Eran gotas de lluvia, eran lágrimas, eran caricias, era la voz de Katou acariciando sus oídos y diciendo que lo amaba más allá de todo límite.
Y ni siquiera alguien tan frío y hermoso podía dejar de enternecerse ante sus muestras de afecto a toda prueba.
Si alguna vez a Iwaki le hubiesen deseado la felicidad de las estrellas... ese deseo satifecho sería tan ínfimo al lado de lo que estaba viviendo que lo opacaría de inmediato.
Su sensualidad se manifestaba entonces francamente destruyendo el mito del dios del hielo, el hijo de la luna sin corazón... pues se fundía de pasión en los labios de Katou olvidando su rigurosa educación.
Ya empezaban a crear otra realidad con sus cuerpos cuando escucharon al señor Taira aproximarse.
Iwaki sintió que iba a desfallecer en ese mismo instante.
Katou le dio un beso en la mejilla.
- Tu prometido tiene un sexto sentido único... si yo fuese él no te dejaría un momento a solas... un hombre tan divino como tú... podría ser la tentación de cualquiera...
- Katou...
- He dicho que no quiero traerte problemas... pero también me he decidido ya... no dejaré que te cases con él... eres mío, Iwaki... mío...
Iwaki se quedó sin palabras para replicar.
En el fondo se sentía tremendamente lisonjeado.
- Me iré por ahora hasta oír tu decisión... dime que sí, Kyosuke y te llevaré lejos... empecemos una vida juntos... sé feliz a mi lado...
El de cabellos azabaches estaba confuso por todo, el momento, la propuesta de Iwaki, por amarle asi sin atreverse a elegir entre su vida de noble y el incierto destino que se abría ante él.
Dejó que el rubio se retirara completamente empapado.
Cuando le perdió de vista extendió una mano hacia él.
Luego se sentó en el remanso a llorar.
"No se que hacer... ¿serán la proxima vez que nos veamos mis palabras el puñal mortal que te asesine, Katou?" "O daré alas a esos sueños locos y volaré junto a ti sin importarme la desgracia de los que me han criado..."
Así le halló el señor Taira.
- ¡Iwaki-sama!
Respetuosamente le sacó del agua y envió por sus criados a traer ropas secas para él.
Iwaki apenas podía caminar hacia su habitación.
Taira le sujetaba de los brazos brindándole apoyo.
- Prometido... por qué ha hecho eso... existe algo que le lleve a tal estado de postración... compártalo conmigo... déjeme ser su confidente.
El silencio glacial del bello Iwaki le desconcertó.
Ahí estaba otra vez aquel descendiente de los dioses, el hijo de la luna cuya aura helaba los corazones.
- No ha sucedido nada... sólo estaba tomando un baño en este día estival, lamento haberle preocupado, prometido, noble Taira.
Continuaban su viaje hacia la mansión cuando el señor Taira se detuvo.
- Iwaki sama... le preguntaré algo y espero su honesta respuesta.
El joven giró la cabeza para ver a su futuro consorte.
- Um...
- ¿Yo le gusto? ¿Está usted enamorado de mí?
No esperaba ser interrogado en esas condiciones.
--------------------------------------------------
Sawa recibió a Katou volando en fiebre y devastado por la debilidad.
Yukihito le ayudó a acostarlo y preparó el té y la medicina que debía tomar.
El rubio durmió largamente.
- Pobre - dijo Sawa - ... está dando lo mejor de si...
Yukihito cambió el paño húmedo de la cabeza.
- No se rendirá... si hay alguien que merece ser correspondido es él... esa es su manera de ser...
- Esa cualidad es la que mas te gusta de él... ¿neee Yukihito?
El muchacho dio la espalda para evadir a Sawa y sirvió el contenido de la tetera largamente.
- Iwaki...
Ambos miraron a Katou.
- Está...
- ... llamándolo...
El rubio semiinconsciente jaló el brazo de Yukihito pegándolo a él.
- Iwaki...
Sawa bruscamente se lo quitó apretándolo hacia sí.
- ¡No te lleves a Yukihito-chan!... sólo lo herirás más...
El joven pintor quedó apoyado en el cuello de Sawa con los cabellos sobre el rostro, temblando como un delicado pajarillo asustado.
Y había algo allí diferente y esencial que tuvo miedo.
Se liberó rechazando el contacto de Sawa.
- Qué estás haciendo... no me toques... ¡no me toques!
