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Abtra-erel, la joya de sangre por LaYoska

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Notas del capitulo:

Tuve una mala racha, una mala racha que duró años, he lidiado con muchas cosas en este tiempo, pero no quiero dejar esto incompleto, como les dije, no le abandonado, no lo abandonaré, a veces me hace falta motivación, pero aquí estoy de nuevo, espero les guste.

Issacar estaba afuera, había optado por ponerse los audífonos y aun así podía escucharlos, suspiró, suponía que estarían felices de volver a estar juntos, realmente les envidiaba… si tan sólo el destino le hubiera sonreído a él de ese modo ya lo habría encontrado… Sashezna, aún recordaba esos ojos violetas y fuerte voluntad, quería volver a conocerlo, pero esta vez para aprender todas sus manías, todos sus gustos, disgustos, suspiró, a pesar de todo no había sido capaz de encontrarlo, suspiró de nuevo, eso se estaba volviendo una costumbre, cerrando sus ojos para tomar una siesta, despertó cuando escuchó la puerta de su habitación abrirse, Nikhel y Abriena salieron con el cabello húmedo, obviamente habían tomado un baño

 

-háganme el favor de quitar las sábanas- dijo riéndose un poco, viendo al humano sonrojarse, mientras Abriena le miraba divertido, parecía feliz, sin duda alguna- je, tu hermana está en el piso 20 con tu padre y hermano ¿por fin me lo vas a presentar?

-de hecho creo que te lo tengo que presentar- comentó, tomando la mano de Abriena- vamos entonces

-bien- aun sintiéndose algo intrigado salieron juntos del penthouse, vio divertido a Abriena palidecer cuando subieron al elevador- oh, es solo una caja de metal y vidrio de cientos de kilos moviéndose gracias a un mecanismo de poleas- le bromeó y el Dios le volteó a ver molesto

-eso no ayuda, Issacar- él sólo se rio mientras Nabeun lo calmaba, él había tenido tiempo para adaptarse, aunque las creaciones humanas seguían sorprendiéndole, bajaron en el piso indicado, la chica les esperaba fuera de la habitación, los saludó animada, invitándoles después a entrar, el cuarto era obviamente mucho más pequeño que el de Issacar.

-Nikhel- un hombre mayor se acercó, pero en cuanto vio a la Diosa cayó de rodillas- su alteza, su alteza, que alegría volver a verle

-de pie, Sachie, soy yo soy quien debe agradecerte, tu cuidaste de Nikhel en esta vida ¿no es así?

-lo hice- el hombre se levantó- supe quiénes eran desde que los vi en el orfanato, al principio lo hice como un deber… pero pronto se convirtieron en mis hijos y los amé como tal, han llenado mi vida de alegría y orgullo- los ojos del hombre estaban llenos de lágrimas mientras hablaba, Nikhel puso su mano sobre el hombro de Sachie

-gracias, de verdad… ¿y Safiro?- el hombre suspiró con tristeza

- en cama, no se siente bien, el viaje lo agotó un poco

- bien- asintió, dejando que saludara también a Issacar, la habitación era una pequeña sala, donde estaban todos y tras otra puerta estaban las camas, vio a Safiro sentado en la cama, el tanque de oxígeno al lado de la misma mientras él leía, su hermano había bajado de peso, siempre había sido delgado, casi de una manera enfermiza, sus dedos estaban de un tono ligeramente azul, significando que era un día malo para su estado de salud, profundos círculos oscuros entristecían su mirada, levantó la mirada, esos orbes violetas que siempre le habían hecho especial opacados con el cansancio

-hermano, bienvenido- dijo con una sonrisa suave- Iara dice que la encontraste, a la Diosa

-Sí, tú recuerdas muy bien

-no mucho, recuerdo a la Diosa, te recuerdo a ti, como guerrero, a padre como un sacerdote enfermo, a Iara como hechicera y…

-al dragón ¿no?- se sentó en la cama a su lado

-si… prometí volver a verlo pero- llevó una mano a la cicatriz en su pecho- no sé cuánto más viva o si podré cumplirla- sus ojos se llenaron de lágrimas

-lo harás, espera un poco- se levantó, le costó mucho tomar esa decisión, pero después de todo habían estado esperando el uno por el otro, gimió, realmente no quería presentárselo a Issacar, quería que su hermanito conservara su inocencia por más tiempo, finalmente salió de la recamara- Issacar, puedes venir un momento, por favor- el hombre le miró extrañado, pero luego sonrió, acomodando su cabello plata se acercó a él

-¿al fin me lo vas a presentar?

