectamente, no entendemos, no parece haber veneno en la comida de hoy, ni siquiera en los Xíes que llegaron hoy

-¿Hoy?- Nabeun miró a las doncellas- pero hoy no deberían de llegar, sólo llegan a finales del mes- dijo, mirando la caja, Issacar tomó uno y lo olfateó, para después comérselo

-la jalea de estos dulces tiene sangre humana- dijo sencillamente- cuando Abriena fue castigado por comer carne humana- ante la reacción horrorizada a completó- sí, se alimentaba de humanos junto conmigo, pero su hambre era mayor que la mía, porque lo hacía por placer, cuando recibió el castigo de no soportar la sangre, también la sangre humana se hizo venenosa para él, incluso la más pequeña gota lo mataría

-pero… él ha curado heridas mías lamiéndolas- defendió Nabeun

-tu sangre es la única que no le hace daño… porque se la das con toda la disposición de tu alma, porque eres su guerrero y estas destinado para él… sólo eso- dijo tomando otro de los dulces- por eso no se percataron, para nadie más esto es un veneno… debemos irnos- apresuró al notar los ojos dorados cerrándose

-vamos mi amor, te prometo que estarán bien- Nabeun lo cargó, sintiendo los débiles brazos aferrarse con toda la voluntad que le quedaba

-el bebé- dijo llorando

-estarán bien… te curaras y yo regresaré por ustedes, lo juro- dijo dedicándole una mirada a Issacar, mandándole un mensaje velado- ustedes váyanse, pasen por la tribu del norte por Sachie, sálvense- le dijo a las doncellas y sacerdotes, ya no le interesaba saber quién era el traidor lo único en lo que pensaba era en llegar a tiempo.

 

Montó sobre el Dragón llevando a Abriena en sus brazos, aferrándolo al sentirlo temblar por el aire de frío, algo que nunca había pasado, la temperatura de su amado se adaptaba siempre pero ahora… lo besó brevemente, sonriendo al ver esos hermosos ojos llenos de amor, de fe en él, volvió a sorprenderse por la velocidad de las alas del Dios Dragón, ahora entendía cómo era que las leyendas contaban que acababa con dos ejércitos de Reinos distintos en una noche, el Dragón se sujetó de las rocas de las montañas y los bajó en la entrada del templo, para después bajar a enfrentar a los demonios que los habían seguido, en especial de uno, el más poderoso, que llevaba a la bruja sobre el hombro… oooh, esa perra se las iba a pagar.

 

Nabeun entró cargando a Abriena, tocó la piedra de la frente del guerrero en el grabado de piedra y esta se movió, dándole paso a la misma habitación donde había encontrado por primera vez a su amado, en ese lugar el tiempo no pasaba, las flores que meses atrás habían sido llevadas seguían frescas, al igual que las telas del lecho, lo depositó ahí con sumo cuidado, arrodillándose a su lado, un ligero dolor le alertó que el poder de la sangre de Issacar empezaba a desvanecerse.

 

-Nabeun- no te olvides de nosotros- dijo con sus ojos velados de cansancio y dolor, mientras su amante lo acomodaba y ponía sus delicadas manos sobre su abultado vientre, sabiendo que incluso el desarrollo de su pequeño se congelaría para esperarlo

-Jamás- declaró con seguridad y aplomó, inclinándose a besarlo, notando como su cuerpo volvía a calentarse, pero tomaba esa apariencia etérea, de escultura, tal como lo había encontrado

-Te Amo… esperaré por ti los siglos que sean necesarios

-y yo te buscaré los milenios que lo requieran, mi amor- dijo inclinándose a besarlo, sintiendo como su respiración prácticamente se detenía, sellando de ese modo su juramento, se quedó ahí, mirándole hasta que el dolor le obligó a salir de tan puro lugar, la herida le dolía horrores, volvía a sangrar, ya que incluso eso se había detenido con la sangre del Dragón, se dejó caer contra la pared de la cueva, escuchando los alaridos de dolor de los demonios mientras eran destrozados por Issacar.