Salió corriendo de la habitación.
El estilista se mesó los cabellos y luego se dejó caer sobre la pared.
"He sido un estúpido... no pude controlarme con un simple toque... debí permanecer en silencio como hasta ahora..."
Fue a buscarle.
Estaba bajo un árbol de cerezo.
- Yukihito... yo...
- No. Perdóname a mí. Ha sido una reacción exagerada... no has hecho nada malo... sólo...
- Solo...
- Estoy enamorado de Katou...
Sawa sonrió aceptando lo que se le estaba diciendo.
- Eso ya lo sé... regresemos... no ha pasado nada...
Pero por dentro se sentía terriblemente solo.
Yukihito dando pasos cortos miraba su espalda.
"No ha pasado nada..."
-----------------------------------------------------
Iwaki se demoraba en responder.
Kazuo Taira clavaba sus ojos sin piedad sobre los suyos buscando una respuesta.
- No tema y dígamelo...
Era uno de esos momentos donde todo pende de un hilo.
Iwaki sintió que no sería él quien cambiase la maraña enrevesada del Taiyou no Cho.
Dócilmente besó a su prometido.
Y éste se sintió complacido.
Se despidieron a la entrada de sus habitaciones.
- ¿Me promete que se pondrá mejor? - preguntó Taira.
- Así será... falta tan poco y estoy tan nervioso - dijo Iwaki mirando al vacío.
- No se preocupe - respondió el noble a su oído -... no importa qué sea... yo jamás lo abandonaré.
Se retiró con ese paso seguro y protector que a veces agradaba a Iwaki por su firmeza.
El heredero se sintió avergonzado de la nobleza de su prometido.
"No debería... mentirle así... este engaño le hará sufrir... debo terminar de una vez con Katou..."
Sonrió abatido.
"Como si eso fuera posible..."
---------------------------------------------
Urushisuki apareció sin ser aunciado y sin escolta.
Encontró a Katou dormido y sin fiebre y a sus compañeros conversando en voz baja para no despertarle.
- Traedlo a mis aposentos - ordenó.
- Imposible - dijo Sawa - ... el doctor ha dicho que no podemos moverle... ¿quieres matarle noble Administrador?
- No he preguntado ni rogado, estilista... he dado una orden...
- Una orden que va contra su salud y que podría llevarlo a la muerte... está muy delicado.
Urushisuki no podía creer que esas palabras viniesen de Yukihito, siendo el muchacho tan tímido y tranquilo.
Ambos se midieron con la mirada y la del pintor le hizo bajar la suya.
- Mañana temprano, traedmelo... necesito hablar seriamente con él...
Urushisuki se retiró enfadado.
"Ahora hasta los de clase inferior piensan que tienen el derecho de ofender a los amos... esta casa está yendo a la ruina y todo por culpa de él... no dejaré que destruya a la familia Iwaki... estúpido Kyosuke"
Sawa apagó la linterna y se levantó para buscar nuevas mantas pues las del rubio estaban cubiertas de sudor.
- Se enfriará si le dejamos así.
- Yo velaré su sueño - dijo resuelto Yukihito.
- Um... está bien... permíteme arroparlo bien y luego me iré a descansar.
El estilista salió hacia el cuarto de las doncellas para solicitar ropa de cama.
Se sentía demasiado inquito con respecto al joven pintor.
Al inicio creyó que se trataba de un gusto... a él le complacía mirar la belleza donde quiera que esta se encontrase...
Luego pensaba en él todo el tiempo... vigilaba sus expresiones y recordaba detalladamente su rostro.
Y ahora no soportaba siquiera que otro le tocase por que instantáneamente los celos le torturaban y se sentía morir.
"Qué pasará si ya no puedo gobernarme a mí mismo... lo que siento por él crece día a día... habrá un punto donde ya no podré soportarlo"
Tomó las sábanas blancas y regresó.
Katou estaba despierto hablando con Yukihito.
- No retrocederé - decía Katou
- ¿Esa es su decisión?
- Me llevaré a Iwaki Kyosuke... lejos de Taiyou no Cho...
Sawa entró atropelladamente.
- ¡En serio vas a hacer eso...!
- Sí... le he pedido que elija pero Kyosuke es tan noble que preferirá sacrificarse antes de aceptarme... por eso...
- Dilo...
- Lo raptaré.
Tanto Sawa como Yukihito se quedaron sin aire al escuchar la resolución de Katou.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español