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la fierecilla verde domada?! por iruhanachan

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Notas del capitulo:

 

 

 

ola lo prometido es deuda...este cap es más largo.

Una semana después

-Madre cuando va aparecer el conde no Sabaku? – preguntó el pelinegro. Llevaba un vestido color verde con el cuello barco, la manga y falda larga terminados en volantes blancos. Hacia media hora que esperaba a su futuro prometido, y el bandido ni siquiera aparecía.

-Lo siento señores el conde ya viene- avisó un hombre después de entrar en el salón.- soy jorge, su secretario personal.

-Buenas señorías!! – saludó el pelirrojo mientras se dirigía a ellos.- soy el conde no sabaku, mi nombre es Gaara.- se presentó, mirando a sus anfitriones.

-Buenas conde, soy la duquesa Anko Maito, está es mi hija Elizabeth rock Maito

-Es un placer conocerlo- dijo el pelinegro forzando una sonrisa, mirando sorprendido a su futuro esposo. “ Es el mirón de hace unos días. Espero que no me descubra”. Su madre le había una peluca negra con el pelo largo y rizado, que le llegaba hasta debajo de los hombros.

- El placer es mío. Tengo una prometida muy bella, tu rostro me suena de algo. Nos hemos visto antes?- preguntó el pelirrojo frunciendo el ceño.

-No lo creo. Casi nunca salgo de casa.

-Señorita Elizabeth, nos casaremos en dos horas. Ya me traje el cura. Te he visto y me gustas no creo que sea necesario esperar.- comentó el conde mirando a su prometida.

-No pienso casarme así tan de repente.- reclamó el pelinegro mirando muy serio al pelirrojo.

-No creo que tengas opciones, he decidido casarnos ahora y lo haremos.- comentó el conde haciendo una señal en la puerta, entró un hombre.- ese hombre es el  que nos a casar. – añadió haciendo otra señal para que el hombre se uniese a ellos.

-Ni siquiera llevo un vestido de novia, deberías darme tiempo para comprarme uno u que me cambie por uno más apropiado para el momento.- comentó Lee fingiendo estar desconforme. “ Gracias, no tengo que pasar por todo el preparativo” pensó feliz.

-No quiero perder el tiempo, hoy mismo regreso a mi casa. Quiero disfrutar de mi esposa, lo único malo es que el viaje dura dos días. Mi casa es una pocilga, necesito tenerte ahí para que arregles las cosas. – dijo gaara con una sonrisa.

-Si lo que buscas es una esposa asno ya estas...

-Mi hija quiere decir que en medía hora está lista para la boda y luego si marchara con usted- dijo la duquesa interrumpiendo a su hijo. “ Terminará echándolo todo por la borda”.

-Entonces voy a buscar a mis testigos- dijo marchándose y regresando con dos damas de muy mala reputación.

-Alégrate Lee, tenemos cuatro días para solucionar lo del préstamo. Mientras estés viajando no tendréis noches de boda y además puedes hacer que le cueste un poco llegar a su casa.- murmuró anko a su hijo.

-Entiendo, haré lo que pueda- replicó el pelinegro sonriendo. “ Haré lo posible para que quiera divorciarse de mí antes de que llegemos a nuestro destino.”

 

-Eres un salvaje, estás obligando a una señorita a viajar en caballo. – reclamó el pelinegro fulminando al pelirrojo. “ El muy bandido, después de la boda le había entregado un caballo y había soltado un sígueme como si fuese un sirviente suyo. Está me las pagará. Ya había planeado como conseguir el divorcio, sería la pesadilla de su esposo”

-Señorita?! Lo que tú eras antes de casarte conmigo es una sol te ro na – replicó el ojiverde con lo que parecía una sonrisa. El pelinegro se acercó a él y le dio un puñetazo en la mejilla antes de salir cabalgando.

-Solterona tu abuela – gritó mientras se iba.

 -No tengo abuela – replicó en voz alta el conde palpándose la mejilla dolorida. “ Está me la pagas, mujer del diablo” – me gustas, eres linda, tienes carácter y mucho genio – agregó para si siguiendo a su prometida.

-Estoy muy cansada- se quejó el pelinegro deteniendo su caballo. “Seis horas cabalgando y no había dejado de quejarse ni un minuto, es más había ignorado todo el intento de consuelo de su esposo. La verdad, es que estaba cansado, el vestido le pesaba y le impedía cabalgar como estaba acostumbrado, además hacia mucho calor y estaba sudando como un cerdo. Necesitaba darse un baño” – no puedo dar un paso más.- añadió suspirando.