-si- gruño- pero compórtate- le advirtió, llevándolo al cuarto, Safiro había regresado a su lectura, su hermano realmente amaba los libros, cuando estuvieron cerca levantó su mirada, pero sus ojos al instante fueron a Issacar, el libro se deslizó de sus dedos frágiles- Safiro, hermano, él es Issacar

-Sashezna- Issacar se apresuró, acercándose y tomando su rostro, acariciándole casi con adoración, notó que su mano temblaba al ver esos ojos violetas, mismos que le habían torturado por siglos en sus sueños- te encontré… ahora podré darte esas lecciones de modales- dijo con una sonrisa, el chico se rio, pero después se llevó la mano al pecho, gritando de dolor, encogiéndose en sí mismo

-¡Diablos! ¡Padre!- Nikhel salió llamando a su padre

-Sashezna- Issacar llevó su mano al pecho donde el chico se sujetaba, viendo la enorme cicatriz- tranquilo, tranquilo- habló a su oído, abrazándolo, le aterró lo frágil y débil que parecía su cuerpo ¿lo volvería a perder? La sola idea le hizo querer llorar, no, no lo haría, uso su voz para calmarlo, hasta que se quedó dormido, volteó a ver, tras de él estaban todos- ¿¡qué le sucede!? ¿¡Por qué está tan enfermo!?- no se había dado cuenta de su tono de voz hasta que Abriena levantó la mano

- tranquilo, Issacar, estas alterado- quiso gritarle, pero cerró los ojos e hizo acopio de toda su paciencia

-¿qué le pasa?

-su corazón, nació con un defecto congénito, hace poco le hicieron un implante artificial, pero aun así, no ha mejorado- el ex sacerdote le explicó

-lo cual tiene sentido, porque solo puedes revivir humanos, así que solo reviviste a su mitad humana, no a la mitad dragón- dijo Iara, todos le miraron con sorpresa

-soy un idiota- Issacar se golpeó la frente

-yo no lo dije- dijo con una sonrisa angelical

-pequeña bruja

-lagartija hiper desarrollada- se miraron intensamente y luego sonrieron, bueno, tal vez no se llevaría tan mal con esta chica, su personalidad era completamente diferente ahora

-¿con qué se curaría?

-un trasplante- Nikhel le informó- pero su tipo de sangre es muy raro

-yo le daré la mitad de mi corazón- se levantó, cubriendo a Safiro con la manta

-uh… no es tan fácil

-lo es, si lo doy por mi voluntad, entonces no habrá problema, su cuerpo lo aceptará, además de que él vivirá tanto tiempo como yo viva

-ese es un Don por el que reyes llegaron a matar ciudades enteras- dijo Abriena con sorpresa- recibir el corazón de un dragón y ser inmortales

-así es, pero sólo sirve si el dragón lo da de buen agrado, llamaré a un amigo, también es dragón y es doctor, él puede hacer la intervención- dicho esto salió de la habitación, todos le miraron algo sorprendidos

-nunca había visto que alguien le interesara de ese modo- Abriena miró después a Safiro, se acercó y puso la mano sobre su pecho, Nikhel se acercó algo preocupado, vio cómo su hermanito recuperaba algo de color y su semblante mejoraba- así podrá resistir más tiempo- luego volteó a verle fijamente- Nikhel

-¿dime, amor?

-quiero mi gato

 

*********++++++++

 

Habían pasado tres días, Nikhel estaba en el sitio de la excavación, había ido por sus cosas.