 

-Ya no eres tan poderosa ¿eh?- Issacar camino entre los restos destrozados de los demonios, hacia la bruja, que se arrastraba, con dos piernas rotas por el suelo, se sujetaba la quijada fracturada, sangrando profusamente mientras intentaba huir de él, le escuchó balbucear algo- oh, ahora pides piedad- dijo divertido, pero con una fría risa, a lo lejos Abtra-erel se quemaba- no seas estúpida ¿quién te tendría piedad?, pero déjame darte un regalo- dijo abriendo de nuevo con los colmillos la yema de sus dedos, sujetándola del cuello la inmovilizó para dibujar varios símbolos en su frente, su pecho y uno más en su vientre- escucha bien- dijo con una sonrisa llena de colmillos ensangrentados- regresarás a la vida, cada cien años, tu vida será efímera y llena de dolor, el sufrimiento será tu compañero, un vientre sin fruto… una mente sin ideas, un corazón sin amor…  regresaras a verlos- señalo el templo- ser felices por sobre tu amargura… pero… si tu corazón cambia, si eres, contra mi maldición, capaz de perdonar, entonces, sólo entonces… tu alma será libre- los símbolos brillaron con el final de sus palabras, justo antes de que le quebrara la tráquea con una facilidad inquietante- aún tengo cosas que hacer- dijo, transformándose y yendo a la cueva donde el aroma de la sangre de Nabeun le llamaba, ya como humano se acercó al humano de tenía estertores de dolor- realmente eres el humano más sorprendente que he conocido- dijo con solemnidad y respeto en su voz, sentándose a su lado se abrió los dedos de nuevo, para marcarlo con su sangre

-¿qué harás tú?- dijo mientras sentía la sangre ser puesta en sus parpados y su pecho, además de sus manos

-dormiré por periodos en algún volcán, despertaré para cerciorarme cómo van las cosas, cuando vea que la era es apropiada, los despertaré- dijo con una sonrisa suave- quiero verlos de nuevo, asegurarme que son felices

-¿… esperaras por Sashezna también?

-…si…- dijo con una risa mientras le acariciaba el cabello ahora lleno de su propia sangre

-gracias- dijo ya con dificultad

-aun no- respondió- regresa, para cumplir tu promesa, conserva tus memorias, aún si se convierten solo en sueños, conserva tu amor, sólo para él- dijo mientras cada uno de los símbolos iban brillando- conserva tus fuerzas, para protegerlo y curarlo, conserva tu orgullo… y regresa a sus brazos- dijo cerrándole los ojos, sintiendo el último latido contra su mano, lo dejó ahí, el cuerpo se queda, pero el alma siempre viaja, salió de la montaña, convirtiéndose golpeó la montaña, haciendo que rocas cubrieron la entrada del templo, para que nadie irrumpiera su sueño, él mismo aún no podía descansar…

 

Se condujo a su Reino, donde contó la historia de la Diosa y su Amante guerrero, los hijos de Abtra-erel fueron repartidos entre las familias del país a su cargo, todos y cada uno de los niños que había salvado de los demonios por pedido de Abriena encontraron un hogar, observó a su Reino crecer y su harem desaparecer, nunca habría en el mundo alguien que pudiera fascinarlo de nuevo, no cuando unos ojos violetas eran los únicos que ocupaban su corazón, viajó en busca del único habitante de Abtra-erel que había sobrevivido, Sachie, el ahora anciano sacerdote había dedicado su vida a escribir en cada superficie posible la historia de la Diosa y el Guerrero, de contarla a cada oído paciente y el Dragón decidió que merecía un premio.

 

“regresarás para ser una guía, un sanador y para ver su amor florecer” había dicho al hombre en su lecho de muerte, gobernó aún hasta que el último de los niños del ahora olvidado país vecino murieron, las tierras que alguna vez eran de Abtra-erel ahora eran un desierto, sin la bendición de Abriena todo se había secado y muerto, fue esa la última vista que tuvo antes de retirarse a su propio descanso, para esperar…

 

Por la era prometida, la era en la que las deudas serían pagadas, en la que el amor y su fruto serían felices… la era en la que el mismo…podría conocer, al fin, ese embriagante sentimiento y con eso en mente, las centurias que pasaran no parecerían tan pesadas…

 

FIN DE LA PRIMERA PARTE

Notas finales:

espero les haya gustado, gracias a todos por leer y dejar sus comentarios

(^-^)/ bye bye


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