-A dos horas de aquí hay una posada, donde quedaremos a dormir. A las cincos de la mañana nos pondremos en marcha- explicó el pelirrojo. “ Su espíritu empieza a decaer” pensó sonriendo.

-Estás haciendo todo eso por venganza. Verdad?- comentó el pelinegro viendo como sonreía su esposo. “ Ese maldito, es un engreído” – solo pido media hora de descanso. – agregó con un puchero.

-Si es por el calor échate agua por la cabeza.

-Me estas tomando el pelo, una noble portándose como una vulgar sirvienta. Nunca!!- replicó el ojinegro levantando la cabeza y los hombros. “ mama porque tuviste que darme clases de modales para chicas” se quejó

-Tienes mucha dignidad, doña noble- comentó el pelirrojo acercándose lanzándole agua por la cabeza. “ es mi venganza por el golpe de antes”

-Estas loco!!- declaró Lee lanzándose sobre el ojiverde. Los dos cayeron al suelo, el pelinegro se sentó encima de Gaara- hasta aquí llego, me has obligado a una boda relámpago, a viajar durante dos días con ese vestido haciendo un calor infernal solo porque el señoriíto no podía esperar y ahora eso, no te lo perdono- gritó mientras golpeaba al conde.

-El que está harto soy yo!!- gritó el pelirrojo inmovilizándolo- es la última vez que me golpeas, deja de portarte como un animal salvaje y canaliza mejor tu ira, doña noble- agregó antes de girarle y darle un par de cachetas en el trasero. Se levantó, dejando caer al pelinegro y montó su caballo. Antes de empezar a caminar miró a su esposa sonriendo.

-Maldito!!!- gritó el ojinegro frustrado. “ El muy imbecil me ha tratado como una chica” pensó dando un golpe en el suelo, quedó unos minutos sentado antes de seguir al pelirrojo. Estuvieron viajando las dos horas en silencio total fingiendo ignorarse.

-Hemos llegado – dijo Gaara. A dos kilómetros de ellos se veía una posada. Cabalgaron hasta allí y se bajaron del caballo- entremos – agregó arrastrando al pelinegro con él dentro del local.

-Déjame, sé andar – reclamó el ojinegro soltándose pero ya estaban en la recepción. Necesitamos una habitación, hoy es nuestra noche de bodas- comentó el pelirrojo a la recepcionista

-No tienes porque decir que es nuestra noche de bodas, conoces la palabra privacidad?!- regañó el ojinegro.

-Hay una libre? –preguntó el pelirrojo ignorando a su esposa.

-No, señor. Lo siento pero están todas ocupadas. Pero si quiere podría ocupar la dispensa solo tiene que pagarme un dólar. Tiene suficiente espacio para dos.

-Gracias, podrías enseñarnos el camino- dijo el ojiverde

-Sí señor – contestó la recepcionista dirigiéndose hacia donde iban dormir. Los dos esposos le siguieron - aquí señores- agregó abriendo la puerta antes de marcharse.

-Tengo hambre – se quejó el pelinegro sentándose en el suelo. -Iré a buscar algo para comer.- dijo el pelirrojo marchándose.

 

 -Muriel como va el negocio?- preguntó gaara a la recepcionista.

-No puedo creer que le haga esto a su esposa- le regañó la señora.

-No me regañes, mi esposa tiene un carácter del demonio, se merece una lección. – replicó el ojiverde sonriendo – dame una barra de pan- pidió

-No te estas pasando? Habéis estado ocho horas andando en pleno sol, sin haber comido algo estará muy hambrienta. Llevale algo más consistente.- comentó Muriel con un tono de reproche.

-No me estoy pasando, ha comido un poco en su banquete de boda, aunque no le di mucho tiempo para comer algo comió seguro. – contestó el ojiverde pensativo “ lo había planeado así, darle poco tiempo para comer”

-Señor eres cruel!!!

-Mi esposa es una fiera, el morado que tengo en la mejilla es por su culpa. En una manada solo pude haber un dominante, y le dejaré bien claro que soy yo.

 -Es su esposa, cuando tengas hijos se le bajaran los humos- dijo la recepcionista sorprendida por la respuesta.

-No lo creo, lo mejor es que le aclare las cosas ahora. La chantajearé y la obligaré a prometerme sumisión a cambio de comida.- respondió el pelirrojo sonriendo.

-Señor normalmente las fieras se les amansan dándoles regalos, los que usan el hambre como método para domesticar terminan siendo devorados.- comentó la empleada antes de marcharse y regresar con una barra de pan.

-No te preocupes, aunque es una fiera sigue siendo un ser humano. Estará dominada esta noche- declaró el pelirrojo convencido mientras recibía el pan.

 

Notas finales:

 

espero k lo hayais entendido..


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