 

-no puedes abandonar el proyecto de este modo, Nikhel

-puedo hacerlo, además, quiero poder cuidar de mi pareja y mi bebé- volteó a ver a su amigo mientras los demás trabajadores empacaban con tristeza las cosas de su jefe, era bastante triste que tuviera que irse, pero comprendían que una familia tenía prioridad

-lo sé, pero esto no será igual sin ti

-lo sé, pero confío en ti, Luke, sé qué harás un gran trabajo de investigación, por eso te quedaras a cargo

-¿Eh? ¿Qué?- oh, su cara no tenía precio

-como escuchaste, te quedarás a cargo, además, Iara se quedará también y sólo confío en ti para cuidarla- le dijo con una sonrisa, su amigo aún le miraba sorprendido, pero poco a poco una sonrisa llenó su rostro

-oh, joder ¡es un gran día! Entonces ¿puedo cortejarla?

-eso no lo decido yo- vio a su hermana que estaba ayudando a seleccionar los mapas y papeles que se quedarían, asegurándose que nada se perdiera, Iara quería poner distancia entre ellos, no hacía falta ser un genio para darse cuenta, aunque se esforzaba le lastimaba saber lo que había hecho, aún seguía pidiendo disculpas por lo hecho en su vida pasada, debía ser difícil para ella llevar esos recuerdos, así que no le culpaba, se despidió de todos, subiendo a su auto, mientras una de las camionetas de la compañía de Issacar se llevaba sus cosas, suspiró, Safiro ahora pasaba todo el día con Issacar, el hombre había dejado el penthouse para ir a vivir en la mansión de Samuel, su padre había recibido a todos gustoso, le encantaba que hubiera gente en la casa, haciendo ruido, decía que así la casa se sentía “más alegre”, ese día el médico amigo de Issacar iría a verlos, le haría exámenes a Safiro pero también tendría que revisar el embarazo de Abriena, suspiró al recordar que aún no había conseguido el gato para su amor, así que se desvió para ir a un refugio de animales, sin duda encontraría  a uno que fuera perfecto.

 

**********+++++++

 

Nikhel entró a la mansión, era un lugar tan bonito, cuando él se había mudado para la excavación su padre había comprado esa mansión para poder estar cerca de él, era un viaje de cuatro horas y media del lugar de excavación a su hogar, así podía ir de visita de vez en cuando, caminó hacía la terraza, pero a medio camino Abriena le interceptó, su padre le había comprado bonitas túnicas y vestidos, no tenía problemas en usarlo, después de todo no entendía del todo la diferencia entre la ropa de mujeres y hombres, para la deidad era más fácil como antes, túnicas para todos y solo las telas marcaban la diferencia, había intentado que usara pantalones, Abriena los había odiado, prefería la ropa suelta

 

-Nikhel, llegaste- dijo con una sonrisa, pero después su mirada se fue al transportin que llevaba

-ven, cariño, vamos a una de las habitaciones pequeñas- caminaron a una de las recamaras de huéspedes, Nikhel cerró la puerta, luego puso el transportin en el centro, quitando la tapa del transportin para revelar a una gata blanca de pelo largo, con sus dos gatitos pequeños, uno blanco y otro gris atigrado- traje tu gato, sólo que resultó tener crías- miró a Abriena que estaba quieto, sólo mirando, parecía bastante sorprendido, finalmente sonrió

-son hermosos- se acercó, hincándose cerca de donde había dejado el transportín, dejando que la gatita le olfateara antes de acariciar su cabeza- gracias, Nikhel- le dio un beso en los labios, lleno de agradecimiento, los pequeños mininos maullaron, olfateando, eran pequeños, pero empezaron a explorar alrededor del transportín.

