La batalla había terminado, el equipo vencedor fue aquel grupo llamado Akatsuki; todos se encontraban festejando en sus respectivos campamentos, o al menos la mayoría ya que los miembros más especiales se dirigían a otras misiones en particular. Entre uno de esos soldados extraordinarios se encontraba nuestro protagonista.
-Itachi, deberás dirigirte al País de La Ola a acabar con algunos de los espías del equipo de La Niebla, creo que en total son cuatro.- contesto uno de sus superiores.- y ya sabes, nunca atacar o matar a civiles o alguien de nuestra propia organización, ¿entendido?
-entendido.- tomo una de las espadas, un rifle y una de las mochilas especiales sobre la mesa para salir de la casa de campaña.
-ese hombre... es un verdadero asesino de sangre fría.
Pasaban las horas; aquel hombre de mirada y cabellera oscura caminaba con suma tranquilidad por el campo de aquel país. Unos minutos después llego con suma facilidad al País de La Ola. Seguía en su caminata con indiferencia, como si hubiera olvidado el porque de su misión cuando de repente lanzo una navaja la cual fue clavada en el pecho de una de las personas que rondaban por el mercado matutino de aquel país; inmediatamente aquel atrevido movimiento ocasiono un gran caos el cual se iba dispersando a gran velocidad.
-uno...- contesto indiferente Itachi al cual ahora sus pupilas se habían teñido de rojo, lanzando de nuevo un cuchillo directamente al estomago de otro individuo.- dos...
La demás gente seguía demasiado aterrada por aquel ataque sorpresivo, pero de entre uno de ellos salió alguien dispuesto a matar a Itachi pero el sujeto no se había dado cuenta de que su agresor ya lo había visto y a gran agilidad le había rebanado el cuello dejándolo muerto en un instante al tocar el piso.
-tres... según lo que me dijeron existen cuatro...- Itachi caminaba con demasiada confianza entre los tumultos de población mirándolo con temor y verdadero asombro, en especial un hombre ya adulto que cuidaba de manera sobre protectora a un pequeño niño de aparentes 12 años, con una cachucha en su cabeza dejando en misterio como era su rostro, ese niño estaba frente a aquél hombre. Pero a pesar de que estuviera ese niño enfrente, el Uchiha lanzo directamente una navaja hacia la cabeza del individuo mayor ocasionando que las sangre manchara el cuerpecito del infante.
-¿creíste que solo por tener ese niño escondiéndote no podría reconocerte?- sonriendo de forma tenue al cadáver.
El publico espectador no entendía el porque ese hombre había asesinado de esa forma tan fría hasta que revisaron los cuerpos difuntos.
-¡son los tipo de La Niebla!- grito uno de los civiles.
-¡nos habían estado estafando por mucho tiempo!
-¡al fin podremos vivir tranquilamente sin miedo a que se venguen!
-señor.- se acerco al parecer el alcalde de aquel pequeño pueblo.- le estamos agradecidos, ¿cómo podemos recompensarle?
-no necesitan hacerlo, solo cumplí mi trabajo.- Itachi estaba ya quitándoles las navajas a los muertos hasta llegar al tipo que tenía al niño enfrente, le llamo la atención ya que el chico de gorra seguía inmóvil.- ¿qué acaso era tu familiar?, si deseas vengarte en su nombre entonces ódiame, repúdiame, aferrate a la vida y cuando seas fuerte búscame con las intenciones de matarme.- pero vio que el niño no le contestaba, tan solo seguía paralizado.- ¿eres sordo, tonto o simplemente te haces?
-señor, ese niño esta mudo.- respondió un viejito bastante dulce, cualquiera sabría fácilmente que era un adorable abuelo.- ese tipo y él no son de este lugar, son extranjeros y además de eso el otro maltrataba al pobre chiquito.
-¿y usted como lo sabe si ese niño no habla?- respondió algo hastiado el moreno mientras limpiaba con una pañoleta sus navajas.
-porque se escuchaba en la noche como lo azotaba, además... -mirando al mencionado.- el pobrecillo tiene marcas de violencia en todo su cuerpo.
Era cierto, aquel infante de probables 12 años se le veían numerosas heridas en toda su anatomía; y más por el hecho de que tan solo vestía una camisa de tirantes azul rey y unos shorts beige los cuales estaban ya sucios por el polvo, tierra y la sangre que le había llegado tocar, sus piecitos desnudos y contaminados; pero él seguía inmóvil, tan solo dejando en incertidumbre su rostro a causa de la sombra que proyectaba la gorra.
Itachi tan solo se quedo viendo esa silueta unos momentos, en cierta manera le daba lastima, un niño alejado de sus padres siendo acompañado solamente por un extraño que le tomaba por un objeto... le dolía un poco de nuevo ver esa situación pero a pesar de eso no hizo nada por el inocente; dejándolo en aquel pueblo.
Ahora él caminaba tranquilamente por un bosque situado arriba de una meseta cercana a aquella tierra, quería buscar un lugar donde acampar hasta que le llegara una llamada para ordenarle su siguiente misión. Pero alguien le seguía en el proceso, fácilmente se escuchaban sus pasos al tocar la tierra y aplastar las hojas caídas de los árboles.
-se que estas ahí...- hablo nuestro protagonista a uno de los árboles que le rodeaban, de entre uno de ellos salió el pequeño chiquillo algo asombrado.- deja de seguirme, lo que paso hace un momento no fue para ayudarte solo era mi trabajo así que tan solo esfúmate.
Dio unos cuantos pasos más, el niño siguiéndolo insistentemente, por unos momentos Itachi tan solo le ignoro pero ya cuando se canso de ser tan perseguido no pudo evitar su enojo.
-¡¡he dicho que me dejes en paz!!
Aquel grito hizo que el menor se asustara dando un mal paso que lo llevo al borde de la planicie, estuvo a punto de caerse sino hubiera sido por una pequeña rama que crecía en esa parte de la tierra.
-eso te pasa por ser tan insistente, ahora déjate caer y déjame seguir con mi camino y tu con el tuyo... -su acompañante le miraba de forma un poco disgustada, no pensaba ayudarlo, al revez, quería ya deshacerse de él.
La rama estaba a punto de romperse, el niño trataba de hablar y pedir ayuda pero su boca solamente emitía pequeños sonidos que Itachi no se molestaba ni siquiera en escuchar. De repente una ráfaga de viento sacudió aquel cuerpecito haciendo que cayera su gorra y al fin revelara su rostro, en ese momento Itachi abrió completamente sus ojos, aquel extraño que estaba a punto de caerse era idéntico a su pequeño Sasuke solo que ahora más grande; no podía creerlo, no podía ser su hermanito, su antiguo hogar esta muy lejos de donde esta ahora y más la supuesta vivienda donde debería estar su hermanito. Pero la rama se rompió dejando al aire libre al supuesto Uchiha, esta vez el mayor no dudo en darle una mano como ayuda impidiendo que cayera y lograr que subiera a tierra firme.
Los dos ya estaban a salvo, el menor respiraba agitado a causa del susto, viendo con suma gratitud al mayor el cual aun no podía digerir la situación... su hermanito, o al menos alguien bastante parecido, estaba frente a sus ojos.