La presentación se convirtió en un momento ameno, Nikhel le explicó cómo cuidar a los gatos, sus necesidades y que él se encargaría de la limpieza de los mismos, algo a cerca de su embarazo y que él no podría hacerlo, Abriena no puso demasiada atención, estaba feliz acariciando a su pequeño tigre, la gatita era realmente elegante, tenía unos ojos verdes como esmeraldas, poco después tuvieron que dejarlos en el cuarto, Nikhel había cubierto todas las salidas o huecos peligrosos en donde los gatos pequeños podrían meterse, se retiró algo descontento, él realmente quería quedarse con los mininos, pero tenía que ir a ver al Doctor, de acuerdo a Nikhel era así como se le llamaba a los sanadores en este tiempo.

 

Al llegar a la sala Issacar platicaba con alguien, era un hombre muy alto, incluso unos centímetros más alto que el dragón, tenía piel blanca, cabello negro largo y unos agudos ojos azules, en cuanto entraron les volteó a ver, Abriena pudo sentir el poder del hombre, un hechicero poderoso, pero no podía decidirse por una raza, parecía tener algo de dragón por sus ojos pero lo demás era un misterio.

 

-Abriena, Nikhel, déjenme presentarles a un viejo amigo y hago énfasis en la palabra viejo- bromeó, el hombre sólo sonrió de lado

-Mucho gusto, mi nombre el Kratos Alaereth- Nikhel notó al instante el acento inglés, era raro que la gente tuviera acentos en este tiempo, ya que por los viajes constantes por la galaxia esto se había perdido, así que ese hombre había vivido desde antes de que la humanidad abandonara el planeta tierra, estrecho su mano con quizás algo más de fuerza necesaria, Abriena también ofreció su mano, sólo que en lugar de estrecharla el hombre la besó- es un placer

-el placer el nuestro- Nikhel discretamente abrazó a su pareja de la cintura, no le agradó mucho la coquetería del hombre

-Kratos nos ayudará haciendo una revisión a Safiro, confío plenamente en él, ha hecho verdaderos milagros con sus pacientes, además también revisará a Abriena, para saber si todo va bien

-todo va bien- aseguró Abriena

-es mejor corroborar- comentó el hombre

-entonces revisa a Abriena mientras yo voy a despertar a Safiro- Issacar subió las escaleras, Nikhel entonces le pidió los acompañara a una las habitaciones, donde les hizo algunas preguntas sobre el embarazo de su amado, parecía bastante curioso con respecto al tiempo que Abriena había dormido, según sus palabras era “fascinante” el modo en que había detenido el desarrollo del feto, así como su recuperación

-pero bueno, hace mucho que no había visto a una deidad, son sin duda todo un misterio para mí- reconoció- ahora, por favor, recuéstate en la cama, voy a usar algunos hechizos para revisar el estado del bebé

-está bien- Abriena se recostó, descubriendo un poco su vientre, Nikhel se sentó a su lado, mientras Kratos tocaba la pancita del oji dorado, un brillo suave emanó de él y se escuchó un palpitar

-ese es el corazón del bebé, puedo usar mi magia para que puedan escucharle y verle- hizo un movimiento, fue como tener un holograma sin necesidad de ningún aparato, podía ver a su bebé, una imagen flotante, con sus ojos cerrados, puños pegados al pecho, era algo borroso pero sin duda algo increíble- al parecer es un bebé sano… oh, corrijo, una bebé sana

-¿es niña?

-si- Kratos asintió, haciendo algunas otras revisiones, él aún miraba embobado la imagen flotante, con todo y sus ligeros movimientos era maravilloso, saber que la bebé estaba ahí era una cosa, pero verla… tuvo que tragar un par de veces par no llorar, aun así s ele escaparon un par de lagrimas

-Te Amo- miró a Abriena como si le viera por primera vez, no había encontrado mejores palabras para agradecer ese milagro

-y yo a tí

-bueno, tiene 5 meses de gestación, le faltan otros 4, asumiendo que sea el mismo tiempo que para los humanos, sin embargo he leído que el embarazo de una deidad puede tomar un año- el hombre parecía totalmente indiferente al momento íntimo que acababa de tener la pareja

-O más- aclaró la Diosa, acomodando su vestimenta para después bostezar

-probablemente, todo parece estar bien, pero les recetaré algunos complementos alimenticios, es necesario que coma más proteína, Issacar me comentó que tu alimentación no es muy buena- Abriena hizo un puchero

-lo intentaré- se acomodó en la cama- quiero dormir

-descansa, amor, yo acompañaré al doctor con Safiro- Nikhel se despidió, cubriéndolo con una manta- de este lado, por favor

-con gusto- el hombre le siguió hacia la habitación de Safiro, que estaba recostado, su hermanito parecía estar un poco mejor, estar en casa le ayudaba y aunque no le agradara la idea, la compañía de Issacar también parecía hacerle bien

-hermanito- le saludó, dándole un abrazo suave- el doctor está aquí- se apartó, dejando que el hombre se presentara, él le hizo un chequeo más completo, además de preguntar sobre los tratamientos que había llevado, las cirugías, anotaba todo en una Tablet, checando los últimos exámenes médicos del mes

-bueno, tengo una buena noticia y es que podría hacer la operación sin problemas- dijo

-pero no tengo donador, nadie ha sido compatible conmigo

-ese no será un problema, ya tenemos un donador- Kratos pareció quitarle importancia, mientras seguía anotando

-¿quién?- Safiro le miró asombrado

-Issacar- respondió sin dudar- ¿no le habían dicho?- observó al peliplata que sólo sonrió

-no, idiota, pero gracias

-de nada, imbécil- dijo sin ningún tipo de remordimiento, esos dos se ofendían como si ablaran del clima, siguiendo con sus anotaciones se acercó a una de las ventanas

-yo te daré la mitad de mi corazón, Djeri

-¿qué?- Safiro le vio molesto- claro que no, no puedes hacer algo así en vida

-puedo hacerlo, soy un Dragón, el dar la mitad de nuestro corazón por voluntad propia hará que la persona elegida viva tanto tiempo como yo, ya que nuestros corazones latirán al mismo ritmo

-por muy romántico que suene eso, no aceptaré hasta asegurarme de que es seguro- se cruzó de brazos, Nikhel no pudo evitar reírse, nadie pensaría que su pequeño hermano fuera tan terco o tuviera un carácter tan fuerte, Issacar volteó a ver a Nikhel

-a mí no me mires

-¿qué necesitas para estar seguro?

-conocer a alguien que haya tenido el mismo procedimiento- declaró- quiero saber que todo está bien con ellos, antes de hacerlo

-bueno, eso no tomará mucho tiempo- señaló a Kratos- su esposo es dragón y le dio la mitad de su corazón, porque él también nació con un defecto genético

-mi esposo y yo estamos ambos en perfecto estado de salud- aseguró el hombre- puedes hablar con él si deseas

-por favor- dijo sin dudar, Kratos sonrió, saliendo de la habitación, para hacer una llamada telefónica

-¿es esto totalmente necesario?- Nikhel se acercó a su hermanito

-totalmente, no voy a ponerlo en riesgo- dijo señalando a Issacar, que sólo se rio, aunque parecía sin duda feliz por la preocupación del joven, en eso una alarma sonó en el celular de Issacar

-voy por tu medicina- el dragón apagó la alarma y salió del cuarto

-¿realmente te gusta ese hombre?- la pregunta llevaba un buen tiempo carcomiéndole

-sí, sé que suena extraño, pero desde mi vida pasada supe que era mi destino ¿es eso raro?

-no lo sé, tal vez fue tu alma quien le reconoció- levantó los hombros, para después rendirse- no me agrada del todo que él sea tu pareja, pero si tú eres feliz entonces supongo que puedo llorar luego

-ja, ja, no exageres, no es tan malo, tal vez le falta aprender algo de modestia, pero es muy amable conmigo

-solo contigo, pero supongo es su forma de demostrar que eres especial para él- se frotó la nuca- bueno, entonces sólo me queda desearles felicidad, supongo

-gracias hermano ¿y cómo está mi sobrino?

-sobrina, es una niña

-oh, entonces será una muy mimada, padre no dudará en echarla a perder- ambos rieron por eso, recordando a Iara con sus numerosos vestidos y juguetes, la chica había sido la debilidad de sus padres, Issacar regresó, llevando las medicinas, además de algo de jugo y yogurth, le siguió Kratos, informando que su esposo estaba en un hotel en la ciudad, así que no tardaría en llegar, aunque si les advirtió que probablemente llegara volando en su forma como Dragón, la habitación de su hermano estaba en la planta baja, tenía grandes ventanas para que pudiera ver los jardines, era un día agradable, cuando de pronto se nubló, todos voltearon al jardín, a pesar de la advertencia se sobresaltó cuando vio a un Dragón de escamas doradas bajar al jardín, en su vida pasada había tenido la oportunidad de ver a Issacar en su forma dragón, pero seguía siendo impresionante, más cuando el dragón dejó lugar  a un hombre de su estatura, con cabello largo que brillaba rubio con el sol y ojos ambar, Kratos salió a recibirlo, pronto estaban adentro

-te dije que tomaras un taxi

-no me gustan los transportes humanos- dijo con una delicada voz y una sonrisa suave- mucho gusto, mi nombre es Niord- se presentó también con su hermano, saludando a Issacar para después tomar asiento al lado de Safiro- Kratos me dijo que querías preguntarme algo

-tengo varias dudas pero… hum- Safiro miró a Nikhel

-entiendo, los dejamos a solas

-gracias- dijo, mientras los tres iban a la sala, Nikhel les ofreció algo de beber, ambos eligieron whiskey, Nikhel se enteró de que a los Dragones les gustaba mucho el licor, pero difícilmente podían emborracharse, su metabolismo era muy rápido

-ya que yo vengo siendo mitad Dragón, tampoco me afecta tanto- dijo Kratos- además de que tengo una mayor fuerza física, velocidad, puedo entender textos antiguos sin necesidad de un traductor y puedo ver cosas que antes no, como flujos de energía, e incluso espíritus, lo que es bastante molesto

-mi hermano podrá hacerlo también?

-muy probablemente- siguieron platicando por al menos 20 minutos más

-cielo- Niord caminaba hacia ellos- Safiro quiere hablar contigo- Kratos suspiró, levantándose le dio un beso a Niord y caminó hacia la recamara- tu hermano es un chico inteligente y muy perspicaz- reconoció, tomando asiento con ellos, bebiendo del vaso que había dejado su esposo.

-si me permiten- Nikhel se disculpó, yendo a ver a Abriena, pero no estaba en la recamara que lo había dejado, tampoco en los jardines, ¿dónde estaría?, oh, claro, fue a la habitación donde había dejado a los gatos, Abriena estaba en la cama tomando una siesta, siendo acompañada por la gatita blanca mientras los pequeños jugaban en el suelo, se acercó a acariciar su rostro, abrió los ojos, ese hermoso dorado que amaba le recibió- hola amor, ya casi es hora de comer

-no- se acomodó en la cobija- quiero dormir

-te doy media hora más- dijo riendo, al salir Abriena ya estaba completamente dormido de nuevo, cuando llegó a la sala Issacar hablaba con Kratos

-te dejaré la dieta que debe seguir y prepararé todo para la cirugía en un mes

-de acuerdo, gracias a los dos

-¿Safiro se decidió por la cirugía?- se acercó

-así es, parece que fuimos capaces de convencerle- Kratos asintió- en ese caso, nos retiramos por ahora

-gracias por todo- se despidió de ellos, sintiendo que había una luz en el futuro de su hermano, recordaba con tristeza a su hermanito llorando cuando le prohibieron correr o jugar, cuando le prohibieron comer helado o le dijeron que debía controlar sus emociones, la batalla que fue hacer que tomara sus medicamentos, hasta que se convirtieron en un hábito, había visto apagarse sus ojos, sabía que su hermano hacía hasta lo imposible por encerrarse y no mostrar su dolor, anhelaba poder ver a su hermanito florecer, con una sonrisa regresó al interior de la casa, ahora le tocaba su propia batalla… hacer que Abriena comiera apropiadamente.


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